Diario (Parte 4)

Comenzó el periodo escolar y llegaron las típicas depresiones pos vacacionales… los chavales no tenían ganas de levantarse temprano, las chicas no saldrían de compras con sus amigas… se fueron las vacaciones.

Comenzó el periodo escolar y llegaron las típicas depresiones pos vacacionales… los chavales no tenían ganas de levantarse temprano, las chicas no saldrían de compras con sus amigas… se fueron las vacaciones. Las madres compraban lo típico, lapiceros, gomas, bolígrafos, libretas, etc.… El pastizal que se gastan los padres para que luego el hijo o hija no estudie es la leche, o los padres que casi no tienen para sobrevivir y hacen el esfuerzo de sacarse dinero de la chistera para que sus hijos tenga una buena educación. Total que se acabó la diversión y comenzó el trabajo duro.

La semana antes de comenzar el instituto fuimos toda la familia a comprar los ‘’utensilios’’, estuve un poco avergonzado ya que no tenía nada de dinero para comprar mis cosas así que me lo tuvieron que pagar tía Carme y tío Jacinto. Hasta que no cumpla los dieciocho no tendré el dinero de la herencia de mis padres, no sé ni cuanto tienen ni nada por el estilo, tampoco me veía o me veo con ganas por saberlo.

Mientras veíamos las libretas se presentaron Mercedes y Laura como por cosa del destino, eso es lo que me dijo Merche al pillarme rezagado de los demás. Se vino hacia mi posición cuando pilló desprevenidos a los demás y se agarró a mi brazo, me hizo reír como me miraba con ojitos de corderito.

Mercedes: Todavía estoy esperando que le eches huevos. –dijo agarrada de mi brazo derecho.

Yo: ¿Huevos?, como no me hagas un mapa no me entero –respondí haciéndome el loco.

Mercedes: No me hagas reír, quiero que me folles y me dejes hecha pedazos –soltó con cara de perra en celo- Vete preparando por que hasta que no lo consiga no voy a parar de ser tan pesada.

No me dejo contestar, se fue dejándome con la palabra en la boca y con cara de tonto. No me dijo nada mas en el rato que estuvimos dando vueltas en el centro comercial, supongo que sabía que me estaba picando la curiosidad de ver que tal fiera es en la cama. Lo he decidido si se me pone a huevo otra vez me tiró a su yugular y que sea lo que Dios quiera, ¿no quería guerra? pues guerra va a tener. Al picarme así ella sabía perfectamente que yo iba a caer sin tardar demasiado auque me quisiese hacer el duro, soy hombre, eso quiere decir que solo pienso con una cosa y mas si eres adolescente, aun peor.

Por la noche fuimos a cenar a un italiano cerca de casa, tenía buena pinta por lo menos antes de probar la comida que también estaba muy bien para que no decir que me gustó mucho los canelones que me comí. Justo antes de pedir al camarero la comida se nos unió Patricia o lo que es lo mismo la chica con la que llevo soñando todo el verano y que por fin conocí en la fiesta que dio Nerea. Contuve mis nervios al verla otra vez, desde la fiesta que no la veía por suerte para mi corazoncito que cada vez que miro sus ojitos se para sin permiso alguno. Se sentó justo enfrente mía al lado de Nerea y Carmen, me miraba mucho pero yo le huía la mirada no podía ni siquiera estar un segundo viendo sus ojos azules.

Decidí ser valiente y la miré con toda mi cara de póker a los ojos, cuando nuestras miradas se encontraron ella estaba bebiendo agua e hice que se atragantara al verle tan serio sin ella esperárselo para nada. Nunca puse a una mujer tan nerviosa con sólo mirarla, con esta en concreto tenía un secreto por así decirlo aunque ella todavía dude si yo me acuerdo de ella o de algo relacionado con esa noche. Tampoco he dado por hacer algo que me descubra ante ella de que si que me acuerdo de casi todo lo que pasó esa noche, estoy viendo como está el percal antes de decidir que hacer con esta situación, de momento voy a jugar un poco después de lo nerviosa que se ha puesto con solo mirarla fijamente.

