Diario de Lizzie 4

Recuerdos orales antes de iniciar una nueva etapa. La primera vez que Lizzie le llenó la cara a un muchacho con sus jugos.

Domingo, 02 de septiembre de 1992.

Mañana es mi primer día en mi nueva escuela. Inicia otro ciclo en mi vida, cambios y cambios. Estoy bastante inquieta porque no sé qué me voy a poner. He cambiado tanto que a penas me reconozco, mi carácter sigue casi igual pero me he vuelto sumamente desconfiada. Tuve algunas malas experiencias últimamente, por eso había decidido dejar por la paz al sexo opuesto, al menos voluntariamente. Pobre de Chris, su mamá falleció y su papá se los llevó a él y al hermano a vivir a otra ciudad, ni siquiera se despidió de mí, ya casi no nos veíamos, creo que siempre tuvo miedo de que yo lo delatara; tal vez yo compartía ese temor porque nunca le agradé a su mamá.

Todavía me acuerdo la última travesura que hice el último día de clase; Se me hizo un poco tarde, porque me quedé platicando con uno de mis profesores, bueno, yo hablaba, el miraba mi escote, por cierto mis chichitas crecieron una talla más y ese día usaba yo un conjuntito de falda y blusa algo entalladas, y yo a propósito me reía de más, celebrando las estupideces que decía él, hablábamos de música, de películas y de todo, menos de su clase, Física, que me da bastante flojera. Yo prefiero la ciencia ficción y es la única manera en que me interesa hablar de esas cosas, porque de encontrarle aplicación, pues no, hasta la fecha no.

Con cada risotada sentía yo que mis tetitas saltaban y mis pezones indiscretos amenazaban con asomarse a saludarlo, me pregunto, qué hubiese sucedido? Si así se le salían los ojos de las órbitas y de cuando en cuando sobaba mi brazo, qué se estaría imaginando? Un escalofrío de emoción recorrió mi espalda. Total, me despedí de él, dándole las gracias por todo y para terminar, apreté mi cuerpo contra el de él, un abrazo fraternal no se le niega a nadie no? Y el tipo no es feo, sólo que es casado, siempre he odiado a las cuscas que se meten con esos hombres, ni que no hubiera más, aparte con las aventuritas que le he cachado a mi papá, pues con qué cara, pero con jugar un poquito no pasa nada, no? No miento al decir que cuando sentí el bulto al frente del cuerpo de este hombre, casi olvidé que me lleva más de 20 años, que es casado y etc. Wow. Qué sensación, de seguro que él sí sabría cómo hacerme gozar en serio. Me imaginé siendo arrastrada por él al baño de las niñas, resistiéndome un poquito, claro, cómo iba a quedar yo si no lo hacía?

Claramente sentí una mano suya tapando mi boca y pidiéndome que no gritara mientras su otra mano palpaba sin recato mis tetas, tal vez me treparía a un lavabo y me atacaría ferozmente, mordiendo mi boquita y obligándome a agarrar su verga erecta con mis manitas, tendría yo que suplicar que me soltara? Se descubriría mi verdadera naturaleza? Imaginé que se desabrochaba la cremallera y sin soltarme del pecho, me exigiría que le oliera la verga, refregándola en mi carita. Visualicé que me arrancaba los botones de mi blusita, haciendo gestos obscenos con su lengua, amenazando con la súper cogida que me iba a dar y yo, pobrecita, tratando de cerrar mis piernitas, indefensa, con mis chichitas al aire, mi sostén destrozado pues me lo habría arrancado de un fuerte tirón, sin consideración alguna de que yo era virgen de verga. Ese día, antes de las últimas vacaciones, corrí a casa a masturbarme como poseída y seguí imaginando qué hubiese ocurrido con mi maestro y su verga parada, lista para penetrarme, presta a violar mi boquita y mi panochita y porqué no? Qué lo hubiese detenido de sodomizar el hoyito de mi culo? Qué ricos pensamientos

