Diario de un Hipnotista: La esclava perfecta

Comienza la esperada terapia, con Alexa, la pareja de Clara. Una nena dulce de pelo castaño. Con una peculiar debilidad....por la sumisión....

Recompensa y castigo:

Terminamos de comer la pizza Hawaiana. Las bragas de Karen todavía tiradas en el suelo.

“Odio la pizza con piña.” Me reprocho Karen.

“Entonces ¿Por que la comiste?”

“Tenía mucha hambre y no estaba tan mal.”

“Tenías hambre de muchas cosas esta noche….”

Soltó una sonrisa juguetona.

“Libertad femenina, cariño.”

Deslice mi mano derecha por su muslo terso y suave, levantando ligeramente su falda, observe su coño rosado, antes de inspeccionar a mi amiga rubia, alce la mirada para ver su bello rostro.

“¿¡QUE ESTAS HACIENDO!?”

Me grito eufórica, cacheteandome con fuerza.

“No te he dado permiso que me toques, ¿Quien te crees que eres?”

“Un bombero, pero mami dice que mi carro de juguete se puede estropear con el fuego.”

Estuvo a punto de formar una sonrisa, pero mantuvo su expresión seria.

“¡Oh, Dios! ¿Que pensabas hacer?”

“...Bueno, yo...Es evidente, ¿No?”

“Mira niñito, ya que no te atreves a decirlo...”

La interrumpo, ¿Que demonios?

“¿Que demonios? Te llevo casi una década, Karen. Vamos, somos ambos adultos. Me estas tomando del pelo.”

Más enojada, pero manteniendo la compostura, me responde.

“Ha! Ahora si me das risa, payaso. Te hice una mamada, mi decisión no la tuya.”

Me siento violado.

“Ok, así que cuando te tragaste mi corrida, yo malinterprete las cosas.”

“Exacto, soy una mujer directa, decido con quien follar y hoy no es tu día de suerte. Te lo dejare pasar esta vez, si vuelves a ser imprudente, te echare de tu apartamento...quiero decir mi apartamento.”

Sí, tu apartamento, tu mente y tu vida son míos, Karen. Y este es solo el comienzo.

“De acuerdo, seré un buen chico. No puedo replicarle nada a una chica con tacones tan relucientes.”

Su reacción fue sutil, lamió el labio inferior lentamente, entrecerró los ojos para disimular el enfoque de sus pupilas en mi bragueta. Unos cortos segundos de sensualidad y descaro.

“Chupar...polla...amo…..”

Susurrándose a ella misma, con mirada en blanco y mandíbula floja. Luego balancea ligeramente la cabeza y retorna.

“¡Genial! Perdón por ser tan dura. Prefiero dejar en claro las cosas, no eres mi tipo.”

“¿No te parezco atractivo?”

“No.”

“¿Ni un poco?”

“No, ni un poco.”

“Por lo tanto es fantasioso de mi parte, si te pido una soplada de verga, ahora.”

“Ya lo hablamos, yo no lo repetiré….repetiré.” Arrastrando las palabras.

El sonido de mi bragueta bajando la hace agitarse. Abre los ojos impactada.

Con la boca entreabierta, desliza su húmeda lengua por sus dientes. La punta de sus pies mira hacia dentro.

Tomo su mano y la coloco sobre mi hebilla, sus dedos exploran el metal brillante.

“No lo harás, entendido, damita.”

“Sí, yo jamas, jamas” con voz ronca “volveré a chuparte la polla.”

Sus pupilas se dilataron al pronunciar las ultimas palabras. La tenía tan cerca del rostro, como para darle un beso, con su torso combado hacia mí. Colapso contra mi pecho, jadeando secamente, aferrándose con sus manos a mi camisa.

“Jamás...ah..ah...Jamás..Ja...ahha..más..”

Lentamente su cabeza bajo hasta mi entrepierna, sentía su aliento cálido hacia mi polla, por medio del agujero de mi pantalón.

“¡Caíste!” Me dijo sonriendo, la zorra.

Se puso de pie, dándome la espalda, dio dos pasos hacia ninguna parte. Su falda entubada resaltaba realmente bien la redondez en su culo.

“No...sí..no...Eres una tonta Karen.” Se replico a sí misma en voz baja.

Apretaba los puños y sus piernas se tambaleaban. Dio media vuelta, vi sus mejillas sonrojadas por la excitación, imposible de ocultar. Cayo en cuatro patas, al parecer sus piernas ya no podían mantener su peso, gateo con avidez hacia mí. Paso su lengua ensalivada por mi pantalón, intento alcanzar mi hebilla y desabrocharla para disfrutar de su manjar apetecido.

Pero no se lo permití, ella estuvo jugando conmigo, ahora yo jugare con ella. Tome sus muñecas y las subí sobre su cabeza.

“No sin mi consentimiento, linda.”

“¿Enserio? ¿Crees que te voy a rogar por una mamada?”

Cerré mi bragueta. Sus ojos se apagaron.

“Uh..ehmn..yo”

Al mirarme a los ojos vi sus ansiás y desesperación, mi expresión le dejo claro que no estaba bromeando. Bajo la mirada, incapaz de mantenerla mientras suplicaba:

“Por favor….dejammee chuparte la la polla.”

Lo dijo con un hilillo en la voz, tartamudeando. Yo deseaba romper su orgullo.

“No escuche bien, puedes repetirlo, más alto y claro.”

“Por favor dejame chuparte la polla.”

La tome de la barbilla forzándola a mirarme a los ojos.

“¿Quieres que llene tu boquita de lefa?”

“Sí, quiero.”

“¿Cuanto lo quieres?”

“Lo quiera tanto, quiero chuparte...ahah”

“¿Quien tiene el control?”

“Tú...Tu tienes el control.”

Una lagrima resbalo por su mejilla izquierda. Vi en un documental, que llorar es un mecanismo para liberar el estrés en algunos mamíferos, realmente la estaba empujando más halla de sus limites

“Eso es correcto, harías lo que fuera por chuparme la polla, ¿Estoy en lo cierto?”

Dudo, sus azules ojos intentaron escapar de mí.

“Tú, estas en lo cierto.” Dijo, rendida ante una batalla que no ganaría.

“Desnudate, excepto los tacones. Me gustan.”

Aprecie su hermosa figura de reloj de arena, sus pezones duros y su coño mojado. Me pare, la recorrí de arriba a abajo con la mirada, di vueltas alrededor de ella, para degustar mejor su encanto físico.

Masajeé sus tetas deliciosas, suaves y tiernas. Le bese el cuello, mientras con una de mis manos apreté su culo firme y con la otra jugué con su coño caliente.

Recompensa y castigo, con una orden post-hipnotica simple: ‘Me chuparas cada ves que alague tus tacones rojos’. Había logrado obtener control absoluto sobre una mujer tan terca como Karen. Dispuesta a hacer lo que sea por una buena dosis de polla.

“¿Quien tiene el control?”

“Tu tienes el control.”

“Muy bien, muy bien. Inclinate contra la mesa, y repítelo, para que no lo olvides, perra.”

Bombee dos dedos en su apretado coño.

“Tu...tienes ¡Ah!...el..mn..control.”

“Tu..mnsm..tienes..hah..el control...ah”

“Tu..tu...tienes..ah...mn..ah..el control.”

Continué durante algunos minutos más estimulándola, sus jugos impregnaban sus muslos.

“¿Que harías por chuparme la polla, Karen?”

“¡Lo que sea, quiero tu polla en mi boca!” Excitada y con convicción.

“Tengo un amigo obeso que le gustan mucho las rubias, ¿Te dejarías follar por él, para soplarme la polla?”

“¿¡Que!? Vete a la mierda.”

“Listo, me voy.”

“No, no, espera.”

“¿Lo harías? Es tu decisión.”

“Lo haré.” Lo dijo con desgana.

“¿Que cosa?”

“Me follaré a tu amigo obeso para soplarte la polla.”

En realidad, no tengo ningún amigo obeso. ¡En tu cara, golosa Karen!

“Eres una guarra. Apuesto a que te gusta que te follen el culo, perra.”

“No te atrevas.”

“¿Que pasa si me atrevo? ¿Vas a detenerme?”

“Yo...”

“¿Quien tiene el control?”

“Tu tienes el control.”

Ensalive mi pulgar y lo introduje en su ano. Se puso rígida, pero no replico, luego se relajo, alcance a escuchar sus casi inaudibles maldiciones: “Santa mierda”, “Joder”.

Le dí un par de nalgadas que la hicieron temblar.

“De rodillas, Karen. Voy a recompensarte por ser una buena chica. No te muevas hasta que lo permita.”

Desabroche mi pantalón y deje que cayera en el suelo. Ella observo extasiada mi polla hinchada, como un animal hambriento.

Veinte segundos pasaron, la luz de sus ojos y mente se había ido.

