Diario de un Virgen Adolescente

Evan responde a la propuesta de Jorge, cosas interesantes siguen pasando en su noche juntos, la cual, tiene un final inesperado...

CAP VII: ¿Novios?

J: Evan, tú - hizo una pausa que me pareció eterna - ¿Quieres ser mi novio?

E: Pues...

En ese momento mi mente se llenó de pensamientos. Por una parte, Jorge me gustaba, lo quería como más que un amigo y disfrutaba más que el sexo con él, por el otro, apenas comenzaba a descubrir mi sexualidad y estaba en esa faceta de experimentar; haciéndome dudar si estaba listo para una relación.

J: Evan, por favor, responde.

E: Bueno... Si, si quiero ser tu novio.

Jorge se me abalanzó encima y comenzó a besarme de la manera más dulce que podría existir. Comenzó a acariciar mi cabello, bajaba por mi cuello, seguía por mi pecho y me volvía a besar, la cara de Jorge reflejaba felicidad, tenía una gran sonrisa y estaba muy sonrojado.

J: Déjame ir al baño.

Apenas Jorge se fue quedé pensando; ¿Qué acaba de pasar? Ahora tengo novio, pues, era claro, los encuentros con Xavier o cualquier otro estaban cancelados pero el sexting de vez en cuando no tenía nada de malo, jamás conocería a estas personas y solo era por un rato, así que no lo estoy engañando ¿O si? Cómo sea, ya tendría tiempo para pensarlo, mientras, disfrutaría de lo que me quedaba de noche junto a mi novio, jum, hasta lindo suena.

Apenas escuché que Jorge se acercaba, me coloqué de rodillas sobre el sofá y recosté mis brazos sobre el espaldar, quedando mi cabeza sobre estos y mi culo expuesto.

J: ¿Qué haces amor?

E: Aquí, esperándote.

J: ¿Así?

E: ¿No te gustaría probar? Ven y cógeme bebé.

Es cierto, por nuestros aspectos no era lo más convencional. Pues, Evan era el chico alto, corpulento y grueso, mientras Jorge era el twink, delgado y fino. Pero vamos, los esteriotipos son solo pensamientos de los demás. Además, este cambio de roles me causaba mucho morbo y mi novio no se cargaba una mala verga tampoco.

E: Ven, come este culito que te espera. Yo te enseño.

Jorge se acercó y se colocó detrás de mí, se quitó el suspensorio y se agachó. Inició lamiendo mi hoyito a la vez que acariciaba mis nalgas.

E: Anda, sin miedo. Mete un dedo.

Así lo hizo,entrando este perfectamente. Él al ver esto, me metió un segundo al instante, sin avisar y comenzó a meter y sacar muy lentamente. Luego, bajó un poco y comenzó a lamerme las bolas aún con sus dedos adentro. Los sacó y con sus manos echó mi pene hacia atrás y comenzó a chuparlo, yo al notar mi culito vacío, metí mis dedos, dilatando yo mismo.

E: Jorge te la quiero chupar - dije totalmente excitado y con mi voz entrecortada.

Jorge se retiró, se levantó y me besó. Lo acosté boca arriba sobre el sofá y me le tiré encima, comencé a chupar su verga, sus bolas y dos de mis dedos estaban en su huequito. Él por su parte, me chupaba y dilataba el culo con tres dedos entrando y saliendo de ahí, estrujaba su cabeza por mis nalgas y se sentía súper bien, quien lo diría, mi pasivito era todo un comedor de culo.

E: Ah Jorge, cógeme ya, te quiero dentro.

J: ¿Ah, qué dijiste?

E: Que me lo metas ya Jorge.

J: Dilo más fuerte jajaja, creo que no te escucho.

E: ¿Ah sí, no escuchas? - decía mientras me sentaba, quedando de espaldas sobre Jorge.

J: No, no te escucho.

E: Pues- respondía mientras me deslizaba y tomaba la verga de Jorge- que quiero que me cojas cabrón - me introduje toda su verga de una vez mientras lo veía a la cara.

