Diario de una chica perfectamente normal
Violar la intimidad de aquellos que confían en ti tiene siempre sus consecuencias. Joan descubre haciendo la limpieza el diario de su hija Bobby y decide echarle un vistazo. ¿Ha hecho bien o no?
Relato original de Villainy aparecido en la página web "Erotic mind control" bajo el título de "Diary of a perfectly normal girl". De antemano pido disculpas por los errores de traducción.
También quiero agradecer públicamente a Federico los ánimos que me da para seguir con mi labor de traducción, aunque por su culpa paso más horas de las que debería frente al ordenador.
Si alguno de mis lectores desea una copia en pdf de cualquiera de los relatos que he publicado, sobre todo de las series largas, no dude en solicitármelo a mi correo electrónico.
Sin más prámbulo, disfruten de la lectura.
Joan sabía bien que no debería leer el diario de su hija, pero no podía resistirse a hacerlo. Bobby llevaba una temporada en la que siempre estaba fuera de casa, y cuando su madre le preguntaba el motivo, se limitaba a responder sólo con monosílabos. Claro que Bobby estaba en “esa” edad, y que su comportamiento era de lo más normal en una adolescente, pero Joan quería saber más sobre la vida de su hija y allí, aquel delgado volumen, prometía desvelarle los detalles más íntimos. Bobbi se había marchado al centro comercial con sus amigas Tara y Janey, y Joan sospechaba que la joven probablemente no regresaría hasta bien tarde.
Cediendo a la tentación, Joan dejó caer el mango de la aspiradora y tomó el diario. Olía ligeramente a perfume. Sentándose en el borde de la desecha cama de Bobbi, abrió el cuaderno por una página al azar.
13 de Marzo
Querido Diario:
Ayer estaba tan caliente que no podía creérmelo. Paul me llevó al cine, pero aun no habían acabado de poner los trailers y ya estábamos haciéndolo como locos sin siquiera mirar la pantalla. Tan pronto como empezó a tocarme me corrí como unas seis veces, allí mismo, ¡en el cine! Casi no pude parar de gemir y gritar allí mismo, en una sala llena de gente. Cuando todos empezaron a salir, fuimos a su coche y nos desnudamos el uno al otro. ¡Dios, estoy tan mojada con solo recordarlo! Bueno, ya sabes lo que voy a hacer ahora, ¿verdad Diario?
Bobbi
El punto de la “i” de su firma había sido sustituido por un corazoncito. Algunas palabras y frases aquí y allá estaban marcadas con rotulador rosa.
Joan sintió que la sangre abandonaba su rostro, dejándola pálida, después de lo que acababa de leer. Una parte de ella sospechaba que Bobbi era ya sexualmente activa, pero confirmar sus sospechas fue un shock para ella. Además, jamás habría esperado un comportamiento tan vergonzoso de una chica, y menos de su hija. Joan había conocido a Paul cuando Bobbi comenzó a salir con él, y le había parecido un muchacho bastante agradable.
Aturdida, Joan saltó algunas páginas hacia adelante.
3 de Abril
Querido Diario:
¡Fíjate! He ido a pasar el rato al centro comercial y he hecho amistad con esa chica, Tara, que siempre lleva las mejores ropas, siempre está a la última y sabe donde conseguir los mejores descuentos, y me ha invitado a su fiesta de pijamas este fin de semana. ¡Es genial!
Además, cuando estábamos comiendo, vimos a esos chicos superguapos, del tipo de a los que siempre me da vergüenza hablarles, pero Tara fue y se acercó a su mesa y estuvo un rato hablando con ellos y, ¿sabes qué?, ellos vinieron a sentarse con nosotras. Antes de que me diese cuenta, los cuatro estábamos en el coche de Tara, ella y un chico delante y yo y el otro chico detrás. Fue delicioso hacerlo delante de otra pareja. Te lo juro, mis braguitas van a estar empapadas mañana en el insti todo el día cada vez que piense en ello. Supongo que no podré estudiar mucho. Bueno, no puedo esperar a que llegue la fiesta de Tara.
