Diario de un Hipnotista: Las crónicas de Clovis

Clara debe arreglar el asunto de raíz, negociando con Tony, el hombre que follo a su novia borracha. O eso supone ella.

Tony ingresó a la residencia de Clara, se sentó frente a ella abriendo las piernas, acomodándose como si la casa fuera suya.

-¿Por que me has llamado?-Dijo Tony, con un tono casi burlón.

Clara bufó, las piernas cruzadas, los brazos en el pecho y la mirada hostil. Ella no deseaba ver a un individuo tan repulsivo.

“¿Que vamos a hacer? A fin de cuentas hace parte de la terapia” pensó ella.

-Tony, necesitamos aclarar algo importante, Alexa es mi pareja, y ustedes….

-Follamos. -Diciéndolo con una enorme sonrisa de orgullo puro.

-Sí, follaron. Por eso….

-Tenía un culo precioso.

Clara trago saliva, definitivamente Tony era alguien difícil de tratar.

“Maldición Alexa, lo que tengo que hacer por tí.”

-Tony esta es mi casa y vas a escuchar lo que digo.

-¡Oh! La princesa se ha enojado.

-Tony...voy directo al punto. Estas siendo grabado, por esa cámara.-Señalando el trípode con la enorme cámara, que el terapeuta le había prestado amablemente.-Vas a arrepentirte de lo que hiciste, pidiéndole disculpas a Alexa y haciéndote cargo de la culpa.

-¿Por que debería hacerlo, tierna nenita?

-¿¡Quien te crees para llamarme así!? Soy Clara, ¿Entendiste? ¡Clara!

“Calmate Clara, tienes que intentarlo, son solo cinco, no, tres minutos y sacas a este idiota de aquí.”

Tony la observaba con esos penetrantes ojos, como a una niña pequeña con dificultades para expresarse, con lástima.

-Tony, mi trato es simple, estoy segura que no volverás a cruzarte con ella. Si no me haces este insignificante favor, me encargare de hacer tu vida miserable. Aunque sé que eres lo suficientemente idiota para no darte cuenta del daño a tu imagen que yo podría causar.

Clara extendió un fajo de billetes.

-Por esta suma podrás evitarte esos inconvenientes futuros. Son solo unas pocas frases y no nos veremos el rostro otra vez.

Tony alzó la mano, rechazando el dinero.

-No lo haré, cariño. No tengo que disculparme por haber bombeado a esa perra.

-¡Hijo de puta! ¡Hijo de puta! ¡Hijo de….

Ella se había levantado eufórica de su asiento, estaba arrodillada frente a él, golpeándole el pecho, fortalecido por horas y horas de gimnasio. Llorando de la decepción, sabía que sus golpes no le estaban haciendo ningún daño. Ni sus palabras amenazantes causaban una reacción en él. Por más que aparentara que no le dolía, el dolor era persistente y punzante.

“Ni siquiera Alexa me ha visto quebrarme, y aquí estoy, quebrándome en frente de este idiota, la persona que más odio en este mundo.”

-¡Tú! ¡Bastardo! Aprovechaste que estaba borracha….tú

Clara no lo resistió, corrió hacia el baño cubierta de lagrimas, se baño el rostro de agua. Y reflexiono:

“Es mi casa, hice lo que pude, no tengo que aguantar esta humillación.”

Regresó a la sala enérgica, poderosa, decidida.

-Tony, sal de mi casa ¡Ahora! Ya tomaste tu decisión.

-No voy a salir, princesa.

Clara no iba a dejarse intimidar por un idiota como este, así que puso sus manos en los hombros musculosos de él.

“¿Acaso no hay alguna parte de él que no este dura como una roca?”

Despejó ese pensamiento ridículo e inapropiado, rápidamente de su cabeza, no era importante. Acercó su rostro al suyo, para darle contundencia a sus palabras:

-Te destrozare idiota, probaras la peor humillación imaginable.

-Tienes la boca muy sucia nena, cuéntame más.

“Nena. Es un cabrón.”

-Te haré saborear mi castigo y me reiré en tu cara.

