Diario de un cornudo. INICIOS
Cuento moralinas aparte, mi historia, mi vida y aunque nadie entienda lo bien que me siento
Como he visto en otros relatos, empezaré por los detalles personales de mi esposa y el mío. Estamos en una banda de edad entre los 38 y 44 años. No diré la edad exacta, solo que ella es la más joven. Vivimos en España, tampoco especificare el lugar, por lo menos de momento. Describiré a mi esposa que será Alicia, medimos un poco más de 1,70, tenemos hijos, Alicia después de cada parto hacía mucho ejercicio y en nada de tiempo estaba de nuevo con su figura perfecta. Después de dar a luz el pecho le aumentó y pasó a una talla superior a 100. Hasta el punto de querer quitarse un poco de pecho, me costó pero no lo hizo y con ejercicio y otros medios, logró que no estuviera el pecho muy caído y tuviera el escote más bonito del mundo. La convencí también para que no se cortara el pelo y tenía una bonita melena. Para mí de cara es la mujer más bonita que pueda existir, pero soy consciente que no es lo mejor que tiene, aunque esa cara que algunos puedan pensar que no era perfecta, su boca, sus labios naturales gruesos y la mirada de vicio que posee, la hacían espectacularmente atractiva. Yo seré Pablo. De la misma altura y de buen cuerpo, acudo al gym con ella y a parte juego al fútbol dos días a la semana. No tengo ni un gramo de grasa, dicen que soy muy atractivo y lo único que no acompaña a mi cuerpo es mi verga, que mide 13,62 cm. en erección nada de aproximado que me la he medido con detenimiento. Un complejo que me ha seguido siempre, a la hora de hacer el amor, me defino con una nota de 8, porque no soy malo haciéndolo. Soy de preliminares de dar mucho sexo oral y aguanto bien follando, no teniendo problemas para mi recuperación.
Como seguro que algo se me habrá pasado pues lo iré añadiendo. Llevamos juntos desde siempre, los dos hemos tenido alguna relación anterior, pero efímeras y que no nos dejaron mucha huella. Alicia nunca me ha dado celos y pongo la mano en el fuego que jamás me ha puesto los cuernos. A pesar de eso me provocaba celos, pero era yo mismo quien me los provocaba con mi imaginación, que ella no me daba motivos y ataque de cuernos prácticamente un día sí y otro también. Por eso lo que voy a contar puede no entenderse. Cuando íbamos de compras, ella me daba su opinión sobre lo que me quedaba bien y lo que no me quedaba bien, de la misma manera cuando ella quería comprarse algo la asesoraba. Alicia siempre elegía ropa discreta y era yo el que le animaba a que se comprara ropa más atrevida y en alguna ocasión ella me dijo que lo que le elegía no se lo pondría porque parecería una puta. Me gustaba que la miraran, eso desde siempre, me excitaba y luego me sentía mal, excitarme por ver a babosos, ya fueran amigos, compañeros, vecinos o extraños. Hasta el punto que más de una paja me tuve que hacer en algunas ocasiones.
Imagino que como en toda pareja, los años nos fueron dando más confianza entre nosotros y en nuestras noches de cama, introdujimos fantasías. Poco a poco en esas fantasías, introdujimos a conocidos, amigos, de forma que ella se ponía cachonda mas que cuando lo hacíamos normal, le contaba con alguien la había mirado, que me di cuenta que se puso cachondo, que seguro que se la hubiera follado, etc. Alicia tenía unos orgasmos con las fantasías que se quedaba colgada y se le hacía larguísimo, reconociéndome que no lo podía evitar que se ponía fuera de sí, que no lograba controlarse bien.
Ella es funcionaria y a las 3,30 sale de trabajar o un poco antes. Yo trabajo en un banco. Mi horario es muy relativo. Trabajo como un cabrón y la nómina no está acorde con el trabajo, pero como le sucede a casi todos los españoles. A mi mujer en su trabajo había muchos candidatos que se la follarían sin pestañear, no lo consiguen porque Alicia sin decir una mala palabra sabe parar los pies. Alguna vez que hemos ido de cena con mi empresa, he tenido que estar vigilante porque más de uno se la hubiera llevado a cualquier sitio. Cuando regresamos a nuestra casa follábamos con una pasión desenfrenada y cuando más descarado había sido alguno, mayor era la follada.
