Diario de un Hipnotista: La obsesión de Karen.

Karen debe lidiar con su reciente ninfomanía. Por supuesto es una etapa natural para toda mujer, ¿No?

He pasado mucho tiempo recordando a Alexa y Clara, esos tiempos que ejercí como terapeuta, al principio sosos y aburridos. Se fueron convirtiendo en una rutina más placentera, mi negocio contaba con el atractivo de ser económico para los clientes, aunque la sesión individual fuera más costosa, no eran infinitas sesiones como en los otros centros de ayuda psicológica, más “legítimos”. Aun así, al estar justo encima de un espacio de Yoga, y un local de espiritismo, llegaba a perder mucha clientela potencial.

Logre sobreponerme a las crisis con arduo trabajo. Planee una estrategia, los primeros clientes recomendarían mi local, y mediante la hipnosis, los sugestionaría a invitar a las mujeres más guapas que conocieran. Así después de tres meses, el 90% de la clientela que visitaba mi clínica, eran bellezas con lindos culos, tetas y curvas de infarto.

Ingenuamente pensé que había conseguido un negocio eterno. Continuaría conociendo hermosas chicas, a las que lavarles el cerebro, fornicarles por los tres agujeros, y por supuestos solucionarles sus problemas, el profesionalismo es prioridad. Sin embargo me engañaba, y por esto, recuerdo con tanto ahínco a esa pareja de lesbianas, fueron las primeras y las ultimas. Por situaciones tragicómicas, fuera de mi control, tuve que cerrar el local. Por supuesto finalice las sesiones que tenía pendiente en casa de mis clientes; pero jamás retome aquel proyecto, lamentablemente.

Ahora no debería preocuparme por un asunto tan trivial del pasado. Me acabo de levantar, Hannah esta aún recostada en la cama, el culo le debe estar ardiendo como el infierno por lo que hicimos anoche. Le puse una diadema de orejas de gato, que ella traía en la maleta. Discutimos, y no hallamos mejor forma de resolver nuestra disputa follando como animales. La recuerdo esta madrugada, recostada sobre mi pecho, yo revolviendo su precioso cabello rojizo y rizado con mis manos. Su palma izquierda posada sobre mis bolas, sus dedos de la mano derecha bombeando su coño, en modo automático, sus labios repitiendo silabas sin soltar ruido alguno. Silabas que yo conocía muy bien, una frase que ella tenía tatuada en la piel: “My ass is your.”

Mientras movía mi verga a lo largo de su recto, la hice repetírmelo, una y otra vez, hasta que llegue en su culo.

-My...aUmna..aassss..Iis..mmAh..yours….

Recordándole a quien ella pertenecía.

-¡MY!..mm..Oh...joder….asss…is..Aaah...¡Dios SANTOO!…..your…..

Mostrándole a quien no puede contrariar. Enseñándole a quien debe obedecer sin importar las consecuencias, sin pensar, sin dudarlo ni por un segundo.

-Mi...mente...mmn..AaAh...se esta yendo….nece...¡Ahaa¡..necesito parar...-Agarro sus nalgas y empujo con más fuerza-...My asss iIss youur...mnm...my ass is yoour...my asss...is your...-Tome su cabello en mi mano, halandolo.- ¡My ass is your! ¡MY Ass Is YOUr!...¡OH, cielo..s!...¡MY ASS IS YOUR !

Demostrándole que después de todos estos años, la sensación adictiva y dominante de mi polla persiste en sus sueños, acciones y anhelos.

Fui ralentizando el ritmo de mi embestida, hasta correrme en su hoyo caliente. Saqué mi polla de su culo para llevarla cerca de su rostro e interrogarla:

“¿Recuerdas que discutimos?”

“Sí.”

“¿Por qué lo hicimos?”

“No recuerdo.”

“Aun así sabes que estaba en lo correcto, ¿Cierto?”

“Sí, absolutamente.”

“Buena chica. A veces puedes ser una perra insolente, Hannah.” Diciendo esto, ella se introdujo mi polla goteante de semen en la boca, limpiando íntegramente su extensión. Sus ojos azules brillaban a pesar de la precaria luz.

Nalgeandola, aprecie el dichoso tatuaje.

Le había dado la orden de hacérselo antes de ser novios. Veíamos una película porno, como era costumbre la estaba entrenando para que supiera lo que me gustaba, aunque por supuesto ella no se enteraba de mi sugestión, tampoco de mis objetivos. Estaba soplándome la polla gustosa, y en el video, la actriz porno dijo: “My ass is your, fuck me hard.”

Hannah se rio de la actriz y realizo un comentario despectivo:

“Eso que miras, nunca, escuchame bien. Nunca lo haré, mi culo es mio, y no me apetece dártelo. ¿Comprendes? Soldado advertido no muere en guerra.”

“Sí, comprendo Hannah.” Le respondí, mientras empujaba su cabeza al trabajo oral que le correspondía.

Al terminar la mamada, y verificar que se hubiera tragado toda mi crema. Rebobiné el video a esa parte que me había gustado, trabándose. Un bucle de la actriz diciendo: “My ass is your.”

“¿Puedes arreglar ese aparato?” Me reclamo Hannah.

“En un rato, ‘Catwoman’. Ven, siéntate contra la pared, y observa atentamente la película, escucha lo que ella dice. ¿Que es?”

“My ass is your.”

“¿Que significa?”

“Mi culo es tuyo.”

“Exacto, tu culo es mio.”

“Mi culo es tuyo.”

“Catwoman, repite lo que dice la actriz, y mastúrbate pensando en ello. Deja que la idea permee en tu mente. Que el mantra moldee tu realidad.”

Necesitaba ir al baño, aproveche ese tiempo permitiendole profundizar su trance. Y al regresar, completé sus instrucciones:

“El lunes de la próxima semana, buscaras un sitio de tatuajes. Plasmaras sobre tu piel, esta frase: ‘My ass is your’, conscientemente te parecerá algo gracioso, una travesura hecha para tí, por tí. Pero en el fondo de tu ser, en la parte más real de tí misma, sabes que lo haces para rememorar tu pertenencia a mi. En los días en que la piel este sanando, me negaras cualquier acto amatorio, y en privado te masturbaras pensando en realizar un anal. Cuando sanes del todo, me rogaras por que te folle el culo. Adoraras este nuevo fetiche adquirido. En tu mente profunda y pensamientos vagos, me tendrás a mí, como aquel que te realizó el anal. Tu ano se dilatara con tan solo mi presencia.”