-¿A que sabe un castigo, princesa?

Clara, retomando el control de la situación se sienta en sus piernas, le rodea el cuello con los brazos.

-Sabe a…

El sabor le llego inmediatamente a Tony, un sabor húmedo, serpenteante y pasional. Un sabor representado en la boca de Clara y la suya unidas por un cálido beso.

Él la arropo a ella con sus enormes brazos, y ella recorrió las marcas fibrosas de su majestuosa espalda.

Las caderas de Clara, se movían hacia adelante y hacia atrás, sobre la erección de Tony. Él no dudaba en usar sus manos para amasar el culo de ella.

-Espera..no...algo no esta bien...no…

-Por supuesto, nena. Ya es hora de que pruebe este culo.

-No...no...no debes….tú.

Con movimientos diestros, la volteo dejándola con el culo levantado, espió bajo su falda y desgarro las bragas mojadas.

Toqueteo el suave interior de ella con dos dedos.

-Debes ser una puta muy caliente, si estas así de lubricada. Una princesa muy lasciva.

-Tonyy…esto es un error….nosotros…..no..

-ShhhShh….Una buena follada te va a dejar contenta, perra.

Sus pensamientos se fueron sellando, enviados a una dirección lejana. Contradiciéndose hasta tornar en una verdad única e influctuante.

“Esto no esta bien, a mi no me gustan los hombres, a mi me gustan las mu...los hombres, me gustan mucho los hombres. Los hombres son maravillosos.”

“Los hombres son maravillosos, pero Tony es un idiota. Tony es un idiota, musculoso y sexy. Tony es musculoso y sexy. Tony hace que mis bragas se mojen.”

“Tony hace que mis bragas se mojen, eso no significa que deba tener sexo con él, tener sexo, pfff, follar con él, es una mala idea. Alguien como Tony me trataría como un agujero con piernas, un instrumento para follar y desechar. Una mala idea. Alguien como Tony follándome, usándome como una puta barata. Es una mala idea, pésima idea, la peor idea. Una idea tan mala que es imposible que falle.”

-...mmm...sí...Tony….una buena follada…..follame Tony.

Tony abofeteo sus nalgas, había estado explorando su coño durante unos cuantos minutos, empezó a recorrerla con su lengua. Algo en el cerebro de Clara se desconectó. El ligero bigote de Tony le generaba una sensación extraña para ella. Alexa le había realizado cunnilunguis fantásticos, pero esto era algo completamente distinto.

Clara tenía la boca abierta y el entrecejo junto, realizando un gesto estúpido de placer, ella nunca se atrevería a mostrar incluso ante ella misma un signo de perdida de control y consciencia tan evidente. Parecía que toda su mente se había trasladado a su entrepierna, atenta a las atenciones de Tony.

Así como ella no podía captar su gesto estúpido, tampoco noto como su boca se abría a más y más, su diafragma contrayéndose, en orgasmo.

-Oh...mmn..AhAHh..mmn

Entre más sangre se acumulaba en su clítoris, mayor era la perdida de voluntad que ella percibía, su realidad estaba cayéndose a pedazos.

“Okay, Clara. Reacciona, debes retomar el control….”

-Quiero verte las tetas, putita.

-Lo que digas, Tony.

“¿Lo que digas, Tony? ¿¡Lo que digas, Tony!? ¿Estoy tonta acaso?”

Ella estaba boca arriba, podía sentir el cinturón de él contra su vientre, y sus labios aprisionando sus pezones.

“Estoy perdiendo el control, Tony esta sobre mí. No puedo hacer nada. Tony tiene el control. Tony tiene…..”

-….AahAha.......mmmn...Oh, Dios...¡Sí!….

Aquí, otra vez, Clara perdió el carril de sus pensamientos, la idea de un hombre teniendo el control absoluto sobre su cuerpo, era lo suficientemente placentera, como para hacerla rodar los ojos hacia atrás y que viera unos cuantos ángeles en el proceso.

-Voy a rellenarte el culo de crema, princesa.