#Cambio de gatillo:

En principio, era divertida la idea de hipnotizar a Karen, mostrándole por veinte segundos mi erección, esa rubia, elegante y orgullosa, sometida bajo mi poder, el poder de mi polla.

Pero a largo plazo es inviable, si quería seguir divirtiéndome con tranquilidad, debía hacer algo al respecto.

“Chupame el glande Karen, solo la punta. Buena chica.”

Rodeo con su lengua, girándola por la cabeza de mi verga, cerro la boca en un beso, y volvió a empezar. El liquido preseminal hacia brillar sus labios.

“Lo que sucedió desde que comimos la pizza, hasta este momento, ha sido una fantasía, sabes que no es real, porque tu nunca te someterías a un hombre de esa manera. Suplicándome sumisa chuparme la polla. Aunque en el fondo ese es tu real deseo, dejar de pensar, obedecer y chuparme.”

Tome su nuca y la empuje hacia mi polla, tirando un largo chorro en su garganta.

“Esta noche. Olvidaras que estas desnuda, incluso si te miras en el espejo. Cada vez que escuches una frase mía, diciendo ‘Patata’ en ella, obedecerás mi orden. ¿Entendido?”

“Sí, amo. Yo obedezco, tu mandas.”

“Contare hasta siete y despertaras, al pronunciar ‘Esclava Tonta’ caerás en profundo trance, de nuevo.”

“Uno. Dos. Tres. Cuatro.”

Me había puesto el pantalón y volví a sentarme en el cómodo sillón.

#Alta sensibilidad hipnótica:

Mi ultima terapia había terminado hace diez minutos, recibí una llamada de Clara. Alexa, su pareja tenía una cita programada conmigo en quince minutos. ¿Que necesitaría?

“Doctor, no lo tome a mal, pero no voy a ir a las terapias. La hipnosis me parece una idea absurda. Ella fue la que actuó de forma indebida. Hablare las cosas con Alexa mañana, adiós.”

“Clara, no tomes decisiones apresu….”

Colgó, en esa situación lo único que te queda es maldecir al aire. Me tranquilice, debía adaptar los planes, solo un poco.

Alexa ingreso a la sala, una falda floral blanca, blusa de tiras amarilla y zapatos de meter rosados. Su figura acentuaba elegantemente su ropa, además de un sexy labial fucsia. Alexa con su pelo castaño claro y liso, junto esos impactantes ojos esmeralda, contrastaba completamente con Clara, sus personalidades diferían tanto como sus cuerpos. Decidí, no comentarle la deserción de Clara. Ya tenía un problema, no quería dos.

“Siéntate Alexa, ponte cómoda. ¿Quieres algo de tomar?”

“Algo de agua estaría bien.”

Llame a Kassia, trajo dos vasos y nos sirvió a ambos. Ella es una mujer muy atractiva y peculiar, gracias a eso podía analizar las reacciones de mis pacientes y determinar rasgos de su personalidad. Clara se la comió con los ojos, Alexa por el contrario los apartaba como para evitar caer en el ‘hechizo’. Clara más agresiva y rebelde, Alexa más reservada y cauta, excepto bajo los efectos del alcohol.

“¿Alguna vez has realizado un test de sensibilidad hipnótica?”

Mi conclusión era única y predecible. La hipnosis es un 50% observación a los pequeños detalles.

“No, ¿En que consiste?”

Conclusión: Mujer altamente sugestionable y sumisa.

“Lo acabo de hacer. Estas profundamente en trance en este momento.”

“No...puede ser...¿Cuando?” Me dijo impresionada y confundida. Con voz pausada.

“Te mostrare, ponte de pie en el marco de la puerta.”

“Ok ¿Que sigue?”

“Estira los brazos, que el reverso de la mano toque el marco. Muy bien.”

“No puedes ser tan rápido.”

“¿Rápido? Han pasado más de treinta minutos. Cuando estabas somnolienta me contaste...olvidalo.”

“¿¡Que te conté!?”

“Bueno...” Sonreí arrogantemente.

“Dímelo ahora o...” Saliendo del marco y avanzando hacia mí.

“¿Levantarás los brazos? No puedes evitarlo. Estas en mi poder, es más fácil dejarlos flotar.”

Sus brazos se alzaron, formando un cruz con su cuerpo. Me acerque a un paso de distancia de ella.

“...Esto..no es posible.”

“Ja! Es tan posible como que dormirás cuando toque tu frente, en un sueño profundo e inevitable.”

La toque con mi dedo indice en su mejilla. Retrocedió un paso, asustada.

“No, no, no es posible. No.”

Choque mi palma contra su frente, sus ojos se cerraron, sus piernas se doblaron y su cuerpo cayó sobre mí. Muy, muy fácil. Sería una buena tarde.

El efecto Kohnstamm, un neurólogo alemán, demostró que la contracción prolongada de los músculos, puede provocar contracciones involuntarias de los mismos. Hay múltiples variantes de este fenómeno, la clásica es presionar los brazos contra una puerta.

Uniendo este efecto con algunas mentiras piadosas que debiliten la seguridad mental del paciente, la hipnosis se puede facilitar en gran medida. Aun así Alexa era un caso especial, el espectro de sensibilidad hipnótica en relación al censo poblacional, se puede graficar como una campana gaussiana, los extremos corresponden a aquellos individuos anormalmente resistentes o susceptibles. Alexa pertenece al segundo grupo selecto, una sumisa de fabrica, una esclava perfecta.

Podría haber fallado en mis suposiciones, pero no fue el caso.

Volviendo a la campana de probabilidades; cuanto el trance esta dado, la mejor forma de profundizarlo en alguien con una susceptibilidad promedio, es mediante imágenes mentales, respiraciones guiadas y relajación muscular. Cuando la resistencia es mayor la opción más favorable es guiar a la persona a una o varias disonancias cognitivas, para romper el ‘cascarón’. Cuando no hay resistencia, dar ordenes directas fortalece su sumisión, son mentes para obedecer, si tienes ‘la llave’ son tu juguete. Por este motivo Clara indirectamente poseía el control sobre Alexa, con su actitud dominante y descarada.

Me senté con su cabeza recostada sobre mis piernas, acaricie su cabello liso. En alrededor de cinco minutos, la tenía lista para la sesión.

“Alexa, vas a abrir tus ojos, pero seguirás dormida, mi voz es la guía de tu sueño. Abre los ojos, enfoca tu mirada en mi mano derecha. Mi mano es muy atractiva para tí, sientes el calor fluir por tu vientre cuando la percibes cerca de tu rostro.”

Jadeó levemente mientras acariciaba sus labios y mentón con mis dedos.

“Reconfortante calor te abriga. Concentrate en mi dedo corazón, deseas chuparlo, tu lengua ansía rodearlo y tu boca necesita ser llenada. Tu boca necesita ser llenada, dilo.”

“Mi boca necesita ser llenada.”

“Buena chica, chupalo.”

Toquetee sus tetas por encima de la blusa, mientras la linda chica se aferraba a mi dedo medio, la deje disfrutarlo.

“Ponte de pie, Alexa. Espalda recta, pies juntos y brazos a los costados. Tu ropa pesa toneladas, no puedes moverte y es difícil respirar. Vamos a jugar, un concurso especial que va a ayudarte, me vas a responder honestamente y por cada respuesta tienes permitido quitarte una prenda.”

Rígida y obediente, espero mi pregunta.

“¿Cual es tu nombre completo?”

“Me llamo Alexandra Spencer, mi apodo es Alexa.”

“Fuera blusa.”

Sus pechos redondos y magníficos le hicieron difícil quitársela. Rebotando magníficamente cuando salio. En el primer piso el cartel publicitario del consultorio, aclaraba privacidad y nula exigencia de datos personales (excepto por el correo o teléfono de contacto); entre menos datos pidiera, menos preguntas riesgosas harían.

“Tienes muy buen físico Alexa, ¿Practicas algún deporte?”

“Practico acrobacia en telas.”

“El brasier.”

Maravillosas, dos perlas dulces. Su areola rosada y clara. Pellizque esos hermosos pezones, tenía que hacerlo. Baje mi mano por su estomago, y sentí la humedad en su coño. Puede que no estuviera consciente de ello, pero no había duda de que le excita obedecer.

“Debes ser muy flexible, ¿Que es lo mejor que puedes hacer con eso?”

“Puedo levantar una pierna a la altura de la cabeza.”

“Quítate el zapato izquierdo y hazlo.”

Era increíble como en un movimiento formo un arco con la pierna ayudándose con una de sus manos hasta alzarla por completo, tenía las uñas del pie pintadas de multicolor, sus bragas blancas con corazones morados en ellas. Palpe su muslo tenso. Saque la cámara tome una foto de la espectacular postura y la deje grabando.

“¿Como se hicieron pareja con Clara?”