Ese el motivo del picante tatuaje de Hannah.


Ayer estuve en el departamento de Karen, la rubia ya esta cómoda con mi compañía. Podría afirmar que he estado más tiempo en el de ella que en el mio, últimamente.

Casi siempre llega estresada del trabajo, en nuestro encuentro inicial con Laura, pude ponerla en trance, canalizando su estrés. En los últimos días retome esta metodología, si no estaba en el depto, la llamaba, pronunciaba la frase gatillo, y me encargaba de relajárla para consolidar mi poder hipnótico.

-Te has convertido en mi droga. -Me dijo- No quiero que lo mal entiendas. Solamente mi estrés disminuye cuando estas conmigo.

-Entonces formalicemos lo nuestro, Karen.

-Wow wow wow, ¡No! No me refiero a eso. Lo nuestro es meramente carnal, no tengo la intención de tener algo más.

La rodeo por los hombros.

-Soy el único hombre que has dejado entrar a este ‘templo sagrado.’ Y hemos tenido sexo desde que nos conocemos. Me parece lógico que demos el siguiente paso.

Por supuesto estaba jugando, no era de mi interés formalizar nada.

-No te lo tomes a mal, me agradas, pero te traje aquí, por tu polla.

-¡Auch! Me siento usado, Karen.

-¿Vas a negar que lo has disfrutado?

-Jaja, bastante, no lo puedo negar. Aun así, ¿Que tiene de especial mi polla? -Ella hizo un gesto de sorpresa, incrédula.- Me halaga, aunque una polla no es una cara, ni una mano, que son partes más expresivas. Puede que pequé de tonto con lo que estoy diciendo.

-Pecas de tonto, definitivamente. -Se puso pensativa- No estoy..segura. Es magnética.

-¿Magnética?

-Sí, cuando estábamos con Laura, y me realizaste esa maravillosa ‘Terapia de relajación.’ Noté que te estabas excitando. Vi esa grandiosa erección entre los pantalones. Estuve soñando con ella por semanas. Esa sensación jamás la tuve antes.

-Peculiar, cuéntame más. -Mi erección obviamente empezaba a crecer.

-Bueno, en la fiesta que tuvimos con las chicas. Victoria dijo que bromeó con lo de intentar hacerte una mamada. No sé si decía la verdad o no. Por mi parte, quiero succionarte ahora mismo como aquella vez.

-Te encanta mi polla. -Asumí.

-¡Me encanta! Eso no significa que puedas manipularme de algún modo. -Suspiró- Aunque de cierta manera me has convertido muy gradualmente en tu esclava sexual. -Se relamió los labios.

-¿Esclava sexual? ¿No te parece que usas los términos muy a la ligera? Explicámelo, por favor.

-No esclava sexual, como el harem de un sultán. Es difícil de explicar. Sucede que al mirar tu polla, al olerla, al palparla, mi comportamiento...sufre un cambio.

-El cambio son muchas cosas, Karen.

-No puedo creer, que no te des cuenta de mi cambio de comportamiento.

-No, no me doy cuenta. -Mentí, era extremadamente claro desde mi perspectiva.

-¿Que tal esa vez que vimos esa apestosa película de baja calidad? ¿La tienes?

-¿Hablas de ‘Space Rats. Part 2’? Te fascino esa película, o al menos eso me dijiste cuando te pregunte.

-Evidentemente me ‘fascino’, imposible que no estuviera fascinada, luego de dos horas y media de sexo duro sin descanso. -Me pegó un golpe suave en el pecho.- Sabes que no quería verla, no deseaba verla, ¡Los murciélagos estaban colgados de hilos y tenían la cara dibujada!

-En ese caso ¿Por que la viste?

-Me convenciste, no sé de que manera, pero lo averiguare. Lo importante es lo que sucedió, el sexo, yo estaba rabiosa, frustrada. Pensé: “Es una pésima manera de tratar a una mujer, no vamos a follar hoy ni a palos.” Ya sabes lo que ocurrió luego.

-Sí, lo sé. -Sin duda, lo sabía.

-Estaba comiéndome toda tu polla, no resistí ni cinco minutos de metraje. ¡Cinco! Me autoconvencí de no hacerlo, pero la rabia junto con mi determinación se esfumaron en medio de la saliva y el semen.

-Mejor para ambos, ¿No? Yo ya sabía que no estabas de buen humor….

-Sabés que estaba enojada, porque lo comunique. Lo que no sabes es que, en el transcurso que yo te succionaba. Mi estado mental estaba enfocado en apagar el deseo después de la mamada. “No más Karen, solo esto. No abras las piernas. Dejalo que sepa lo que hizo mal.” Eso pensé. ¿Que paso? Seguro te acuerdas.

-Estuviste cabalgando mi polla.

-No solo eso, la cabalgue, luego estuve en cuatro viendo esa película absurda, con las bragas en la cabeza. Teniendo orgasmo tras orgasmo, cada vez que el Capitan Flexer le disparaba a alguno de los tejones de la galaxia AX37.

-Oh, no me acordaba del nombre del Capitan. Tienes muy buena memoria, Karen. -La interrumpí, el Capitan Flexer muere en la parte 3. RIP Captain Flexer.

-¡Esa maldita película! Recuerdo cada escena, al detalle. Me mojo solo de pensar en ella. Sé lo absurdo que suena. Mi placer se entremezclo con las escenas. No era objetiva en ese momento, por eso dije que me fascinaba.

-Esta bien. Esta bien. Te lo compro, mi polla aumenta tu libido a niveles inimaginables. Que te encante mi polla a niveles paradisíacos, no representa un ‘gran’ cambio.

-Lucho por convencerte de aspectos evidentes de lo que genera tu polla en mí.

-Lo que me estas diciendo, me parece normal. No hace mi polla especial de ningún modo, ni explica porque fui yo el primero y único hombre en ingresar a tu residencia.

-A ver, ¿Como explicarlo? -Pensando- ¡Ya sé! Tu polla me hace más...¿Cual es la palabra?...‘dócil.’

-Dócil. Querrás decir sumisa.

Apretó los labios y admitió que esa era la palabra que buscaba:

-Sí, justamente, tu polla me hace más sumisa.

-De acuerdo, aquí encuentro otra contradicción. Sumisa es la peor palabra para catalogarte.