Cómo me escucharía yo, gimiendo de placer y sollozando a la vez, pidiendo clemencia de vez en vez, pero abriendo mis piernas al máximo para dejarlo lengüetear mi panocha como cachorro hambriento? Mmmm, no, ya no, suélteme por favor…. Y él tal vez contestaría, guarda silencio, pedazo de puta, que sé bien que estás gozando, estás empapada, perra… y tendría toda la razón. Él se tornaría aún más salvaje y me voltearía a gatas, para degustar el hoyo de mi culo, más virgen que mi puchita pero igual de palpitante, huy casi pude sentir el calor de su aliento y los ruidos de su lengua tanteando mi ojete bien caliente, húmedo ya por los jugos que escurrían de mi vagina. También lo visualicé abofeteándome para adiestrarme a mamar su vergota, creo que le gustaría que la fuera probando de a poco para finalmente encajarla de golpe al fondo de mi garganta, sus manos estarían ordeñando fuerte mis chichitas, Dios mío, qué placer, por supuesto que me llevé yo misma al mayor de mis orgasmos con todo ese material! Mis dedos recorrían mis labios vaginales con desesperación y tuve que clavarme dos de ellos en la panocha mientras empezaba a frotar mi ano con el dedo índice de mi otra mano, casi que siento que se abre más, eh? Me cabrá ya una buena verga? Tendré que averiguarlo, pero ya….

Han pasado bastantes cosas en este último año; decidí inscribirme en el equipo de atletismo de mi escuela, fui velocista y me gustó el entrenamiento. Para calentar, trotábamos toda una vuelta al circuito de pista, de 400 mts. Solíamos hacerlo en grupitos, para ir conversando pero no faltaban los buitres que se iban detrás de nosotras para ver nuestras nalgas, ja, ja, ja.

El uniforme está muy bonito y sugerente: Calzonera pegada al culo y una blusita de tela súper ligera que marca mucho las tetas por el corte ajustado, sentía yo que estaba en exhibición. Cuando nos ponían a hacer sentadillas y lagartijas, ya se imaginarán. Algunos se las arreglaban para ponerse a mi lado o atrás de mí y de otra compañera que tengo, Gaby, que está súper chichona, la pobre usaba sudadera siempre, me hace bastante gracia, se da a notar aún más con eso. Siempre le digo que le dé gracias a Dios por sus chichotas, hay muchachas a las que deberían ponerles un letrero de "frente" y "espalda" a las pobres.

Si yo estuviera más plana, me sería más difícil llevar a cabo mis travesuras, descubrí que me gusta incitar y quedar como que yo no hago nada, me excito tanto de ver que se excitan conmigo! Les muestro mis cositas y a ellos se les para la verga, buen arreglo, como lo que hice una vez, en el circuito de la escuela.

Era viernes, recuerdo bien porque era el último entrenamiento de la semana y yo casualmente olvidé ponerme sostén, bueno, no sería tan evidente porque los colores del uniforme son tonos de azul oscuro, pero mis pezones parecen puntas de flecha y eso sí, es difícil de ignorar así como el incipiente bamboleo de mis chichitas al trotar, me creerían si les digo que no fue a propósito? Sé que no, ni yo misma lo creo.

Pues estábamos en víspera de un viaje escolar a Puerto Vallarta, llegaríamos a la casa de unos familiares de uno de mis compañeros, sus papás estarían presentes pero ni aún así conseguí permiso para asistir, aunque a decir verdad, no presioné mucho a mi papá eh? No tenía tantos deseos de ir y según supe después, hubo una semi-violación y otra pendeja quedó embarazada de su novio, qué novedad, es que necesitan salir del radio de localización paternal para comportarse como idiotas? Apuesto a que así es.

Pero yo también tengo mis debilidades y bastantes, uno de mis compañeros me gusta bastante, es un año mayor que yo, porque repitió curso por una operación de vesícula, se llama Aldo, es alto, guapo y de manos grandes, qué más puedo yo pedir? La verdad, no me hacía mucho caso y además, yo sabía que él tenía novia, aunque siempre lo negó, ella va a otra escuela pero ese día de mi "olvido de sostén" él no dejaba de mirarme.

La clase terminó y la entrenadora se marchó dejándonos en un pequeño grupo de 7 personas incluidas mi amiga la tetona, Aldo y yo, los demás eran una barbera insoportable que se llama Angélica, su amiga Bertha y dos patanes, Beto y Ernesto que querían conseguir cerveza, no les digo? Hasta brillan

