Diario de una ninfómana: Vacaciones I

Mi grupo de amigos y yo nos vamos de vacaciones juntos, y mi novio y yo le damos un show a dos de ellos.

Era julio de 2020. Mi grupo de amigos y yo llevábamos preparando nuestro viaje desde que la cuarentena terminó. Decidimos ir todos a Benidorm, a la casa de uno de nuestros amigos, Jaime, al que ya todos conocéis por mi relato 'Me llevan a merendar'.

Eramos en total 6 personas. Jaime, Rubén, Lidia la novia de Rubén, nuestro amigo Pedro, Carlos (mi novio) y yo.

El viaje fue bastante tranquilo, aunque nos pegamos un buen rato en el autobús y hacía muchísima calor. Como había pasado poco tiempo desde la cuarentena, llevar las mascarillas todavía no era 100% obligatorio, pero nosotros las llevábamos por precaución, lo que hacía que le calor se amplificase aún más. En el autobús Jaime y Pedro se sentaron juntos, Lidia y Rubén juntos también y por otro lado Carlos y yo. Durante el trayecto me apoyé sobre el hombro de Carlos y me quedé dormida. Mi novio me despertó al llegar a nuestro destino, desde donde cogimos un taxi lo suficientemente grande como para caber los seis e ir a la casa de Jaime.

La casa de Jaime era un chalet con piscina que estaba muy bien. Jaime siempre había tenido mucho dinero, y se notaba que sus padres lo habían invertido en aquella casa. La casa estaba separada de la costa de Benidorm, pero con el follón del coronavirus nuestra intención era hacer botellón y montarnos la fiesta nosotros seis solos en la casa.

Nada más llegar, Carlos, Lidia y yo nos fijamos en la piscina. Era enorme, y con el calor que hacía y el agua que lucía tan limpia y fresquita solo te entraban ganas de bañarte.

-Me voy a cambiar -dijo Lidia.

-Espera que voy contigo -le avisé.

Lidia y yo nos pusimos nuestros bikinis. Ella se puso un bañador que parecía de abuela pero que, aún así, le quedaba bien ya que no tenía mal cuerpo. Yo por otro lado me puse la parte de abajo del bikini más fina que pude encontrar, ya que no me gustaban demasiado las marcas del moreno, y arriba no me puse nada. Como ya imaginaréis, me encanta hacer topless. Como he dicho antes, no me gustan las marcas, y mucho menos en las tetas, además a Carlos le flipaba que tuviese las tetas morenas.

-Ojalá tuviese la seguridad para no ir tapada hasta arriba -me dijo observandome.

-Pues eres tonta, tienes un cuerpazo así que deberías aprovecharlo y lucirte.

Lidia era la única tía que me caía bien. Nunca me juzgaba, ni me tenía envidia, y siempre me decía cosas buenas. En vez de preocuparse porque el novio me viese las tetas, ella me animaba a que fuese yo misma. Pobrecita.

-Tía, me da cosa, ¿y Rubén?

-¿Qué pasa con Rubén? -saqué otro bikini- Es tu novio, no tu dueño.

Le tiré la parte de abajo del bikini a la cara, dandole a entender que se lo pusiera. Dudó unos minutos, pero tras un par de miradas mías recriminandole su actitud, se desnudó y se puso lo que le di.

Ambas salimos de la habitación con las tetas al aire, paseando por el salón delante de Jaime y Pedro, que se dieron con el codo el uno al otro y nos miraban. Lidia se tapó las tetas pero yo les sonreí. Salimos a la piscina, donde Rubén estaba tomando el sol y Carlos nadando.

-¿Qué coño? -dijo Rubén al vernos aparecer.

Noté inmediatamente cómo me prestaba más atención a mi que a su novia, pero en el momento en el que los celos le atacaron, desvió la mirada hacia Lidia.

-¿Qué haces?

-Laura me ha convencido para hacer topless, así no se verán marcas...

-¿Esto ha sido idea tuya? -me miró enfadado mientras yo me sentaba en una hamaca.

-Sí, ¿algún problema? -se calló- Dejala que disfrute, total aquí ya todos somos adultos y estamos entre amigos.

-¡Ole mi niña! -gritó Carlos desde la piscina- Que buena estás, vente...