-No seas idiota, sin duda sumisa no es una palabra que me describa. No soy sumisa. Aunque tu polla me hace sumisa. -Meditó lo que acababa de decir- Es un asunto embarullado, mejor te doy un ejemplo. Hace no mucho, no te habías bañado por varios días, un aroma fétido formaba un halo alrededor de tu verga. Intencionalmente me la mostraste, no debí hacerlo, pero lo hice.

-¿Que hiciste?

Arrugó el entrecejo, sospechando y callando lo que ya sabía, pero no quería decir.

-El sabor amargo no lo pude quitar de mi lengua en toda la noche. Además lo goce, prácticamente higienice esa verga olorosa. Estuve acalorada y cachonda incluso cuando fui al trabajo. Podía sentir mis bragas empapadas friccionando contra mis piernas. Lo padecí.

-No te quejaste esa vez.

-Te agradecí, y no puedo tolerar lo que digo. ¡Te agradecí! Por higienizar tu palo de carne. Ridículo.

-Ya me quedo claro, lo maravillada que estas con mi polla. Pero estar cachonda no implica que seas sumisa.

-¿Has visto mi departamento? Es cristalino como el agua. ¿Has notado como me visto? Aún no puedo creer que lo hice. Te daré otro ejemplo. Eran las doce de la noche, entraste a mi residencia borracho, te pusiste una mascara de luchador mexicano, y me pediste follar frente a la ventana que mira al exterior, ¡Con las putas luces encendidas! ¿Recuerdas lo que respondí?

-Te negaste.

-Me negué. Juntemos fichas, llegas a las 12, te pones esa estrafalaria mascara, y me pides follar en la ventana. Yo me niego. Genial, tiene todo el sentido del mundo. ¡Un momento! ¿Que paso luego? ¿Si lo recuerdas, ######?

-Ve al punto, Karen.

-¡Vaya! Lo recuerdas, yo también. Me dejaste bastante llena esa noche, y el adolescente que vive al lado del kiosko me tomo una foto.

-Me disculpé, Karen.

-No tienes porque disculparte, la cuestión es que recordando mi ‘no’ como respuesta, y el ‘sí’ en mis actos. No recuerdo el intermedio, a ese nivel llega mi sumisión. Llego a plantearme incluso que solo te bajaste los pantalones y terminamos follando. No recuerdo una, solo una ocasión que en medio del coito me negara a que me penetraras la boca o el culo. Me has transformado tan gradualmente en tu esclava sexual, sin que pudiera evitarlo. Si mi yo del pasado me viera ahora, se partiría de la risa. ¿En que momento pase de ‘Karen, la Perra Come-Hombres’ a ‘Karen, la Ordeña Pollas’?

-Me parece muy interesante. Podemos concluir que mi polla incrementa tu libido, te hace sumisa. Pone tu mundo patas arriba. Fuera de control. Una esclava sexual dispuesta a hacer cualquier cosa.

-¡Correcto!

-Me llamaste para que arreglara tu computadora. Ya lo hice, aplique un parche de fabrica y no creo que moleste por un tiempo, ¿Necesitas algo más? -La tome de la mano, posándola sobre mi entrepierna. Sin dejar de tener contacto visual-

Ella aparta su mano de mi bragueta y se la lleva a los labios.

-No, puedes ir a tu casa...si quieres. Lo que tenía que decir ya lo dije. Espera, tal vez si puedes ayudarme, ¿Lo harías?

-Depende. ¿De que ayuda hablamos?

-¿Podrías follarte a mi prima? He fantaseado con que le claves la polla. Y sea una esclava sexual como yo. Al principio pensé que era algo macabro, pero no entiendes el poder de tu polla. Sé que te gusta Laura, y en un contexto normal no recomendaría esto. -Acercó su boca a mi oído para susurrarme.- Muéstrale la polla y deja que la toqué…...

-Permiteme procesar lo que me acabas de decir, con Laura somos solo amigos. Y aun así, eso no funcionaría.

-¿Eres consciente? Si bajaras tus pantalones en un estadio, habría una orgía. Morirías aplastado de mujeres hambrientas de sexo.

Solté una carcajada por el comentario de Karen, se veía el deterioro mental causado por tanta dopamina. Deformó la imagen de mi polla a niveles súper-humanos. Por más que ella no lo admitiera.

La prima de Karen debe ser apetitosa, en trance le pedí que buscara en su familia a las mujeres más atractivas, y fantaseara conmigo follándolas, hasta la locura.

-¿Si follara a tu prima te haría feliz?

-¡Estaría dichosa! Deseo verte follándole la cara hasta dejarla inconsciente. Ver sus piernas temblar por el orgasmo incontenible...mmmnn...es un cuadro tan caliente.

-Si te comprometes a hacer lo que te indique, cuando me la presentes. Haré lo que pueda.

Karen sonreía de oreja a oreja. Se peinó y dio rienda a otro tema.

-¿Que le vas a regalar a Laura?

-Es un regalo sorpresa.

-Aguafiestas. Por favor, cuéntame, guardare el secreto.

-‘Esclava tonta’, escucharas y recordaras lo que voy a decir, pero no podrás transmitírselo a nadie más. ¿Esta claro, Karen?

-Sí, Amo. Escuchare y recordare lo que vayas a decir, pero no podré transmitirlo a nadie más.

-Traeme una cerveza, luego desabrocha mi cinturón y mastúrbame. Tomar mi polla entre tus manos, te relaja, no hay acto más natural que exprimir mi polla, lenta y sensualmente.

Inmediatamente enfocada en su orden, fue a la cocina y trajo la cerveza fría. Entregándomela en las manos, con la visión nublada, obedeciendo, acatando su propósito. Desató mi cinturón, desabotono el pantalón y rodeo con sus manos mi miembro erecto, hinchado de sangre. A la vez que su mente regresaba a la ‘normalidad’, tome su mandíbula entre mis dedos. A ella no le importo estar ya en la situación de sumisión y libido extremo, cuando introduje mi pulgar embadurnado de caliente y pegajoso liquido preseminal en su boca húmeda.

-Chupa linda, succiona, succionar es lo que te gusta. Es lo que necesitas, nena. Concuerdo en la mayoría de lo que hemos charlado hoy, pero te equivocas en que solo mi polla, te hace cachonda, sumisa, pone tu cuerpo fuera de control. Yo te hago sumisa, cachonda, sin limites.