Jorge pegó un grito, empecé a moverme y veía que a él le encantaba pues su cuerpo no podía resistir a retorcerse. Me movía de arriba a abajo, en círculos, veía a la cara a mi novio, estaba rojo, sus ojos cerrados y de su boca salían gemidos. Él me tomó por la cintura, se levantó y quedé en cuatro. Empezó a bombear y yo igual movía las nalgas sintiendo todos sus centímetros dentro de mí y vaya que no estaba nada mal. Me tomaba por los hombros, recorría mi espalda y me nalgueaba de vez en cuando. Yo volteaba a verlo y tenía una sonrisa de sádico en su cara, se nota que ambos lo estábamos disfrutando.

Un rato después, él se salió de mí. Quise voltearme pero el sofá era demasiado pequeño, cayendo en el intento. Jorge y yo comenzamos a reír.

J: ¿Te lastimaste?

E: No. La verdad, el piso no está nada mal.

Él bajó y se colocó de rodillas, subió mis piernas a sus hombros y me la volvió a meter. Se agachó y nuestros labios se unieron, yo lo tomaba por sus nalgas, acercándolo más a mí, nuestros cuerpos sudados se juntaban, nuestras caras igual, ambos estábamos sumidos y encantados.

J: Evan, ya no puedo - dijo con la voz totalmente excitada. Intentado levantarse.

E: Para que te levantas - dije empujándolo a mí - déjala dentro.

No tardó mucho, en unos minutos sentí su verga hincharse y varios chorros de semen dispararon dentro de mí. Jorge cayó tendido sobre mí.

E: ¿Te gustó?

J: Me encantó.

E: Pero hay un problema amor.

J: ¿Qué hice algo mal?

E: Mi verga aún está caliente y dura.

J: Ay Evan.

Me levanté y Jorge apenas podía ponerse de pie, así que lo cargue, él se resistía un poco, así que tuve que darle un par de nalgadas. Lo llevé al cuarto y se colocó boca abajo, se la metí e inicié el bombeo, lo tocaba dulcemente y lo besaba por la nuca y la espalda. Estaba muy caliente por la sesión anterior, así que unos pocos minutos después sentía mi leche venir.

E: Ah, me vengo.

J: Déjala adentro, dale lechita al bebé.

Así fue, comencé a venirme dentro de su culo, fue un orgasmo impresionante; aunque no muy grande, debido al anterior. Debido al orgasmo, empecé a orinar sin darme siquiera tiempo de salirme de Jorge. Ya esto me había pasado antes, cada vez que tenía un gran orgasmo de inmediato me daban ganas de orinar.

Me salí y ví a Jorge, estaba sorprendido.

E: Disculpa amor, no aguanté.

J: Tranquilo bebé, fue raro, pero... Me gustó. Siempre quise probarlo.

Yo solo pude reír, quien ahora era mi novio, el chico con cara de inocente y bueno, era todo un morboso al igual que yo. Nos levantamos, entramos al baño y allí nos lavamos el uno al otro, nos limpiamos todo lo que teníamos dentro y nos fuimos a la cama, solo tapados por la sábana. Era ya muy tarde, así que me puse de cucharita, abrazando a Jorge y nos quedamos dormidos.

A la mañana siguiente, a Jorge lo despertó la alarma, eran las ocho de la mañana. Teníamos un rato más, pues mis suegros llegarían al mediodía. Sentí unos labios en mi boca así que me desperté, él sonreía.

J: Buenos días dormilón.

E: Y como no, si anoche me dejaste exhausto jajaja. ¿Te gustó?

J: Mm si, pero la verdad prefiero ser tu pasivo.

E: Jaja está bien, tragón. Pero de vez en cuando no está mal cambiar.

J: Ok - respondió dándome un pico.

En ese preciso momento, sentimos la puerta del cuarto abrirse.

...: Jorge ya lleg...

Lo próximo que vimos fue una cara de sorpresa, a Jorge y a mí nos habían descubierto.

Continuará...

Bueno, hasta aquí otro relato de Evan y Jorge. Díganme, ¿Creen que Evan hizo bien al decirle que si?, ¿Está bien esto que Evan piensa? Espero leer que opinan, nos vemos en el siguiente.