Me levanté de la hamaca y salté a la piscina, apenas salpicando un poco. Cuando salí a la superficie Carlos se avalanzó sobre mi y comenzó a comerme la boca. Me metía la mano por debajo del bikini, tocándome el coño y dedeandome. Estoy segura de que tanto Rubén como Lidia se dieron cuenta. Le di un último pico a Carlos y le di un empujón para apartarlo. Él siguió nadando y cuando miré hacia las hamacas, Rubén ya no estaba. Me apoyé sobre el bordillo de la piscina y, haciendo impulso, salí del agua. Mojada y reajustandome el bikini llegaron Jaime y Pedro, que me silbaron y se sentaron en dos hamacas. Miré a Carlos y me guiñó el ojo, lo que me provocó una sonrisa. Nadie de mis amigos sabía la dinámica que llevábamos en nuestra relación. A Carlos le ponía saber que tenía una novia que los tíos deseaban, y yo, por mi condición de ninfonama, no podía evitar ponerle los cuernos a Carlos, por lo que funcionabamos perfectamente como novios.

Pasaron unos minutos cuando vi a Rubén llegar a la piscina con uno de mis bikinis en la mano. Había rebuscado entre mis cosas para encontrarlo porque ni siquiera yo sabía que había metido ese bikini en la maleta. De malas maneras se lo tiró a Lidia.

-Pontelo.

-Tío déjala -dijo Carlos.

-Rubén no pasa nada, son solo unas tetas -dije yo- ¿os molestan las tetas de Lidia chicos?

-No no -contestaron casi al unísono Carlos, Jaime y Pedro.

-Me da igual, no quiero que las vaya enseñando.

-Mira a Carlos, le da igual que Laura enseñe sus tetas -dijo Lidia poniendose el bikini.

-Es que son sus tetas, no las mías -contestó Carlos haciendose el gracioso.

-Que pesados sois, que os den por culo.

Diciendo esto, Rubén salió disparado de la piscina. Lidia lo siguió y ambos desaparecieron de nuestras vistas. Las vacaciones empezaban genial.

Yo me eché aceite de coco por el cuerpo para coger aún más moreno y decidí tomar el sol. Empecé echándome en los brazos y masajeando poco a poco, aunque no les presté demasiada atención. Pasé a las piernas, donde me centré un poco más y expandí bien todo el aceite. Noté como Pedro le susurraba algo a Jaime y ambos me miraban. Decidí echarme en las tetas también. Comencé por la base de estas y empecé a masajearlas. Noté las miradas fijas de Jaime y Pedro, y Carlos también las notó. Moví mi mano a la zona superior de las tetas y seguí masajeando, mientras miraba fijamente a mi novio, que sabia que se estaba pajeando por el movimiento de su brazo, pero mis amigos estaban demasiado centrados en mi como para darse cuenta. Terminé de aplicarme el aceite masajeando y pellizcandome los pezones, soltando pequeños gemidos que hicieron que Jaime y Pedro abriesen la boca y no la volviesen a cerrar.

Carlos salió de la piscina cuando dejé de echarme aceite. Estaba empalmado y parecia que el bañador le iba a reventar.

-Oye tíos, ¿os importa si...? -preguntó señalandome con la cabeza y agarrandose el paquete.

-Que va -dijo rápidamente Jaime, que imitó el gesto de Carlos y se apretó la polla sobre el bañador. Pedro se limitaba a mirar.

Tomando la palabra de estos, Carlos se tiró sobre mí en la hamaca y comenzó a comerme y sobarme las tetas. Mis tetas no eran ubres de vaca, pero no estaban mal. Yo las consideraba pequeñas, pero Carlos siempre decía que por muy poco no les cabía en las manos. Empezó a magrearme una teta mientras me mordía el pezón de la otra. Restregaba su paquete contra mi muslo, que lubricado por el aceite se deslizaba mucho. Yo estiré el brazo y, sobre el bañador, comencé a frotarle la polla. Miré hacia mis amigos, y Pedro seguía en la misma posición, pero Jaime tenía la mano metida dentro del pantalón. No se estaba pajeando todavía, pero si frotandosela.

Carlos me mordió un pezón y esto me arrancó un gemido de entre los labios, momento que él aprovechó para introducir su dedo índice y corazón en mi boca. Comencé a chuparlos y notaba el sabor del aceite de coco conquistando mi boca. Cuando estuvieron lo suficientemente húmedos, Carlos los sacó, los lamió él una última vez y me los metió, de un solo golpe, dentro del coño. Comenzó a moverlos mientras que me comía la boca. No sé cuál es su técnica pero es la persona que mejor me masturba en todo el mundo. Yo estaba completamente abierta de piernas, pero la mano de Carlos y mi fino bikini impedían que Jaime y Pedro me viesen el coño

Dejé que mi calentón tomase rienda suelta y, como Rubén y Lidia no podían escucharnos desde la casa, comencé a gemir más fuertemente. Entre mis gemidos escuchaba el sonido de la tela, rápidamente miré hacia mis amigos y los dos estaban pajeandose bajo el bañador.