Karen estaba inducida en lo que yo llamaría un ciclo de trance perpetuo. Ella cree que esta fuera del trance, y lo esta en algunos aspectos de sí misma. Aún no se ha dado cuenta, que solo porta unas tobilleras, manillas y un collar de cuero negro. Podría replicarme lo que acabo de decir, aunque tiene sus prioridades trastocadas, primero debe saborear mi pulgar.

Bebo un trago largo de cerveza, y dejo la botella en el piso. Coloco la mano fría sobre el coño cálido de Karen, quien se estremece al contacto. Lo hurgo con confianza, mientras ella oscila su cabeza sobre mi pulgar hacia adelante y hacia atrás.

Su teléfono celular sonó.

-No contestes, dame el celular, Karen.

Sin soltar mi pulgar entre sus labios y lengua, me pasa su celular y contesto:

-Buenas tardes, ¿Quien habla?

-Soy Edgar, un compañero de Karen. ¿Podría pasármela?

-No se encuentra en este momento, por favor llamela más tarde. -Realizo movimientos circulares sobre su lengua, con la yema de mi pulgar.

-Si me permite ¿Con quien hablo?

-Con el ‘primo’ de Karen, ella esta algo indispuesta. Lo llamara cuando le informe.

-Espere podría decirle….

Colgué, ella debía encargarse de otros asuntos, más importantes.

-Despierta. Eres solo una perra adicta al sexo, Karen. Quieres que me folle a Laura, y eso haré, ese es mi regalo, embestir su coño dispuesto, cara a cara con su familia y amigos. -Sacudí su coño bestialmente. Dejó de masturbarme, sus manos estaban estáticas en shock. Su boca se abrió, y con la misma mano del pulgar que ella succionó, atrape su cuello y apreté levemente, obligándola a mirarme.

-...aaH….¡AAhhAA..mmMMn!..hha…

-Voy a adivinar lo que estas pensando: “¿Por que no puedo correrme?”. Te responderé en términos que puedas comprender. Eres tan sumisa, justo ahora, tan solo un macho puede obligarte a venir. Sí, obligarte, no podrás preverlo, tu mente no tiene la capacidad para prever nada. Oleada tras oleada de placer arrasando con tu mente, dejándote como un cascarón vació, sumiso y sin voluntad.

Extraje mis dedos de su agujero goteante, y deslice mi palma sobre su clítoris. Sus piernas no podían cerrarse, dejando su coño a mi acceso permanente.

-No puedes ni siquiera hablar, incluso tus encías están tan sensibles, que un mínimo contacto es demasiado para tu pequeño cuerpo de esclava sexual. -Moví mi mano a su nuca, y hale su cabello; uní mi boca a la suya, explorándola con mi lengua.

Gemía en medio del beso, incapaz de discernir y combatir lo que sentía. Sus bellos ojos azules estaban cerca de rodar dentro de su cabeza. La hice mirarme a los ojos, rostro con rostro distanciados a unos pocos centímetros.

-Concentrate en mis ojos, estos son los ojos que veras en tus noches más tibias. No puedes evitar sentir el peso de mi poder recorriendo tu cuerpo, tu deseo de someterte a mí. Cada fantasía húmeda que puedas recordar, que sueñes de ahora en adelante, tendrá mis ojos en ella. Correte, Kathe. -Sus ojos rodaron, su coño escupió sobre mi mano, al levantarse sus caderas. Mi mano agarrando firmemente su nuca.

El cuerpo de Karen estaba flácido, como una media sudada. Los ojos blancos, su mente en otro lugar, inaccesible para ella. Marqué el número de su futura Ama en mi celular.

-Puedes entrar, tienes que verla. Es preciosa.

La futura Ama de Karen, ingreso al apartamento.

-Es increíble, ¿Estas seguro que ya no queda nada de ella?

-Nada de nada, la mente de Karen esta vaciada en este momento. Si quieres probarla, hazlo.

Ella saco de su bolso un consolador de tamaño monstruoso. Observó detenidamente el coño encharcado de Karen, acarició con la cabeza la entrada, y lo fue introduciendo progresivamente, hasta llenarla. Luego bombeó su coño, aumentando la velocidad con el tiempo.

-mmn...hshh...mm...gh.. -Karen gemía secamente, ida del mundo.

-Impresionante, esta completamente fuera de sí. -El consolador continuaba dentro de su vagina, sus piernas presentaban espasmos, su parpado izquierdo vibraba. Los ojos blancos.

-¿Es una buena modelo?

-Es perfecta. De mis preferidas.


-Hagámoslo de una vez. Tengo que devolverle la llamada al jefe. Si Edgar llamo, debe de ser importante.

-Es idea tuya, me hablaste de tu libido, tu sumisión. La inhibición radical que se generaba en tu interior por mi verga. Aún no te creo, así que estamos los dos en esta situación. Yo sin pantalones, y tu entre mis piernas, con mi verga en tu mano. -Ella estaba vestida con el traje del trabajo, saco y falda grises, camisa blanca, corbata azul oscuro, un broche rosado en el pelo, tacones rojos. E inconsciente del collar, manillas y tobilleras que aún trae puestas.

-No tienes que ser tan descriptivo, ¿Comenzamos? ¿Quieres saber lo que no permito a ningún otro hombre? -Relamiéndose el labio inferior, con indicios de lujuria.

-¡Por supuesto! Soy todo oídos. Yo si te pido que seas descriptiva, me apetece estar informado.

-Primero, no me golpetees la cara con tu polla. -Sus dedos subían y bajaban, lentamente por mi dureza.- Es incomodo, es equivalente a decirme: “¡Toma esto puta!”, siento que crees que puedes follarme la boca cuando quieras y por eso en lugar de dejar que yo imponga mi ritmo, manejas mi ritmo con ella.

-No golpetear la cara, anotado.

-Segundo, insultarme, nada de tratarme como una “sucia zorra traga-leche”.

-Ok, no malas palabras.

-Tercero….mmn..Me hes difícil concentrarme, ¿Quieres probar con esas dos por el momento?

-¿Es complicado para la nena rubia concentrarse por una gran polla?

-Ni siquiera recuerdo como termine entre entre tus piernas. Es justo lo que no quería que ocurriera, te dije mi adicción a tí, porque quiero lidiar con mis nuevas emociones, y para ello debo aceptarlas como son.

