Diario de un Virgen Adolescente

Sigue la historia entre Evan y Jesús, donde comienzan a pasar cosas muy interesantes...

CAP II: Virginidad

...nuestros cuerpos estaban sintiéndose y nuestras vergas tocándose. Justo en ese momento escuchamos el ruido de la puerta de la calle, alguien había llegado y estaba a punto de descubrirnos.

Apenas escuchamos el sonido de la puerta los dos quedamos viéndonos con una expresión sobresaltada. Como pude me coloqué mis shorts; sin nada abajo y mi franela. Salí a ver quién era, mientras le daba tiempo a Jesús para que se vistiera, en ese momento, mi hermana entraba a la sala, traté de actuar lo más normal que pude, llevarla a la cocina;la cual quedaba alejada de mi habitación, y sacarle conversación.

Después de unos minutos, oímos la voz de Jesús tocando la puerta; el muy astuto logró salir sin darnos cuenta y disimuladamente fingió que acababa de llegar. Al ir mi hermana a abrirle, corrí a mi cuarto, pero ví que Jesús había dejado todo impecable, me coloqué los slips; que estaban escondidos debajo de la cama, y me acosté un rato, viendo la televisión, aunque mis pensamientos estaban sumidos en otras cosas, en todo aquello que acababa de pasar.

"¿Por qué lo hizo?", "¿Y ahora qué?". Cabe destacar, Jesús siempre se había demostrado como un chico hetero y con cero interes en los hombres; de hecho, siempre que lo escuchaba estaba presumiendo con cuántas chicas había estado, por eso, nunca me animé a demostrar mi atracción hacia él, además del miedo a ser expuesto a mi familia. Pero bueno, la respuesta a todo esto la obtendría después. Al rato, decidí salir y ahí estaba él, muy sereno, hablando con mi hermana.

Luego de varias horas, Jesús ya se iba, se colocó en la puerta de mi recámara y me dijo:

J: Adiós Evan - con una sonrisa pícara en la cara - mañana seguimos en lo que estábamos.

E: ¿En qué? - respondí yo inocentemente.

J: Ya sabes - tocándose el paquete y riendo.

Y así fue, al día siguiente volvió a venir a mi casa,pero no hubo tiempo de hacer nada,la mayor parte del tiempo estuvimos acompañados. Con el pasar de los días las insinuaciones no dejaron de faltar, siempre aprovechamos los roces y los pequeños momentos solos. Cada vez que podía, le tocaba el paquete o le colocaba mis nalgas su bulto, haciendo que mi deseo por este hombre creciera más.

Ir a un hotel no era opción, Jesús temía ser visto o reconocido. De hecho, ni siquiera quería que habláramos por WhatsApp, para "no dejar evidencia". Así que, tuvimos que esperar tener nuevamente la casa sola.

Y luego de aproximadamente un mes, por fin ese día llegó. Mi familia asistiría a una fiesta familiar, yo con la excusa de tener demasiada tarea les dije a que no iría, y después de agotar todos sus ánimos aceptaron dejarme. Por lo cual, Jesús y yo tendríamos la casa sola por un buen rato, además, los vecinos creerían que venía a visitar a mi hermana, sin saber que a quien se iba a comer era a mí.

Cerca de las cuatro de la tarde todos se fueron, le escribí a Jesús y a los treinta minutos ya tocaba la puerta de la casa. Apenas entró y la puerta se cerró me volteó y me juntó a él, comenzando a besar mi cuello.

E: Jesús, ¿Me vas a follar?

J: Si, hoy ese culito será mío

E: ¿Me vas a quitar el virgo?

J: Obvio, y te cogeré las veces que quiera.

Poco a poco nos dirigimos a mi cuarto y una vez ahí me volteé, comencé a besarlo con mis manos en su pecho, Jesús por su parte me apretaba las nalgas, empujándome más hacia él.

Comenzamos a desnudarnos, quitándole primero su franela blanca; descubriendo ese pecho velludo, él me quito la mía, desabroché su pantalón, dejándolo caer y viendo su verga ya erecta que se marcaba en sus boxers blancos. Jesús me volteó, recostándome sobre la cama, bajando mis shorts, dándome un par de nalgadas aún con mis slips, los cuales terminó quitando, dejando mi culito rosado, cerrado y hasta ahora virginal a la vista. Me levanté y volví a besarlo, con nuestras lenguas unidas, mordiendo sus labios, que ahora estaban rodeados por una fina barba.

E: Acuéstate te la voy a mamar - dije, dándo un último beso.

Así fue, se acostó en lo más alto de la cama con las piernas abiertas, comencé a gatear sobre la cama, agachándome hacia su verga. Obteniendo su olor a macho, mientras unas gotas de precum ya manchaba su bóxer, empecé a lamerla sobre la tela, dejándola muy mojada, para finalmente sacarla y comenzar mi trabajo.

Igual que la vez anterior inicié chupando su glande, ese cabezón y rosado glande, poco a poco metí más, chupando cada parte de ese moreno y venoso tronco, tomando pausas para tomar aire. "Que rico", "que bien la chupas", "tragatelo todo" eran algunas de las palabras que Jesús me decía. Bajé y lamí sus bolas, mientras con mi mano lo masturbaba.

E: Ya tu verga esta lista, ahora falta preparar mi culito.

J: ¿Ah si? ¿Quieres que te coma el culito bebé?

E: Si papi, hazlo dilatar.

