Diario (parte 9)
Penúltimo capitulo de la serie... sigo con la venganza... Belén, Nerea.... la que me espera con esas dos....
La cara que tenía cuando Merche me dijo lo de Patricia era para verla, la verdad es que me quedé como un gilipollas profundo con dosis de retrasadez aguda como mínimo. Enterarte que ella me conocía por ser mi primera mujer, la primera con la que había tenido sexo, era bastante sorpresivo por no decir otra cosa. El caso es que como yo no me había acordado de ella en ningún momento desde que la ‘’conocí’’, estaba echo un lío de narices y sin entender nada. Bueno ahora si entendía esa fijación por mí que me llevaba por el camino de la amargura, todo hay que decirlo.
Lo jodido también es que Merche se me escapó justo cuando le iba a preguntar sobre su confesión, pues no es lista la jodía ni na… a esta solo se le puede sacar información a base de polvos o te quedas con las ganas. Menudo polvo que echamos….
Visto que Merche no iba a soltar mas por su boquita fácilmente decidí seguir con mi segunda víctima haber si a esta se le escapara algo, aunque sea lo mas mínimo que me ayude a entender toda esta historia. Me decidí por Belén para ser la segunda en sufrir mi venganza, ¿Por qué?, por que conocía todas sus debilidades en cuanto a ponerla cachonda se refiere, conocía su cuerpo al milímetro por completo sin exagerar ni alardear. Podría decirse que aprendimos juntos en lo que al sexo se refiere, fue con la que por primera vez hice un sesenta y nueve, la primera a la que dejé totalmente lisiada de tanto orgasmo…
Tampoco me iba a olvidar de Nerea en ningún momento, vivíamos juntos y si se pusiera a tiro ir a por ella lo iba a hacer, es decir que ahora iba a vengarme de dos a la vez. Iba a ser chungo pero no pierdo nada por intentarlo, Nerea sería la mas difícil sin lugar a dudas ya que con ella ‘’nanai de la china’’.
Comencé a tejer el plan durante toda la semana sabiendo que quizás Merche había contado algo a las chicas y estas estuvieran pendientes de mí mas de lo normal, ‘’normal’’ nada con ellas es normal… Tampoco quise saber si lo sabían la verdad, si lo sabían pues ya está, mala suerte, si no lo sabían pues eso que me llevaba, ¿no?
Lo que si es verdad es que las chicas se reunieron bastante con Patricia, no se si para hablar y pasar el rato o, tal vez, pera jugarme alguna otra putadita de las que me tenían acostumbrado desde hace un tiempo. Tenía que estar alerta tanto para mis planes como para no caer en los suyos, teniendo a Merche en mis manos seguro que no se le soltaría la lengua mas de lo puramente normal.
Los días siguientes me harté de follar con Merche, era casi una sesión tras otra y siempre a escondidas de las demás. La chica resultó ser una obsesa del anal en plan bestia, le encantaba que la penetrase dónde fuera y como fuera, pero tenía que tener algo dentro si o si. No era raro que nos metiéramos en el baño del instituto para darle al temita como locos, un día llegamos a entrar hasta tres veces dentro para desahogarnos. No paraba de correrse una y otra vez sin para, era una fiera. También intentaba que se le fuera la lengua mientras la penetraba con dureza pero sin suerte alguna, había aprendido la lección de no irse de la lengua tan fácilmente.
Así que durante toda la semana me dediqué a Belén con algunas miraditas pícaras, guiños, roces, lo que fuera para ir picándole para que me tuviera entre ceja y ceja. Entre sobeteo y sobeteo descargaba con Merche que siempre estaba dispuesta a gozar como una perrita. Nerea seguía como siempre de dulce pero sin ser cariñosa salvo lo justito, pero su madre era otro cantar sin duda. Carmen y yo nos dedicábamos a meternos manos ‘’sin querer’’ cada vez que pasábamos por el mismo pasillo, los besos de buenas noches o buenos días eran piquitos mientras nadie nos veía, siempre con mucha cautela. Si no fuera por que Merche me tenía sequito a tanto polvo seguro que ya me fuera tirado a la yugular de Carmen a ojos cerrados, también es que me gustaba el jueguecito que nos traíamos los dos.
Creo que una de las cosas que mas cachondo me pueden poner es el sentir que te puedan pillar haciendo algo subido de tono, podría decirse que es como un fetiche para mi. Por eso creo que tampoco he dado el paso para acostarme con Carmen, con ella creo que pasa lo mismo, sentirse con esa adrenalina es la ostia.