Ya llevaba un tiempo, bastante tiempo, metido en páginas de relatos, de cornudos y me lo leía todo. Pasando de ser un celoso a querer ver a mi mujer cumplir nuestras fantasías y verla penetrada por otro u otros. Ya se me metió en la cabeza que mi dulce esposa, fuera más atrevida y se convirtiera en una auténtica zorra, que no se contuviera. Fui dándole forma en mi cabeza y las fantasías con ella eran cada vez mas cachondas, mas disparatadas y lo mejor que ella las admitía, pero una cosa era en el momento de sexo desenfrenado y otra distinta en frio. Porque cuando intentaba sacar la conversación en frío, era más remisa, menos participativa. Con calma y paciencia fui cambiándola. Paso del no absoluto a un tal vez, ya lo veremos. Hubo un momento después de mucho que accedió pero me dejó claro que con muchos temores. Principalmente porque no se rompiera nuestro matrimonio y porque no se enterara la familia. No me voy a enrollar detallando cómo lo conseguí, pero tuvimos varios intentos y no fueron nada bien. Donde se remató todo fue una vez que quedamos con un chico y a mitad de faena me dio un chungo y corte ese momento. Alicia lo entendió y no pasó nada, pero cuando quise intentarlo otra vez recibí un NO rotundo.
Otra vez que me salto el rollo de como logre que pudiera ser posible otro intento, solo que me lo curré mucho, con algún consejo que otro que me dieron por las redes y que fueron muy acertados. Llegamos a tener una larga conversación con un par de copas de vino y nos sinceramos, no solo yo, ella también y aunque nos contábamos todo, salieron algunas cosas curiosas.
Amor siempre hemos sido muy sinceros, no nos hemos guardado nada y por eso llevamos tanto juntos.
Vamos Pablo, di lo que quieres decir, te has empeñado en que dejáramos a los niños y ahora no te andes por las ramas.
Está bien, voy a dar el primer paso. Quiero verte en la cama con otro.
Eso ya lo sé, que tonta no soy. Que al principio no me lo quería creer, cuando te empeñabas en elegir mi ropa, lo que me tenía que poner en alguna fiesta, pero quiero saber porque lo quieres.
Porque quiero que seas más feliz, porque quiero…
PABLO PAAAAAAARA, si quieres que sigamos la conversación se sincero de una puñetera vez.
Vale es por los dos. Porque me pone muy cachondo solo pensarlo.
¿Qué más?
Porque quiero sentirme mejor, no sé explicártelo es como si me hiciera falta y no te enfades.
No me enfado, ¿Qué más?
Está bien, lo deseo, lo necesito, me ahogo por no lograrlo. Más sincero no puedo ser.
Si lo puedes ser, solo dime que es lo que quieres, porque es lo que te falta.
Joder Alicia mira que eres mala.
Y lo voy a ser más. A qué esperas?
Vale quiero ser un cornudo.
Lo que te ha costado. Ves como no ha sido tan difícil.
¿Ahora qué dices?
Ves seré más sincera que tú desde el principio y sin andarme por las ramas. Claro que no me importaría que viniera un chico, porque sería un chico más joven y me empotrara como dices en las fantasías. Si me cuesta decidirme es por tus celos y porque no se enteren en nuestro entorno. Que si no, ya me hubiera planteado tirarme a alguien.
Te juro que no lo recriminaré y se hará como tu digas.
Si lo hacemos, que no estoy diciendo que lo hagamos, se hará lo que yo diga y tú chitón y a obedecer, nada de rechistar.
Te lo juro que así será. Te puedo asegurar que tengo la mente abierta. ¿Qué me dices?
Que me apetece ponerte unos buenos cuernos para que disfrutes, que tú sí que vas a disfrutar, PERO… ¿con quién?
Con quien tú quieras.
No puede ser familia, tampoco amigos ni conocidos, mejor un extraño. ¿Se te ocurre quién o cómo encontrar a uno?
Algo se me ocurre. He hecho algún contacto con chicos que pudieran dar el perfil.
¿Qué perfil tienen?
Más jóvenes que nosotros, bien dotados y esperando saber cómo los quisieras tú.
Quiero que tenga como máximo 30 años, que esté fuerte, que sea simpático y que sepa a lo que viene.