“Estábamos peleando con mi ex novio y luego conocí a Clara.”

“Sé más explicita, recuerda que aún tienes unos cuantos kilos encima.”

“Mi ex-novio no me satisfacía sexualmente. Salí a un bar deprimida por una pelea, ese día conocí a Clara, nos vimos cada vez más seguido, haciéndonos amigas. Hasta que un día me excedí con el alcohol y termine en la cama con ella. No había tenido un orgasmo como ese en toda la relación con mi ex. Ya ha pasado casi un año de aquello.”

“Puedes bajar la pierna. Fuera el zapato derecho.”

Sobre el pie derecho, tenía tatuada la palabra ‘Love’, Clara tenía el mismo tatuaje en el pie izquierdo.

“¿Que es lo que te excita de Clara, Alexa?”

Se relamió los labios y sus ojos brillaron.

“¡Amo sus pies, su olor! Su lengua..Mmn...mueve muy bien la lengua. Puedo estar enojada con ella, pero sus malditos pies, son lo mejor sobre la faz de la tierra.”

“La falda. De seguro debes estar más ligera, solo quedan veinte kilos en la bragas, ¿Clara sabe de tu debilidad por sus pies?”

Se mordió el labio insegura y entrecerró los ojos.

“Sí, eso creo. Cuando la contradigo ella me pone los pies en la cara. ‘Lámelos’, me dice. Yo intento negarme, pero simplemente no puedo reaccionar, estoy bajo sus pies, lamiendo y disculpándome. Lamiendo y disculpándome por ser una mala chica. Lamiendo y disculpándome por ser una mala chica. Lamiendo….”

Sus bragas se estaban empapando más y más. Estaba teniendo una reacción sexual(?) extraña que solo podría describirse como la mezcla entre un orgasmo y un tic nervioso. Otra deducción parcialmente correcta, sin darse cuenta Clara había vuelto en una esclava sexual a Alexa. En ese momento estaba en bucle, toque una zona sensible y su mente entro en shock.

Lo único plausible, que pude imaginar para generar reacción semejante, es que Clara la pusiera a lamer sus pies durante horas, en varios momentos del día, obligándola a disculparse, sin importar si ella tenía razón o no. Incluso me pone a dudar, ¿Alexa fue una sumisa de nacimiento o Clara la convirtió en una? Sea lo que fuere, es difícil saberlo.

“Detente, Alexa. dame tus bragas. Buena chica.”

“Eres un perchero, en tres, dos, uno.”

Su mano izquierda levantada sobre su cabeza en forma de garra, sus ojos enfocados en esa mano. Su otro brazo doblado con la palma hacia arriba, pocos centímetros debajo del hombro. Y los pies apuntando hacia afuera.

Me desvestí, puse mi camisa sudada sobre uno de sus hombros, mis pantalones en su brazo derecho. Mis zapatos en cada una de sus manos, mis medias entre sus tetas. Limpie su rostro con mis boxers y los coloque sobre su cabeza.

“Eres un perchero mágico, sientes pero no piensas, te excitas y no necesitas saber el motivo. Y estas muy excitada de ser un perchero. Tu piel es extremadamente sensible. No dejes caer la ropa o tendrás un castigo.”

Pase las yemas de mis dedos por su espalda, su culo, rodee su pelvis y bese su cuello a la vez que masajeabá su coño. De su mano derecha cayo uno de mis zapatos.

“Mal perchero, tendré que enseñarte una lección.”

La situé sobre mis muslos, debía amaestrarla a punta de nalgadas.

“Alexa, cuando diga ‘malcriada’ seras Alexandra Spencer de diez años. Y yo seré tu terapeuta, te has portado mal y tus padres me han pagado una suma generosa por hacerte una chica de bien. Malcriada.”

Recupero la vida en sus ojos y empezó a patalear.

Con voz chillona y estridente.

“¡No es justo!¡Wuah!¡No!¡Le contare a mi papí y...”

Nalgada

“Por quien crees que estas aquí, tonta. Es por tu bien.”

NalgadaNalgadaNalgadaUna nalgada más fuerte

“¡Aaah!¡No!¡No es justo!¡Nooo!”

Una nalgada aún más fuerte que la anterior

“Dejaste caer el zapato, eres una mala chica.”

NalgadaNalgada

“No, ¡No es cierto!”

Nalgada dobleOtra nalgada doble

“¡Esta bien! ¡Soy una mala chica, señor terapeuta! Ya aprendí mi lección.”

Nalgada

“¡Ya aprendí! Por favor pare.”

“Entonces repite después de mí: Señor terapeuta, perdón por ser una chica mala. Seré una buena chica.”

“Señor terapeuta, perdón por ser una chica mala. Seré una buena chica”

“Una buena chica sumisa.”

“¿¡Por que!?”

Nalgada fuerte con malhumor

“¡¡AhA!! Una buena chica sumisa.”

“Perfecto, duerme Alexa.”

Masajeé su firme culo, lastimado por mis justos castigos. El coño mojado como indicación clara de su excitación por obedecer. Cada persona posee bloqueos que impiden que la sugestión sea efectiva, pueden ser motivos religiosos, familiares o incluso algo tan ‘ridículo’ como la fobia por un color (Sí, me sucedió). Pero las “esclavas perfectas” no poseen estos bloqueos. Son captadas por los demás como personas de mente muy abierta.

“Alexa, linda Alexa. Eres tan estúpida y sumisa. Follare tanto tu mente que rogaras cabalgarme la verga muy pronto. ¿Tuviste una mascota de pequeña, zorra?”

“Sí, mi gatita Niki.”

“Contare hasta cinco, cuando chasqueé los dedos, ya no seras Alexandra Spencer de diez años, seras tu gatita Niki. Uno, sientes tus brazos y piernas achicarse, solo puedes caminar a cuatro patas. Dos, tus cuerdas vocales van perdiendo forma, sabes que sea cual sea el sonido que expulses sera un maullido o un ronroneo. Tres, puedes verte desde el ‘exterior’ a tí misma, convirtiéndote en una tierna gatita. Cuatro, yo soy el padre de Alexandra Spencer y tu eres Niki. Cinco.”

Chasquido

“Miau...grrgr….”

Se hizo una bola tontamente con su cuerpo sobre mis piernas, acaricie su cabeza. Me observaba con esos ojos brillantes e inocentes, sumergida del todo en su papel. Yo no podía hacerlo, no podía dejar de ver a una mujer desnuda actuando como gata.

“¿Quien es una linda gata?”

“¡MIAu! miau”

“Correcto, tu eres una gata hermosa.”

Realice círculos con la yema de mis dedos en su vientre plano, ronroneaba cariñosamente, boca arriba, con sus brazos y piernas levantados. Tome sus tetas deliciosas y las seguí amasando con ternura. Lamía mi mano izquierda, sin restricciones, dejándola totalmente ensalivada. Cuando acerque mi mano derecha a su rostro, se trago mi dedo medio, amamantándose con él. Aún persistía en su mente mi primer comando.

“Al piso Niki. No quiero que ensucies los muebles.”

“¡Miaaaaau!”

Se quejo mientras bajaba del sillón. Revise el cajón de una mesa aledaña, conservaba un poco de miel, para la relajante boca de Kassia. Deje caer un poco sobre mi pie derecho.

“Ven Niki tengo algo para tí.”

Arrime mi pie a su rostro, lo olió, arrugo la nariz. Luego tímidamente saco la lengua y la extendió hasta que su punta toco la mancha pegajosa de miel. Puse el pie en el piso de nuevo, la gatita interesada en el nuevo sabor, lo siguió, extendiendo su culo y agachando la cabeza. Era excitante sentir su lengua húmeda contra mi pie. Poseía una erección de campeonato.

“No puedes despegarte del suelo. Al chasquear mis dedos obedecerás lo que ordene, porque soy tu amo y tu una puta sumisa sedienta de obediencia. Sal del trance, Alexa.”

Con su lengua todavía posando contra mi empeine, alzo la vista hacía mí.

“¿¡Que esta pasando aquí!? Hijo de puta. Te juro...te juro..”

Intento levantarse, pero estaba pegada al suelo. Sonreí divertido por la situación y eso la enojo más.

“Es fácil. Te convertí en una esclava sumisa. Bueno, en verdad, ya lo eras.”

“Maldito, desgraciado. No olvidare esto jamás y lo pagaras caro.”

“Vaya miedo que me das. Observa mi polla, es lo que te gusta.”

Chasquido

Se mordió el labio mirando de arriba a abajo mi falo.

“¡No! Deja de jugar con mi cabeza. Si crees que voy a...voy a.”

“Vas a chuparme la polla a su tiempo. Disfrutemos del momento.”

“¡Imbécil!”

“Puedes despegarte del suelo. Pero no puedes lastimarme, ni huir.”