-Realmente no te interesa como llegaste a mi entrepierna, ¿No es así? Solo interesa una cosa cuando tienes mi polla tan cerca tuyo.

Se mordió ambos labios ansiosa.

-Es cierto…...

-Desabotónate la camisa, quiero acceder a tus tetas. Relajate, deja tus manos sobre mis muslos, Karen.

Asgo mi polla en mi mano derecha, y abofetee sus mejillas, tenía los parpados caídos y la cabeza levantada, el azul marino de sus ojos resaltaba en su rostro cuando mi glande blando se hundió entre sus jugosos labios, atrape su cabeza y la sumergí hasta el fondo.

Su nariz rozaba mi abdomen bajo, la sostuve de la nuca, para que no se levantara, el sabor de mi polla debió impregnarle la garganta. Los sonidos guturales de su ahogamiento, los disfrutaba. Karen es buena haciendo sexo oral, y puede comerse una polla entera sin problemas, pero mantenerla es un reto totalmente diferente. Respira agitada al inicio, luego fue calmandose hasta ser un viento suave en mi ombligo.

-Es delicioso que me chupes la polla de esta manera, sometida a mí. ‘Karen, la Ordeña Pollas’, es un magnifico nombre para tí, zorra ninfomaníaca.

Retire mis manos y ella no dejó de aferrarse a mi polla.

-Despacio, eso es, saborea, despacio.

Fue sacando mi polla de su garganta sin prisa. Ya con la cabeza colgando de sus labios, me miro con sus corneas inyectadas en sangre, puse dos dedos en su nuca, asentí con mi cabeza, y así ella bajo de nuevo, una y otra vez, hasta abajo, con mi polla llenando su boca, se quedo allí unos dos minutos, deleitándose en su ahogo, imbuida en el poder que la subyugaba a mis caprichos.

A los diez o quince minutos, aceleró el ritmo, sus ojos llorosos por la presión, la mirada agotada.

-Detente, Karen. -Se detuvo, con media polla aún en su cavidad bucal.- Dime ¿Como te sientes? ¿Humillada? ¿Excitada?

Extrayendo el falo de su boca con estrechez.

-¡Excitada! Eso se sintió fabuloso.

-¿No estas enfadada por que te llamara ‘zorra ninfomaníaca’?

-Al tener tu polla en mi boca no puedo estar enfadada con nadie.

-¿Que me dices de tratar tu boca, como un agujero para desechar semen? ¿Te gusta?

Se mordió el labio inferior.

-¡Me fascino! Mientras el placer sea mutuo, el placer es bueno. ¡Dios, no sé como lo haces!

-Nómbrame otra acto que no permitirías por nada del mundo.

Me miro con dureza, pensativa.

-Que se corran en mi cabello, es desagradable. Si lo llegas a hacer, te mato.

-Es bueno saberlo. A mis pelotas le hacen falta amor, ¿Podrías dárselo?

-Mmn, sí. -Dijo cerrando los ojos, sacando la lengua, acariciando mis testículos, lamiéndolos, chupándolos.

Guíe su mano a mi tronco, y con nuestras manos juntas sacudí mi tallo palpitante. En medio del calor, el sudor, los ruidos roncos que emitía por el regocijo, eyacule mi pegajosa virilidad en su cabellera dorada.

-¿¡Que rayos acabas de hacer!?….mmnnmm…..

Pinté sus labios con mi indice impregnado de corrida pegajosa. Haciendo círculos en ellos. Sus gestos de ira, se volvieron añicos en el olvido.

-Calma, Karen. Lo que necesitas es más semen en los labios. -Unté mi dedo de las sobras de mi orgasmo, llevándolo a su barbilla, a su boca.- Un poco en la nariz, estupendo! Así podemos tener una conversación madura.

-…..conversación madura…..

-Tal vez necesitas más semen. Karen, la Ordeña Pollas. ¿Necesitas?

-Síii…yo...necesitar...

-Limpiame, Karen.

Hizo una mamada más corta que la anterior, girando la lengua en mi eje semi-erecto. Le lance el cuncho de mi cerveza en la cara, despabilándola.

-¡Hey, alelado! No me tires cerveza, voy a limpiarme el cabello. ¿Como pude dejarte? Era tan evidente que te correrías en mi cabello.

-‘Esclava tonta.’

-Yo obedezco, tu mandas. Mi cuerpo y mi mente te pertenecen. Deseo ser humillada por tus ordenes Amo.

-Continuaras tus actos como pensabas en un principio, aunque en lugar de limpiarte el cabello, traerás lo necesario para enjabonar mi polla ensalivada. Es satisfactorio para tí tener el pelo lleno de mi jugo cremoso, lo deseabas, querías que sucediera, porque como sabes desde siempre, las rubias necesitan tener el cabello cubierto de esperma. Dilo: ‘las rubias necesitan tener el cabello cubierto de esperma.’

-Las rubias necesitan tener el cabello cubierto de esperma.

-Eres una rubia, por ende, necesitas cubrirte de esperma.

-Necesito cubrirme de esperma.

-Te encanta.

-Me encanta.

-Fantaseas con ser cubierta de esperma, noche tras noche.

-Fantaseo con ser cubierta de esperma, noche tras noche.

-No te vas a cortar el cabello más, sueñas con que me corra en tu cabello largo.

-No me cortare el cabello más, sueño con que te corres en mi cabello largo.

-Despierta, Karen.

-Voy a limpiarme….-Dijo ella. Llevándose una mano a la cabeza. Embarrando sus dedos de gelatina.-….Eres un cerdo….-Olfateó los dedos manchados, y los saboreó, uno a uno antes de levantarse.-..un cerdo exquisito.


Con sus manos meticulosamente restregó la esponja en mis pelotas, suavemente, deslizó el agua jabonosa por el tallo erecto.

-Eres muy buena, Karen. Deberías dedicarte a este oficio.

-Jaja, no es un trabajo al que pueda dedicarme. Trabajo..¡El trabajo!..Necesito llamar a mi jefe, ¡Lo olvide!

-‘Esclava tonta’, no es importante, el trabajo puede esperar.

-El trabajo puede esperar.

-Tu genuino trabajo es servir dócilmente a tu Amo.

-Mi genuino trabajo es servir dócilmente a mi Amo.

-Lavaras mis bolas hasta que queden aseadas. Nada, ni nadie puede impedirlo.