Toda la velada me dediqué a mirar a Patricia y ella a mí, después de recuperarse de la primera vez me siguió el juego que por cierto me encantó como ahora era ella la que me ponía nervioso dándose cuenta que podía hacerlo sin despeinarse siquiera. Yo ponía mi cara seria y ella una cara indescifrable para mí, tampoco sabía por donde cogerla así que lo único que hice fue seguir con las miradas. Incluso fuimos demasiado obvios en nuestra guerra de miradas, mas de una vez Carmen carraspeó para hacerme saber que no era ningún secreto nuestra situación de miradas.

Al terminó de la cena nos fuimos todos juntos paseando hasta casa, Mercedes junto con Laura cogieron un taxi al salir del restaurante y como no me dio, Mercedes, dos besos muy cerca de los labios que por suerte Patricia se percató poniendo una cara rara aunque creo que eran de celos paro no me hice ilusiones. Cualquier tío con solo una buena palabra o un poco de cariño por parte de una mujer como Patricia se haría ilusiones y no se les puede decir nada por que es comprensible viendo como está la señorita.

El primer día de ‘’cole’’ llegó con los típicos nervios como es normal, por mi parte iba a un nuevo instituto donde no conocía nadie… por lo menos es lo que creía antes de entrar por la puerta de clase. Nos dejó en la puerta del instituto a Nerea, Fer y a mí, yo seguí detrás de Nerea ya que estamos en la misma clase. Nada más entrar Nerea empezó a gritar junto con sus amigas, yo intenté pasar desapercibido pero eso no fue así para nada.  Con poco ruido hasta en el caminar me senté en la ultima fila donde por suerte no había nadie a la vista, pues de repente como si nada una chica gritó mi nombre, lo gritó como una loca histérica. Ella se llama Belén, es una de las primeras amigas de verdad que tuve y que además me acostaba al mismo tiempo. Se mudó como hace un año y perdimos totalmente el contacto, es raro ya que ahora están las redes sociales pero a mi eso no me va para nada si no tienes cuidado te roban hasta el numero del DNI sin  que te des cuenta.

Desire: ¿Qué pasa? –dijo asustada mi prima.

Belén: Luqui! –gritó esta a su vez.

Yo: ¿Belén? Jajaja

Todos se quedaron alucinados al vernos abrazar casi como una pareja cuando se reencuentran tras un largo viaje, la verdad  es lo que parecíamos con solo vernos abrazos tan románticamente por así decirlo. En realidad cuando teníamos esa gran amistad antes de mudarse siempre nos confundían por una pareja de muchos años, teníamos una gran complicidad pero por mala suerte nunca hemos estado enamorados ni nada por el estilo. Siempre me odié por no haberme enamorado de Belén ya que seria mi chica ideal, supongo que una amistad tan ‘’perfecta’’ como la nuestra es cien veces mejor. Creo que Belén ha sido la única chica con las que me he acostado que ha cenado en mi casa entablando una gran relación también con mis padres, mi madre decía que sería la nuera ideal sacándonos los colores a los dos, pero ella sabía que eso nunca pasaría.

Bueno por donde iba, las caras eran la leche a parte de todas las amigas de mi prima que no se explicaban la expresión de felicidad que había en la cara de esta, que para mas inri de seguro nunca la habían visto tan feliz por ver a un personaje del sexo opuesto. Belén tenía ese problema con los chicos de te odio a muerte siempre, si eres su pareja te ama el tiempo en que no la cagues, ella es muy extremista para esas cosas. Por eso mismo he sido el único tío con el que se ha llevado bien siempre, antes de ser amigos fue cuando empecemos a enrollarnos, tener sexo vamos. Lo gracioso es que a parte de conocerla en la escuela también por casualidades de la vida se mudó por el barrio donde vivía, tal vez por ser ella nueva y no conocer a nadie empecemos a tener confianza con el paso del tiempo, en la escuela era como siempre, es decir, hola y adiós por así decirlo. Cuando no había nadie delante nos llevábamos fenomenal e incluso nos acostábamos sin que nadie supiese nada de nada, puede parecer tonto pero lo ‘’guay’’ era que nadie sabía lo bien que nos llevábamos y el papel que hacíamos cara a la galería.

La cosa es que al volver a verme Belén estaba súper contenta incluso lloró por un ratillo hasta que entró por la puerta la profesora de turno, quiso sentarse a mi lado pero sus amigas no lo vieron con buenos ojos, no por que les cayese yo mal, querían sonsacarle todo lo referente a mi, que les contase ese feeling que tenía con el chico nuevo. Me alegró la vida esa sorpresa que me tenía el destino al volver a ver a Belén que siempre fue un gran apoyo, ahora no tenía a nadie con quien desahogarme, la psicóloga, pero no es lo mismo que contárselo a alguien de confianza.