Chasquido

Se puso de pie inmediatamente, agito los brazos y las piernas, para desadormecerlas.

“Duerme.”

Chasquido

Sus ojos rodaron hacia atrás y cayo sobre mí, su corazón latía con fuerza.

“Despierta”

Chasquido

“¡Basta! Entiendo que no puedo hacer nada. Por favor, detente.”

“Educado de tu parte. Solo puedes tranquilizarte si me masturbas, y te encantara.”

Chasquido

Cerro sus delgados y suaves dedos alrededor del eje de mi polla. Ambas manos, subiendo y bajando.

“No le hagas daño a Clara, por favor.”

“No lo haré, pero tu sí. Tu coño esta pidiendo a gritos una verga en él. Pero solo te dejare sentir mi polla si te doy permiso.”

Chasquido

Apretó su agarre en mi polla. Se restregó ansiosa contra mi cuerpo. Zafó una de sus manos para satisfacer su coño.

“Oh Dios ¿Que es esta sensación?..mmn..ahah….”

“No me extrañaría, que tu boca se hiciera agua, por el deseo de que te folle salvajemente.”

Chasquido

Por su boca salio un hilillo de saliva, que se deslizo frío por mi cuello.

“Lo necesito, tanto...necesito...necesito..”

“¿Que necesitas? Si no lo pides, no se te dará.”

“Necesito tu polla.”

“No te escucho convencida.”

“¡Quiero me entierres la polla!¡Lo quiero tanto! ¡Tanto!¡Follame!”

“Mucho mejor, primero disculpate. Has sido bastante maleducada conmigo.”

“Lo siento, seré una buena chica. No se lo que decía. ¡Carajo, follame! Oh, como me arde el coño.”

“Porque soy una buena persona te perdono, pero no lo vuelvas a hacer ¿Vale?”

“Ok ¿Ahora podemos follar?” Con una expresión de querer matarme y follarme.

“Una cosa más, insignificante.”

“¿¡Que!?”

“Soy un hombre sensible, y no quiero que traiciones a Clara. Termina la relación con ella y no sera una traición.”

“¡No! Todo menos eso.”

En su rostro veía dramatismo mientras sus manos me transmitían otra cosa. Una seguía subiendo y bajando por mi eje y la otra acariciaba en círculos con la palma mi glande resbaloso por el liquido preseminal.

“Esta bien, no te obligo. Estamos en un país libre. Si no quieres terminar con ella no te clavare mi polla. Todos felices ¿No es así?”

La mano que estaba en el tallo de mi polla había bajado a apretujar suavemente a mis bolas. La otra formo un anillo con el indice y el pulgar continuando su maravilloso trabajo.

“Debe haber otra manera….por favor, no seas cruel...yo..no puedo.”

Empezó a llorar.

“Ay, hermosa, no llores. Te ayudaré. Tu coño estará fuera de control y vendrás, mientras imaginas como follamos.”

Chasquido

El movimiento de sus manos se torno torpe, bizco los ojos y gimió con fuerza. Me alegraba haber adaptado la sala para que el sonido no saliera al exterior.

“No paras de venir y venir y venir. Imaginando como terminas con Clara y montas mi palo de carne, puta ninfómana.”

Chasquido

Ahora solo sostenía mi verga con una mano, sin moverla, la otra se aferraba con fuerza a uno de mis muslos, dejando marcadas las uñas. Se recostó contra mi cuerpo, agarre con mis dos manos su cabeza y recorrí su boca con mi lengua. Alexa fue complaciente con mis apetitos. Su boca húmeda, caliente y apacible.

Al finalizar su éxtasis, dejo de dudar, busco en su bolso un iphone, limpio sus dedos contra sus nalgas, para no entorpecerse con la pantalla táctil.

“Hola ¿Clara?”

Se monto sobre mis piernas, en posición de vaquera, agitándome la verga con una mano y hablando con la otra. Me guiñaba a la vez que hablaba con Clara. Entretanto manosee sus jugosas tetas frente a mí.

No podía escuchar lo que decía Clara, pero Alexa iba guiando la conversación. Sin previo aviso:

“...Terminamos, tienes razón no vale la pena continuar lo nuestro, adiós.”

“¡Espera, Alexa! Tu….”

Colgó, mi venganza estaba completa, nadie se mete con el trabajo ajeno. ¿Saben lo que cuesta tener un horario fijo para un cliente y que luego cancele?

“Así me gusta. Zorra e impulsiva. Puedes cabalgarme como prefieras. Olvidaras todas las vergas que has probado. Y la mía sera como la primera, tu favorita por siempre.”

Chasquido

Puse mis manos detrás de la nuca, relajándome. Guío con su mano mi polla, la incrusto suavemente en su coño, ya dentro la punta, la empuje metiéndome completamente en ella.

“¡AAAAhah!...mmn¡Aagh!..Se siente….Aha..muy bien.”

Rodeo mi cuello con sus brazos, su cadera subía y bajaba, chocándose contra la mía

“¿Que sientes, Alexa? ¿Culpa? ¿Odio? ¿Placer?”

“Oh mi Dios...Oh...Ahahga..ugm..¡Oooh Dios!...Placer...mucho, mucho placer...”

Mi polla se hinchaba dentro de su cavidad con avidez.

“¿Amas mi polla?”

“¡Sí!...Ahhm..mmm¡Sí! ¡Sí!...ummn...tu polla es ¡Grandiosa!”

“¿La amas más que Clara?”

“Oh, Sí, la amo..mmn..la amo..”

“¿Más?”

“mmn..más..esto se siente..¡Umn!..fantastico”

“Es tu polla favorita.”

“Ummn..Ah..Es mi favorita..mi favorita...mi favorita..Ah”

“Cualquier otra polla, de cualquier otro hombre en el pasado o en el futuro, es incomparable con mi fantástica polla.”

Chasquido

Se movía más lento, los músculos de su vagina me apretaban con fuerza. Estaba a punto de correrme, me costaba resistir, pero parecía costarle más a ella contener su placer. Su aliento golpeaba mi oido izquierdo.

“….¡Sí!...¡Sí!..¡Sí!...mmn..tienes la mejor...¡La mejor polla!...oh Dios….llename...correte..quiero toda tu lefa….dentro mío”

Me mordió levemente el lóbulo de la oreja.

“Diablos señorita, eres una puta sucia. Cuando llegue dentro de tí, cada célula de tu cuerpo explotara de placer. El único que puede dártelo, tan fuerte, tan picante y adictivo, soy yo. Tu amo.”

Chasquido

Me corrí en ella, vacíe mis bolas en su útero hambriento. Me abrazaba clavándome los uñas en la espalda y gimiendo como una zorra de monte. Deje mi polla dentro de ella por algunos minutos, parecía a punto de tener otro orgasmo por solo tener mi polla semi-flacida en su interior.

“Tu pasado es una ilusión, Alexa. Siempre he sido tu amo, estabas buscándome y me has encontrado.”

Chasquido

“Naciste en una fabrica de muñecas sexuales. Llegaste en una caja por correo y yo te di vida. Como pinocho.”

Chasquido

“Mi semen mientras follaba tu boca plástica, te dio vitalidad. Gracias a mí, has vivido una vida de mujer, pero en el fondo, siempre has extrañado tu vieja labor. Tu real labor. Ser mi juguete sexual.”

Chasquido

“Necesitas sentir el calor de mi pegajoso semen, en tus labios, en tu coño, en tu culo, en tu piel, ya sea tu espalda, pies o manos. Es un regalo que siempre estaré dispuesto a darte.”

Chasquido

“Al salir por completo del trance, olvidaras muchas cosas, y pensaras que esa revelación tuya, es fantasía. Pero sabes por los latidos de tu corazón, por los latidos de tu coño, que es real.”

Chasquido


“Avanzamos mucho hoy ¿Que tal estuvo?”

“Realmente bien. Pensaba que no sentiría nada. Pero estuve consciente a cada instante. La experiencia con las flores. Mi visita a la casa de mi infancia. Gracias, enserio, muchas gracias. Mi momento favorito fue cuando podía volar.”

Me limpie el sudor con sus bragas.

“Maravilloso, ¿Estas segura que fue lo correcto terminarle a Clara, en medio de una terapia?”

“No lo sé, a veces es bueno no ser la ‘tonta’ de la relación.”

“Correte Alexa.”

“Oh, sí….¡Amo las pollas!...¡Amo follar!.¡AAah!..sí..mmn” Juntando las rodillas.

“Deberías hablarlo pronto con ella. Una llamada es una forma muy fría de terminar una relación.”

“Lo haré” Con desgana. “La próxima semana.”

“Muy bien, entonces, nos veremos para la próxima cita.”

“Siento que Clara fue un poco maleducada, se que no me corresponde. Pero ¿Conoces The Beer House?”

“He escuchado hablar de ella, sí.”