Así él se levantó e incado y con el pecho apoyado sobre la cama comenzó a comerme el culo, iniciaba tocando y moviendo mis nalgas para después acercase y lamer mi hoyito, lo lamía con muchas ganas y yo solo gemía y me retorcía un poco, al dejarlo bien lubricado con su saliva metió un dedo, y con movimientos de adentro hacia afuera dilataba mi culito, lo mismo hizo con un segundo y hasta con un tercer dedo.

J: Este culito está listo para ser preñado.

E: ¿Ya está listo para que me quiten el virgo?

J: Claro,para que disfrutes de una verga.

Me volteé quedando boca arriba, Jesús me pasó un condón y lo abrió.

J: Toma, colócalo.

Y así hice, se lo coloqué y llené de saliva. Llevé mis piernas a sus hombros, él inclinándose un poco y nos quedamos viendo.

E: Jesús, hazlo con cuidado por favor.

J: Claro que sí mi niño, la idea es que disfrutes y si te duele dime y paramos- para luego bajar y darme un beso en la frente.

Apuntó su glande hacia mi huequito y con un poco de presión lo fue metiendo, yo intenté aguantar lo más que pude, aferrándome de las sábanas. Jesús y yo nos veíamos cara a cara, él con una sonrisa en su cara y yo un poco agitado. Así nos quedamos un rato hasta que decidió seguir y meter un poco más.

J: ¿Te duele?

E: Un poco bebé, pero todo bien.

J: Ya verás como lo vas a disfrutar.

De esta manera terminó de meterlo todo, se inclinó tratando de moverse lo menos posible y comenzó a besarme.

J: Cuando quieras que lo mueva dime - dijo antes de besarme.

E: Ujum - alcancé a decir yo con los labios un poco presionados.

Al cabo de unos minutos, ya mi culito estaba acostumbrado, mi pene comenzaba a tomar dureza otra vez.

E: Creo que alguien por aquí ya no es virgen - dije con una risa algo atontada.

J: No, ya no puedes presumir tu virgen culito - decía él devolviendo mi risa.

Se levantó y comenzó a bombear despacio, sacando un poco y volviendo a meter suavemente. Yo cerré los ojos y me entregué al momento.

Decidimos cambiar de posición, dí la vuelta quedando nuevamente incado con el pecho sobre la cama y mi culito levantado, Jesús se colocó detrás de mí con una rodilla en la cama y el otro pie sobre esta , me tomo por mis caderas y comenzó a moverse. Cada vez mi culito se acostumbraba más a su verga, así que los movimientos se iban acelerando.

Me dejé caer quedando acostado sobre la cama con las nalgas paradas, Jesús se abalanzó sobre mí, recorriendo con sus manos mi espalda, subiéndome un poco para posar su brazo y mano sobre mi pecho y con la otra me tomaba del pelo, de nuevo me la metió ya sin dificultad alguna, dándome besos en mi espalda, mis hombros, mi cuello y mis mejillas. Y, debo admitir que me encantó está posición, sentía su verga entrar totalmente, además de estar totalmente a su disposición, con él sobre mí era quien llevaba el ritmo y yo solo podía relajarme y estar sumido en ello.

Aún con su verga dentro nos colocamos de lado, con su mano recorrió mi cuerpo; para terminar masturbándome y con la otra sostenía mi pierna; ahora levantada. Mientras yo lo tomaba por sus nalgas y lo juntaba lo más posible a mí, nuestros labios se tocaban, estábamos totalmente sudados y nuestros cuerpos lo más pegados posible. Así nos quedamos un buen rato...

J: Nene, me voy a venir. ¿Dónde la quieres?

E: Déjame tomarla papi.

Me lo sacó y se recostó sobre la cama, yo quité el condón y comencé a chupársela, "dame lechita" " este bebé quiere su leche" eran algunas de las cosas que le decía, al cabo de unos minutos sentí su pene tensarse

J: Ahhhh, me vengo. Aquí tienes tu lechita bebé, tómala calientita.

Su pene comenzó a disparar cayendo algunos sobre mi rostro, otros sobre mi boca y algunos sobre su cuerpo. Lamí su cuerpo recogiendo estos restos, y llegué hasta su cara, él comenzó a limpiarme con sus dedos y llevar todo el semen a mi boca, para luego besarme y pasar su líquido sobre nuestras bocas. Me tomó por mi cintura y me volteó, comenzó a chupármela también, mientras metía algunos dedos en mi hoyito, no aguanté mucho así, tenía el morbo a mil y estaba súper caliente.

E: Papi, ay papi - gemía mientras tomaba su cabello y lo juntaba más a mi pelvis.

Empecé a venirme, cuando lo solté pude ver su rostro lleno de mi semen y la cara de él riendo pícaramente. Para finalmente besarnos y hacer lo mismo con mi semen. Quedamos acostados un rato, en silencio, pensando en lo que había pasado. Y si, así fue como perdí mi virginidad, en el momento y con la persona menos esperada...

Continuará...

¡Hola chicos! Primero quiero darle las gracias por todos sus correos y buenos comentarios, en este relato quise especificar un poco más las cosas y hacerlo mucho más explícito y largo. Me gustaría saber qué opinan y si les gustaría que Jesús le explicará a Evan las razones que llevaron a tener su interes, y por supuesto si quisieran saber cómo cambió la vida de este chico y sus otras experiencias luego de esto. Espero leerlos