Diario, incompleto, de una mujer casada (1)
Una mujer se sincera con su diario, tars descubrir el sexo demasiado tarde... o no?
Diario, incompleto, de una mujer casada (I)
Relato verídico de una mujer cuya vida sexual ha ido cambiando y hoy felizmente casada, es cuando sus aventuras son más que estando soltera.
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Junio del 93
Mi nombre es Laura, estoy casada desde los 28, y tengo dos niños, un marido fantástico, y un buen trabajo, lo que nos permite, junto con el de mi marido, llevar una vida sin agobios...
Mi historia es la de una mujer casada mas que descubre que el sexo es algo que debió practicar antes de casarse, pero la educación recibida, así como un extraño deseo de llegar impoluta al lecho nupcial no me lo permitieron.
Tengo 35 años y la verdad es que estoy muy bien, muy buena, piensan los hombres... y son muchos los que trato a diario por mi trabajo.
La historia que os voy a contar es cierta al 100%.
Cuando me case hace casi 12 años yo llegaba virgen al matrimonio y no por falta de oportunidades sino por convicción: yo pensaba, y no me arrepiento de ello aunque ahora creo que debí probarlo antes, que debía llegar virgen al altar, y eso que mi novio el segundo formal que tuve y que hoy es mi marido hizo todo lo posible por desvirgarme, no solo él, sino incluso poniéndome en los brazos de algún amigo o compañero para que trataran de romper mi virginal estado, antes de casarnos.
"Ya que yo no puedo abrir la gruta...", pensaba él, según me confesó mas tarde, "si otros me logran despejar el agujero, yo podré catarlo antes de casarme".
Pero yo soy bastante cabezota y no lo lograron.
Luego una vez casada pensé, al igual que mi marido antes de casados, que, una vez abierto el pozo, no necesariamente debía liberar solo la carga del potente miembro de mi marido, sino como buena samaritana, la de todas aquellas mangueras que hasta el se acercaran, aunque eso si, necesito algo mas que puro sexo para ponerlo a disposición de otros hombres.
Aunque a quien le amarga un dulce... y una buena y potente polla, una vez metidos en faena, es a veces bastante más convincente que cualquier otro argumento, pero insisto que el paso inicial para mí es de sensibilidad o de atracción sensual...
No obstante durante mi época de soltera, alguna aventurilla si que me corrí, en el pleno significado de la palabra, pero sin llegar al final, como con aquel compañero de trabajo, acababa de conocer a mi novio y tenia entonces 22 añitos y aún no había terminado la carrera, era mi primer curro, con el que estuve saliendo todas las tardes, durante 30 días, excepto los fines de semana que salía con mi novio o iba al pub a ayudarle a servir copas, y me llevaba al campo en su flamante deportivo, a retozar mientras mi novio trabajaba en el pub, el pobre, para sacarse unas pelas, y que me magreó bien..., me metió mano a placer... pero no logro romper mi telilla.
Se llamaba Sergio, tenia 6 años más que yo, y estaba recién separado, a mí me daba pena y siempre le veía muy triste, empezamos a hablar y me comento su situación, que se sentía muy sólo. La verdad es que estaba para hacerle un favor, alto rubio ojos azules y además con dinero por parte de su familia, era hijo único, y una tarde me invitó a merendar al Pardo. Como dije en esa época mi novio trabajaba en un Pub de 6 de la tarde a 3 de la mañana, para sacarse algunas pelas mientras terminaba la carrera por las mañanas. Estuvimos charlando y me dijo lo mucho que le gustaba y como echaba de menos una mano de mujer a la que agarrase y unos ojos como los míos que le miraran... el caso es que de vuelta en el coche en un momento aparco en el arcén y me dio un beso en la mejilla mientras me abrazaba. Me pillo tan de sorpresa que no pude reaccionar y cuando me di cuenta me estaba morreando con él. Me sentí como electrizada, pues no había sentido antes nada igual y la sensación de estar haciendo algo prohibido me puso aún mucho mas cachonda, el caso es que después de un rato, le dije que me dejara y que me llevara al pub de mi novio pues me estaría esperando para cenar. El morbo fue que se ofreció a acompañarme y se lo presente a mi novio. El se marchó y yo después de cenar con mi novio me fui a mi casa. Me sentía excitada y a la mañana siguiente decidí decirle a Sergio que no volveríamos a vernos, pero cuando le vi, triste como siempre en el trabajo y tras haberle conocido de otra forma el día anterior no tuve valor para decírselo y cuando a la salida me invito a salir por la tarde le dije que si. Fue la primera vez en aquella época que una tarde me presenté sin ropa interior con una minifalda naranja y un jersey de generoso escote de punto. Se quedo flipado. Me llevó por la carretera de Burgos y en una especie de campo me metió mano cuanto quiso a mis tetas y me acarició el coño hasta hacerme correrme. Yo le hice una paja y volvimos a Madrid. Mi novio se lo imaginaba, pues cuando llegaba de estar con él llegaba muy sofocada y muy caliente. Recuerdo que esa tarde tenia una pinta de putón que cuando entré en el Pub el Jefe de mi novio, un señor mayor ya de cerca de 60 años con el pretexto de enseñarme no se que, me llevó a la trastienda y me acarició disimuladamente el culo mientras me decía lo buena que estaba en plan de "broma" pues la verdad es que teníamos una buena amistad, hasta que le paré diciéndole "Antonio no te pases..." y me dejó. La verdad es que los sábados que iba a ayudarles en el pub, no paraba de tratar de meterme mano o de asomarse a mi escote, etc.