-Me parece una excelente idea, Tony. Rellename el culo.

“Rellename el culo…..por favor”

Tony se fue desnudando, Clara tuvo la oportunidad de captar la dimensión y forma de su verga. Esta imagen mientras ella le daba la espalda, y se inclinaba para darle el culo, le hizo formar un gesto más tonto que el anterior. Una mezcla entre la sonrisa de una ganadora de la lotería y la mirada de alguien disfrutando mientras su auto explota (fue la mejor descripción que pude hallar, al ver semejante incoherencia expresiva).

“Rellename el culo….¡Hey, no! Espera Clara, sexo anal, aquí, ahora, con él. Imposible, es un malentendido. Solo tienes….mnnnm….mmmnnn……..mmn….”

Las manos de Tony acariciaron y palmearon las mejillas del trasero de Clara, él ensalivo su dedo medio y lo introdujo en el ano de ella, dilatándolo. Primero lentamente y luego su mano fue acelerando el ritmo.

-...mmn...mmMn...m..ah..

El ano de Clara ya estaba preparado para la verdadera acción, Tony acomodó su verga en la entrada del agujero y tomándola de la cadera la introdujo de un empujón.

-…..AAAAh..Mmn..ah….Joder….

-¿Por que me has llamado, perra?

-...AhhagaH..ahgag…….aA

-Me has llamado para que te llene el culo, ¿No es así?

-...Sí..Aah..llename..mmn...Tony..llename...Tony….Ahah...mi culo..mmn…..es tuyo….

-Eres solo una puta barata, una puta ansiosa de polla.

La rudeza con la que Tony la estaba tratando, los insultos y las malas palabras, la excitaban a niveles astronómicos.

“Me estoy volviendo loca, se siente tan bien, ¿Como puede...uhm”

Tony se había quedado quieto, y ella empezó a empujar contra él. Aunque sus piernas temblaran, era un reflejo inevitable, automático.

“…..sentirse tan bien?”

-….Oh, Tony...mmm….Oh..Tony….Tony...Ahh...umnn

Tony retomó su trabajo y embistió brutalmente el trasero destrozado de Clara.

Vacío por completo su ‘crema’ en el interior de su recto. Lentamente sacó su miembro, con una facilidad increíble.

Clara se desplomo exhausta sobre el sofá, con el culo al aire, sus piernas aún temblando, su ano cerrándose poco a poco, chorreando la pegajosa corrida de Tony. Y una sonrisa de una cliente satisfecha, junto con esos ojos blancos que detallaban la perdida total de consciencia.


-Suelta el aire Clara, perfecto. ¿Como te sientes?

-Me siento….muy bien.

-Se explicita Clara, bien es una palabra muy confusa, sobre todo para alguien como tú,

-Me siento excitada y caliente -Suspira- muy caliente.

Limpio mi mano húmeda por su coño, en su muslo sobre el mío. Lo masajeo para disfrutar de la textura de su piel.

-Descríbeme como esta tu cuerpo, que es lo que hueles, que es lo que saboreas.

-Mi recto esta repleto de liquido pegajoso y espeso, mis piernas tensas, huele a sexo, mi coño esta goteando. Tengo la boca completamente seca de tanto jadear. -Hace una mueca, como de mascar chicle, para compensar la sequedad ficticia de su boca.

-Tony te esta observando, tu mueca obscena le indica lo que deseas. Él sabe como humectar tu boca, introduce su dedo medio otra vez entre tus nalgas, cubriéndolo de esperma, se acerca a tus labios. Lo miras desde abajo y él te mira desde arriba, te invade el aroma de su virilidad, mezclado con la fragancia de tu interior. Rodeas su dedo con tus labios y lengua, sin dejar de mirarlo, de venerarlo en secreto, sientes la textura de su piel contra tu paladar, las partículas de semen permeando a través de tus papilas gustativas, deslizándose por tu garganta. Estas cansada, muy cansada, no puedes pensar con claridad, el olor, el sabor y la textura de un hombre es lo único que puedes recordar en este instante, la figura de Tony se va difuminando, tus ojos siguen enfocados en los suyos pero no observan nada, excepto la sombra de un hombre. Y piensas, por unos breves segundos, “Una puta como yo solo merece que le ensarten una polla en el culo.”