“Podríamos ir a tomar unas cervezas, este fin de semana hay una promoción de 2x1. Nada formal, el Doctor no se negara a tomar un descanso luego de una ardua semana de trabajo.”

“Me parece buena idea. Correte de nuevo.”

“MMMn..Ah!..Joder..como necesito semen sobre mis tetas.”

Agarrándose una teta en el orgasmo. Luego retoma, como si hubiese sentido solo una brisa ligera

“El sábado estoy libre. Correte, sucia puta.”

“AaaHah...mgum..mnn...Doctor...Amo...Doctor...soy tu muñeca...”

Introdujo una de sus manos debajo de la falda. Estuvo acariciando su coño durante varios minutos. Con la lengua extendida hacia afuera.

Al correrse solo diría lo que estaba pensando en ese momento, para ella, los orgasmos se dieron de forma discreta. De ese día al sábado, ella estaría expectante de probar mi polla, la mayor parte de su día lo dedicaría a largas practicas masturbatorias, anhelando un poco de cariño masculino. Negándoselo, hasta ese día.

La tenía arrinconada contra la puerta, en vez de despedirla con un apretón de manos, lleve mi derecha a su rostro, sus parpados se hundieron, su boca se abrió y chupo mi dedo medio como una buena polla. Con mi mano izquierda, me encargue de toquetear su coño, que emanaba un afectuoso aroma.

Conocería mejor a Alexa, ese fin de semana.

#2x1 en The Beer House:

Llegue al sitio quince minutos antes, quería observar como era el lugar. Sencillo, pero elegante. Mesas y sillas de madera, luces azules y verdes colgadas en las paredes.

Era un sitio de cerveza artesanal, pedí una Porter Clásica. De sabor fuerte, con buen cuerpo.

Le hice una seña a la chica con vestido rojo, de la entrada. Alexa. Traía unos tacones color crema. Se había maquillado bastante para la ocasión. El labial rojo brillante le sentaba de maravilla.

Me saludo con un beso, cruzando nuestros labios en las comisuras. Llame al mesero, ella pidió una pinta rubia. La parte superior ajustada del vestido, resaltaba sus tetas, ya de por sí grandes.

“¿Te gusta el lugar? Es muy tranquilo, los sábados.”

Lo dijo, con el dedo indice masajeando su propio labio inferior. Le entretenía verme hipnotizado por sus tetas.

“Me gusta, es rustico, pero agradable. Conozco a alguien que le gustaría mucho venir aquí.”

“¿Quien?” Me pregunto con sus largas pestañas.

“Le llamo, ‘Pinocho Girl’.”

Sus hombros se relajaron, y su cuerpo se deslizo ligeramente por el respaldo de la silla.

“Tienes unas tetas enormes Alexa. Eres muy sensible al alcohol, para tí, tomar un sorbo de cerveza es como tomar un chupito entero de tequila. Tomaras dos pintas como agua, ya que te encanta tomar. Despierta.”

El mesero le entrego la Golden a Alexa, él estaba tan impresionado como yo por sus proporciones.

Ella agarro el vaso a dos manos, y de un tirón, se tomo toda la pinta. Fondo blanco. Estaba francamente impresionado.

“Otra más, por favor.”

El mesero tardo en reaccionar, la miro a ella y vio el vaso vació. Seguramente como yo, no podía creerlo.

Otro vaso, y otro fondo blanco. Yo apenas había comenzado la segunda pinta.

“Alexa, creo que es hora de irnos.”

Pague la cuenta de ambos. Ella apenas podía mantenerse en pie, tomándola de la cadera la guie a mi auto. Además de sumisa natural, es borracha natural. Que sorpresa.

Note que le faltaba uno de sus tacones a medio camino. Me tomo del brazo reiteradamente y hablo de forma incoherente todo el trayecto. Me contó que le gustaba que su padre la llevara en los hombros. Y que quería ser presidenta, pero no pudo.

“Caada..niño..de.glup...la nación..tendrá un cachorrito...todos serán Flophy..Flophys para todos.”

“Llegamos.”

Estaba abriendo la puerta del auto, cuando ella se lanzo sobre mí. La chica borracha, estaba muy cachonda. Deslizo su lengua por mi cuello, desabotono los botones de mi camisa con torpeza, besándome desde el pecho al abdomen. Mi erección no se hacia esperar, así que le ayude desatando mi pantalón.

“Ghsgg...uggag..gf”

“Muy bien...muy bien Alexa.”

Tomándola de la nuca, la guie, perforando su garganta. Su boca hecha agua, me tenía cautivado.

“Pinocho Girl.”

La hale del cabello, para ver su tonta expresión. Un hilillo de semen y saliva se conectaba con sus labios y mi polla.

“¿Quien soy para tí, Alexa?”

“Eres mi Amo y mi creador.”

“¿Y tú?”

“Soy tu zorra para follar. Un deposito de semen con piernas.”

“Exacto, solo eres un coño, un culo y una boca para follar.”

“Solo soy un coño, un culo y un boca para follar.”

“Al salir de trance, ya no estarás borracha. Todo era una estrategia de tu parte para que te diera una buena follada. Despierta.”

Sus comisuras se estiraron formando una pervertida sonrisa. Me pajeó rápidamente mientras se mordía el labio inferior.

“Avísame cuando vayas a llegar ¿Vale?” Dijo ella, a la vez que volvía a tragar completa mi polla.

Era placentero sentir su mandíbula floja al principio, ‘borracha’. Pero es insuperable la sensación de una chica plenamente consciente de que le están follando la boca.

Saque el móvil y grabe, la luz del flash hacia brillar sus ojos verdes. Masajeabá mis pelotas con dulzura, saco mi polla de sus labios y se golpeteo la cara con ella.

“¿Te gusta mucho mi polla, putita?”

“Sí...”

“¿Cuanto?”

“Es mi favorita.”

Sentí su respiración contra mi glande hinchado, repleto de sangre. Pensé en mis peores días, para no venir. Dio una lamida en la punta y no pude contenerme. Empape su cara de viscosa virilidad. En el video su cara se notaba brillosa y contenta.

“Te dije que me avisaras. Quería tragármelo todo.” Relamiéndose el semen sobre sus labios.


Entramos a su casa, bien amoblada, pulcra y limpia. Una casa de lujo.

Me estaba desnudando, necesitaba un tiempo para reponerme.

“No quiero que pienses que soy una puta. Pero tienes muy buena polla.”

Lo dijo con naturalidad, como si dijera: “Mañana va a llover y es mejor traer paraguas.”

“Tu tienes muy buena boca.”

“Maldición, perdí un zapato. No importa, me comprare otro.” Exclamo con frescura.

Me acerque a una pared aledaña, donde colgaban tres cuadros. Ella empezó a explicarme al notar mi curiosidad.

“Aquí, participe en una feria hace un año.”

Una foto de ella, con la cara pintada, ropa ajustada al cuerpo, las piernas abiertas y los glúteos tensos. Colgada de la tela. Retorno mi dureza y empece a masturbarme.

“...Fui mesera para ganar un dinero extra. Renuncie porque no me gustaba el traje.”

“¿Por que tienes la foto, entonces?”

“A Clara le gusta.”

Con una mano en la cintura, falda negra, un chaleco corto, casi tanto como la falda e imposible de cerrar por esas enormes tetas. La cabeza ladeada y sonriendo, mientras sostiene un vaso de café. Las piernas con pantimedias oscuras. Comparto los buenos gustos de Clara.

En el centro.

“Esta fue una broma para una amiga. Natasha, siempre ha creído que yo soy la sumisa de la relación. Nosotras con Clara le seguíamos la corriente.”

Clara con los brazos cruzados, estirando los dedos de uno de sus pies. Alexa tomándolo del talón muy cerca de la cara, con la lengua afuera y los ojos cerrados.

“¿Que tal te….”

Puse mi mano derecha frente a ella, sus parpados se descolocaron y chupo mi dedo medio. La empuje contra la pared, baje sus bragas has las rodillas y hurgue su húmedo coño con mi otra mano.

“Voy a comer ese coño de puta.”

Retire sus bragas. Me agache, subí sus piernas a mis hombros y le comí el delicioso coño. Chupe sus labios, di tocaditas con la lengua en el clítoris. Estaba más húmeda que antes.

Era hora del plato fuerte.

La hinque contra la mesa, levante su vestido. Tome una bufanda de lana que estaba en el respaldo de una silla.

“Oye, eso no, es un regalo de mi abuela...Ugmn...”

Le inserte la polla, no hubo mas reclamo, como una dócil oveja se dejo amarrar las manos en la espalda. Tirándola del cabello para que viera los cuadros en la pared, choque mi pelvis con su culo, embistiéndola.

“Aahmm..mmn..aah..Mnm….¡AhaA!..ah..m”

“Eres solo una puta que no puede mantener las piernas cerradas.”