Llegó el día para dar el ultimo paso con Belén, decidí hablar con ella para quedar y tomarnos un café o algo por el estilo. Sorprendentemente acepto al instante sin pensárselo en ningún momento, demasiado rápido para mi gusto, no me fiaba ya de ninguna…
Pues resulta que no era una trampa si no mas bien un regalito el que me tenía preparado mi querida amiga Belén, un regalo además que me hacía matar dos pájaros de un tiro por así decirlo. La verdad al saber el regalito ya me daba igual la venganza y las tonterías que nos teníamos entre todos. Me daba igual todo si podía hacer un trío con Belén y Nerea, ‘’dos pájaros de un tiro’’.
Al llegar a la cafetería tuve que esperar unos diez minutos aproximadamente a la llegada de Belén, siempre ha si do una tardos así que iba preparado para esperarla mas de la cuenta, incluso llegué yo también unos minutos tarde al estar acostumbrado a su rareza. La cosa es que llegó bastante nerviosa para lo que es ella, si bien en nuestras ‘’quedadas’’ iba algo nerviosa una vez que comenzábamos a besarnos de le olvidaba todo comportándose como una zorra caliente. Tampoco le dí mas vueltas de lo normal a su nerviosismo ya que hacía tiempo que no nos acostábamos, lo entendí.
Una vez que empecé a acariciarle y darle algún piquito que otro se fue relajando, tan relajada que me cogió de tan mala manera que casi me caigo para irnos a su casa y comenzar la ‘’fiesta’’. En el ascensor comenzamos a comernos la boca y restregarnos cosa mala, mis manos ocultaron su culito, pecho y terminó dentro de sus vaqueros para comenzar un masaje en su chochito que estaba completamente húmedo de la excitación. La hice acabar con tan solo unos segundos desde que comencé a masturbarla, creo que también fue por que hacía tiempo que no estábamos junto y al mismo tiempo estar haciéndole gozar en el ascensor cuando podía entrar cualquier conocido pillándola tan cachonda.
Nos adecentamos un poquito cuando escuchamos el típico ‘’tilín’’ del ascensor, caminamos hasta su casa entrando en ella para en el instante de cerrarse la puerta volver a besarnos con locos. Me llevó a su habitación mientras se iba quitando prendas de ropa dejándolas en el camino al estilo de Hansel y Gretel con la migas de pan, las seguí encendido perdido deseando de comenzar a follar con esa diosa. Al llegar a la puerta de su habitación se quedó con un simple tanga de color azul que realzaba su culazo, abrió la puerta y con una vocecita cargada de lujuria me dijo al oído;
Belén: Para que quieres conformarte con una –besándome el cuello- si puedes tener dos para ti solito… semental..-agarrandome la polla.
Miré hacia la cama de Belén encontrándome a Nerea completamente desnuda abierta de patas mientras jugaba con su coñito;
Nerea: Primito… ¿vas a follarme? Mira que he sido muy malita y muy… pero que muy putita… -dijo con voz de niña buena.
Belén: ¿Crees que vas a poder con las dos? –riéndose a la vez que se mordía el dedo índice.
Os imaginaréis lo que hice… si… me tiré a por ellas escuchando sus risas traviesas y grititos.
Yo: Bueno veamos lo que podemos hacer con vosotras… ¿comenzamos el castigo? –pregunté mirando a Belén.
Belén y Nerea: ¡SIIIIIIIIIIIIIIIIII! –gritaron a la vez.
A partir de ese momento comenzó uno de los mejores tríos que he hecho en mi corta vida, no era el primero pero sí el que mas morbo me ha dado. Nerea se levantó veloz como el rayo y comenzamos a besarnos a lo bestia, pasaba de Nerea a Belén y viceversa, ellas hacía lo mismo para el placer de mis ojos y por su puesto de mi amiguito. Me quitaron la ropa a la vez que nos besábamos los tres, se tocaban las tetas la una a la otra y sus manos que estaban libres palpaban mi polla. Nerea volvió a mirarme andando hacia la cama para ponerse de nuevo en la misma posición en la que me encontré al entrar, es decir, piernas abiertas de par en par y con un toquecito me llamaba para que degustara de su tesorito;
Nerea: Ven y cómele el chochito a tu primita –pasándose el dedito por todo su sexo.