Al cabo de unas semanas, de magreos en el campo casi a diario, mi aventura con Sergio terminó una tarde que quiso hacer el amor conmigo en su casa donde me había invitado a la piscina, y le dije que no, y no por que no estuviera caliente como una mona, sino por que seguía pensado en mi virginidad para el matrimonio...
O en aquel viaje con mis padres al norte de África, donde todas las noches, durante los 15 días que duro, me acostaba con el guía árabe del grupo, que de lo bueno que estaba tenía cola, aparte de la suya, en la puerta de la habitación siendo yo la única del grupo que lo cato.
La historia había empezado en el autobús cuando él me miró, por eso cuando veo "La pasión Turca" de Ana Belén, la entiendo perfectamente. Tienen un atractivo especial.
Al segundo día con el pretexto de pedirle unos folletos, tras una excursión subí a su habitación. Me abrió en bañador y se quedó sorprendido al verme, fue a buscar una camisa mientras yo entraba en su cuarto. Le pedí los folletos y le miré tiernamente a los ojos, él me dijo que se había fijado en mi en el autobús, que era la más hermosa del grupo y no se como fue el caso es que le planté un beso en la boca. Entonces me rodeo con sus brazos y tras desnudarnos me beso y acarició por todo el cuerpo. Me acarició hasta arrancarme literalmente un par de orgasmos y yo le hice una paja, la verdad es que tenia un buen aparato. Luego me dijo de hacerme el amor y yo le pedí que no, a lo que fue muy comprensivo.
Todas las tardes cuando volvíamos de excursión, o antes de cenar, me subía, a ducharme a su habitación y se la machacaba o él me chupaba a mí y me masturbaba, mientras me decía con ese dulce acento de los norteafricanos "Me gustaría sacar hasta la última gota de leche de esos hermosos pechos y de tu cueva..." Varios idas me propuso follar aunque no consentí, a pesar de que para compensarle, eso sí, le propuse alguna vez, darme por el culo... lo que hubiera supuesto también mi desvirgue trasero... pero parece ser que su religión se lo impedía...
En el autobús otras chicas que lo habían intentado, parece que sin éxito, me miraban con envidia y mas de una vez las ví espiando en el pasillo cuando yo llamaba a su puerta.
Así liberaba yo algo de mi tensión sexual, siempre eso sí, con el visto bueno de mi novio, que se cabreaba cuando le contaba que de follar... ni por delante ni por detrás... nada.
Recuerdo también que estando de monitora en un campamento de verano uno de los padres se me insinuó y decidí aceptar el reto: el tío se vino una noche desde 90 kilómetros de distancia sólo a buscarme, con la "sana" intención de follarme.
La situación era excitante, pues era amigo de mis jefes y tras sorprenderles su visita entre semana estuvimos cenando juntos mis jefes él y yo. Luego dijo que se marchaba y quedamos a las doce en la carretera que llevaba al campamento a un par de kilómetros mas o menos. Salí del campamento excitadísima y ahora pienso en el peligro que corrí andando aquellos casi dos kilómetros a oscuras por una carretera casi de tierra hasta llegar a un pequeño bosque donde me esperaba. Recuerdo que llevaba un sort verde y una camisa scout, sin sujetador, por lo que al andar mis pechos subían y bajaban. Cuando me vio llegar se abalanzó sobre mí y me abrazo llevándome contra un árbol donde apoyada me desabrocho la blusa y me beso y acarició los pechos como un poseso. También hacia poco que se había separado y sus hijos eran de mis preferidos en el Campamento pues eran majísimos. Tras un largo rato, se fue deslizando hasta bajarme los pantalones y las bragas y comenzó a chuparme y sobarme el coño haciéndome correr tres o cuatro veces. Luego me pidió que se la chupara, pero le dije que no, pues la verdad es que la primera vez que se la he chupado a aun hombre ha sido a mi marido y después de casados. Pero le hice una buena paja dejándole correrse sobre mis tetas y mi vientre, y tras un rato charlando y fumando en el coche, donde también me morreó y tras quitarme otra vez la camisa, me magreó los pechos a placer mientras con la otra mano me masturbaba haciéndome llegar un par de veces, se ofreció a llevarme de vuelta, pero le dije que no pues podían verle y mi inconsciencia me hizo volver sola los dos kilómetros al campamento cerca de las 4 de la mañana.
Pero de follar nada de nada.
