Diario del cruising V: Primera vez en una sauna

Conocí a un militar en el chat que me coló en una sauna gay y acabé en una orgía.

Buenas, queridos lectores. He estado unos días sin poder escribir, pero aquí vuelvo con otra experiencia totalmente verídica sobre mis aventuras.

Desde que conocí el mundo del cruising, cambió mi punto de vista sobre las cosas. En cualquier baño público; parque; área de descanso, entre otros sitios, veía cierto tono morboso. Necesitaba experimentar más sobre ese tema.

Esta experiencia me ocurrió llegando al final del verano, cuando me quedaba solo un año para poder empezar a conducir y beber alcohol. Ya tenía mucha más libertad para quedar con chicos y moverme libremente, aunque seguía con un toque de queda, porque vivía con mis padres, pero nunca han sido controladores y apenas han hecho preguntas sobre mi vida privada.

Seguía siendo un chaval guapete, me había dejado algo de barbita y me mantenía con mis 70 kilos. Me había convertido en un mamón experto, comer pollas es mi especialidad y no hay ningún tío que se resista a follarme mi boquita, que tiene unos labios bien carnosos.

Una mañana de verano estaba bastante cachondo en casa, serían las 10.00 más o menos. Me metí en el chat Terra por si encontraba a algún chico con coche que quisiera que nos fuéramos de cruising. Tras estar un rato hablando con tíos y la polla bien dura por el puro morbo de quedar con alguno, conocí a Masculino29. Me dijo que buscaba muchísima discreción porque vivía en un cuartel militar a las afueras de la ciudad. Imaginad el morbo que me dio a mi que fuera un militar, el rabo ya me babeaba de solo pensarlo.

Le comenté que me daba mucho morbo el cruising y que me gustaría ir a alguna playa donde se practicara. Él me dijo que conocía un sitio mejor en una famosa ciudad costera, conocida como "la ciudad gay" de España. Me comentó sobre una nueva sauna que habían abierto y que estaba bien de precio. Yo nunca había estado en una sauna gay, así que accedí y quedamos sobre las 17.00 en un par de barrios más lejos del mío.

Me puse un pantalón de chándal corto sin calzoncillos y una camiseta de mangas cortas, junto a unas deportivas. Le dije a mi madre que iría a casa de una amiga y luego dar una vuelta, así que no hizo más preguntas y salí. Fui andando hasta la gasolinera donde me recogió. No recuerdo bien la marca de su coche, pero sí que era rojo. Me monté y el tio no estaba nada mas. No era el típico militar musculitos, al contrario. Era fornido, pero bien formado. Con brazos fuertes y un pecho robusto. Llevaba una camiseta de tirantes por las que asomaba el vello del pecho, ufff qué morbo me daba eso.

La verdad es que era batsante simpático y agradable. Me dijo que tenía que colarme en la sauna porque solo permitían a partir de cierta edad. Durante el camino en coche a la sauna fuimos hablando de nuestras aventuras en el cruising y quedando con tios. A él se le puso bastante dura, notaba como su bulto crecía hasta estallar su pantalón de chándal. Empecé a tocarlo por encima y, madre mía, era bastante gorda, o al menos eso intuía. Él también empezó a sobar mi paquete y a decirme que era bastante guapo, que le encantaba mi carita...

Tras ese calentamiento previo, llegamos a la sauna. Al parecer conocía al recepcionista, que no me quitaba ojo. Me preguntó qué edad tenía y le dije que 18. Normalmente piden el DNI, pero la verdad es que siempre he aparentado algo más, sobre todo por las barbas, así que no hubo problema.

Entramos a la sauna y fuimos directos a los vestuarios. Había bastantes señores mayores cambiándose y algún que otro tío buenísimo paseándose (chapero o puto), así que veía poco por ahí, aunque el militar me aseguró que poco a poco se iba llenando, que aún era temprano.

Nos pusimos desnudos y nos liamos una toalla que nos dieron. Fuimos a las duchas y empezamos a ducharnos el uno al otro. La polla del militar estaba morcillona y uf, era muy cabezona, algo peluda, que casaba con su pecho velludo. Me ponía muchísimo. En las duchas empezamos a pajearnos y cuando fui a agacharme para mamar, me dio la vuelta y me puso contra la pared, mientras el agua de la ducha caía sobre mi. Sentí como empezó a introducir un dedido en mi culito bien depilado, eso me hizo dar un gemido de placer. Empezó a hacer circulitos con el dedo para abrirme bien y metió otro dedo... y otro. tres dedos en mi culito follado solo tres veces.

Me ebsaba el cuello y me mordía mientras me follaba con sus dedos. miré un poco hacia los lados y había tres chicos observando y pajeándose mirándonos. El militar acercó su gorda polla y me la empezó a meter poco a poco, Di un grito, al principio de dolor, pero ese dolor se convirtió en placer cuando la metió entera hasta el fondo. Me dio unas cuantas embestidas, pero paró. Me la sacó y me susurró al oido:

-Ahora que te he puesta bien putita, vamos a zorrear por la sauna-

Me cogió de la mano y empezamos a pasear por la sauna. Fuimos a la sauna en si, donde todos se ponían a sudar. Aún me acuerdo del olor y la sensación. Era una sala bastante grande, con, al menos 15 chicos, sentados en las tablillas, que hacían un circulo, la mayoría desnudos, sobándose el rabo.

Nos sentamos juntos, al lado de unos chicos de unos 30-40 años, que no estaban mal. Uno de los chicos me agarró la polla y empezó a pajearme, mientras oy agarraba la suya. El militar me dijo que se la mamara. Así que empecé a comerme el rabo de aquel chico, creo que era árabe, por lo moreno que era. Su polla estaba bien dura, muy dura y depilada. Me agarró la cabeza bruscamente y me atragantó con su rabo. Mientras, el militar seguía metiéndome dedos en el culo.