Me empalmo y follamos como nunca. Desde el día siguiente la fui introduciendo en mis contactos con distintos chicos, de tener un subidón cuando empezamos a darme un bajón, porque no le gustaba ninguno. Porque había un común denominador en ellos, te enviaban una foto de sus vergas y querían follar ya, nada de esperar y porque una cosa que le daba rabia a Alicia, que cuando ponía una pega le daban la razón. Cinco meses después de estar contactando con chicos y tres años desde que empecé con mis ganas de ser cornudo, parecía que desaparecían los nubarrones y salía el sol. Me encontré con Alejandro. Un chico que acababa de cumplir 25 años. 1,85, moreno y estaba cuadrado. Me llamó más la atención que a pesar de ser tan joven, se le veía experiencia y después de varios contactos, supe que llevaba en este mundo desde los 18 años, pero seguro que de antes. No tenía prisa en follarse a mi mujer y me quedé perplejo cuando en una de nuestras conversaciones, me decía que ya vería si le apetecía o no. Ya había hablado con Alicia de Alejandro y ella me notaba contento y al final aceptó hablar con él.
No hubo un gran avance en los siguientes días. Hasta que astutamente y aunque no me hacía ni puta gracia, la alenté a que lo hiciera cuando quisiera y sin estar yo presente. Sus charlas debían de ir por muy buen camino, porque ya solo quería que fantaseáramos con él y nuestras folladas eran de órdago. De él sabía todo menos cuanto el media la verga y Alicia no se atrevía a preguntárselo. Para poder hacerlo le envié fotos de Alicia, que no se veía mucho, pero se intuía. La respuesta de él no fue lo que me esperaba y convencí a mi esposa de que se dejara hacer alguna. Se las hice y solo me permitió enviarle dos, las que me dijo. Esas le gustaron más y como él no hacía nada más, se lo pedí, una imagen de su verga. Tardó pero la envió y casi me muero. Tanta buena impresión me dio, que me empalme y llame gritando a Alicia, que vino corriendo asustada a ver que me pasaba, le señale la pantalla y se puso hasta roja. Es difícil que se quede sin palabras y se quedó sin ellas. Era una grandísima verga, no sé lo que mediría pero una exageración, grande, gorda y un glande granate en forma de seta o champiñón, bien hermoso y grande, no podía ser todo más llamativo. Me lo imaginaba en le coño de mi esposa, en su boca o entre sus tetas, ya que la mía se perdía entre ellas.
Sin conocernos llegamos a hacer una buena amistad. Me daba corte decirle lo que había sentido al ver esa verga, pero me daba corte también decir nada a Alicia. Esa noche nos dijimos de todo y en el momento de excitación hablé más de la cuenta de la verga de Alejandro. Tanto que Alicia me dijo que hiciera lo necesario para quedar con Alejandro y que tratara de quedar con él para ver si en realidad era como decía y si era verdad que tenía semejante verga. Le dije que estaba loca, que cómo iba a quedar con un chico y decirle que me la enseñara. Al día siguiente al salir de trabajar Alicia me dijo que me había buscado un encuentro con Alejandro y me dio la hora y el lugar. Otra vez celos, ruidos en la tripa, excitación y lo que me dijo mi esposa -Alejandro procura hacerlo bien y para que te salga bien, empieza a actuar como un cornudo y así lo serás. Tienes que cuidar a tu mujercita, que solo me fio de ti- conozco todos los gestos de mi mujer, todas las miradas y eran de zorra, lo que me puso muy cachondo.