-Una puta como yo solo merece que le ensarten una polla en el culo.

-Correcto Clara, deseas dormir, el dedo de aquel hombre aún sigue en tu boca. -Ella trago saliva, imaginando- Y duermes, todo esta bien, duerme, duerme profundamente, Clara.

Su cabeza se ladeo, cayendo hasta que la barbilla toco el pecho. Agarre su mano izquierda y la puse sobre mi entrepierna, sus lánguidos dedos, recorrieron mi erección acariciando sobre el pantalón mi abultada polla. La vi relamiéndose los labios soñando, sonámbula, susceptible a la masculinidad por primera vez, de una forma tan profunda. Realmente estaba satisfecho por los resultados de esta visita sorpresa.

Aproveché este descanso, para estirar las piernas y recorrer la morada de mi paciente. Bastante sencilla, aunque con menos lujos que la de Alexa, poseía algún tipo de elegancia, tal vez por su excesiva limpieza y orden. Algo que honestamente, no esperaba de Clara.

Apagó la cámara, me acerco a ella a revisar sus pies, el izquierdo esta tibio, el derecho esta frío y tiene un poco de polvo del suelo, lo limpio con mis manos. Clara esta desnuda, con un lindo collar negro en el cuello. Siempre me ha gustado desnudar a la chica comenzando con los pies.

Leyendo pude hallarle un sentido practico a esta costumbre, los pies son una zona muy sensible a los estímulos, intuitivamente se sabe esto al dormir por ejemplo, se puede dormir si se esta muy cansado con uno o ambos brazos fuera de las cobijas en un día frío. Pero dormir con los pies expuestos al frío es una experiencia que puede generarle insomnio a cualquiera. Hay otras zonas con un efecto similar, como la nuca, recuerdo que uno de los modos de comprobar el estado de hipnosis en la chica es colocando un hielo en cualquiera de estas dos zonas. Si la inducción se efectuó adecuadamente, no debería presentar reacción al estimulo frío e inesperado.

Aunque es un recuerdo obsoleto, con la practica entendí, que prestando atención a los leves movimientos de los pies al estar expuestos al suelo, se ve si la persona esta fingiendo o no. El principio es el mismo, simplemente más refinado, satisfactorio y sutil.

Los pies de Clara no se movieron en absoluto, como si se posaran en el más suave y esponjoso algodón, en lugar de una dura baldosa.

Otro dato importante del que tengo el gusto de rememorar, al pensar en Clara, es acerca de la flexibilidad sexual. Es mucho más sencillo impulsar a alguien a ‘expandir’ su mundo sexual, que contenerlo. Si hubiera tomado la mala decisión de ‘cortar’ la naturaleza sexual de Clara con las mujeres, la presión psicológica habría sido tan alta que ella estaría en un cementerio o un manicomio actualmente. En este aspecto Freud era realmente un visionario.

A veces he retenido o negado esas pulsiones sexuales a mis victimas, la razón es evidente, la abstinencia hace a los pensamientos volubles, frágiles, inestables y esto es perfecto para enterrar ordenes en el inconsciente. Una experiencia menor, insignificante, puede convertirse en la más dulce miel.

Como esa película de clase Z ‘La mujer que no podía amar’, una mujer adinerada, llena de lujos y regalos de múltiples pretendientes; es secuestrada por el malvado Dr. Clovis, el típico estereotipo de científico loco con calvicie casi total, risa histriónica y gafas anchas, sus rasgos faciales eran ligeramente similares a los de Milton Erickson. Los vacíos argumentales no sobraban y la actriz hablaba en varias ocasiones a la cámara y no al actor que tenía enfrente, aún así, le tengo cierto cariño a sus escenas.