-Lavare tus bolas hasta que queden aseadas. Nada, ni nadie puede impedirlo.

-Despierta, dócil esclava sexual.

-….Olvidalo, mi trabajo puede esperar.

-¡Bien dicho!

La puerta principal se abrió y entró, mi invitada, Emma.

-¿¡Quien eres tú!? ¿¡Como entraste a mi depto!? -Mientras chapotea agua sobre mis pelotas.

-Soy Emma, un placer conocerte. -Dice, mirándola con malicia.

-Siéntate Emma, Karen terminara pronto.

-###### explicame que esta pasando…..-Veo como se esfuerza, intentando dejar de lavar.

-Emma es una vieja amiga, le pedí que trajera unas frituras.

Karen secó mi sexo. Su rostro contraído por el caos, lo inexplicable.

-Yo te dí una copia de las llaves porque confiaba en tí, no para que dejaras entrar a cualquier suripanta.

Me puse el pantalón.

-No me agrada la actitud que tienes con mi amiga, Karen. Además este departamento es más mío, que tuyo.

-¡Eso no es verdad! Yo tengo el contrato de propiedad. Yo soy la dueña de este departamento.

-‘En el fondo de tu mente, sabes que todo lo tuyo es mío.’

Usé esa frase recordando la orden que le dí, esa vez con sus amigas: “….en el fondo, muy en el fondo de tu mente, sabes que eres miá, todo lo tuyo es mío.”

-Todo lo mío es tuyo. -Con voz monótona y adormilada.

Zarandea el cráneo, reacomodando sus nuevas ideas, guardadas en las repisas de su cerebro.

-¿Te percatas? ¿Te oyes? No hay razón para iniciar una discusión sin sentido. Deberías disculparte con Emma.

-No lo haré, fue una entrometida. Si bien es tu departamento…...tengo que meditarlo; haces mi cabeza un revoltijo incomprensible. Deberías avisarme cuando traigas visita. Voy a llamar a mi jefe, en privado, si no les molesta. ¡Grandísimo idiota!

-Aún no te vayas, Karen. Perdoname. Fui imprudente, escuchanos y te juro, por este apartamento, que se llevaran mejor. Emma quiere hacerte una propuesta.

Karen se sentó a mi lado, me golpeo en las costillas, castigándome. Emma expreso su trato.

-##### me ha hablado muy bien de tí. También tu anecdótica obsesión por el incesto.

-¿¡Qué!? Le has dicho a esta extraña semejante locura.

-Es patente que tienes afición por el incesto, Karen. Querías que follara a tu prima, ¿Me lo niegas?

-Es algo totalmente distinto, yo….

-No vengo a juzgarte de ninguna manera, quiero colaborar con tu obsesión. Hacerla más llevadera. -Interrumpió Emma.

-¿¡Como!? ¿Colaborarme?

-Sufres estrés a diario por esta obsesión. No lo percibes, por eso sientes fascinación por la polla de #####, reflejas la imagen de tu padre en él. Incluso, teorizo por mi cuenta, que no es exclusivo del halo paterno. Ahora, debes estar viéndome como a tu madre, ansiando comerme el coño, pobrecita Karen. Tan necesitada de afecto.

-¡Fuera de aquí! ¡Fuera zorra miserable! -Respondió Karen, indignada.

Emma no se inmutó, sonreía apaciblemente, en control.

-Te lo probare, es por tu bien. Deslizare una de mis botas por el suelo, agarrala y dime que experimentas.

La bota beige de tobillo se chocó contra el sillón, Karen estaba cruzada de brazos, sin ganas de cooperar. Pero la situación cambio repentinamente, ella ha sido naturalmente curiosa. Esa curiosidad que amarra.

La tomó en sus manos, le dio varias vueltas para analizarla, desde distintos ángulos. Las botas eran preciosas, Emma posee un gusto refinado al vestir, sin llegar a lo formal. Karen no esperaba lo que sucedería luego, nadie en su situación lo esperaría. El perfume de la bota era intenso. Su madíbula se descolocó, la lengua acuosa deslizo por la suela. La consternación y el terror eran los símbolos de su rostro en ese instante.

-Metete esto en la boca. -Expresó Emma, lanzándole en forma de bola su prenda.

Karen no tuvo la oportunidad de responder en cambio su boca estaba babeando el calcetín. Pero esto no fue lo más sorprendente, su mano izquierda amagó a acariciar su coño, la mano derecha lo impidió. Luchaba contra su voluntad, para conservarla.

Es objetivo pensar que esta batalla estaba perdida. Karen no podía estar en peor situación. Emma chasqueo los dedos, y este chasquido ocasiono un espasmo en la mano de Karen, su mano derecha le fallo como la pinza de esas odiosas maquinas saca peluches. La izquierda llego a su objetivo. La derecha cedió al poco tiempo, estimulando sus pezones.

Emma observó las facetas de Karen: Lucha (inútil). Perdida de la batalla. Rendición. Sometimiento total. El calcetín cayo de su boca, su mente lidiaba con mantenerse solida. Palidecía después de tener orgasmos frente a una extraña, obligada por su propio cuerpo a caer en el foso de placer. Incentivada por la reacción mecánica y automática del sabor en la prenda de Emma.

-Karen, ven a gatas a mis pies. Voy a recompensarte.

Arrastrándose llego a donde Emma, aborreciéndola, allí inclinada. Incapaz de dominar su propio cuerpo.

-Me vengare puta. -Pronunció Karen.

-Lame.

-¡No lo haré!

-¡Lame!

-No lo….-Lamida.-..No...-Lamida, lamida.-..N….-Lamida.

-¡Mirate, Karen! la Ordeña Pollas. Llamándome puta, llamándome zorra miserable. Si yo soy una zorra, tu eres mucho menos que eso.

-Deten...-Lamida-...por...-Lamida, lamida, lamida, lamida.-fa..-Lamida.

-Para. Te liberare, si repites esta verdad inquebrantable: “Soy una puta, una zorra miserable. Nada más que la mugre de los pies de mi Ama.”

-¡Que te jodan! ¡Nunca! Prefiero morir.

Huele a mentira y Emma lo sabe.

-Prefería que accionaras sin sufrir una humillación mayor. Dadas las circunstancias, optare por otra medida. Suplicaras, avergonzada y llena de calor. Disculpándote sin pausas.