Llegué antes que Alejandro y me senté en el bar que habíamos quedado. Era la hora de las madres con los niños saliendo del colegio y demasiada gente para hablar tranquilo, se me hubieran ocurrido una docena de sitios mejores y más tranquilos. Ya no se podía hacer nada, más que esperar. Llegó casi puntual y me dio muy buena impresión. Porque me esperaba un chaval despreocupado, lo mismo un nini y no parecía nada de eso. Llevaba un traje que le sentaba muy bien. Me pidió disculpas por su pequeño retraso y lo achaco a un imprevisto en el trabajo de última hora. Para romper el hielo nos adentramos más en nuestros trabajos y me deslumbró en muchas cosas, entre ellas saber en qué y dónde trabajaba. Era el único hijo del dueño de una de las empresas más importantes de donde vivíamos. Ya pasamos a hablar de lo que nos traía allí. Le enseñe fotos de mi mujer ya sin pixeles y reconoció que tenía mucha suerte de tener una mujer tan guapa. Habíamos encajado a la perfección, me daba gusto estar con él. No sabía cómo decirle que Alicia quería que comprobara si su verga era la que había mandado en la foto. -Alejandro sé que lo que te voy a pedir puede ser muy fuerte, pero es que Alicia quiere que compruebe si en verdad estas tan bien dotado- que expectante de su reacción. Con mucha naturalidad -porque me caes bien haré una excepción, pero aquí cantaría mucho irnos los dos al wc, ¿tienes coche?-
Después de decirle que sí, nos fuimos a él. Me dijo que fuera a un lugar más discreto. Paramos en un lugar de lo más discreto y por ya ser tarde sin gente por medio. Aquí fue el inicio de todo. Porque una vez que paramos, esperaba que se la sacara y ya estaba, comprobado y nos íbamos. Pero siempre nos había dicho que era muy morboso y esa fue su primera muestra. Porque me pidió mi móvil y se lo di. Le habíamos dado nombres cambiados y me pregunto el nombre con el que tenía puesto el contacto de mi esposa y se lo dije. Se metió en el wasap y le dio a la video llamada. Alicia se pensaba que era yo y se quedó helada cuando vio a Alejandro que le dijo, -tenías que haber venido tú porque mira ahora lo que le toca a tu marido- y me dijo que a que esperaba para que mi mujer lo viera y me enfoca con el móvil. No sabía qué hacer o no quería saber qué era lo que tenía que hacer. Me dijo que se la sacara y me quedé congelado, hasta que escuche a mi mujer. -Venga empieza a ejercer de cornudo no te demores- fue menos trago de lo que pensé sobre todo por la voz de Alicia, que si no se estaba tocando estaría a punto.
Me costó un poco, estuve torpe y nervioso. Le saque la verga que esta flácida, aun así se veía que era la que mando y que era de buen tamaño. -Pablo joder, menéasela que quiero verla en acción, no te lo pienses- lo decía nerviosa y excitada, lo hice se la menee un poco y joder que manera de crecer, una barbaridad. La solté y dije que ya estaba bien. Regrese y lo deje en el mismo sitio. Arranque para ir a casa y me empalme, llegue mugiendo. No podíamos hacer nada hasta acostar a los niños y estábamos los dos deseando quedarnos solos. Los pezones de Alicia que son puntiagudos cuando se le ponen erectos, se le marcaban más que nunca. No recordaba una follada tan bestial en nuestros años de pareja y de matrimonio. Ella opinaba igual. Me decía que se había quedado tan cachonda que los pezones le habían estado doliendo y es verdad porque sus pezones son de color oscuro y se le habían puesto mucho más oscuros. Había quedado con Alejandro confirmarle esa noche cuando íbamos a quedar y tuvimos un momento tenso pero no de mal rollo. Surgieron cosas que no nos habíamos planteado.
Pablo aquí no quiero que venga, pero tampoco quiero que nos vean entrar a los tres en un hotel, que sería muy llamativo y que quieres que te diga en su casa no me hace gracia. ¿Qué hacemos?
Lo pensaré y encontraré la solución.
Mientras encuentras la solución. Vamos a dejar claro todo, porque de todas las condiciones que siempre has dicho no me voy a acordar ni de la mitad y sabes que una vez que estoy cachonda no respondo.
Tienes razón y te he dicho que iba a ser como tú dijeses, solo una cosa que sea con condón, aunque no haga falta.
Concedido, en eso no hay problema, también lo prefiero.
Se me acaba de ocurrir, porque no le pedimos a tus padres las llaves del apartamento con la excusa de que vamos a cenar cerca de donde está y para no volver tarde y por el alcohol.
Puede ser buena idea, no creo que mi madre ponga ningún inconveniente. Otra cosa que me importa mucho, que es lo que puedo decir o no decir, porque no quiero que se me escape como esta tarde, porque una cosa es que en nuestras fantasías te diga de todo y tú a mí y otra habiendo otra persona.
Se cómo tu eres, como quieras ser, lo de antes no me ha molestado, me ha puesto cachondo y seguro que algo fuerte te diré.