Yo me las arreglé para cambiar de tema y terminamos quitándole uno de sus zapatos tenis a Gaby, bueno, los demás lo hicieron, a mí no me gusta jugar así de pesado. Ellos, exceptuando a Aldo, pateaban duro el zapato y la dejaban recuperarlo para después con el pretexto de volvérselo a quitar, sobarle sus inmensos melones, ella solamente gemía, mmmmmmmmmmm, no muchachos, ya está bien, por favor, mmmmmmmmmmmm, ja, ja, ja! Yo me dí cuenta de todo, al igual que Aldo; la muy tonta no se percató de que los demás le dieron su zapato a escondidas a él y la obligaron a perseguirlos más allá de nuestra vista; como yo estaba con él, me hicieron responsable del zapato ya que él no tenía muchos deseos de participar. No sé qué se me metió, pero se me ocurrió sentarme en sus piernas, él estaba sentado en un escalón de las gradas, para impedir que se levantara y regresara el zapato a su legítima dueña. Al principio él se sorprendió con mi acción, a veces no pienso lo que hago, pero al poco tiempo, comenzó a excitarse.

Le dije, inocentemente, que si se había fijado de las sobadas de tetas que le estaban dando a Gaby estos abusivos. Contestó que sí y su mano ya estaba en mis pechos. Decía, Lizzie, tú no eres así, nunca quieres llevarte pesado con nadie y ella es tu amiga, no? Sentí tan deliciosas sus caricias, abarcaba mi teta izquierda con su mano, como si no fuera nada del otro mundo lo que hacía y cambiaba a mi chichita derecha, mmmm, sentí deseos de atacarlo, ya mismo.

Le contesté, sí, pero ella se lo buscó, no viste cómo los provocaba en clase? Y era a medio verdad, ella es tan distraída que no se da cuenta de las pasiones que provoca con sus abultadas tetas. Se le ven deliciosas, llenitas, con sus pezones muy grandes y al parecer, disfruta mucho que se las toquen, aunque se haga la tonta. Yo, por el contrario, trato de no parecer tan interesada a menos que se den situaciones como en la que me encontraba entonces, sentada en las piernas de un muchacho atractivo, siendo manoseada hasta el delirio, ven un patrón aquí? Me encanta ser una cachorrita putita, sentada en las piernas de un macho caliente y vergudo, de acordarme me empiezo a escurrir de nuevo, debo sobar mi clítoris un segundo, hum, qué delicia, ya está hinchado y respingón. Oh, qué rico, y esta pluma está bien gruesa, me voy a sobar con ella, ay que bien se siente rozando mi vulva abierta, por Dios, qué puta soy, muevo circularmente la pluma con todo y su grueso tapón, mmmmmmmmm…. Ahora la estoy lamiendo, para limpiarla y seguir escribiendo, mmmm, qué rica es mi panocha, siempre tan jugosa y acogedora, dispuesta a recibir todo lo que le quiera yo meter. Ya tengo más vellitos en mi puchita, y no me agrada mucho la idea, quiero mi puchita limpiecita, que siga pareciendo de una bebita caliente y deseosa de verga, siento que se antoja más así para que la mamen, la llenen de mimos y le metan verga.

Volviendo a nuestro asunto anterior, qué fácil me desvío del tema pero es que me excito con facilidad, Aldo tocaba mis pechos como que no quiere la cosa y yo soltaba risitas de nervios que me hacían brincar en mi cómodo asiento. Él me preguntó porqué no q uería ir al paseo a la playa, le contesté que mis papás no me dejaban y que ni siquiera tenía yo traje de baño, lo cual es verdad, los que tengo ya no me sirven, me ahorcan los pechos y se me meten en las nalgas, necesito unos nuevos, me gustan los bikinis, siento que me vería muy bien.

Él me dijo que quería decirme algo, una de sus manos estaba en mi nalga derecha, como sopesándola pero sin prisa, le pregunté qué era lo que pasaba y me dijo que me lo diría solamente si iba a la playa con ellos, mira nada más

Yo me reí con ganas y él se molestó y me llamó pesada, yo, bromeando le dije que no, que de hecho ni llegaba a los 50 kilos aún, que no aguantaba nada y tomé impulso en su regazo para dejarme caer, sobre su verga, protegida solamente por su pants. Yo lo notaba raro y era porque no estaba usando calzones, quién sabe si solamente usaba la calzonera y se puso encima el pants o si había botado sus interiores al ir al baño, la cosa es que sentí tremendo bulto apretándose a su pierna, como una anguila queriendo asomar su cabeza para que yo la atrapara.