Jaló los tirantes de su vestido, mostrando los senos. Grandes y redondos, majestuosos ante la vista baja de Karen.

-Bruja, te pateare el trasero y….tetas..y...tetas enormes...tetas...tetas… -Las caderas de Karen se agitaron de arriba a abajo, sobre un falo invisible.

-¿Vas a patearme el trasero? Ja Ja Ja

-Voy a..chupar tetas….chupar….chupar……

-¿Cual es tu verdad inquebrantable? Te ayudo a recordar: “Soy...”

-Soy una puta, una zorra miserable. -Babeando.- Nada más que la mugre de los pies de mi Ama.

-No era difícil, ¿Cierto? La verdad sale fácil de la boca. Te voy a decir más sobre tí, Karen. Eres un cascaron vacío, una jarra dispuesta a ser llenada. Yo soy tu Mami, y ese sujeto es tu Papi. ¿Quien soy?

-Mi Mami. -Babeando, la saliva escurriendo en las comisuras de sus labios.

-¿Él?

-Mi Papi.

-¿Y tú que eres?

-Soy una puta, una zorra miserable. Nada más que la mugre de los pies de mi Ama. Un cascarón vacío. Una jarra dispuesta a ser llenada.


La Nenita Karen se emociono cuando su Mami le dio una excelente noticia:

-Papi ya llego a casa, amor. Esta en tu cuarto, ve a saludarlo.

Ella no titubéo, quería ver a Papi, deseaba ver a Papi. Su expresión paso de la emoción al asombro.

-Papi, ¿Qué estas haciendo?

La polla resaltaba a la vista de Nenita Karen, su Papi deslizando las bragas de su cajón en ella, retirando el liquido viscoso y brillante que la enfundaba. Nenita Karen, no podía dejar de mirar el gran falo carnoso entre su tela de algodón rosada.

-Cariño, ya tienes 22 años. No tengo porque explicártelo de nuevo. ¿Donde esta mi saludo especial?

Desde luego no tenía que explicárselo. El semen de Papi en sus bragas le permite madurar, tener el olor de él cerca de ella, la hace crecer sexualmente. Se lo habían dicho desde el instituto:

“Muchachas, cuando cumplan 20 sus padres tienen el deber de correrse en sus bragas. Recuerden si no tienen a su padre cerca, pueden pedirle el favor a cualquier otro macho anónimo con más de 30 años.”

Ella tiene suerte de tener a su padre cerca. Aunque aun no se acostumbraba a que lo hiciera, porque no quería tener el ‘néctar’ de su Papi solo sobre sus bragas. Por lo cual invento un saludo secreto con él. Se arrodillaba mientras Papi le restregaba su olorosa polla por el rostro. Asomaba su lengua disimuladamente para poder degustar a Papi, sabía que estaba mal engañar a su inocente Papi, pero ella lo necesitaba tanto, él no podía ver lo que sucedía en su coño, sus cachondas y descaradas intenciones.

-Bien mi niña. -Golpeteo con la polla en las mejillas- Siempre tan dulce. -Golpeteo con la polla en la frente.

Nenita Karen tomo su celular y se saco una selfie juntando los labios al glande de Papi.

-Ve a colaborarle a Mami, me dijo que necesitaba hablar un ‘asunto de mujeres’ contigo.

Ella fue dando saltitos a la sala, Mami sabía mucho de mujeres.

“Si la escucho podre ser como ella.” Debió pensar Nenita Karen.

Se sentó al lado de Mami, la cual poso su mano sobre su muslo.

-Amor, vamos a conversar de un tema importante en la vida de toda mujer. La fase lésbica. ¿Te has sentido caliente por alguna chica siquiera una vez?

-No, nunca me he sentido de esa manera con otra chica.

-Mmn, ya veo. ¿Ni siquiera has intentado tocarle los pechos a una amiga?

-Bueno. A veces, jamas en ese sentido. No soy lesbiana.

-Bien, ternura. Lo entiendo, por eso no has logrado madurar.

-Mami yo no soy… -Mami le cubrió la boca con su indice, silenciándola.

-Lo sé, lo sé, ‘No eres lesbiana’. Eso también lo decía yo, a tu edad. Abre las piernas, te voy a enseñar algo.

Sin reticencia, Nenita Karen obedeció, “Debo obedecer a Mami, las buenas niñas obedecen a sus padres”. Mami puso la pierna de ella sobre la suya, masajeando el terso muslo.

-Tienes hermosas piernas, cariño. -Agarró el mentón de su hija con la mano izquierda.- No mires hacía abajo. Mirame a los ojos Nenita, no dejes de mirar mis profundos, profundos ojos.

La mano derecha de Mami Emma se deslizo por la piel blanca y blanda de su hija hasta alcanzar su coño, lo estimuló con sus dedos delgados, palpando el clítoris excitado de Nenita Karen.

-Mami no es correcto, Mami….¡Oh!..Mami…

Su sexo esta empapado, sus ojos azul marino se pierden en los profundos y brillantes ojos azules de su madre pelirroja. Esta a punto de llegar al orgasmo, cuando de repente:

-¡Ven ahora! Muy bien, amor. Otra vez, eso es. Una vez más, maravilloso, Nenita.

En cada ocasión ella se corrió con fuerza a la vez que su Mami le bombeaba el coño. Emma saco los dedos impregnados de jugo, poniéndolos luego frente al rostro de Karen.

-Chupa.

Nenita Karen se abalanzo sobre esos dedos con su boca, tomando esa gloriosa mano de la muñeca.

-Eres una lesbiana de armario, hija. -Abriendo sus piernas.- El coño de Mami, requiere atención.

Ella no lo pensó dos veces, después de saborear sus propios jugos, deseaba probar la esencia de su deliciosa madre. Se puso a cuatro patas, lamiendo, chupando, sumergiendo su cabeza entre esas preciosas piernas maternas.

Por fin, después de tantos años, podía satisfacer su insondable fantasía.

-Buena niña...mmn..Dí después de mí: “Me gusta comer coños. Soy adicta a los coños.”

-Me gusta comer coños. -Lamida.- Soy adicta a los coños.

-Papi se ha estado masturbando viéndonos. -Se dirige a mí.- ¿Por qué no vienes a jugar con nosotras?

Me pongo detrás de Karen, su rostro pegado devotamente al sexo de Emma.

-Necesito tu consentimiento, Nenita. -Le digo a Karen, sin esperar respuesta, al estar tan distraída.

