Diario de un Virgen Adolescente

Una nueva oportunidad llega a la puerta de Evan, haciéndolo descubrir una nueva faceta...

CAP V: Los Placeres de un Activo

Llegó septiembre y este mes fue mi cumpleaños, ahora tenía 20 años. Mi rutina normal volvió, por ello, mis horarios nuevamente estaban súper ocupados y claro, mis andanzas por las diferentes redes sociales. Sin embargo, no sabía que este día una nueva oportunidad llegaría a mi puerta, literalmente.

Su nombre es Jorge, tiene 18 años, recién cumplidos también. Físicamente es un chico de 1.60 de estatura, de cabello rubio, liso y peinado hacia un lado, ojos café, de piel muy blanca, y contextura delgada; con algunos abdominales marcados, pero nada más, brazos y piernas muy delgadas y nalgas pequeñas. Además, sin ningún vello, solo en las piernas, los cuales, al ser rubios no se notaba a simple vista. Vamos, todo un twink en acción, lo cual, me encantaba.

Jorge era mi vecino hace unos 10 años. Nunca tuve mucho contacto con él, como he comentado era muy introvertido y rara vez salía de mi casa. Sin embargo, para esto días había comenzado a salir un poco más y varias veces había hablado con él, era un chico bastante agradable y un tanto inocente, le gustaban mucho los videojuegos y vivía en su propio mundo. También me gustaría decir que dentro de la urbanización se comentaba que a Jorge le gustaban los chicos, pero quién sabe, quizás solo eran habladurías de los demás.

Este día como cualquier otro, estaba acostado, viendo la televisión. Cuando escucho que alguien llama a la puerta, al salir veo a Jorge quien me saludó y me pidió si podía darle la clave del WiFi pues, el de él se había dañado y necesitaba enviar unas actividades del colegio. Yo se la pasé y ambos nos sentamos en la puerta a conversar, uno al lado del otro, muy cerca.

Después de un rato, surgió el tema sexual, a lo que Jorge algo apenado me confesó que aún era virgen, jamás había estado con alguna chica (o chico) y que se mataba a pajas cada vez que podía. Me preguntó y yo le dije que yo había tenido mi primera vez hace poco, aunque preferí reservar que fue con un hombre, al recordar esto mi verga comenzó a ponerse dura y se notaba un poco por debajo del short. Podía ver como él comenzaba a ponerse nervioso y me miraba de reojo.

E: ¿Qué pasa? ¿Te he puesto nervioso? - dije, mirando a sus ojos y luego a mi verga.

Jorge no respondía, solo se quedaba mirando mi verga.

E: Ah, ¿Esto? - le decía tomando mi verga - es normal, lo hace cada vez que recuerda ese momento.

J: Pu pues se te ve algo bueno - respondió él, para luego arrepentirse - Vaya, disculpa. Que he dicho, creo que no he pensado.

E: Jajaja,no pasa nada. Yo también le veo los bultos a los demás. Anda tocalo si quieres - mirando fijamente sus ojos, levantando una ceja.

J: Que va, tampoco es para tanto - respondía mientras se lamía los labios.

E: Jajaja, se te nota. Vamos, no pasa nada - tomé su mano y la pasé por mi verga.

J: Pues si que está dura.

E: Si jajaja, ahora tendré que hacerme una paja- dije, observando a los lados, para revisar que no viniera nadie - aunque preferiría meterla en un buen culito.

Al terminar esto, tomé a Jorge por la nuca y le dí un beso, al que él respondió. Quedándonos así un momento.

J: E E Evan, ¿Qué haces? - decía con la voz entrecortada y su cara roja.

E: No te hagas Jorge, tampoco te negaste.

J: Ahora lo sabes, ¿Qué voy a hacer? - decía con los ojos llorosos.

E: Tranquilo Jorge - decía tomando su mano - no le diré a nadie, yo mismo sé lo que se siente eso. Además, no tiene nada de malo que te gusten los hombres.

J: Pero si se enteran mis papás me matan - respondía un poco más tranquilo.

E: Vamos que puedes confiar en mí, contarme qué te pasa siempre que quieras.

J: Está bien, gracias - dijo antes de volverme a besar- lo haces muy bien la verdad, siempre me provocaron tus labios.

E: Cuando quieras puedes venir a besarlos jajaja.

Luego de esto a Jorge lo llamó su mamá y se fue, no sin antes intercambiar nuestros números. Poco a poco, comenzamos a escribirnos y a acercarnos más. Hasta que un día Jorge me dijo que estaría solo en su casa y que si quería lo acompañara, yo le dije que estaba bien, que iría a hacerle compañía, ya ambos sabíamos de que clase de compañía.

Por la mañana Jorge me escribió diciendo que sus padres saldrían después del almuerzo y llegaban hasta la noche. Yo almorcé, me bañé, cuando estaba vistiéndome Jorge me dijo que ya estaba solo, así que fui a su casa.