Jugando, le dije, oye, qué tienes ahí? Muerde? Y me reí como tonta, qué no la tienes amaestrada? Él contestó que si yo quería amaestrarla, como respuesta, agarré con mi mano su verga, apenas la abarqué, estaba muy gruesa, no sé si notó el hambre que me provocó pero su mano ya estaba explorando el frente de mi calzonera, wow, ya tenía tiempo que no me sobaba nadie así, exceptuándome a mí, empecé a gemir e instintivamente abrí mis piernas, subiendo una al escalón que teníamos detrás para mejor acceso. Se apartó un poco de mí para abrir la delgada tela de mi short y liberar por un lado mi pucha, abierta de par en par.

Yo me subí la blusa para mostrarle mis chichitas, las junté para él igual que hice con Chris, su respuesta fue acercar mi torso a su cara y mientras su boca devoraba mis pezones con glotonería, sus manos estaban en mis nalgas, forcejeando para sacarme el ajustado short, cosa que logró con asombrosa facilidad, quedé con mi blusa subida por encima de mis tetas y en puro calzoncito, de color blanco con un moñito al frente pero de corte alto en las piernas, es el único modelo que soporto porque tengo el derriére muy pronunciado y los calzones de corte normal, me ahorcan, por cierto ya estaba bien empapado mi calzoncito.

Le dije, entonces qué me ibas a decir en Vallarta? Es que aquí no puedes o qué? Mientras tanto, él y yo volteábamos para todos lados descubriendo que efectivamente estábamos solos, viernes, 6 de la tarde, ni un alma hasta el lunes, el conserje andaría arreglando la piscina porque ni siquiera lo vimos y la reja de la entrada principal, por donde saldríamos, estaba emparejada, sin candado aún.

Adopté una postura retadora, frente a él, subida a un escalón, por lo que me veía más alta que él, con mis manos por atrás de mi cabeza, irguiendo mis pechos excitados, húmedos por su saliva, con mis pezones erectos apuntando a su hermosa cara, mi panocha protegida únicamente por el fino algodón de mis calzoncitos blancos, virginales

Él se quitó la camiseta y me mostró su perfecto abdomen, plano, recién empezando a marcarse por el ejercicio, sin gota de grasa, sus brazos largos, bien formados y velludos al igual que su pecho; su semi desnudez hizo más evidente el pedazo de manguera gruesa que tenía entre las piernas, cargado a la derecha, pugnando por meterse en mi panochita hirviente.

Le dije, no me vas a decir nada entonces? E incliné mi busto hacia adelante, meneando mis tetas, invitándolo a desflorarme entera, no me molestaba ser virgen, ni quería dejar de serlo, pero mi comezón en la panocha ya era insoportable.

Él avanzó hacia mí y me abrazó con fuerza, abarcándome toda, me sentí muy pequeña, perdida en su cuerpo. Yo instintivamente levanté una pierna y la subí a su cintura, él la agarró por la parte posterior de la rodilla, subiéndola aún más, yo le susurré, qué rico, es que su vergota ya estaba al fin en la superficie, la gran anguila al fin había asomado su cabezota hinchada por encima del resorte de su pants.

No quería pero pudo más mi curiosidad, así que retiré mi cuerpo de él y bajé una grada; me puse en cuclillas frente al ojo de su víbora y la besé. Sentí cómo Aldo se estremecía y sujetó mi nuca para acercarme más a su palpitante verga, yo no necesitaba esa ayuda, para nada, me la quería tragar entera, tal y como me gustaba que lo hicieran en las porno que tanto disfruto.

Le pregunté si quería que se la mamara, me dijo, sí por favor, la educación primero, no? Así que al fin, después de tanto imaginarme cómo sería mamar verga, ya tenía una a mi disposición, me sentía tan emocionada a la par que excitada. Estaba como niña en juguetería, primero le bajé completamente su pants, deslizándolo a los lados con mis pulgares, hasta que quedó en sus tobillos, su verga erecta rebotó en mi quijada, desafiante, en todo su esplendor.