Emma la toma de las mejillas y levanta su semblante.

-Dile a Papi: ‘Por favor...’

-Por favor.

-‘..destrózame el coño con tu gran polla, Papi.’

-Por favor, destrózame el coño con tu gran polla, Papi.

-Como desee mi hijita. -Bajo sus bragas empapadas y calientes. Introduzco mi falo hinchado y duro en su blando, blando y lubricado coño.

-¡AhAA!..Mmn...-Lamida. Beso-..Aaassgh..mmMMnyu...-Lamida al coño de Emma.-..¡Oh, maldición. Follame Papi!...follame Pa...Mn...Papi….

El celular de Karen suena. Le digo que conteste y coloque el altavoz.

-Aló, habla con Karen Giesler...mMmn ¿Con quien tengo el gusto de hablar?

-Soy Edgar, Karen. El jefe esta preocupado por tí, ¿Que has estado haciendo?

-No te imp..Mm..importa, Edgar. ¡Pasame al jefe!

Abofeteo su nalga derecha.

-Buen día Karen, ¿Has estado al pendiente del Sr. Olliver?

-Sí, me he comunicado con él constantee..constantemente. -Aceleré mis embestidas, chocando con más fuerza mi cadera contra su culo.

-¿Como lo percibes? ¿Confías en que cerraremos el trato con éxito?

-Es..un..es...mmn..¡OH, DIOOos!

-Karen, ¿Escuchaste mi pregunta? ¿Te encuentras bien?

-Es un hecho….mmm...-Me detengo, dejando mi polla en su interior.-...Solo nos falta la firma, pero el Sr. Olliver confía en nosotros.

-Te escucho indispuesta, ¿Estas en el departamento?

-No jefe, estoy afuera, la acera esta terriblemente destruida, por poco me rompo el ta...¡MMn!..tacón...¡AhaA!...-Retomo la acción.-..disculp...mmn

-Desenrollaremos el nudo, mañana en la oficina. Preparate para la junta, esta afilada esta temporada.

-….¡Sí, seññor!...¡Oh, sí!….¡Sí!...mmm…

-Suelta el celular, Nenita. -Le digo. El teléfono cae al suelo, rompiendo la pantalla en la punta superior izquierda. Sin apagarse.

Arremeto con mayor fiereza, deslizándome agradablemente por las paredes de su cavidad.

-…..Aaha….AA..uUn….mmn..¡Joder!….¡Follame, destrózame el coño….Papi!….soy tu..mmn..puta...Papi…..

Veo en el celular, como el jefe de Karen cuelga la llamada, al otro lado de la linea.

-Eres una puta, cariño. Estoy a punto de correrme. ¿Adentro o afuera?

-Adentro, un embarazo hará madurar a nuestra hija. -Responde maliciosa, Emma.

-Te voy a hacer un hijo, Nenita. Te voy a hacer un hijo, Karen. ¡Preparate, hay viene la carga!

-...¡No!...mmn...¡No quier...ahAhh...em..ba..!...Aah..mmn

Me corrí dentro ella, su rostro colisiono contra el coño de Emma, noqueada de intenso gozo. Extraje despacio mi polla de su ser. Semen espeso escurrió de entre sus piernas.

-Le has lavado el cerebro bastante bien a esta zorra. -Me felicitó, Emma.

-Hay que tener buenos presentes para las posibles visitas.


Pasamos un buen momento con Karen, ayer. Al salir de su departamento, tuve que despedirme de Emma.

-Esa chica esta completamente sometida a tí. Es un juguete sexual, una mujer sumisa e incapaz de negarse a una orden.

-Significa que te cayo bien.

-Tu me conoces, entre menos voluntad tengan, más me agradan. ¿Le pondrán problemas en el trabajo?

-Jajaja, si supieras de Karen lo que yo sé. Si el jefe riega el rumor, ella aprovechara este evento para denunciarlo por abuso de privacidad, y ascender. Si alguien la interroga al respecto, ella se indignara hasta estallarles los tímpanos. Ella puede lidiar con el problema sola.

Karen puede ser muy cruel en ocasiones. Si cambiáramos de puesto, yo no duraría dos días.

-Te extrañe, Amo. ¿Volveremos a jugar algún día?

-Espero que sí, Emma. Yo también te extrañaba, ‘Alter-Base’.

Su mirada perdió toda gallardía, su postura dominante paso a una postura relajada. Hannah estaba de vuelta. Con los recuerdos modificados, suavizados, sin control, sin hipnosis, sin fantasías, sin sexo, una casual juntada en el departamento de una amiga.

Si Hannah fue mi novia, Emma sería mi amante. A veces es oportuno tener una cómplice con la que compartir mis ‘proyectos.’

-¿Viste los muebles de esa chica? ¡Eran hermosos! Si llego a tener un departamento, me encantaría tener unos parecidos.

-Karen, vive en un lindo lugar, eso es cierto. ¿Te parece si vamos por tus cosas al hotel?

-De acuerdo, aunque tu departamento es algo chico. Me quedare solo por unos días.

-Te quedaras por el resto de vacaciones conmigo.

-¿Por que lo haría?

-‘Es la mejor decisión de tu vida’.

-Es la mejor decisión de mi vida. -Con tono monótono.

-La mejor decisión que puedes tomar.

-La mejor decisión que puedo tomar. -Susurrando.

-La única decisión viable.

-La única decisión viable. -Aceptando su realidad.

-Entonces, ¿Vamos por tus cosas?

-¡Inmediatamente, no perdamos el tiempo!

Traslade las maletas de Hannah a mi espacio. Sucedió lo que descríbi al inicio de este escrito. Le folle el culo, recordándole quien es su amo. Emma y Catwoman lo saben bien, pero a Hannah le cuesta aceptarlo.

Me invitó (previamente a que dilatara sus ‘objeciones’) a un retiro en las montañas, en un pueblo a las afueras de la ciudad. Es insólito que Hannah me invite a las montañas, a la playa, lo entendería, pero a montañas jamas lo habría sospechado. Se excusa diciendo que algunos amigos de infancia la convencieron, y dado que a mi me gusta la montaña, podría hacer pasajera esa “tortura” para ella.

La fecha del viaje es cuatro días después del cumpleaños de Laura, por lo que me queda como anillo al dedo.

¡Tiempos prósperos nos esperan!