Jorge me recibió solo en short y sin camisa, nos sentamos en el sofá y conversamos un poco, hasta que me invitó a su habitación a ver una película, le dije que si no tenía una excusa más original y me le tiré encima, besándolo.

Lo tomé en mis brazos y fuimos a su habitación, allí lo acosté sobre la cama y empecé a besarlo. Me levanté, quedando de rodillas, me quité la franela, mientras Jorge me admiraba desde abajo. Volví a besarlo y comencé a bajar, saqué la lengua y lamí su cuello, chupé y comí sus tetillas hasta que quedaron rojas y seguí bajando hasta sus abdominales, mis manos tocaban los laterales de su cuerpo. Llegué a la altura de su verga y antes de quitarle el short le pregunté...

E: ¿Estás seguro de esto?

J: Jamás lo he estado tanto.

Quité su short y para mí sorpresa no llevaba nada abajo.

E: Muchacho travieso - dije con una sonrisa.

Jorge solo pudo limitar a reírse. Ví su pene y no estaba nada mal, mediría unos 16 cm, totalmente liso y delgado, con un glande y unas bolas súper rosadas; algo obvio por su color de piel, también, el prepucio tapaba su glande. Empecé a chuparlo y no se me hizo difícil meterlo todo, pues a pesar de ser de un largo normal, era delgado. Al meterlo todo de una vez, Jorge se retorció, soltando un gran gemido y arqueando su espalda. Ví su cara, estaba totalmente roja, sus ojos cerrados y su boca abierta, se notaba que empezaba a disfrutar. Con sus manos me tomaba del cabello, pero era muy suave, solo me hacía cariño. Saqué su verga y comencé a lamerla, desde la punta hasta el tronco, bajé su prepucio y descubrí su glande, lo enrosqué en mi lengua, le dí un beso y seguí lamiendo un poco más, volví a meterlo. Jorge estaba totalmente rojo, su cara y su cuerpo, y soltaba muchos gemidos, chupé sus bolas, primero una y después la otra. Bajé y bese sus muslos, le pedí que se volteara y así lo hizo, quedando en cuatro y mostrando su culo totalmente expuesto. Que culito se gastaba, tenía algunos vellos muy finos, se sentía suave y el huequito uff, de solo acordarme se me levanta, era rosadito y obviamente súper cerradito.

E: ¿Nunca te has dilatado por aquí?

J: Jamás.

E: ¿Ni un dedito?

J: No bebé, nada.

Sabía que no iba a ser fácil, mi pene no era muy grande, pero igual estaba súper cerrado. Así que tenía que dilatarlo mucho para que no le doliera.

Así comencé, pasando mi lengua mientras le apretaba las nalgas, daba vueltas en círculos con ella, le pedí que se relajara y que tratara de abrirse lo más posible, así logré meter un dedo, Jorge gritó, me quedé así hasta que sentí que su hoyito se abrió y empecé a dilatar, lo mismo pasó con el segundo dedo. Cuando quise meter un tercero su culo tuvo resistencia, así que se lo lamí un poco más.

J: Evan quiero chupartela.

E: Claro como no, déjala bien mojadita así te entra más rápido.

Subí le dí un beso antes, me coloqué boca arriba sobre la cama y le dije que se sentara sobre mi cara, así quedamos haciendo un 69, con todo su culito a la vista para seguir trabajando y él con toda mi verga en la boca.

E: Sólo ten cuidado con los dientes y no te apures.

Seguí en lo mío, metiendo un dedo,dos dedos, o uno de cada mano, mientras lamía su culito. Mientras, Jorge empezó a lamer mi glande y poco a poco metiendo mi verga en su boca, algo torpe, pero nada mal para ser su primera vez.

E: Así es, déjala mojadita para que deslice en tu culito.

J: Que rica está tu verga papi.

Cuando ya tenía nuevamente la verga dentro aproveché la oportunidad y le metí un tercer dedo, notaba como él gritaba ahogando su gemido por mi verga en su boca.

E: Quédate así un rato,ya te acostumbras.

Jorge sacó mi verga de su boca y aguantando el dolor se recostó sobre mi pelvis, sentía sus manos apretando mis muslos.

J: Ya no duele tanto,sigue.

Y seguimos, él mamando toda mi verga y yo dilatando su culito. Cuando saqué mis dedos pude ver que su hoyito ya estaba rojo, dilatado y listo para follar.

E: Ya estás listo, ¿Te la vas a meter?

J: Ujum - decía aún con mi verga dentro de su boca - tú también lo estás.

Nos levantamos, Jorge se colocó nuevamente sobre la cama. Puso sus brazos por debajo de sus piernas y las subió, quedando su culito totalmente a mi disposición. La verdad , así quise metersela toda de una vez,pero no quería hacerlo sufrir.

