Diario del Vicio: Sorpresa de cruising

Una mañana de cruising que iba a ser desaprovechada se convirtió en un momento de puro morbo y sorpresa cuando me encontré con el novio de mi prima buscando a una puta sumisa

Muy buenas, gracias por entrar a leer otro de mis relatos totalmente reales. Esta vez es una historia de cuando tenía unos 18 añitos recién cumplidos. Me había convertido en un chaval atractivo, con aspecto bastante masculino, aunque era una pasiva y mamona muy viciosa.

Me desperté un sábado bastante cachondo y abrí el Grindr para poder encontrar algún tio maduro que me diera rabo y me follara la boca sin parar hasta ahogarme con su leche, pero fue bastante difícil, ya que eran alrededor de las 10.00 y no había muchos usuarios por la labor. Así, que en lugar de seguir perdiendo el tiempo, decidí coger mi coche de segunda mano y conducir hacia una conocida zona de cruising de Málaga, junto a la playa.

Serían las 11.00 de la mañana, y apenas había unos cuantos coches rondando por el llano de tierra. Me gustaba ir sobre esa hora porque solían haber comerciales y otro tipo de trabajadores que se dedicaban a ir en coche de un lado a otro buscando una buena boquita para descargar.

Aparqué a la entrada de un pequeño bosque, donde los chicos entraban a buscar guarreo. Solamente había tres coche aparcado, así que no había demasiada variedad, pero estaba tan cachondo que pensaba comérsela al primero con el que me cruzara.

Al entrar al bosque me crucé con un madurito bastante apetecible. Rondaría los 60 años, pero era alto y robusto, con bastante pelito cano que el asomaba por el pecho. Se empezó a sobar el paquete al verme y yo me acerqué directamente a él y le agarré el rabo, se notaba desempalmado, pero seguí sobándole un buen rato para ver si se ponía dura y podía ponernme de rodillas a mamar como una zorra. Pero al madurito no se le levantaba, me dijo que quería que le follara y le dije que no, que yo buscaba también ser pasivo, así que me dio una palmadita en el hombro y nos separamos.

Todavía quedaban dos tíos más rondando por ahí, pero resultó que eran putos que iban buscando a alguien que les pagara, así que pasé de ellos y volví a mi coche.

Estaba a punto de desistir, porque llevaba más de una hora esperando y no llegaba nadie, hasta que pasó a lo lejos un coche negro, con los cristales tintados y una matrícula que me era familiar. El corazón se me puso a mil, no podía ser. Era el coche del novio de mi prima, con quién tenía una hija recién nacida. ¿Qué hacía aquí? Sabía que mi prima se había ido a echar el día con unas amigas, así que seguro que el cabrón aprovechó el momento para escaparse, pero no me imaginaba eso.

El corazón se me puso a tope, pero el rabo aún más. Creo que el no se dio cuenta de que vio mi coche, así que, con una distancia prudente, empecé a seguirlo conduciendo. El coche del novio de mi prima paró en otro zona donde había movimiento, pero no se bajó del coche.

Yo estaba tan nervioso que no sabía que hacer, estuve un rato observando, pero no se bajaba del coche. Así que decidí bajarme yo y pasar justo por el lado de su ventanilla. Ahí estaba, confirmadísimo. El novio de mi prima rondaba los 40 años, rapado, 1.90, muy corpulento de gimnasio y lleno de tatuajes, con los ojos azules. Era todo un tiarrón que daba muchísimo morbazo. Él no me vio porque estaba mirando su teléfono, pero me quedé parado junto al coche y cuando levantó la vista se puso literalmente blanco. Los ojos se le salía de las órbitas. Bajo la ventanilla y me habló.

-¿Pero qué haces aquí, tio?

-Pues nada, dando una vuelta, ya sabes- Le dije. Él ya sabía que yo era gay, pero nunca se había insinuado ni yo había sospechado algo. Se quedó callado y se puso rojo de la verguenza, no hizo falta decir nada más. Yo abrí la puerta del coche y me metí dentro, directamente eché mano a su paquete y tenía el rabo, o mejor dicho el RABAZO durísimo. No me dijo nada más ni hizo nada, yo simplemente le saqué esa polla enorme que gastaba y me la metí en la boca como si me fuera la vida en ello.

Él olía a un sudor fuerte, de haber estado trabajando en algo, eso me puso aún más cachondo; era un auténtico machote. Su polla era bastante gruesa y  me obligaba a abrir bien mi boquita de puta para dejarlo satisfecho. Sus vellos de la polla daban contra mi cara mientras yo seguía relamiendo sus huevos, su glande y todo entero.

Quería que me follara, que me reventara sin condón y me llenara de toda su leche de macho, le susurré que me follara, pero me agarró con fuerza la cabeza y me obligó a seguir mamando.

Mientras sentía su polla destrozándome la campanilla, el acercó su mano y me metió un dedito en el culo. Eso me puso más puta que nunca, pensaba tragarme toda su lefa, saborearla como si fuera el último hombre de la tierra, estaba cumpliendo uno de mis mayores morbos y fantasías. En menos de cinco minutos me aplastó la cabeza ahogándome con su pollón y empecé a sentir todos sus latigazos de lefa directos  ami garganta. Lanzó un gruñido muy grave y profundo y me hizo relamer toda su polla hasta dejársela bien limpia.

Cuando terminó, se guardó la polla y me sonrió.

-Ya sabes, aquí no ha pasado nada- Me susurró. Asentí con la cabeza y salí del coche. El novio de mi prima arrancó y se fue rápidamente. Ahora me tocaba seguir buscando rabos hatsa encontrar uno que me follara y me dejara correrme con todo el calentón que tenía...

Gracias por haber llegado hasta aquí, me he puesto cachondísimo recordando esta anécdota. Espero vuestros comentarios, me encanta leerlos. Un beso.