En el recreo era como me esperaba, Belén monopolizándome todo ese tiempo durante toda la primera semana de clase, quiso quedar e ir al cine, pasear, ponernos al día al fin y al cabo. Ese mismo fin de semana por ‘’casualidades’’ de la vida se fueron a juntar a dormir en casa las chicas, Belén, Mercedes y Laura, no pensé raro por que seguro que es lo que solían hacer. Si me dio de que pensar que no salieran en todo el fin de semana para nada, tampoco recibieron llamadas de algún chico, solo querían estar desconectadas.

Sería la madrugada del sábado al domingo cuando por fin mojé, tras tanto tiempo sin calzarme alguna chica se me puso delante nada mas y nada menos que la única chica que me ha tirado los trastos sin ninguna vergüenza, Mercedes. Como me suelo acostar bastante tarde por que siempre me lío leyendo algún libro, pues justo al terminar me entró sed así que fui a la cocina a refrescarme el gaznate. Era el único que debería de estar despierto a esas hora de la madrugada, las chicas estarían dormidas, Fer dormía en casa de un amigo, tía Carme y Jacinto salieron a pasar el fin de semana con amigos… sólo estábamos las chicas y yo.

Recorría el liquido por mi garganta cuando unos brazos me rodearon la espalda, me sobresalté, no me lo esperaba, sus manos recorrían mi torso bajando lentamente por el ombligo, sin detenerse llegaron hasta mi pene aún flácido pero que esas caricias estaban haciendo despertar de su sueño. Me dí la vuelta encontrándome con la cara de felicidad de Merche;

Yo: Creía que no ibas a dar otro pasito mas en tus intenciones de conquista…. –le dije recogiéndole un mechón de pelo y colocándoselo tras la oreja derecha.

Mercedes: Este es el paso definitivo… -respondió lanzándose a besar mis labios que deseaban devorar los suyos.

Nos besamos lentamente pero con deseo, con tranquilidad lamíamos nuestras lenguas mutuamente. Sus manos ya sin ningún tipo de pudo masajeada mi entrepierna, mi mano derecha posada en su cuello mientras que la izquierda se posó en uno de sus pechos acariciándolos. Me separé de ella dejándola confundida;

Yo: Nada de amor, solo es sexo sin ataduras – dije.

Merche: No quiero casarme contigo… fóllame. –respondió.

Desde ese momento me dejé llevar sin importar nada, con mis dos manos en su precioso culo la alcé para colocarla encima de la encimera al lado del microondas. Soltó un gemidito cuando sintió mi lengua pasar por su cuello y oreja, alzándose sujetándose en mis hombros le quité el pantaloncito de pijama dejándola totalmente desnuda por la parte inferior de su cuerpo. Mi cabeza bajó velozmente hasta su sexo desnudo que desprendía un aroma a mujer exquisito, sabía delicioso, mi lengua lamía el interior de sus muslos llegando a sus labios que me llamaban para que los devorara con ganas y rabia. Merche ahogaba sus gemidos posando una de sus manos en la boca mientras la otra acariciaba mi cabeza empujándola aún mas a su sexo, llegó a su primer orgasmo con bastante rapidez e incluso sus piernas atraparon mis cuello para no dejarme escapar.

Dejándola descansar tan solo unos minutos bajé la parte inferior de mi pijama apareciendo mi pene totalmente duro con la cabeza morada, con dos dedos me unté un poco de saliva por la cabeza y me dispuse a penetrar a Merche. Metí de una vez mi pene en su vagina que estaba totalmente húmeda después de su primer orgasmo, sentí sus contracciones tras su ultimo orgasmo. Metía frenéticamente sin parar con Merche agarrada a mi cuello y dejándose hacer, totalmente ida gemía costosamente con cada penetración que daba. Levanté su camisetilla encontrándome con sus pezones totalmente erectos a los que me fui directo a morderlos, lamerlos, besarlos. Mi orgasmo llegaba junto al suyo, aceleré pellizcándole los pezones hasta que mi pene expulsó todo su liquido blanco sobre la vagina que igual que mi sexo quedó húmedo y mojado.