Me puse el condón, y mucha saliva, me coloqué de rodillas sobre la cama, y empecé a meterla, mi glande no tardó en entrar, pues estaba muy dilatado. Él quitó sus brazos y se aferraba a las sábanas, así que tuve que tomarlo por las piernas y mantenerlas erguidas. Seguí metiendo más ,llegando a la mitad en eso él grito.

J: Ay,para -mordiendo sus labios - me duele.

E: Deja que se acostumbre - respondí.

Si es cierto que mi verga no es larga es bastante gruesa, así que entendía porque le dolía. Cuando ví que su culo se abrió seguí y logré meterla toda, Jorge gritó muy fuerte.

E: Ya está toda, ahora solo acostúmbrate- tratando de no moverme mucho para no lastimarlo.

Empecé a besar sus piernas, las cuales había puesto sobre mis hombros, al igual que sus pies.

J: Ya Evan, hazme tuyo.

Bajé y llegué a su boca, empecé a besarlo, moviendo mis caderas y sacando muy poquito. Él se aferraba a mi nuca y gemía junto a mi boca. Seguí moviendo un poco más sacando casi toda la verga y después de un rato ya los movimientos eran súper acelerados, haciendo que Jorge doblara su espalda. Mi verga de vez en cuando se salía, ya que también era mi primera vez como activo y era algo torpe.

Me gustaba mucho esa sensación, su culito abriéndose a mi verga, sentía como la apretaba y el calor de su hoyito. Me levanté y lo tomé por las piernas, dándole más duro.

J: Si, que rico, me encanta que me folles.

Yo solo gemía y le daba nalgadas. Luego le dije que se volteara y se pusiera en cuatro, así lo hizo y se la metí toda de una vez, Jorge volteó y me vió con cara de dolor y un poco pícaro, yo solo me encogí de hombros y sonreí. Lo tomé por las caderas y empecé a follarlo, me encantaba ver como su culo se tragaba mi verga de manera lenta. Lo tomé por los hombros y también tocaba su espalda. Paré a descansar y Jorge subió, se quedó de rodillas y me besó, yo lo tomé del pecho y las tetillas, comencé a mover mi cadera y a masturbarlo, quedando así un buen rato.

Cuando ambos nos cansamos, nos acostamos, coloqué mi brazo debajo de Jorge y él se acomodó sobre mi pecho. Subió sus piernas, quedando como de posición fetal, así fuí metiéndolo otra vez, una vez dentro empecé a moverme. Ambos nos besamos, nuestras manos se entrelazaban y con la otra yo tocaba sus nalgas y piernas, mientras él se hacía una paja. Luego,nuestros movimientos aumentaron, Jorge ya llevaba buen rato jalándose.

J: Evan que rico, ahhh no aguanto.

E: Sacala papi, dame tu lechita.

Así acabó en su mano,soltando un gemido abismal antes, yo saqué mi verga y quité el condón,empezando a tocarme mientras nos besamos y le decía cosas.

E:¿De quién es ese culito bebé?

J: Solo tuyo papi.

E:¿Ah sí? ¿Sólo te vas a comer mi verga?

J:Si amor, solo seré tu pasivito.

E:Que rico, que yo me entere que andas de puto con otro, que te voy a castigar.

J:¿Ah sí? Que provocador se escucha eso.

E:¿Quieres ser castigado?

J:Si papi, soy un chico malo.

Le dí un par de nalgadas.

E:Bueno tragate la leche de papi- decía con mi verga a punto de acabar- ahhh, ahí viene, ahí tienes tu lechita.

Dejando mi semen regado en su culito. Nos sumimos en un largo beso, sintiendo nuestros cuerpos y disfrutando lo que acaba de pasar.

Jorge se levantó para limpiarse cuidadosamente, tratando de no dejar rastro de nada, lo alcancé en el baño y estaba en el lavabo, lo tomé por detrás, rodeando su cintura y dándole un dulce beso. Nos limpiamos y fuimos a acostarnos, Jorge se quedó dormido en mi hombro y yo me quedé viendo la dichosa película. Cuando ví que ya se hacía tarde lo desperté, nos vestimos y me fuí a mi casa. Al llegar ahí, recibí un mensaje.

J: Gracias por hacerme tuyo, me ha encantado- me escribía él con algunos emojis románticos.

E: De nada bebé, siempre a tu disposición jaja- respondí yo con un emoji sacando la lengua.

Continuará...

Bueno,hasta aquí este relato con mi vecinito, un chico que dará mucho de que hablar en un futuro. Quiero agradecer por todos sus mensajes, pronto estaré respondiendo cada uno de ellos; solo que he tenido algunos problemitas con el correo. Sin más, espero leerlos.