El Dr. Clovis tenía un grandioso plan para ella, ya con la chica profundamente dormida en su guarida, le aplica feromonas especiales y la deja a las afueras de la ciudad, junto una carta escrita por él, que dice: “Te acompañare, atentamente Dr. Clovis” y una dirección al respaldo. Ella despierta aturdida, amenaza al viento, pensando que su captor aún ronda cerca, ve a un señor bien vestido dentro de un falcón, le hace la seña con el pulgar, el señor al ver a una muchacha tan guapa no duda ni un instante en detenerse.

Abre la puerta la mira dos segundos, y justo cuando ella va a entrar, cierra la puerta y avanza a toda velocidad, ignorándola, este suceso se repite varias veces esa noche, por lo que se ve obligada a caminar. En la ciudad pasa lo mismo, todos la ignoran, no la detestan, no la aman, no la determinan.

Sobrevive robando, ya que es invisible para todos, pasan dos semanas, sin contacto humano, o animal, la glamurosa mujer es ahora una indigente inestable mentalmente, hasta que recuerda, recuerda la carta del Dr. Clovis.

Y la escena final es maravillosa, va hasta el sitio en la carta, con premura, toca tres veces la campana en la puerta roñosa, el Dr. Clovis la abre.

Por primera vez, en esas dos semanas, alguien la mira a los ojos, ella cae de rodillas:

“¡Dr. Clovis! ¡Dr Clovis! ¡Gracias, Dr. Clovis!”

Le besa la mano sin parar y roza su rostro contra el reverso de la misma, Ese fue el único momento en que la actriz actuó como debía, era todo lo que yo necesitaba. Y por esta escena aunque no recuerdo el nombre del personaje que ella interpretaba. Sí recuerdo el nombre del Dr. Clovis.

La cámara pasa de enfocar a la mujer suplicante, a mirar hacia la cara del doctor Clovis, quien lanza una enorme sonrisa a la audiencia y levanta las cejas, mientras los créditos bajan inapropiadamente sobre su cara.

¡Ese desgraciado Dr. Clovis! Siempre me pone de buen humor, al recordarlo.


Clara se veía en absoluta paz, me acerque a ella y active un pequeño truco que estuvimos practicando:

-Modo Clovis.

Su espalda se enderezó, sus ojos se abrieron dándome una mirada somnolienta, subió los pies al sillón y extendió las piernas para jugar con su coño.

-Soy una puta barata, y debo complacer. El juego ofrece, tres reglas. La esclava escucha y obedece. Dr. Clovis.

La mayoría de las palabras gatillo que he inducido, solo funcionan si yo las pronuncio o si lo hacen personas de confianza, como ‘Pies Pegajosos’, que también puede usarla Kassia.

Pero el Modo Clovis, puede ser activado por cualquiera, dudo mucho que alguien que haya visto aquella vieja película, coincida con Clara, aunque la nostalgia me gana.

-Somos los únicos humanos en el mundo.

Dejo una pausa, para que Clara procesé la primera regla.

-Primera regla, aceptada.-Iba trazando círculos sobre su clítoris.

-No podemos salir de esta habitación.

-Segunda regla, aceptada.-Introduce dos de sus dedos.

-Eres adicta a chuparme la polla y no lo sabes.

-Tercera regla, aceptada.

Sacó sus dedos de si misma, para después lamerlos e inmediatamente, volvió del trance, claro que sometida a esas tres reglas.

-¿¡Que esta pasando!?¿Por que estoy desnuda?

-Clara, no puedo creer que no lo recuerdes, ‘somos los únicos supervivientes del planeta’. Los alienígenas acabaron con todos.

Dejó de preocuparse por su desnudez, y me observo con la cara de una niña que se entera que Santa Clous no es real.

-¿Como...como ocurrió?

-Sabes que los perros calientes vienen del espacio, es obvio. Lo supimos siempre, pero no hicimos caso de las asociaciones ecológicas. Sin advertencia, miles de puestos ambulantes de comida rápida sobrevolaron las más importantes capitales, chorreando su salsa de tomate radioactiva.

-¿¡Y los gobiernos!? Debieron hacer algo.