“Mmn..Ah..¡Oh, sí!..Soy una puta..una sucia puta..”

Seguí embistiéndola, con más ferocidad.

Tome un respiro y saque mi polla de ella.

“Ahora quiero que pruebes tus jugos, a través de mi verga.”

Sin mediar palabra, se la introdujo. Me encantaban los círculos que formaba sobre mi tallo con su lengua. La sujete de las orejas y folle su rostro, mis bolas golpeando su barbilla. Me detuve al notar sus reflejos actuando.

“Pinocho Girl. Aunque sientas ahogo, solo sentirás placer, no nauseas. Follar tu laringe es como un mal vicio, no es del todo agradable, pero no puedes evitar repetir. Despierta.”

“guaAag...gaGag..¡Galsga!..guplGhs..gags…..”

La force a tragar toda mi leche.

“Esa es una buena boca para follar.”

Aún la estaba ahogando con mi falo, me miro como pidiendo piedad. Lo saque muy lentamente, disfrutando su expresión.

“No te pases.” Me reclamo.

“Seré más suave con la princesa.” Dije, moviendo mi verga entre sus labios.

Entramos a su alcoba, lubrique su ano con aceite de cocina. Ese culo necesitaba una verga con urgencia.

Estaba abriendo sus nalgas, mi glande rozaba su agujero.

“No sé si sea correcto que estemos haciendo esto. Termine hace poco con Clara y yo..”

“Pinocho Girl.”

Su cuerpo se puso rígido, su ano se dilato.

“Mi verga en tu culo, se sentirá tan bien. Lo que te remorderá la conciencia sera que no le este follando el culo a Clara. Sentirás cada centímetro entrando y saliendo. Por cada empuje se inundara tu cerebro de placer. Tanto placer, que por momentos olvidaras que soy yo quien te folla, o quien es Clara. Puede que incluso olvides que estamos en tu casa. Lo que nunca olvidaras es sentir tu recto lleno, como la mejor sensación del mundo. Despierta”

“….no sé si debemos continuaAaaA...¡Uhh!”

Deslizaba de maravilla, ese culito apretado estaba en la vanguardia de los culos. Aumente la velocidad, la zorra gemía más fuerte. Me quede quieto y sentí como ella meneaba su culo hacia mi polla. Termine en su espalda.

“Ahora sí podemos hablar de Clara, si quieres.”

“Ummn..mmn”

Observe su cara, bizca, mordiéndose el labio con fuerza. Definitivamente su cabeza pensaba en otros asuntos ahora.

Aproveche toda la noche su flexibilidad para follarla en múltiples posturas. A las 5:00 a.m. eyacule en su rostro mientras dormía, antes de salir y volver a mi hogar. Ella al despertar vería su casa hecha un chiquero. Las paredes pintadas de labial con su letra: “Amo la polla”, “Amo follar” y “Soy una puta caliente”. El espejo del baño con una verga dibujada y besos en labial. Su cuerpo cubierto de aceite, lefa y palabras como: “Zorra”, “Sexo”, “Follar”, “Chica sucia”, tachado el tatuaje “Love” en su pie. Entre las sabanas su consolador rosa claro, con la marca de sus dientes en él.

Me robe su foto de mesera ¡Es invaluable!

Y un ultimo regalo, un vaso en la cocina hasta la mitad con semen. Para un desayuno completo y saludable.

Posiblemente su primera reacción sería de enojo, pero al pensar en limpiar la casa, su mente recrearía imágenes de la noche previa. Estaría sacándose una y otra vez, por tres días.

También el lunes se haría dos tatuajes, uno en el antebrazo derecho: “Nunca sumisa, siempre libre”.

Y otro en la nalga izquierda: “Propiedad privada”. Pensaría que es un acto de ‘rebeldía’ a Clara.

Al llegar a casa, subí los videos en mi celular de peor calidad a la red, no se notaba su identidad, pero si sus ojos verdes y su lengua lamiendo golosamente.

#Una misión importante:

Iniciamos la segunda sesión, la ultima solo con Alexa.

“No me parece correcto continuar las sesiones. Sin Clara no tiene sentido.”

Me senté a su lado, agarre con confianza su muslo derecho, sus piernas se abrieron, su rostro se enrojeció. Estaba excitada.

“Este es un secreto profesional. A Clara le afecto mucho, que terminaran de esa manera. Creo que puedo ser un mediador para que resuelvan sus problemas, de una forma más madura.”

“Tuvimos sexo, no se que me paso. Me he sentido muy extraña últimamente.”

Acaricio su mejilla con el reverso de mi dedo indice, y le respondo cariñosamente:

“Tranquila, es normal que seas solo un juguete sexual. Zorra, adicta a la polla.”

Su rostro se contrajo. Se veía la indignación en sus ojos.

“Pinocho Girl ¿Que ibas a decirme, Alexa?”

Con voz monótona y robótica, mirando al frente.

“Iba a decir que eras un imbécil. Y que te denunciaría por negligencia laboral.”

“¿Me equivoco al decir que eres solo un juguete sexual?”

“No, el Amo nunca se equivoca. Soy una zorra adicta a la polla. Un juguete sexual para ser usado.”

Venía vestida, mas formal que la primera sesión. Un jean, zapatos de meter, blusa blanca, manga larga de botones con cuello.

“Exacto, has venido a que te folle y juegue con tus pensamientos. Quítate el pantalón, las bragas y enseñame tu trasero.”

Vi el tatuaje en su culo. Letras regordetas, de color rosa, con un candado entre ambas palabras.

“Propiedad privada.”

“Recuéstate, perfecto. Abre la boca, relaja el cuello, muy bien.”

Encendí el intercomunicador.

“Kassia, Trabajo Extra.”

“Sí, señor. Iré enseguida.”

Entro. Avanzo hacia mí, me dio un exquisito beso con lengua, muy profesional. Un beso que practicamos en varias ocasiones. Luego se arrodillo a mis pies.

“¿Que se le ofrece, Amo?”

“¿Has realizado los ejercicios bucales que te pedí?”

“Sí, Amo. Dos horas, los miércoles, los sábados y los domingos.”

“Genial, vas a comerle el coño a esta puta. Vas a dejarla limpia y satisfecha. Si lo haces bien, te recompensare con una follada de culo al final de la jornada.”

“Gracias Amo.”

“¿Por que no comienzas? A trabajar.”

“¡Lo siento, Amo!”

Separó los muslos de Alexa, sacó la lengua y recorrió de arriba a abajo su raja. Desate mi pantalón e introduje mi polla en su garganta.

Desabotone su camisa y baje su brasier. Empuje mi cadera, mientras amasaba sus tetas. Era momento de concretar el lavado de cerebro de esta esclava perfecta.

Yo el mensajero: “Escuchame Alexandra. Soy un mensajero, estamos en guerra y tu mente requiere, que aportes a la misión. Estamos entrando a la sala de recuerdos, unos sentimientos extraños se han colado entre ellos. Parecen pequeños chicles, si los ves, hazme una señal con la mano.”

Hace un Ok, con su mano derecha. Mi polla esta erecta y humedecida como debe ser.

Yo el mensajero: “Recuerda estamos en guerra, la compasión puede llevarnos a perderlo todo. Según información de inteligencia, las asquerosas criaturas chiclosas, están en la maquina de los sueños. La agente Kassia la guiara hacia esa ubicación.”

Le hago una señal a Kassia, deja de lamer y me sigue el juego.

Agente Kassia: “Hola Alexandra, por favor siéntate. Ponte este casco, relajate y deja que las luces te guíen a lo más profundo de tu consciencia.”

Cierra los ojos y vuelve a comerle el coño. Hago mi tono de voz más grave y pausado.

“Giran colores, por todo tu campo de visión, siempre que intentas seguir alguna luz, te pierdes. Estas perdida, tu cabeza pesa, pesa mucho, y tus brazos no responden, tus piernas sudan, no deseas moverte, es muy complicado para tí, todos tus pensamientos flojos, tu cabeza hueca y susceptible, pero pesada, muy pesada. No sabes cuando cerraste los ojos, ¿Acaso lo hiciste? Puede que tengas los ojos abiertos, observando hacia la nada, incapaz de procesar por cuenta propia, lo que llega a tus sentidos. Solo escuchas mi voz, deja que la maquina haga su trabajo, solo tienes que soñar, necesitas soñar y dejarte guiar. Es solo un sueño, un sueño húmedo. Relajate, es solo tu imaginación actuando, la imaginación es muy poderosa, muy poderosa.”

“La imaginación es tan poderosa que te puede hacer sentir tu culo y espalda sobre una silla de madera, las luces tenues golpeando tu rostro. Visualizas una mujer frente a tí. Están sentadas ambas, Clara y tú. En un bar. Estaban riendo y cotilleando. Clara pide las cervezas y la comida a la mesera, ella se toca el coño y le grita socarrona a Clara.”