Bobbi
El corazón de Joan latía con fuerza. ¡Esto es una locura! ¿Cómo pudo Bobbi hacer eso con un chico al que acababa de conocer? Ni siquiera se molestó en escribir su nombre. Joan no tenía ni idea de que Tara ejerciera tal influencia sobre su hija. Claro que la había encontrado un poco vanidosa y engreída, pero no pensó que fuera tan… tan zorra.
9 de Abril
Querido Diario:
Lo he pasado de maravilla este fin de semana en la casa de Tara. Su madre es totalmente cool, siempre haciendo cosas para ella, sin estar alrededor de ella dándole órdenes y sin putearla todo el rato como hace la mía. Incluso nos compró esas bebidas de vodka que saben a Sprite y todas acabamos un poco colocadas. Fue muy divertido. ¡Incluso Tara tiene un jacuzzi en su patio trasero y todo!
Cuando acabamos de peinarnos, hacernos las uñas y esas cosas, muchas de las chicas ya se habían dormido, pero algunas nos pusimos a jugar a “Verdad o Consecuencia”. Bueno, te cuento que Janey, la mejor amiga de Tara, acabó completamente desnuda, pero a ella parecía que no le importaba. Entonces Tara me mandó a que me lo montase con Janey y así lo hice. Querido Diario, tengo que ser honesta, lo hacíamos como si fuésemos bolleras totales y, realmente, me gustó. Era mucho más excitante de lo que pensé que sería hacerlo con otra chica. ¿Te lo puedes creer? Ahora me siento rara, pero a la vez tengo la sensación de que tampoco me importa. Cuando me dormí, Janey dormía ya a mi lado.
Además, resulta que ella también estudia en Polk, así que supongo que la veré el lunes. Te sonará raro, pero creo que, de todos modos, la veré en algún momento porque ella es la chica de Tara.
De todas formas, sí, mi cabeza sigue dando vueltas, después de todo, a lo que ha pasado. Así que trataré de localizar esta noche alguna buena polla solo para asegurarme de que no me he vuelto completamente lesbi ahora.
Bobbi
Joan se secó el sudor de la frente. En el fondo de su mente una vocecita le decía que dejase el librito en su sitio antes de que nuevas y alarmantes revelaciones la hundiesen aun más. Pensó también en llamar a la madre de Tara y reprocharle el que le diese alcohol a las chicas. Sin embargo no hizo ninguna de las dos cosas. Sus manos seguían aferradas con fuerza al cuaderno, sus ojos fijos en el texto. Sentada aun en la cama, apretó con fuerza los muslos.
20 de Abril
Querido Diario:
Hoy quedé con Janey después de clase y fuimos a buscar a Tara. Todavía no había llegado a su casa, pero su madre nos dejó entrar. No podíamos esperarla más y, allí mismo, en su cama, nos pusimos a follar. ¡Dios, Janey es tan caliente! La madre de Tara nos trajo bocadillos y bebidas.
Cuando Tara llegó nos contó que se había retrasado porque un profesor la había llamado después de clase y, ¿sabes qué? ¡Tara dice que hizo que el profe le estuviese comiendo el coño todo el rato! ¿No es genial? Ojalá pudiese ser como Tara.
De todas formas, después de que Tara se cambiase y se pusiese una lencería sexy, sacó una gran caja de juguetes y pasamos un montón de tiempo usándolos entre nosotras. Mi favorito es el gran consolador que vibra y tiene esa cosa que se apoya sobre el clítoris. Le dije a Tara que era una mierda el que no pudiese pedirle a mi madre que me comprase cosas así y ella me dijo que me iba a ayudar con eso. ¡No puedo esperar! Después de que nos comiéramos la cena que su madre nos preparó, Tara hizo que su madre se desnudase para nosotras y luego nos lamiera nuestros culos. ¡Estoy en el cielo!
Bobbi
Joan se puso colorada. Respiraba agitadamente, casi jadeando. Cuanto más avanzaba en la lectura del diario, más y más tórrido y chocante se iba volviendo. Todo eso no podía ser cierto, ¿verdad? ¿Qué clase de madre se comportaría de esa forma? Y cada entrada en el diario sólo hablaba de sexo, nada de las habituales preocupaciones sobre enamoramientos adolescentes, la escuela o la vida en el hogar (salvo las despectivas anotaciones que Bobbi había puesto sobre ella). Tal vez esto no fuese una descripción real de la vida de su hija, sino tan solo una colección de fantasías. Sí, tenía que ser eso. Solo eran las calientes fantasías sexuales de Bobbi. Joan se relajó un poco pensando eso.