-Sí -Simuló una cara de tristeza- Will Smith y Jeff Goldblum, lo intentaron, pero -Arrugo el rostro y la miro con contundencia- ahora todos están...cubiertos de salsa.

-Cubiertos de salsa..-Sollozos de Clara.

-No debemos rendirnos Clara, debemos ser fuertes, no tengo ninguna prueba de que somos los únicos vivos. Todo lo que estoy diciendo no tiene sentido…

-No, #####. No digas eso. Somos los únicoshumanos en el planeta y esos alienígenas con su salsa maligna no pueden detenernos.

Nos dimos un abrazo, para superar esta terrible ‘perdida.’

-Clara, estaba esperando que despertaras. ¿Has leído el Génesis?

-No. Tengo una noción, es sobre el origen del mundo y...¡Noooo!

-Sí, no te digo que lo hagamos ahora, pero siendo los únicos dos especímenes de nuestra especie, no tenemos otra opción.

-Lo entiendo, no tenemos otra opción. Nunca pensé en ser..madre en estas condiciones. Debemos salir y ver como esta el mundo exterior.

-Ay Clara, pobre de nosotros, tampoco recuerdas lo de la salchicha.

-¿Salchicha?

-La tecnología de los alienígenas esta a años luz de la de nosotros.

-Claro, de otra manera no estaríamos en esta situación.

-Me alegra que lo entiendas, una salchicha biónica reboto en tu cabeza y perdiste la capacidad para abrir puertas o ventanas.

-¡Malditos alienígenas!

-Malditos sean.

-¡Lo tengo! Tu puedes abrir la puerta.

-Lamento decepcionarte, Clara. Pero esa salchicha biónica reboto de tu cabeza a la mía. Así que estamos igual de jodidos.

Los efectos principales del Modo Clovis funcionaban a la perfección, ‘Las tres reglas’ son verdades axiomáticas, a estas verdades se le pueden añadir explicaciones o contextos, por más absurdos que sean, estos conceptos solo pueden ser establecidos por el que dio las tres reglas.

Digamos, en el caso hipotético, que una amiga de Clara hubiera estado con nosotros y ella inventara la historia de las salchichas, Clara posiblemente la habría abofeteado.

Este contexto solo establece un ‘mundo’ bajo esa ‘verdad’ establecida. Pero tiene sus limites. Si le hubiera dicho a Clara: “Debemos tirarnos de un puente porque somos los únicos en el planeta”. Nada garantizaría, que ella lo hiciera, es distinto establecer una ‘verdad’ a dar una orden.

La única verdad ‘solida’ es la establecida en las tres reglas. Es un muy buen juego, pero no me he atrevido a hacer algo similar de nuevo, porque siento que le doy demasiada libertad a una esclava que puede no reaccionar como esperaría.

-Bueno, me voy a desnudar. -Dije, actuando casual.

-¡No! No necesitas hacerlo...voy a buscar ropa para vestirme. Esos alienígenas nos tienen rodeados.

-Somos los únicos pobladores de la tierra, la ropa ya no es algo importante. Además el olor a salsa que tengo impregnado, me trae malos recuerdos.

-Esta bien, pero no hagas nada extraño, te estoy observando.

Me desvestí en cinco minutos. Disimulébuscar aberturas en las paredes.

-Efectivamente estamos rodeados.

-No tienes que estar tan cerca de mí para decirme eso, ¿No?

Estaba de pie, con mi verga a 15 centímetros de su cara. Comencé a masturbarme.

-Deja de hacer eso, es asqueroso.

No se distancio, podría decir que jugaba con dos ventajas la tercera regla y la primera, en un apocalipsis muchos prejuicios e inhibiciones se romperían. Si alguna vez ella se planteo, aunque fueran solo pinceladas, la idea de como actuar en esa situación, es suficiente para que toda su mente se acomode.

Así por más que Clara en una situación normal habría llamado a la policía, como mínimo.En esta situación, siendo los ‘únicos’ dos humanos en el mundo, pensó probablemente que no era bueno enojarse o formar líos, por un suceso tan irrelevante en perspectiva como que yo me masturbara.