Kassia continua su parte:

Mesera 1: “Ja! Que cara de zorra tienes. Mejor lame el sudor de mis pies, idiota.”

“Clara le devuelve el insulto, pero a la mesera le resbala, la toma del pelo con fuerza. Clara abre la boca para gritar y la mesera le escupe en ella.”

Mesera 1: “Zorra, pagaras por tu mal comportamiento. Lamerás los coños de cada mujer en el lugar.”

“Ves en el rostro de Clara, humillación, pero también ya que la conoces tanto. Sabes que esta muy excitada. La mesera se sienta en un taburete de la barra, y se quita uno de sus zapatos negros. Clara se arrastra hacia ella, en cuatro patas. La intentas detener, aun así no te escucha. Se introduce el pie con la media en la boca, sin vacilaciones.”

Mesera 1: “Reconozco una zorra lame pies cuando la veo. Apuesto mis zapatos, a que limpiarías el piso con la lengua con tal de restregarte contra mis plantas. Nena sucia.”

“La mesera te guiña el ojo. Clara le retira la media, esta embelesada, lame el dedo gordo, el empeine, la planta, el talón. La mesera orgullosa de su superioridad, con los brazos cruzados sonríe. Le da el pedido a otra mesera mas joven, y le susurra en el oído. Ambas tiran carcajadas picaras. La segunda, te trae las cervezas y la comida. Un hombre, se sienta en el lugar que antes era de Clara.”

Extraño: “Al parecer tu amiga esta algo ocupada con la mesera, yo me tomare esta cerveza.”

“Le reclamarías, aunque el descaro de Clara no te da ánimos para hacerlo. Hace comentarios que no escuchas y te aburren. La mesera joven se lleva a Clara detrás de la barra, puedes imaginarte por las expresiones de placer en su rostro, que Clara no le esta lamiendo los pies sino el coño. Te sientes decepcionada, jamas había llegado a tal extremo. El hombre, dice algo que llama tu atención.”

Extraño: “Soy director de porno, estoy buscando una buena chupa pollas.”

“Tal vez por la seriedad en su voz, o solamente por venganza. Fuiste debajo de la mesa, abriste su bragueta y comenzaste a chupar. La sensación del tronco en tu boca, te tranquiliza y olvidaste momentáneamente a Clara comiendo coños.”

Mesera 1: “¿Se les ofrece algo más?”

Extraño: “No, por mi parte nada. Ella..”

Mesera 1: “Veo que esta muy entretenida.”

Extraño: “Esta en un casting. Es la que mejor me ha chupado.”

Mesera 1: “Eso es porque no has probado a la zorra de su pareja. Mueve la lengua...mejor te muestra ella.”

“La mesera trae a Clara, ella te empuja debajo de la mesa y usurpa tu lugar, para chupar la polla.”

Extraño: “Oh, vaya...¡Oh!...muy buena técnica.”

“No se lo vas a permitir. La sacas de debajo de la mesa, y luchan. Logras estar encima de ella. Te sientas en su pecho, te quitas los zapatos. Y la pones a lamer tus pies, sientes el poder fluir por tu sangre. Has vencido. La mesera aplaude y todos en el bar la siguen, felicitando tu valentía. Clara esta lamiendo y disculpándose, disculpándose de todo lo que ha hecho. Sumisa a tus pies, le acabas de enseñar quien toma las decisiones en la relación.”

Extraño: “Sonríe. Tenemos una ganadora.”

“Dice el hombre, mientras se pone de pie y eyacula en tu cara. Todos los varones en el bar se acercan para darte sus pegajosas felicitaciones. Te limpias la lefa con un trapo que te dan las meseras, con tanto semen sobre tu ropa, no puedes evitar sentir tu coño mojado y la punta de tus tetas presionar contra el sostén. El dueño del bar te llama a su oficina.”

Dueño del bar: “Han hecho algo obsceno, en mi bar. Y cuando me refiero a han hecho, hablo de tu pareja y la de los otros muchachos. Tu gran acto de valentía, merecía porras, de hombres y mujeres. Las mujeres debieron haberte comido el coño.”

“Escuchaste el disgusto en su voz.”

Dueño del bar: “Seguramente son lame pies pasivas. Tu las pondrías a tus pies a a cualquiera de ellas.”

“Ese comentario te genero felicidad y orgullo.”

Dueño del bar: “Ya me encargue de ponerles un castigo ejemplar. Dejaran el piso muy limpio. Sin usar las manos...”

“Sonreíste por aquel comentario. Tenía una gran erección y deseabas chuparle la polla. Era lo mínimo que podías hacer por un hombre tan generoso. Tocaste su bulto, bajaste la bragueta y le hiciste oral ahí mismo. Estaba muy hinchado y no tardo en eyacular. Al tiempo tu calor aumento y exploto. Dándote un increíble orgasmo.”

Llegue en su garganta y ella arqueo la espalda.

Yo el mensajero: “Alexandra, la misión ha sido exitosa, las criaturas de chicle están muertas. Ahora puede tomar una reconfortante, sumisa y obediente siesta.”

Sus tetas estaban rojas de tanto que las toque y apreté.

“Gracias Kassia, buen trabajo. Puedes retirarte.”

Saco su cabeza de la entrepierna de Alexa, y regreso a la recepción.

La induje el resto de la sesión, ajustando detalles, preparándola para la próxima ocasión.

En unos días finiquitaría a Clara.


“Salio muy bien. Nos veremos en dos semanas. Es bueno dejar una semana libre en medio de la sesión más importante.”

“Ok, nos vemos Doctor!”

Camino hasta la puerta y se detuvo, dio la vuelta.

“Ehhmn..Doctor.”

“Sí, te escucho Alexa.”

“Yo...”

“¿Sí?”

“¿Podríamos vernos en mi casa a la noche? Para tomar unas cervezas.”

“Mmn, tendré que negarme. Salgo cansado del trabajo. Mejor otro día.”

“¡Doctor!”

“¿Sí? ¿Que ocurre?”

“El sábado..El sábado follamos y extraño su gran verga.”

“¡Oh! Pudiste haberlo dicho antes. Perdoname, deje tu casa muy sucia.”

“No pasa nada.” Soltando una risita tonta. “Pero en realidad necesito follar.”

“¡Aja! ¿Por que yo? Debes tener muchos otros amigos atractivos.”

Sostuve la risa al ver su expresión de: “¿Eres idiota o que?”

“Me gusta su polla.” Relamiéndose los labios. “Es mi favorita.”

“Voy a las 9:00. Recuerda estar vestida para la ocasión y recibirme con una cerveza. No querrás consolarte sola toda la noche.”

Lo dije a modo de broma, pero se lo tomo enserio. Me recibió con lencería erótica (aún con la tirilla de compra en la ropa). Una malla negra, traslucida sobre su torso. Debajo de una bata de baño.

Abrí la cerveza y me senté en su cama, mientras ella acariciaba mi polla y bolas con aceite de coco. Se había preparado bastante para la ocasión.


Lo gracioso de ese día fue al terminar la jornada. Preferí no jugar con Kassia, ya que quería guardar energías.

“Es muy guapa la chica de cabello castaño.” Me dijo ella.

“Sí, Alexa es atractiva.”

“Suena como si te hubieras acostado con ella. Soy muy perceptiva con esos asuntos.”

“¿Has chupado un coño?”

“¡No! ¿De donde sacas eso?” Sonrojándose.

“Del mismo lugar de donde concluyes que me acosté con ella. Ni yo tuve sexo con ella, ni tu le chupaste el coño.”

“Ni ha ninguna otra mujer, no son mis gustos.”

“Por supuesto, es inimaginable. Hasta mañana, Kassia!”

#Patatas para obedecer:

“Odio la pizza con piña.” Me reprocho Karen.

“Entonces ¿Por que la comiste?”

“Tenía mucha hambre y no estaba tan mal.”

“Tenías hambre de muchas cosas esta noche….”

Soltó una sonrisa juguetona.

“Libertad femenina, cariño.”

Entrecerró los ojos, captando este pequeño deja vu.

“La libertad es muy importante. ¿Me harías un favor?”

“Dime.”

Solté mis zapatos y me quite las medias. Mis pies necesitaban libertad, así que los puse cómodamente sobre la mesita de cristal en la sala.

“¿Me masajearías los pies? Te lo agradecería mucho.”

“Debes estar de broma, baja los pies de la mesa.”

“Masajeame los pies ¿Te gustan las patatas?”

“Sí, no conozco a alguien que no le gusten.”

Dijo con naturalidad, mientras sus manos acariciaban mis pies, sin complicaciones.

Observe un poco de confusión en su expresión, pero parece que lo asimilo como algo normal.

“¡Tus pies huelen muy mal! Deberías lavarlos, antes de pedir estos favores.”