Menos preocupada, pasó a la siguiente página. Al igual que las anteriores, muchas frases estaban subrayadas.
25 de Abril
Querido Diario:
Estoy escribiendo esto con una sola mano, si sabes a lo que me refiero. Hoy estaba en el centro comercial y vi a esos dos chicos con los que Tara y yo nos enrollamos hace un par de semanas. No hubiese sido capaz de hacer lo que hice antes de conocer a Tara, pero me acerqué a ellos y les dije que si querían venir conmigo a casa antes de que llegase mi madre. El chico que se enrolló con Tara me preguntó que qué pasaba con ella. Le dije que ella no estaba y que yo ya le buscaría un hueco que llenar. Se asustó un poco, pero los convencí, tal y como Tara me había enseñado, y mmmmmmmmm… Tengo que usar las dos manos. ¡Adiós!
Bobbi
Aun tórrida como era la escena, y a pesar de que había acabado aquí, en la cama donde estaba sentada, constituyó casi un alivio para Joan. En comparación con la entrada anterior, parecía prácticamente inocente. Después de todo, ¿qué mujer no ha soñado con hacer el amor con dos hermosos hombres al mismo tiempo? Ella ciertamente lo había hecho. Cerró los ojos tratando de imaginar la escena aquí, ahora, con ella en el lugar de su hija.
Abrió los ojos abruptamente. Se recriminó por permitir que su mente se hubiese dejado llevar. Se obligó a continuar leyendo, ahora con los pezones dolorosamente duros.
30 de Abril
Querido diario:
Hoy hemos ido al centro comercial. Tara hizo que su madre nos llevase para así poder comprar licores y cosas en la sex-shop para esta noche. Cuando llegamos al centro comercial, pasamos ante la tienda de zapatos y vimos un par de esas botas de cuero que llegan hasta medio muslo y Tara solo dijo:
- Mami, quiero que me compres esas botas para que me las puedas lamer.
¡Amo totalmente a esa chica! Su madre solo contestó:
- Sí, querida.
Las botas le sentaban de maravilla, lucían muy sexys sobre ella y el material de la sex-shop era de lo más, más caliente. Lo estuvimos usando toda la noche. Janey y yo estuvimos hablando con Tara sobre cómo podríamos conseguir que nuestras madres fuesen tan cool como la suya y ella nos dijo que nos ayudaría. Así que… ¡Yupiiiii!
Bobbi
Joan se pasó la lengua por sus resecos labios. En esta entrada el diario volvía a la esfera de lo verdaderamente extraño. ¿Podría su sexy hija realmente fantasear acerca de cómo tratar así a su madre? Se imaginó a sí misma de rodillas, a los pies de Bobbi, adorándola, sumisa y excitada. ¡Una extraña idea!
7 de Mayo
Querido Diario:
Tengo que decidir a qué chico le digo que me pida ir al baile de graduación. Es tan impresionante que sea capaz de hacerlo ¡Gracias, Tara! Estoy pensando que tal vez se lo diga a Billy. Es muy guapo y tiene un montón de pasta para gastarse conmigo. Pero sigo sintiendo algo por Steven. Entre tú y yo, Diario, me sigue gustando Paul, pero no creo que él quiera seguir saliendo conmigo. Otra cosa sobre la promoción que tengo que contarte es que el otro día le presenté a Tara a Darin Marshal. Quería que Tara me acompañase y pensé que quizás él la invitase. Pronto Darin, Tara y yo estábamos en su casa y, por supuesto, el la invitó al baile, así que Tara le premió con una mamada de su madre también. Me gusta ver como lo hace porque está bastante buena para ser una madre y porque realmente sabe lo que hace. Espero poder llegar a mamar de esa forma algún día, pero claro, ¡tengo que practicar mucho!
Tara, Janey y yo vamos a ir a comprarnos los vestidos. ¡Estoy tan emocionada!