Me llamó bien temprano al banco para decirme que ya estaba arreglado con su madre, que teníamos apartamento. Envié un wasap a Alejandro quedando a tomar una copa el sábado por la noche. Esta parte si la diseñe yo, en esto mi esposa me dejo hacer a mí. Porque aunque a mí me había caído muy bien, la última palabra, la decisión final la tenía Alicia, aunque también la tenía Alejandro, porque eso lo dejo claro, si por lo que fuera no le gustara Alicia, algo imposible, que no iría más allá que una copa. El sitio elegido era una cafetería por el día y se convertía en pub por la noche. Un lugar donde solíamos ir y nos daba una seguridad, como ahí no íbamos nada más que a hacer el primer contacto pues el sitio ideal. Nuestra idea era ir ver cómo era Alejandro, palpar el ambiente que se producía y en un primer momento no llegar a más, hablar entre nosotros, intercambiar impresiones y dejarlo para otro día si es que nos había gustado. Lo del apartamento era por si nos daba una locura, que era difícil que nos diera.
Alicia estuvo prácticamente desde las seis de la tarde preparándose. Baño relajante con espuma, uñas, peinado, maquillaje, depilación, etc. no dejo nada en la preparación y me llamó para ponerme a tono, -ya que quieres exhibir a tu esposa y a lo mejor entregarla a otro, te vas a encargar de elegir lo que me pongo, que eso se te da muy bien, pero elegir todo- en mi mente estaban varios conjuntos. Elegí uno que era muy provocativo y que las pocas veces que se lo puso me dejó muy cachondo. A su lado le puse la ropa interior, que era muy sugestiva. Iba envuelta en un albornoz blanco, miro lo que había elegido y haciendo una mueca -con eso pareceré una puta, ¿es lo que quieres?- y no espero a que contestara, me mandó salir de la habitación y que no entrara. La verdad que no tuve mucho que esperar aunque me defraudo un poco. Porque salió vestida, pero llevaba un abrigo largo de paño, que le llegaba mas debajo de las rodillas. Lo que si observe que las medias no eran las mismas que había elegido y me dijo que se le habían hecho una carrera, que la cambio por unos pantis, que le gustaban porque llevaban bordados, era verdad llevaban figuritas. Me queje porque los pantys no es lo mejor para ir a lo que íbamos, me corrigió diciéndome que no estaba el hacer nada ese día.
Le metía prisa para ser puntuales y ella me decía que tranquilo, lo que me ponía más nervioso. Estábamos dudando de ir en coche o en taxi. Al final decidimos ir en coche. No podría beber mucho. Nos pasó lo que nunca, llegamos y encontramos aparcamiento en el momento. Fuimos caminando paso de tortuga hasta la cafetería, llevando de mi brazo a Alicia. Que lo quería disimular pero iba tan nerviosa como iba yo, que todo el camino, recordaba las veces anteriores que fueron un desastre y cruzaba los dedos para que esta vez sí. Alicia pensaba lo mismo porque me dijo -esperemos que no sea otro petardazo como las veces anteriores, porque ya te digo que sería la última- le respondí rápido para que se viniera arriba y no abajo y casi sale corriendo, -no te preocupes que esta vez he elegido a un profesional- sonó muy mal, tanto que Alicia se paró en seco y me dijo -dime que no se te ha ocurrido contratar a un puto o un gigolo- corregí lo que había dicho, -como puedes pensar eso, lo de profesional lo he dicho porque ya ha estado con bastantes matrimonios- no se quedó nada convencida y quería irse, no lo decía por decir que la conozco y recordé donde trabajaba. En mi móvil busque el nombre de la empresa y en su página web salía él, se lo enseñe y me dijo que como no fuera ese, se marchaba.