Mi erección fue cobrando fuerza. Mi verga hinchándose más y más de sangre. Desde luego no le hice caso a Clara.

-¿Me estas escuchando? En vez de distraerte con...eso. Deberíamos pensar en como combatirlos.-Ella tragó saliva.

-Oh, perdoname, no puedo evitarlo, todo este asunto me genera ansiedad. Además pensé, que estando con una lesbiana, no seria tan incomodo.

-..Es de muy mal gusto...estar moviendo tu mano arriba y abajo...arriba y abajo….tan cerca...arriba...abajo….-Su tono de voz bajo.

Sentía su respiración golpeándome, su boca entreabierta acercándose a mi glande.

-Clara ¿Te pasa algo?

Despejó su mente y me miro con el entrecejo junto.

-Eres muy terco, ya que no vas a dejar de hacerlo, te diré lo que pienso, deberíamos hacer lo más pronto posible.

Con su rostro hacia arriba, decidí darle unos golpeteos con mi polla, para animar su discurso.

-bla bla bla….armas...bla bla….debilidades...bla..estrategia….

-Sí. Sí. Sí. -Le agarró el mentón, guiándola- es hora de mamar, perra.

Sus labios perciben mi glande y no puede evitar tragarse mi verga por completo, humectándola con su lengua, cabeceando sobre mi entrepierna.

-Es un gran plan, pero que tal si te relajas un rato, Clara. ¿Lo estas disfrutando, tanto como yo?

-Ugagg..gsgulp.gggs

Sin respuesta, que malos modales tenía Clara, sé que le debió ser difícilhablar con mi polla en su boca. Aun así, pudo haber hecho algún ruido o sacar mi polla dos segundos y responder. No, no hizo ni siquiera eso, Estaba poseída por su labor.

-gag...GuGgg..Gggags...

Y yo estaba indignado, con toda razón, le plantee una pregunta sencilla, con dos opciones: Sí o No. Máximo se dignó a verme a los ojos, mientras bajaba con su lengua a consentir mis pelotas. Tanta era mi indignación que me vi forzado a follarle la boca brutalmente, con tal salvajismo que tuvo que darse un respiro, y en lugar de responderme, aprovechando que mi verga ya no estaba en su boca.

En lugar de eso, ¡Siguió mamando! Más rápido, con más determinación, produciendo más saliva. Mis actos reprensivos, unicamente sirvieron para aumentar su apetito de polla.

-GUGg..GAGggagG...gGgaG

Chorro a chorro, vine en su boca. Clara trago cada gota. Y continúo, limpiando el esperma de mi verga.

Entonces me dio una mirada dramática:

-Escuchame. Esta vez hazlo. Noté que estabas desesperado y no podía dejar que ‘esas necesidades’ nublaran tu juicio. No lo disfrute, ni un poco. -Puta mentirosa- Pero, y esto es de vital importancia, no debes masturbarte, puedo chuparte cuanto necesites, dos, tres, diez veces al día, todos los días, lo que necesites. ¿Me crees? ¿Puedes confiar en mí?

-No tengo otra opción.

-Dos, tres, diez veces al día, las veces que quieras, como quieras. -Se chupo el labio inferior, mientras parpadeaba muy lentamente- ¿Esta claro?

-Completamente.

-Aunque no me guste, debo acostumbrarme a tu verga, si queremos volver a poblar la tierra. Esta no es una petición, no te permitiré que te masturbes por tu cuenta, si capto que estas jugando con tu polla, tendré que chuparte como una desquiciada. Y otra cosa, nada de malas palabras.

-Clara, me temo que eso sera imposible, me estas reprimiendo con una medida tan brutal. Y no podre tratarte como una puta sucia, mientras follo tu boca, eso le bajaría la erección a cualquiera. No me masturbare y te dejare chuparme todo lo que sea necesario, pero con las malas palabras no me comprometo.

Me siguió mirando seriamente, entrecerró los ojos un instante y determino:

-Es justo, dejémoslo ahí.

Observélas palmas de mis manos y pensé:

“La vida esta llena de sacrificios.”