Se acercó otro chico hacia nosotros y se puso delante de mi. Esta vez era mucho más jovencito, tendría 18-19 años. Su polla era pequeña y muy peluda, pero me saqué el rabo del árabe y me metí la del otro chaval. Empecé a mamar y en medio minuto se sacó el rabo de mi boca y se corrió en el suelo. Salió casi corriendo de la sala.

El militar me dijo que fuéramos ahora a los cubículos cerrados, que quería follarme en privado. Seguí mamándosela al árabe hasta que vió a otro tío que le moló y se fue.

Me fui con el militar a unos de los cubículos privados. Tenían una pequeña cama, un dispensador con condones y lubricantes. Me puso de rodillas y me ordenó que mamara hasta que él me dijera. Empecé a comerme su polla gorda, no era muy larga, así que estupenda para comerla cómodamente. Sentí como su flujo preseminal emepzaba a brotar de su rabo y me mojaba los labios.

-Joder, como la mamas... Me has puesto a puntito de correrme. Mejor me follas tu un rato y luego culmino follándote.

Eso si que me sorprendió. En mi vida había follado un culo, pero estaba tan cachondo que le dije que si. Me puse el condón algo torpe y el militar se tumbó en la cama con las piernas arriba. Torpemente se la metí y MADRE MÍA qué sensación... ufff tenía el culo bien estrecho y peludito. Me dio muchísimo morbo empezar a embestir a un pedazo de tío como él, que medía casi 1.90 y era un pedazo de hombre machote.

Le dije que me iba a correr, así que se sacó mi polla y me puso a mi con las piernas arriba. Se puso el condón y su polla cabezona me entró solo con un gapo de saliva. Estaba tan cachondo que mi culito succionó su rabo sin necesidad de lubricante. Me folló como una bestia, dándome embestidas fuertes y duras y yo estaba viendo las estrellas, nunca me habían follado tan fuerte y ufff, era una locura ver a ese macho peludo reventándome el culo.

-Toma, cabrón. Toma rabo- Me gritaba cada vez más fuerte hasta que lanzó un grito de placer, nos corrimos a la vez, yo también empecé a correrme y me llené enterito de leche.

Nos fuimos a las duchas y me preguntó que si quería seguir morboseando. Claro que quería. Así que nos metimos en el jacuzzi de la sauna, que era bastante grande y al principio solo estábamos nosotros dos.

Estuvimos un rato hablando de otras cosas banales, hasta que nos recuperamos. Eran casi las 8 de la tarde y apenas quedaba gente, los poco que quedaron se metieron en el jacuzzi. Uno de ellos era el árabe del principio, otro un señor de unos 60 años; un musculitos que iba a su bola, y otro chico de unos 45.

El militar y yo empezamos a besarnos apasionadamentey en menos de un minuto se acercó el señor mayor y el árabe. Empecé a pajear bajo el agua al árabe que me metió un par de dedos en mi culito, que seguía abierto, eso pareció ponerle mucho más caliente. Mientras el árabe me metía los dedos, el militar me besaba el cuello. El militar me dio la vuelta y me puso mirando para él y el árabe, dándole la espalda al viejito. El señor empezó a rozar su polla, que estaba bien gorda y dura en mi culo. Me daba igual, estaba sintiéndome una zorra y puta. Sentí el rabo del abuelito en mi culo, pero fue un par de segundos, porque se fue ya que vino el musculitos y directamente me embistió con su polla en mi culo, Tengo que decir que la del señor mayor se sentía más que la del musculitos, pero el tío era guapísimo y me dio mucho morbo.

Mientras el musculitos me follaba el culo; el árabe empezó a follar al militar y éste me besaba y me pajeaba. Luego se acercó otro chico, de unos 45 años, peludo y con una cara muy bonita, bastante guapo. Éste se metió en el agua y empezó a mamármela.

De repente, me vi en mitad de una piscina/jacuzzi, rodeados de tios dándome placer. Era una sueño.

El musculitos me dijo que se iba a correr, pero le pedí que no lo hiciera dentro. Así que se sacó el rabo y se corrió en mi espalda y se salió de la piscina. Ahora vino el turno del peludo de 45 años. Este rozó su rabo con mi culo, pero no le dio tiempo a metérmela, porque se corrió. Me lanzó una sonrisa arrebatadora y se fue.

Nos quedamos el militar, el árabe y yo. El árabe se puso a reventarme el culo y yo se la metí al militar. Estábamos disfrutando como nunca. El árabe me follaba como un conejo, muy rápido y no dejaba de chuparme la oreja. Gritó que se iba a correr, pero la sacó de mi culo y le pidió al militar q le pusiera la cara. El militar se arrodilló y se llevó toda la lefa del árabe en la cara.

El árabe se quedó mirando mientras el militar y yo nos besábamos yme puse a mamársela, hasta que el militar se iba a correr, esta vez quería yo leche. Así que le pedí que no me avisara y me hizo caso, Sin avisar lanzó lefazos de leche en mi garganta.

Nos fuimos a las duchas y el militar me llevó a la gasolinera donde me recogió.

Nunca me había comido tantísimas pollas en una sola tarde. Fue increíble.

Ahora quería más.

GRACIAS por haber llegado hasta el final de mi experiencia. Espero tus emails, comentarios, valoraciones y fotos de vuestras pollas bien duras leyéndome.

Un beso a todos

A por el pajote!!