Lo que había empezado muy bien a las seis de la tarde, se estaba convirtiendo en nubarrones. Empezó a cambiar cuando al entrar vimos a Alejandro, que nos esperaba en la barra. Nos acercamos le presente a Alicia y de cómo se dieron los besos, supe que se habían gustado. Propuse sentarnos en una de las mesas y elegí la más apartada y casualmente la que tenía menos luz. Desde el principio se vieron chispas en los dos. Cada vez se llevaban mejor y por culpa de la música, nos teníamos que pegar entre nosotros para oírnos mejor. A la hora Alicia se fue a los aseos, me quede con Alejandro y le pregunte por las primeras impresiones, contestación contundente -Alicia me ha causado mejor impresión de lo que esperaba y por eso esta noche me la voy a follar, porque se lo he visto en sus ojos que quiere que me la folle- mi verga se movió en mis pantalones, pero lo vi muy subidito. La duda la resolvió Alicia, porque me vibró el móvil en el bolsillo y era un wasap de ella -Pablo haz lo que quieras y como quieras, pero quiero regalarte esta noche los cuernos que tanto deseas- mi verga ya no se movió más, se puso dura como nunca. No quería darle la razón a Alejandro pero no me quedaba más remedio. Nada más regresar Alicia les propuse irnos a un sitio más acogedor. Alejandro dijo -ya era hora que estabas tardando- a Alicia se le puso cara de zorra no, de puta. Le dijimos que nos siguiera en su coche y aproveché el camino para hablar con Alicia.
¿A qué se ha debido ese cambio de postura? ¿estas segura?
Estoy segura y no quiero que de aquí al apartamento se me pase y de porque he cambiado de opinión, es que no te enteras, me ha metido mano varias veces, me gusta lo descarado que es, como te folla con la mirada y luego te diré más. Ahora el que tiene que estar seguro eres tú, porque si no quieres, puedes echarte atrás y lo paramos, pero si empezamos ya no respondo. TE LO AVISO.
Si tú tienes ganas de continuar imagínate yo.
Aunque estoy muy nerviosa y excitada.
¿Por qué no te has quitado el abrigo?
No hay que dar todo de golpe.
El “TE LO AVISO”, no me sonó amenazante era una frase con sonido muy cachondo, demostración de cómo se encontraba y no me entere de cuando le metió mano, fue muy bueno y mejor mi esposa que lo disimulo. Entramos los tres juntos en el portal, el ascensor que era para cuatro personas, era una risa, porque entraban tres y muy justos. Estaba pendiente de lo que sucedía y Alicia hizo un sonido contenido con su boca y poco había que imaginar para saber que Alejandro le estaba metiendo mano. Pasamos al salón y lo primero que hice fue poner el aire caliente y al máximo. Lo mismo hice en el dormitorio mientras ellos se quedaban en el salón. Porque Alicia buscaba algo que poder beber, que en eso no habíamos pensado y lo único que había era una botella de ginebra sin abrir, pues eso les vino bien. Todo lo lanzados que estaban y ahora estaban cortados. Hasta que le dije a mi esposa si iba a seguir llevando el abrigo y dijo que le diera al aire cinco minutos para que calentara bien el salón. Alejandro estaba expectante y nada nervioso, mi mujer y yo lo mismo pero nerviosos. Estaba deseando ver la cara que ponía Alejandro cuando viera el modelito de Alicia.
Alicia se levanta y ya me pongo nervioso. Mi vista se va hacia ella y hacia Alejandro. Se quita el abrigo y a él se le quedó cara de salido, pero a mí de sorpresa y de cachondo. No se había puesto lo que elegí. Se había puesto un vestido más de primavera, verano. Que es abotonado por delante, con escote más que generoso y corto, a mitad de muslo. No le quedaba pequeño pero sí muy justo y llevaba mucho tiempo sin ponérselo, porque decía que tenía pinta de guerrilla con él. El fallo que encontré, que con ese vestido se hubiera puesto pantis. Era un apartamento de verano, el mobiliario era de lo más normal, para poder alquilarlo. Había un sofá que se hacía cama y dos sillones individuales. Alejandro se sentó en el grande y nosotros en uno individual cada uno. Al sentarse Alicia, se le subía el vestido, se le ajustaba más y se le marcaban los pezones una enormidad, me pareció raro porque debía de llevar sujetador, porque si no se le moverían un poco más las tetas. Le hice una seña a mi esposa para que se sentara con él y o no me vio o no me quiso hacer caso. Alejandro preguntó por el aseo y al quedarnos solos le dije a mi esposa -¿Por qué no te sientas junto a él, es que no tienes ganas?- y con un brillo en sus ojos de estar cachondísima me respondió -que te crees que no estoy cachonda, si me estoy aguantando por no tirarme encima de él, pero que sea él quien lo inicie-
Me dio mucha rabia porque no la entendía y Alejandro tampoco hacía nada, me puse a pensar que hacer para animar a ese par de “idiotas” y lo que se me ocurría podía enfadar a Alicia. Alejandro entró en el salón y en vez de ir a su sitio, se colocó en el respaldo del asiento de Alicia. Continuó con la conversación que dejamos que no recuerdo cual era y se puso a masajear los hombros de Alicia, que en segundos su cara cambio, se estaba descomponiendo del gusto. Bajo sus manos metiéndolas dentro del escote de mi esposa y me miraba con una intensidad que nunca había visto en sus ojos. Me miraba como diciéndome que no sabia que hacer, Alejandro empezaba a controlar la situación y era bueno, mas en dos casi principiantes como nosotros. Fue desabrochando su vestido pero solo los primeros botones y luego le dijo a mi mujer que se levantara y se lo quitara para él. Me miro dudando hasta que vio en mi un consentimiento. Se levanto, me dio la espalda y el se sentó donde ella había estado. El vestido quedo abierto y me llamo la atención las primeras palabras de el -que puta más dulce- lo soltó a bocajarro y una cosa era que se lo llamara yo, pero que se lo dijera otro se podía armar la marimorena.
