Diario de Sonia 1

Después de haber estado con mi hermano, nuestra relación tuvo sus altibajos y otra forma de vernos

Despues de haber estado con mi hermano, lógicamente nuestra forma de vernos fue diferente. Nos veíamos como hombre y mujer, no solo como hermanos, que también. Eso, aveces, nos impedía dar rienda suelta a nuestros deseos, que eran muchos. Pero debíamos seguir con nuestra vida cada uno por su parte, y eso a veces sin querer provocaba comportaamientos que olían más a celos que a otra cosa. Yo salía con amigos y el con sus amigas. Y si alguna vez traía a algún amigo a mi habitación, era motivo de mal humor por parte de mi hermano, de estar d emorros conmigo y de no hablarme en unos días. Yo, para darle más celos (soy algo perversa, lo confieso) gritaba más de la cuenta cuando me corría teniendo sexo con mi amiguete de turno. Me gustaba follar con amigos y a veces me imaginaba que estaba con mi hermano, sobre mí, penetrándome con su rica polla nerviosa y dura. Es cuando mas gritaba y me corría. Es cuando mas se enfadaba mi hermano. pero pretendía con esto que se fijara más en mi, que me deseara más, pretendía enviciarlo pensando de continuo en mi y en mi coño caliente y hambriento.

Debo reconocer que él tambien me castigaba con lo mismo. Cuando se traía  a una amiga, procuraba que chillara ella más y él tambien aullaba más de la cuenta, dedicandome esos sonidos espasmódicos sexuales. Lo que me cabreaba bastante, ¿por qué negarlo? Pero así lo habíamos decidido. debíamos continuar con nuestra vida y evitarnos como pareja sexual, con el fin de evitarnos problemas. Pero como todos sabemos, el sexo une mucho, nos atrae y hace que aumente el deseo por aquella persona que nos da placer. Y nostros nos dimos placer y mucho. Nos mirábamos con deseeo cuando entrabamos y salíamos de la ducha, cuando veniamos d ela piscina, cuando nos levantábamos para ir a desayunar en ropa interior o en pijamitas cortos y casi trasparentes. sabía lo cachondo que le ponía contemplar mis tetas de punta debajo de la camiseta, con los pezone sduros, Y  ami verlo levantar empalmado, con su polla con ganas de salirse de sus slips. En esos momento me hubiera laznado sobre el y se la hubiera mamado allí mismo. Igual que el con mis tetas duras y empitonadas. teníamos deseos reprimidos por decisión propia, pero los deseos reprimidos son como los rios en cauces no adecuados; acaban desbordándose. Como contare en otro relato.