Diario de una niñata reprimida (5)

Celos y sueños.

02-02-2006

Aparecieron juntas en la tienda Raquel e Isabel. Al cruzar frente a mí dijeron "hola" y pasaron arriba. Me va a sentar muy mal si Raquel me cambia por ella, porque Isabel ha demostrado que es mucho mejor perra que yo, y me consta que Raquel necesita tener perras y perros a su alrededor. Por favor, que no sea eso, por favor.

Se lo he preguntado: Isabel, ¿Raquel y tú sois amigas? La verdad es que no me ha aclarado nada, que si amistad es mucho decir, que se conocen de toda la vida, que si tal y que si cual... Después de irse he buscado su diario. Ya no está en el cajón. No sé qué cojones está pasando.

He soñado que Raquel me tenía amarrada desnuda en la terraza de su casa y que yo tenía dos tetas enormes y polla. Cada rato venía a verme con un tío distinto, me sobaban las peras, me atornillaban los pezones, me magreaban el rabo y se iban a follar al salón. Yo podía verles. Raquel me miraba cada vez que se corría y, sin hablar, me decía con los labios: "puta". Me desperté en medio de un orgasmo. Me voy a volver loca. Creo que debería buscar novio.

Estaban en el pub, las dos. Juntas. Raquel e Isabel. Han tenido cuidado de esconderlo, pero antes he podido ver el diario encima de la mesa. Me he acercado. Raquel tenía las pupilas dilatadas: si no estaba borracha es que estaba cachonda. Isabel no podía disimularlo, llevaba un escotazo, como siempre, y su piel estaba roja de excitación. Me he sentado con ellas, sin decir nada, ni hola. Me han caído dos lagrimones silenciosos. Raquel me ha echado un brazo sobre los hombros e Isabel me ha pellizcado la mejilla: "no seas tontita". Yo no soy tontita. "¿Ah, no?". No, yo soy gilipollas del todo... "¿Y eso por qué?". Por nada, no me gusta que seáis novias. Han estallado en risas al unísono y, al unísono, han preguntado: "¿¿Novias??". Ah, ¿no? Isabel se ha levantado para marcharse, no sin decir antes: "sí que eres gilipollas, hermanita, a las dos nos gustan los tíos, me parece que ya debías saberlo".

Luego Raquel me ha explicado. Ella le preguntó a Isabel si sabía algo de amos y sumisas. Isabel, que jamás había hablado del asunto con nadie, pero estaba deseando, le contó lo de Nacho. Tanto así que decidió dejar que Raquel leyera su diario. Por lo visto los negros de Salamanca le propusieron ser sumisa y Raquel, que es una golfa pero no una loca, quiso informarse antes. Por lo visto el ataque de histeria de Mario se debió a eso, fue la gota que colmó el vaso. Los tíos se lo plantearon delante de él, durante una cena. El pobre no aguantó más presión.

Se va el lunes con ellos para una semana. Tiene guasa: a Mónica le ha dado pena de Mario y se ha enrollado con él; ahora son novios. Novios con una condición: mientras esté en Salamanca ella dormirá con Jeremy, el que la tiene más gorda de los dos. Qué pedazo de cornudo.

También me ha contado lo que ha vivido en ese dormitorio con Mónica y los negros. Al parecer, Mónica antes follaba con los dos, pero sólo de vez en cuando, cuando coincidía que ellos estaban solos y ella salida. La llegada de Raquel lo trastocó todo. En 4 días han follado 30 o 40 horas, siempre los cuatro en la misma habitación. Raquel ha perdido 6 kilos. Rompieron las patas de la cama en la primera orgía, así que echaron varios colchones al suelo. Dice que olía a burdel y a calcetines sudados. El primer día acordaron entre ellas que estarían siempre disponibles para los machos, querían agotarlos. "Y disponibles es disponibles", así me lo ha dicho. Cuando no empalmaban, ellas solas se metían las pollas en blando. Se las han follado dormidas, han chupado lefa en los cristales de las ventanas y en la pared, han mamado juntas del mismo cipote, se han comido mutuamente los coños mientras las enculaban, se han hecho pajas para ponerles cachondos, han montado una rueda comeculos... No sabe cuántos condones gastaron, incluidos los que Mario había comprado para chingar con ella.

Todo suena a película mala pero he mojado las bragas imaginándomelo. La he escuchado hipnotizada. Al final sólo le he dicho una cosa: ¿Puedo ir contigo?. "Pero nena, tú eres lesbiana, ¿no?". Me he quedado petrificada. No, no soy eso, me gustan los tíos. Bueno, los tíos... y... una tía, pero sólo una. Mis últimas palabras casi no se escuchaban, me estaba consumiendo de vergüenza. Raquel me dio un besito en la frente: "mejor no vengas, eso es primera división", y me dejó allí, alejándose entre contoneos de su culazo perfecto.

03-02-2006

He vuelto a soñar con Raquel. En este sueño era ella la que lucía un cipotón que, en blando, le llegaba a las rodillas. Estando ella de pie con las piernas separadas yo se lo chupaba en cuclillas, arrastrando mi lengua por sus cojones, bañándole en un mar de saliva el agujero del culo, recorriendo con mis labios el grueso tronco, succionándole el enorme capullo entre la lengua y el cielo de la boca. Cada tanto la miraba para preguntarle: ¿lo hago bien?, ¿te gusta?, ¿sigo mamando? Mientras buscaba su aprobación acariciaba esa tranca en mis mejillas y amasaba las carnes de su culo a dos manos. En el sueño Raquel era negra. Toda su piel está muy morena, pero aquí era más oscura y más brillante que la tarde de la terraza. Con mucha dedicación conseguí ponérsela tiesa, gorda, dura, palpitante, tensa. Con ese fenomenal empalme le llegaba a las tetas. Me muero por las tetazas de Raquel. Entonces me mandó a un rincón. Yo llevaba su bikini, todo holgado y fondón, con las tetillas prácticamente fuera y las bragas ladeadas, medio coño al aire enseñando los pelos despeinados. Sentada en el suelo contra la pared del rincón me he empezado una paja descarada y violenta, culeando ofreciéndole el chocho, palmeándome el culo y sacándole la lengua lasciva. Raquel dijo: "Mira" y con ambas manos ha empezado a machacarse el vergajazo apuntando a mi cara. Podía ver sus uñas rosas subiendo y bajando por ese mástil de caoba. A medida que le subía la leche iba adoptando una postura más forzada, arqueando las piernas, metiendo culo e inclinando atrás la espalda. Ha empezado a escupir lefa blanca en corridones potentes, muchísima leche esparcida sobre mí, por el suelo, las paredes, las cortinas... De repente han salido de la nada mi hermana, Mónica, Anna, Silvia, las calientapollas, no sé cuánta gente, y han empezado a rebañar con sus lenguas los churretes de esperma. Me he unido a ellas mirando de reojo a Raquel, que escurría las últimas gotas apretándose el capullo, dejando un charquito a sus pies. De la nada tambiém ha surgido Mario, e inmediatamente lo ha sodomizado con su tranca morcillona. No sé por qué había tirados por el suelo muchos condones usados. Joder, me asusta soñar estas cosas.