Y me equivoque porque ahora fue ella la que se acerco a el y se agacho para besarle. Pudiendo ver la mano de el moverse entre sus piernas. Que pena que llevara pantis. Desde donde estaba solo veía la espalda de ella y quería ver más, por eso me cambie al sillón grande. Me fascino y excito la manera en que se comían la boca, el deseo que ponían en ello y en ese momento entendí lo que Alejandro le había dicho a Alicia. Porque se había puesto algo que nunca lo había visto ni se lo había visto a ella. Era un panti completo, de cuerpo entero, que dejaba expuesto el pecho y el chocho, porque llevaba aberturas en ambos sitios. Cada vez estaba mas cachonda, la conozco y eso indicaba que ahora no la paraba ni los geos. Alejandro se daba el atracón con sus tetas. Pocas tan bien puestas abría visto pocas y con unos pezones como los suyos menos. Alicia ya no estaba comedida estaba salida como el pico de una plancha y empezó a desabrochar el pantalón de Alejandro. Le costo pero logro sacar no una verga normal, un vergón que estaba deseando que lo viera al natural y no en foto. No pudo disimular su satisfacción al verla.
Quedo rendida y no tardo en darle un tratamiento especial, porque Alicia hace unas mamadas increíbles y con esta lo iba a gozar mucho. Se olvido hasta que estaba yo. Pero de pronto miro y desde ese momento siguio lamiendo y mamando sin dejar de mirarme. Esa mirada me ponía mas cachondo que el echo de ver mamando otra verga. Pocos pueden entender una mirada así, nada mas lo que lo hemos probado, es un cambio radical en la esposa. Alicia estaba sin frenos mamándola, quería metérsela hasta la garganta como le gusta hacerlo, pero era imposible meterse todo ese palo y lo que aguantaba, porque yo ya me hubiera corrido. Alejandro se levanto se desnudo y menudo cuerpazo. Sentó a mi mujer y el se puso a comerle el chocho. Desde que se puso entre sus piernas Alicia empezó a suspirar y estiro su brazo hacia mí, para que le cogiera la mano. Luego tiro de mí y me beso. Al principio me resulto un beso raro, porque acababa de tener una verga en la boca y sabia a ella, se me paso la extrañeza en segundos y pase a estar más cachondo que nunca. Me volvió loco cuando mi mujer estaba al borde de correrse y me pidió un beso, sentir como se venia mientras me besaba, como su aliento caliente me entraba en la boca, me provoco una sensación única. Luego me miro, se puso colorada y se tapo los ojos.