Carlos se posicionó en una postura más cómoda y, haciendo mi bikini hacia un lado, dejó mi coño expuesto. Sabía lo que venía. Tiré de la cintura de su bañador y saqué la polla. Comencé a pajearle el rabo alternando la velocidad. Rápido y lento, usando el aceite que quedaba en mi mano como lubricante para la paja. Notaba el frío del agua de la piscina y el calor que desprendía aquel trozo de carne. Mi carne favorita.

Solté la polla y, abriendo las piernas, colocó la cabeza en los labios de mi coño. Empezó a frotarlo suavemente mirandome a los ojos. Con la cabeza me hizo un gesto para que mirase a los dos espías, y le confirmé con un guiño que estaban pajeándose. Él sabía cómo me gustaba a mi el sexo, así que sin esperar mucho más me metió la polla de una sola vez. Inmediatamente empezó a embestirme, haciendo que sus huevos chocasen contra mi piel y que sonase aquel famoso sonido que todo el mundo conocía. Escuché unos quejidos ahogados y, sobre el hombro de Carlos, pude comprobar que Pedro se estaba corriendo. Agotado, dejó caer la cabeza sobre el respaldo de la hamaca y sacó su mano del paquete. Estaba completamente llena de lefa. Miré a Carlos, que sabía lo que había pasado, y estaba sonriendome y embistiendo aún más fuerte. Mis gemidos cada vez crecían más, y notaba que estaba llegando al climax de aquel polvo con sabor a aceite de coco y sensación de recuerdo de verano que nunca más volverá a repetirse. Pensé en como Carlos me estaba follando delante de uno de mis mejores amigos y, tirandole del pelo y arañándole la espalda, me corrí en uno de los mejores orgasmos que he tenido nunca. Dejé su polla completamente llena de mis jugos, y cuando Carlos se levantó, miré como Jaime se limpiaba la corrida de la mano en la toalla de Pedro, que estaba dormido en la hamaca. Habíamos conseguido que mis dos amigos se corriesen. Conocía lo suficiente a mi novio como para saber que se sentía orgulloso de haber hecho que tres personas se corriesen en cuestión de minutos, aunque dos de ellas fuesen indirectamente.

Como buena chica, agarré a mi novio del culo y lo atraje hasta mi cara. El sonido de Jaime tirandose en la piscina para refrescarse acompañó a mi movimiento de cabeza, que hizo que me introdujese la polla de mi novio, todavía empalmada y palpitando, ennla boca. Notaba la cabeza y el tronco más hinchados que de costumbre, por lo que supe que estaba cerca de correrse. Comencé a engullir aquel rabo, moviendo la lengua alrededor de la cabeza y sobre la raja del meado, mientras que con los labios aprisionaba aquella barra en mi boca. Carlos me cogió de la cabeza, lo que significaba que estaba muy cerca. Llevé una de mis manos a su culo y, con el dedo corazón, comencé a estimularle el culo, masajeando el agujero y metiendole el dedo. Mientras hacía esto, empujé mi cabeza al máximo y me metí la polla hasta que mi nariz tocó su pelvis. Saqué la lengua y comencé a lamer los huevos mientras le penetraba con un dedo el culo. Comenzó a pegarme pequeños golpes en la nuca (algo que le encantaba hacer cuando me follaba la boca) y noté como su semen espeso inundaba y lubricaba mi garganta hasta caer a mi estómago. Se corrió tanto que tosí y un poco salió por la nariz y la comisura de mis labios, pero inmediatamente me pegó a su boca y comenzamos a besarnos, compartiendo mi alimento favorito, su lefa. Se tumbó a mi lado en la hamaca y se quedó dormido abrazado a mi.

Carlos roncaba. Pedro roncaba. Jaime nadaba y Rubén y Lidia discutían. Pensaba que ya había tenido mi ración de sexo por aquel día, pero no sabía lo que me esperaba por la noche.

FIN DEL RELATO

Podeis escribirme por correo y en los comentarios y decirme qué os ha parecido. Sabeis que me gusta que me digais si os habeis pajeado, empalmado, que me digáis que haríais si fueseis mi novio, etc. Dad rienda suelta a vuestra imaginación cuando me escribais. Espero que os guste y cualquier consejo es bien recibido. Un beso :) ¿Os gustaría haber sido Jaime o Pedro en esta experiencia? ;)