Bobbi
Joan parpadeó un par de veces. Con la mano izquierda comenzó a masajearse sus pechos mientras que con la otra pasó algunas páginas más-
28 de Mayo
Querido Diario:
¡La promoción ha sido la mejor noche de toooda mi vida! ¡En serio! Billy alquiló una limusina grande con chófer y champán y todo, y nos recogió a Tara, Darin, Janey, Carlos y a mi. ¡Las tetas de Janey se veían tan deliciosas en ese vestido! Apuesto a que Carlos no pudo mirarla a los ojos en toda la noche y no puedo culparlo. Llegamos al baile que aun no había comenzado a animarse. Así estaba mejor, pues podíamos observar los vestidos de todas y alguna otra cosa más.
Billy resultó ser un buen bailarín. La engreída de Sheila fue elegida reina del baile y su novio Johny, el quaterback, rey. Después se dedicaron a bailar juntos. Actuando como amiga de ambos me acerqué a ellos y les presenté a Tara. Después le dije que fueramos juntas al baño.
Cuando todas estuvimos allí, incluyendo a Janey, hicimos que la perra reina de Sheila se arrodillase y nos comiera el coño a cada una de nosotras un par de veces, luego, dándole unas buenas nalgadas, la enviamos de vuelta al baile con su vestido estropeado, despeinada y con su maquillaje corrido. Eso fue un escarmiento por haberme tratado mal en el instituto. Apuesto a que Johny se pasó un buen rato degustando nuestro sabor de la cara de Sheila.
Después nos fuimos a un motel y bebimos más champán y fumamos algo de hierba que había traído Billy. Follé con todo el mundo una y otra vez. Voy a estar un tiempo sin poder caminar bien, pero mereció la pena. ¡Tres chicos y tres chicas en un solo día es todo un nuevo record para mí! Fue increíble. Creo que voy a tener que romper ese récord, pero no tengo prisa. Aun estoy cansada y dolorida.
XOXO
Bobbi
Cuando los dedos de Joan probaron la humedad de sus bragas, se preguntó si estas excitantes fantasías de su hija eran normales. Seguro que eran fantasías, porque seguramente Bobbi nunca podría hacer todas esas vergonzosas cosas sin sentido. No su hija, no su dulce e inocente chica, no su perfecta y hermosa diosa de niña.
Los dedos de Joan habían empezado ya a masajear su clítoris a través de la húmeda tela de su ropa interior cuando escucho ruido de pasos en el pasillo.
- ¡Mamá! – gritó Bobbi, sorprendida - ¿Has estado leyendo mi diario?
Joan presa del pánico miró hacia la puerta sacando con urgencia la mano del interior de sus pantalones. Aunque el tono de su hija había sonado enojado, advirtió una extraña sonrisa en el rostro de la joven. De pie, una a cada lado de su hija y también sonriendo, estaban Tara y Janey.
- Eso no es propio de ti, mamá. – dijo Bobbi acercándose hasta donde se encontraba su sonrojada y balbuceante madre. – Creo que voy a tener que darte unos azotes.
La mente de Joan luchaba por darle sentido a esta situación. Algo no encajaba. Es cierto que no debería haber leído el diario privado de Bobbi, pero aun así, ¿iba a dejar que Bobbi la azotase?
La encantadora muchacha se sentó en la cama junto a Joan y palmeó una de sus rodillas, desnudas bajo el dobladillo de una sexy minifalda. Aunque una pequeña voz en la mente de Joan gritaba en protesta, la mujer se echó sobre las rodillas de su hija. Gritó con más fuerza la voz interior cuando notó como le bajaban el pantalón y las mojadas bragas. Con la primera nalgada, sin embargo, la voz interior enmudeció.
Más azotes cayeron sobre sus nalgas. Joan gemía agradecida a su hija por el bien merecido castigo.
Ahora le toca a Janey. – dijo Bobbi, dejando que su amiga diese los siguientes golpes. Lágrimas de alegría y dolor inundaban los ojos de Joan.
Y ahora llega el turno de Tara. – Joan gritó cuando la última de las tres hermosas jóvenes la golpeó con mucha más fuerte que sus predecesoras. Su clítoris y sus pezones palpitaban con cada golpe, mientras gritaba hasta quedar sin aliento. Por fin acabó el castigo. El culo de Joan, enrojecido por el castigo, ardía como una brasa viva. Bobbi le acarició el pelo.