Mientras la tranquilizaba Alejandro se fue poniendo un condón. Esperaba que nos hubiéramos ido a la cama y no, Alejandro hizo que se pusiera de rodillas en el asiento e inicio el folleteo. No fue con prisas, al principio iba en primera marcha y en cuanto Alicia movió su cuerpo, paso a segunda, tercera, cuarta y metió la quinta ferozmente. Ver la cara de mi esposa descompuesta de gusto, sus ciento y… de tetas moviendose descontroladas era una imagen deseada y puedo decir que hasta necesitada. Alicia cada vez aguantaba menos las apariencias. Quería que se soltara del todo y me acerqué para decirle en voz baja y a ella sola -amor, disfrútalo, no te cortes si ya esta claro por mucho que lo quieras disimular que eres un putón y que me tienes muy cachondo, no me gusta verte tan callada- eso la hizo liberarse y solo había estado pendiente de ella diciéndole eso y por lo que me dijo, me di cuenta de que Alejandro había avanzado más -tienes razón, eres un cornudo ideal y te amo mas, pero fíjate si soy puta que me esta follando el culo este cabrón- y era verdad le tenia metido dos dedos dándole candela. Alejandro al oírnos ya no se corto -Pablo me alegro de ser el que te haya hecho cornudo, pero con esta puta que tienes es una delicia, menudo culazo que tiene, esta para follárselo y para- no acabo de decirlo y le dio varios azotes seguidos, eso me hizo descubrir algo nuevo en Alicia cuando la oigo decir -SI, VAMOS, MAS, MAS, MAS-
Alicia se corrió como mínimo que me diera cuenta dos veces siendo follada y tal vez una tercera cuando lo hizo Alejandro, que grito tanto que pudo tapar una corrida de Alicia. Me había corrido al principio y como no me había desnudado manche parte de mis pantalones. Alicia me “regaño” y me decía que era una calamidad. Ahora se sentaron los dos juntos en el sillón grande. A Alejandro no se le había bajado del todo y aun así, era el doble de la mía. Yo no estaba depilado el llevaba depilado sus partes, lo que daba la sensación de ser mas grande todavía. Sin esperarlo Alejandro nos dijo -para ser la primera vez ha estado muy bien, no me importaría quedar otro día y seguro que será mucho mejor, por eso ahora os voy a dejar solos, que después de la primera vez tendréis muchas cosas de las que hablar-quise llevarle y nos dijo que no hacia falta, que llamaba y le recogían. Me dio un apretón en la mano que casi me la rompe y a Alicia un buen beso en la boca y una ve nos quedamos solos hablamos.
Para romper el fuego, amor me has hecho muy feliz, deseaba verte con otro y ha sido mejor que en cualquiera de mis fantasías y eso que te he visto en algunos momentos dudosa.
Es verdad pero no podrás decir que al final estaba cortada.
Esa parte junto cuando me has mirado cuando le hacías la mamada ha sido lo mejor.
Es que menudo toro que esta hecho el Alejandro.
Todo un semental, ¿qué es lo que más te ha gustado?
Todo, es muy bueno con la lengua, sabe lo que se hace y follando es demasiado.
Se sincera, ¿Quién folla mejor? ¿Qué verga te gusta más?
Noooooo, eso no se pregunta.
Venga contesta.
Folláis distinto y es distinto. Si es solo follar, el folla mejor. La diferencia es que contigo hay otro sentimiento de amor y eso el no lo puede igualar. Y si, la verga la tiene el mejor, que quieres que te diga. Lo que se siente al tener eso todo dentro es indescriptible, lo siento pero eso de que el tamaño no importa es una tontería, ya te digo que si importa. ¿h habido algo que te haya molestado?
¿Cómo qué?
Ahora en frio, pues que te besara después de habérsela comido y lo que te dije delante de él.
Te voy a ser sincero. Lo del beso me dio palo al principio pero luego me puso muy cachondo y lo que me dijiste también, es mas me hubiera gustado que hubieses dicho mas como cuando follamos solos.
Es bueno saberlo por si decidimos que queremos repetir.
A mi no me hace falta esperar, ya te digo que quiero que repitamos y quiero ver como te folla el culo.
Que malo que eres, eso me da un poco de miedo, porque si es un bruto me destroza. Ya lo veremos. A mí también me apetece. De eso te encargas tu.
Espera que quiero saber una cosa, ¿de donde has sacado el modelito de pantis?
Sabia que te iba a gustar. Lo compre por internet y quería darte una sorpresa. Si pasaba algo con Alejandro pues pasaba y si no, una sorpresa para ti en casa. Y a todo esto, ¿hasta dónde quieres llegar tu? No a donde quieres que llegue yo, no. TU.
Pues no lo sé. Lo veremos según vayamos avanzando, pero ya te dije que estoy abierto a todo y si es algo que te guste a ti pues más.
Todo había ido mejor de lo que pensaba, incluido los nervios y los “celos” que se perdieron viendo a Alicia gozar. La semana siguiente no pudimos quedar pero para la siguiente si pudimos y eso lo contare en el siguiente relato.