Llegué a su posición comenzando a lamerle todo el chochito a conciencia, Belén y Nerea se besaban de nuevo bajo los gemidos de la segunda, me estaban poniendo mas cachondo de lo que nunca había estado en la vida. No era mi primer trío pero sí el que mas morbo me estaba dando con una diferencia abismal, sobre todo escuchar a Nerea decir ‘’primito’’, uff me ponía malo. Cuando se empezaron a besar fue el nova más, restregar sus pechos, lamérselos, morderse los pezones…
Lamía hasta que Nerea llegó al orgasmo, un orgasmo increíble por cierto, menudas sacudidas daba pareciendo pura electricidad. Belén la besaba con cariño después del primer orgasmo que tuvo Nerea. Las miré mientras se comían la boca con ansia y desesperación, cuando vi que Nerea se recuperó casi por completo cogí de los tobillos a Belén y la atraje para hacia mi;
Belén: ¿Sabes cuanto he echado de menos tus manos? –colocándoselas en los pechos- Nadie me acaricia como tu… nadie me besa como tu… y nadie me folla como tu. –dijo cogiendo mi cabeza para besarme.
Yo: Quieres…. ¿Qué te folle de nuevo?... –pregunté entre beso y beso- Te acuerdas lo putita que eras… mi putita… - metiéndole mi pene salvajemente.
Belén: AAHH… SIIIII…. SIEMPRE VOY A SER TU PUTA… FOLLAME CABRON… -gimió con los ojos cerrados.
A partir de ese momento metí y saqué mi pene de su chocho sin descanso alguno, a veces rápido y salvaje, otras lento y dulce, nuestras bocas mordían nuestros cuellos, sus uñas arañaban mi espalda… gritaba, gemía como una posesa. Nerea me cogió del cuello fundiéndonos en un largo beso con lengua, lenguas que se enzarzaron en una guerra sin cuartel y sin piedad, mordiéndonos las lenguas y labios hasta hacernos sangre mutuamente. Belén llegaba al orgasmo entre los besos que nos dábamos Nerea y yo;
Yo: Primita ahora vas a comerme la polla… quiero que te la tragues entera –la cogí de los pelos acercando su boca a mi pene- si lo haces bien te la meteré y te haré gritar de placer… putita….
Sin rechistar se metió mi pene en su boca sacándome un leve gemido de satisfacción, lamía toda la cabeza con destreza. Su lengua recorría todo lo largo de mi polla hasta llegar a los huevos, los lamió, con dificultad se los metió enteros en la boca. De nuevo se tragó toda la polla pero ahora agarré su cabeza con las dos manos comenzando a follarme su boca, Belén se acercó por atrás y puso sus labios en el coño de Nerea para comérselo. Era increíble como a Nerea le entraban arcada pero a la vez le encantaba tragarse toda mi polla enterita, luego Belén le comía el coño, sin duda estaba disfrutando como una putita.
Yo: Bien perrita… -saqué mi polla de su boca- ahora te voy a follar como te prometí, ¿quieres que te folle? –pregunté.
Nerea: Si… -respondió con un hilo de voz por el cansancio.
Yo: No te he escuchado puta.
Nerea: ¡SI! Follame hijo de puta –gritó enloquecida.
Sus deseos fueron ordenes para mí y enseguida se la metí poniéndola al estilo perrito, que gozada tener su precioso culo para acariciárselo y de vez en cuando darle un azote. Gemía como una posesa entre metida y metida, tenía el coño totalmente encharcado, estaba cachonda perdida.
Belén se colocó debajo de Nerea para comerle las tetas, yo con una mano comencé a masturbarla, me dediqué a tocarle el clítoris hinchado de la excitación.
Nerea: Follame… mmmm… mas…. Mmm… mas duro…. Cabrón… -gritaba desesperada.
Yo: ¿Como se piden las cosas?… ahh… ¡PERRA! – pregunté metiéndola con mas fiereza.
Nerea: ¡AHHHHH JODER!... UFFF… MMMM… POR….. AHHH…. FAVOR…. ¡POR FAVOR FOLLAME! –suplicó.
Penetré con mas rapidez casi sin poder aguantar sin correrme, por suerte aguanté como un jabato y sin previo aviso se la metí de nuevo a Belén queestaba situada justo debajo de Nerea con las piernas abiertas dirigidas a mi polla.
Belén: ¡JODER QUE GUSTO CABRON! –gimió.
Solo duré unos cortos minutos hasta que comencé a correrme en sus boquitas, estas no me decepcionaron y se tragaron toda mi lechita sin rechistar como buenas putitas. Sudados, agotados y con la habitación apestando a sexo descansamos tumbados en la cama teniendo a cada una acurrucada en cada hombro. Toda la tarde restante no paremos de follar, probando todas las posturas existentes y por existir, las dejé destrozada… me dejaron muerto… son una golfas de cuidado.
Nerea: Somos tus golfas.
Yo: Si… sois mis golfas. –respondí.
Sé lo que estáis pensando… MENUDA MIERDA DE VENGANZA… si… pero que me quiten los bailao ;).