“Admite que te gusta el olor. Patata. No tengo la culpa de que te excites con facilidad.”

“¿Patata? En realidad...en realidad” Olfateando entre los dedos. “No es tan mal olor, me gusta.”

“Eres una guarra, sospeche que te gustaba el olor de mis pies.”

“¡No me gusta!”

“Entonces, ¿Que acabas de decir?”

“Fue….sarcasmo. Lávatelos no soporto el olor.” Con tono neutro, poco convencida.

“No sé. Harás hasta lo imposible para que no lo haga, patata.”

“¿Que tienen que ver las patatas con esto? Hazlo o dejare de masajearte.”

“Esta bien.”

Baje mi pie izquierdo de la mesa, cuando fui a bajar el derecho, Karen se aferraba con las dos manos a mi tobillo.

“No te entiendo, ¿Acaso no querías que me lavara los pies?”

“Quiero que te laves los pies, pero no te dejare hacerlo.” Cerro el entrecejo atareada por el sinsentido acababa de decir.

“Ah. Ok, me los limpiaras tú.”

“¡No! ¿Por quien me tomas?¿Una sirvienta?”

“Patata. Trae jabón y agua, y hazlo.”

Se puso inmediatamente de pie, trajo un recipiente con agua, jabón y una esponja. Humedeció mis pies, luego deslizo con sus delicadas manos blancas el jabón, y restregó suavemente con la esponja.

“¿Por que dices ‘patata’? Parece que me tomas por una tonta.”

Ella estaba ignorando sus propias palabras, me encanta como la hipnosis surte efecto en ella, es incapaz de creer que actuá fuera de su voluntad.

“Las sirvientas no hacen preguntas, obedecen.”

Justo cuando ella iba a replicar. Seguí jugando con su mente.

“Dejalos bien limpios y calla. Patata.”

Su cara de enojo era notoria y me llenaba de emoción, disfrute ver a la rubia, hincada, satisfaciendo ese capricho. Ya casi terminaba de dejar mis pies aseados.

“Puedes hablar, patata.”

“Yo decido cuando hablo, patán. Voy a dejarte los pies limpios y te echare de mi casa.”

“¿Por que no lo haces ahora?”

“Si comienzo algo, lo termino. No creas que lo hago por tí.”

Al terminar, se levanto y me señalo, desafiante la puerta.

Camine hasta la salida. Por supuesto, no tenía planeado irme aún.

“No quería recordártelo, pero antes de irme debo follarte el culo. Patata. Siempre me ruegas por eso.”

“¡Eres un gran idiota! Hagámoslo rápido, follame bien el culo. Una buena follada de culo.”

Desnuda, con sus brillantes tacones rojos, se puso en cuatro sobre el sillón, abrió con sus manos sus nalgas, dejándome a la vista su ano follable, escupí sobre él, y luego lo estimule con mis dedos, preparándolo para la penetración.

“No seas tan rudo ¿Esta bien?”

“Esclava Tonta, ¿Cuantas veces te han follado el culo?”

“Solo dos veces, Amo.”

“Esta sera como tu primera vez, y la amaras. Siempre que me veas tendrás presente, que te dí por culo, Karen. Despierta.”

Introduje mi polla en su recto apretado, la embestí agresivamente, yo estaba duro como una roca.

“Ahg...más despacio.”

Empuje con más fuerza.

“...por favor...¡Ugh!...”

“¿Te disculparas por echarme?”

“...Mmn..ahg...¡No!...”

“Comprendo que te sea difícil pensar, con mi polla en el culo. Patata.”

“...¡Nooo!….puedo pensar….”

“Escuche que algunas chicas perdonan cualquier cosa con un anal. Como exterapeuta debo ponerlo a prueba ¿Correcto?”

“...ugh...mmn..ahg”

“No puedes pensar en nada que no sea mi polla en tu culo. Patata.”

“...mmmn...msmn...”

“Amas ser follada por detrás. Patata. Te hace sumisa y revela tu débil mente.”

“….¡Ah!….”

“Patata. Tan débil de mente, que te sientes culpable por tus regaños hacia mí.”

“...Uumm...¡Oh, sí!….”

“Una puta como tú no tiene derecho a reclamarle nada a un hombre como yo.”

“...ahhg…..mmn…...¡Joder, tu polla….”

“Me amas, patata. Amas que folle tu culo, patata. Amas que te someta, patata. Amas perder esa voluntad inútil, patata. Me amas.”

“……..¡Te amo!…….por favor...continua...mMnn...follándome el culo”

Ese ‘amor’ solo era un rugido por la excitación. Pero me bastaba en ese momento.

“Te escucho Karen.”

“….por favor llenale….a esta puta….el culo de crema….”

“Sera un placer.”

Me corrí en su interior con lujuria, saque lentamente mi polla de su interior.

Fuí al baño a limpiarme un poco, al volver Karen seguía en la misma posición, a penas estaba recuperando la respiración.

Recorrí su culo una vez más con mis manos y lo nalguee. Ella apretó los dientes y sonrió descolocada. Su rostro desfigurado de gozo, parecía indicar que Karen había logrado sentir algo maravilloso.

Una chica dominante ansiosa de una buena follada de culo.


“¿Por qué dices tanto patata? ¿Es un apodo extraño?”

Me pregunto, con genuina curiosidad. Luego de unos veinte minutos de ella disculpándose hasta el absurdo de su comportamiento (tanto así, que por respeto a Karen, prefiero omitirlo aquí, aunque nadie que la conociera podría creerlo).

“Es una palabra clave.”

“¿Palabra clave? ¿Palabra clave para qué? No estoy para acertijos.”

“Para obedecer, cada frase con esa palabra que yo pronuncie, tu la obedecerás.”

“¡JAJAJA! Muy gracioso, enserio ¿Por que lo dices?”

“Te lo acabo de explicar.”

“Eso es ridículo, ¿Por que tendría que obedecerte?”

“Por hipnosis, una instrucción guardada en el más oscuro rincón de tu mente.”

“Pfff…De acuerdo, seguiré tu juego. Digamos que tienes razón. La hipnosis no puede hacerme hacer algo que no quiera ¿No?”

“Sí, cada persona tiene unos ciertos limites que la hipnosis no puede sobrepasar.”

Pero estos limites se pueden desvanecer y son más delgados y ambiguos de lo que la mayor parte de personas piensan.

Puedes decidir no dormir en toda la noche, aunque cuando tu cabeza cabecea es inevitable.

Puedes preferir no tener una erección en un lugar publico, aun así cuando estas en el bus y una chica roza su voluminoso trasero frente a tí….ok, creo que quedo claro el punto.

“Entonces no puedes obligarme, por lo tanto no te obedezco, Jaque mate ######”.”

La mente va más allá de las decisiones conscientes.

“Vas a masturbarte para mí, rememorando como te folle el trasero. Patata.”

“Supones que yo….”

Introdujo sus dedos en su coño húmedo, sus piernas abiertas dándome una visión completa de su sexo.

“¿Me crees ahora?”

“Me diste una sugerencia y yo acepte, fue muy excitante. Aun así, no demuestra nada.”

“Esta bien, me has ganado Karen. Patata es una referencia a una serie de los 80.”

“¡Lo sabía! Eso es muy friki, hasta para tí.”

“Correte. Patata.”

“….MMMN...”

“Otra vez. Patata.”

“Aaah..ummn..amn...”

“Una vez más.”

“Corrijo, una vez más. Patata.”

“Ooh, maldición….que rico tener el culo lleno...mmn”

“Esclava Tonta. Dormiré esta noche, en tu casa Karen. Pensaras que me fui. No notaras mi presencia conscientemente, pero tu cuerpo me satisfará, permitirás que haga con él lo que quiera. Si pongo mi polla en tu boca la chuparas, si abro tus piernas, estarás húmeda y preparada para el coito, ¿Entiendes, putita?”

“Entiendo a la perfección, Amo. Mi cuerpo es suyo.”

“Buena chica. Me gusta tu ingenuidad frente a la hipnosis. Así que sin importar lo que pase, no creerás que te he hipnotizado, aunque tengas las pruebas. Solo soy un amigo de Laura, el cual te tiene adicta a la polla. Contare hasta cinco, al llegar a cinco, despertaras, pensando que eres una stripper y yo soy tu novio de toda la vida, deseas complacerme esta noche y probar unos juguetitos que he traído. Uno, húmeda como una concha de mar. Dos, con el coño hambriento. Tres, sumisa y obediente para su ‘novio’. Cuatro, mi placer es tu placer. Cinco, tu cuerpo es un juguete para explorar mis fetiches.”

“Vamos a la habitación, cariño.” Me dijo ella, tomándome de la mano y mordiéndose el labio.

Karen es una chica picante, aunque no le guste la pizza de piña como a mí.

Buenas noches.