Diario de un cabrón
Cosas que suceden en la vida.
Día uno del mes
Esta vez mi esposa/zorrita se vino a la misma hora a la cama conmigo. Como siempre toco tetas, culo, coño y… faltan besos profundos , es algo que voy a tener que empezar a meter como calentamiento.
Siempre me pregunto, cómo es posible que me la folle a diario deseándola como la deseo, en fin, me pone a mil. Aunque a veces piense en el coño peludo de Viki Luki.
Me acerco y la toco el culo mientras pongo los labios para que se arranque a darme un beso con labios de meretriz, tiene el culo más gordo y duro que de joven y me excita sobremanera, porque me enloquecen los culos bien gordos de hembra. Tengo polla para ello.
Mientras, sigo pensando en cómo mejorar su participación en mis orgasmos. Cada día me pone más la situación actual en la que ella no tiene orgasmos y se va convirtiendo en todo placer para mi.
Va a convertirse en más esclava sexual de lo que piensa y yo en más cabrón de lo que imagina.
Día cinco del mes
Concentración de miradas. Vendaval de caras emocionadas. Opinión sin voz en una sola dirección, sala llena de mudas palabras. Y yo, ya, acostado y a salvo. De pronto, como solo llegan las buenas noticias, el medico anuncia: que no volveré a caminar en algub tiempo. Miro la cruz clavada en la pared de la sala y no sé si ha sido su culpa de que en mi caída no haya colocado una red, pero le culpo y le digo adiós : a Dios.
Tumbado en una cama corta y estrecha, tan estrecha que lleno en cualquier postura intento pasar el tiempo, es cansado estar de costado y boca arriba, encuentro pasatiempo: mirar la puerta. No me agoto de observar por su hueco la huerta humana.
En dos dias controlo todo movimiento de enfermeras y de médicos. El personal de limpieza descoloca sin ninguna diligencia los pocos enseres que cogen en la mesita con ruedas de mi habitación. Odio a todos de la limpieza, a excepción de Lolo, los demás unos !!sinvergüenzas !!!.De las enfermeras, la morena de pelo corto no le gusta su trabajo, la mejor sin dudarlo es la rubita joven, la llaman Viki. El médico que me gusta es uno que tiene pelo de rico, lacio y sedoso, raya en el medio y habla con ese poso de sabiduría que da la experiencia. Se los horarios de todos y estoy de sobra capacitado para su utilización.
Llamo a mi esposa y la calmo, me siento responsable de que este nerviosa. La cosa es que la convenzo para que venga con tiempo esta tarde, que no se entretenga en el gimnasio ni con la fisio, - estate a las ocho- porque a las nueve vienen las cenas y de 7.30 a 9 no viene ninguna nena a tomarme la tensión, ni darme pastillas. A Viki le he pedido que me deje una crema de las que usan para dar friegas en la espalda. Accede. Es un encanto.
Todo, absolutamente todo, sale bien…. Los horarios se cumplen perfectamente. La digo a mi esposa/zorrita que tengo picor en la espalda. Agarra la crema de la balda y se da bien en las manos, la pido que ponga los dedos en garra y arrasque…. La invito a que no se relaje con el masaje, me masajea ahora con los pulgares, si tuviera puesto el pulsómetro marcaría 220ppm. Me doy la vuelta y la miro, me mira…sonríe…. cierra la puerta… me pregunta: ¿estas reteniendo líquidos?...me masturba rápido. Me corro. Sin ruido. Hidrato su mano. Sabe a poco.
Siete días sin siesta vigilando para este momento…. Cuanto gasto energético para tan poca comida. Tengo que buscar más beneficios. Tengo que sacar diamantes de esta fea situación, y como los diamantes, solo necesito, tiempo y presión.