Cuando se entero mi novio se cogió tal cabreo que me hizo llamarle para brindarle el desquite lo cual no pude concretar, con el consiguiente nuevo enfado de mi novio, que un día por sorpresa me llevo a su casa y todo... pero el no estaba.
Casi seguro que aquel día con mi novio delante si que me hubieran follado entre los dos, pues creo que era tal mi excitación por la situación planteada, que iba dispuesta a que me follaran, no solo los dos, sino todos los tíos que llamaran a la puerta.
Uno de los intentos claros de mi novio por lograr su objetivo, fue cuando nos encontramos por huertas con un ex-compañero de mili, al que le hice tilín, y unos días después, me arreglo una cita en casa del tío este.
Recuerdo que tenia yo un traje color malva sin hombros que me obligaba a ir sin sujetador y que me quedaba muy bien, así que mi novio se empeño en que me lo pusiera, según me dijo más tarde, porque se bajaba muy bien en caso de necesidad y se quitaba con facilidad. Cuando llegamos a su casa nos esperaba con un batín corto y tras llevarnos al salón nos ofreció bebida, yo como siempre pedí tónica lo que a mi novio no le hizo ninguna gracia. Ellos se pusieron cervezas y empezamos a hablar no recuerdo bien de que. Mi novio no hacia mas que levantarse al baño, a la terraza, tratando de dejarnos solos y su amigo se insinuaba con frases como, "si tienes calor," creo que era Agosto, "puedes ponerte mas cómoda", o "que te parece el top-less" en vista de que la cosa no cuajaba, decidieron ponerme una película porno, pero a mi entonces no me gustaban, así que les dije que no. Luego me sacaron a bailar y trataban de pegarse lo más posible lo cual a su amigo no se lo permitía, con lo que tras un par de horas de estira y afloja, le pedí que nos fuéramos...
Y no porque el tío no estuviera bien sino porque me faltaba decisión en el momento de la verdad quizá porque seguía convencida de mi virginidad para el matrimonio y solo una excitación como la comentada anteriormente, en casa del padre del chaval del campamento, podía acabar con mi virginal estado.
De hecho, era mi sino, unos días después estando en le parque cerca de la casa de su amigo, me puse tan calentorra que cuando me sugirió subir a su casa para hacer algo, le dije que sí... y cuando llegamos !!! no estaba ¡¡¡.
No sé si se me olvida alguna otra situación pero si me acuerdo la contaré a lo largo de esta narración.
Como decía llegue virgen al matrimonio e insisto que no por falta de oportunidades.
Siempre he sido una buena estudiante, así que termine la carrera con 24 años y desde los 22 ya tenía trabajo en mi especialidad en una gran empresa.
Durante el cursillo de formación para entrar en la empresa, varios compañeros me tiraron los tejos, pero yo seguí erre que erre.
Incluso un día una compañera un par de años mayor que yo al salir del cursillo, y sin cortarse un pelo me dijo:
"Oye estas un rato buena, el otro día vino mi marido a buscarme y cuando te vio, me dijo que le gustaría acostarse contigo..."
Me quede patidifusa y le respondí: "¿ y tu que le dijiste... ?"
"¡Que a mi también me gustaría carajo... !, así que si quieres nos lo podemos pasar muy bien los tres...".
Por supuesto le dije que no, y mientras duro el curso todos los días trataba de convencerme para que nos metiéramos los tres en la cama, con el consiguiente disgusto de mi novio por no aceptar, brindándose incluso a acompañarme, y seguramente a participar también... ¡el muy cabroncete!...
Incluso un par de compañeros, con el pretexto de estudiar el curso, me invitaron a su apartamento, entonces estaban los dos solteros como yo, pero no lograron convencerme de acostarme con ellos, aunque debo decir que nunca lo dijeron directamente y fueron super correctos, sin tratar de forzarme ni pasarse, aunque a veces pienso la cantidad de veces en las que estuve en peligro de algo más incluso a lo mejor contra mi voluntad.
Ambos se casaron después y al cabo del tiempo, me he vuelto a encontrar con uno de ellos... separado que anda detrás de acostarse conmigo... pero eso ya os lo contaré.
Incluso una noche mi novio me llevó a un club privado donde sentí el deseo y las miradas de algunos machos imponentes... pero el pobre no logro vencer mi reticencia ni por esas.
Por cierto que recuerdo otro día que mi novio me llevo a tomar una copa a casa de una pareja de amigos.
Resulta que él los conoció en un viaje y un día nos encontramos por la calle, y por lo visto se quedaron prendados de mí.
Pues bien fuimos a su casa y en un momento determinado ella se sentó junto a mí y me dijo": ¿Que opinas de la relación física mujer-mujer?", a lo que le contesté que no me parecía mal, entonces trato de acariciarme, pero la corte en seco, pues no me apetecía, entonces su marido me dijo que porque no me acostaba con él, y que podíamos hacer una cama redonda los cuatro, que me podían hacer disfrutar como nunca y sin necesidad de desvirgarme físicamente, ante lo cual le dije a mi novio que nos fuéramos de allí, con su consecuente cabreo. Soy dura de pelar... a veces. (continuará)