¿Has aprendido la lección, mami? – preguntó la chica. Joan se sorvía los mocos mientras asentía.
Bien, porque ahora vamos a ir a ver el nuevo juguete que nos ha comprado la madre de Tara. – el corazón de Joan se aceleró.
Janey tomó la palabra.
¡Wow!, ha funcionado a la perfección. ¡No puedo esperar a que llegemos a mi casa!
Te aseguraste también de dejar tu diario a la vista, ¿verdad? – preguntó Tara.
¡Oh, sí! – respondió Janey antes de besar a Tara apasionadamente.
Joan se dio cuenta entonces de que, a partir de ese día, su vida jamás volvería a ser la misma. Dejándose caer al suelo, empezó a besar con gratitud los pies de Bobbi.
Epilogo
El sexy body que Joan vestía brillaba con el sudor de su cuerpo mientras terminaba de fregar el piso de la habitación de su Ama. Lo había hecho arrodillada, restregando el suelo con sus manos, y ahora por fin se ponía de pie. Se alisó los cortos faldones de la prenda y reflexionó sobre cuanta razón había tenido su Ama diciéndole lo bien que estaba vestida así, incluso para hacer las tareas del hogar. El Ama siempre tenía razón.
Sin embargo, no podía dejar de desviar su mirada hacia el diario que, de nuevo, estaba sobre la cama. Había sido terriblemente malo para ella, lo sabía, violar la privacidad de su Ama leyéndolo, y por ello fue conveniente y deliciosamente castigada. Aun así, atesoraba el recuerdo de aquel día. Su vergonzosa trasgresión le había mostrado cual era su verdadero lugar en la vida y la perfecta alegría que desde entonces había conocido. Por tanto, le era imposible disociar su culpabilidad de su éxtasis. El ver, de nuevo, el delgado libro le hizo desear volver a vivir la experiencia.
Con gran esfuerzo, Joan había logrado mantener sus manos alejadas de su coño como le había ordenado su Ama para cuando ella no estuviese. Pero ahora, la voluntad le fallaba para mantenerse alejada del diario, para alejarse y no mirar en sus páginas. Sabía que la iban a castigar, pero merecería la pena.
8 de Junio
Querido Diario:
¡No puedo creer lo bien que han salido las cosas! ¡Mi vida es mejor de lo que jamás soñé! ¡Gracias por ayudarme, querido Diario! Después de romper a mamá, nos fuimos a casa de Janey, que hizo lo mismo con su madre. Ella tiene las tetas incluso más grandes que las de su hija y lame coños con mucha soltura, a pesar de que nunca se había hecho uno antes de probar el de Janey.
De todas formas, Tara ha hecho que su madre le de lecciones a mi mamá y a la de Janey, y ya se notan los resultados. Mamá mejora a pasos agigantados. Es mucho mejor ahora que ya no está tan tensa y no es la que manda. Todavía no obedece todas mis órdenes, pero a veces resulta divertido ver como trata de resistirse hasta que le doy una azotaina, pellizco sus pezones o cualquier otra cosa que se me ocurra. No es que vaya a dejar de obedecer si no la castigo, pero es un poco más divertido cuando lo hace, ¿sabes?
Claire llegará a casa de la Universidad la próxima semana. ¡Ella sí que se va llevar una sorpresa! Creo que se sorprenderá del nuevo régimen que impera en casa, pero creo que se le puede persuadir para que le guste, si sabes lo que te quiero decir… jajajaja… mmmmm… estoy tan excitada pensando en ello. ¡Mamá va a tener que hacer algo al respecto!
Bobbi
Joan gimió. Sin duda sí que se había beneficiado de la tutela de Carla, la madre de Tara, y se alegró de que su hija lo hubiese notado. Había estado trabajando muy duro, también, para tener la casa a punto para la llegada de su hija mayor. A pesar de no estar segura de lo que el Ama planeaba para Claire, estaba feliz esperando saber que deseaba el Ama para ella. Y, sobre todo, se sentía muy feliz de que su Ama pudiera disfrutar el castigo que merecía por este último acto de rebeldía. Solo esperaba que su Ama llegase pronto para que la pillara.