Pensé que por estar tan velludo del pecho, tendría los huevos y el pito igual, pero no fue así, apenas algunos vellitos le cubrían los lados de sus bolas y otros pocos adornaban su verga. Comencé a lamer la punta, como lo hago con los helados, rodeando la cabezota con mi lengua, en movimientos circulares, mientras, mis manitas sobaban sus huevotes hinchados, llenos de leche que yo esperaba degustar, siempre me ha fascinado la idea de recibir una buena descarga de mecos calientes y pegajosos en mi garganta, podría lograrlo sin derramar una sola gota? Tendría que averiguarlo

Después de lengüetear la punta de su miembro, deslicé mi lengua por todo el tronco, degustándolo, parecía que mi panocha se sincronizó con mi boca, porque claramente sentí que mis labios vaginales se abrían y cerraban, ansiando sentir ese pedazo de carne hasta los testículos. Mi clítoris era en sí mismo como una lengua voraz, intentando deglutir lo que fuese que se le acercara. En un punto, él me dijo que no lo lamiera tan fuerte, que se iba a correr, yo no hice caso y entonces de un solo empujón me retacó la boca de verga, sentí que me ahogaba, lo siento chiquita, me dijo y se convulsionó llenándome efectivamente la garganta de su leche tibia y deliciosa.

Yo luchaba por respirar, porque me tomó por sorpresa, quería jugar más con él, pero lo pensé mejor y me dejé llenar de mecos hasta adentro. Succioné y tragué. Qué delicia de sabor, con todo y que habíamos sudado por el ejercicio, yo no mucho, casi no transpiro y el sudor de él se combinaba con olor a limpio del baño que debió darse por la mañana y aunque ya era entrada la tarde, no tenía un humor desagradable para nada. Me tragué cada gota de su esperma, no le dejé ni residuos, porque diligentemente le lamí centímetro a centímetro de su verga, lavé igualmente sus huevos y hasta recolecté algunos residuos suyos y míos que le escurrían por la pierna, ahí comprendí que me encanta mamar, lamer, chupar y succionar, mis labios estaban hechos para eso, mi lengua se hizo para esa labor.

Al final, su verga escapó de mi boquita, flácida de nuevo, recuperada de la tremenda succión a que fue sometida, yo me dejé caer hacia atrás y quedé sentada, abierta de piernas en una grada, invitándole a probar mi vulva abierta.

Le dije, cariño, no olvidas a alguien? Y mojé mis dedos para mostrarle cómo me gusta ser acariciada, aún llevaba la blusa trepada sobre mis tetas, creo que las hacía más tentadoras que si me la hubiera quitado del todo. Como respuesta, terminó de sacarse su pants, lo dobló a mi lado y me alzó por la cintura, de un tirón arrancó mis calzoncitos y me colocó encima de su pantalón, para que no te roces tu culito, preciosa, me dijo.

Se arrodilló frente a mi panocha que ya latía como mi propio corazón y sentí su aliento respirándole directamente, con sus dedos abrió sabiamente mis labios vaginales y me ensartó un dedo muy adentro de mí, ay, le grité, no tan adentro! Ten cuidado…. Retrocedió un poco y me preguntó si yo era virgen, técnicamente lo soy y eso respondí, pero entonces, no tomas nada para cuidarte? Claro que no, tonto, si no ando de verga en verga y solamente estamos jugando, no? No pensarás penetrarme, verdad? Además, ya te viniste y muy rico, ahora sigo yo, no crees? Me enojé, la verdad, porqué tenía que explicarle todo? Además, ni que se le fuera a parar la verga tan pronto, pues qué creen, así fue

Como que el olor de mi pucha caliente hizo que le reviviera el difunto y ya estaba otra vez listo para la acción. Al percatarme de la dimensión del "problema" le dije que porqué no me sobaba con ella la entrada de mi puchita, pero antes, ahí hice pausa y agarré de nuevo su vergota, lamiéndola otra vez, después, lo invité a acercarse más. Abrí más mis piernas, alzando las rodillas por encima de mi cabeza y le dije que me pegara con ella, ahí, en mi puchita, pues lo hizo, agarró su macana y golpeteó mi vulva, rozando mi clítoris, qué gran idea tuve, hasta me dolía el botoncito de tanto placer. Le pedí que parara porque sentí perder la cabeza, y le pedí lengua, me la chupas, mi vida? Le dije, por favor….

Él subió mis piernas a sus hombros, casi quedé con la pura nuca y mis hombros recargada en las gradas y procedió a succionar mi clítoris con ardor, hacía unos ruidos de chapoteo que eran la gloria para mí, en pocos minutos le derramé todos mis jugos en su preciosa cara y finalmente me vine en la cara de un hombre y muy guapo, por cierto. Sus dos manotas aferraban con fuerza mis nalgas, acercando más y más mi panocha a su rostro, tenía yo toda su cara metida en mi panocha, habrá algo mejor que eso? En verdad?

Le rogué que me soltara, porque me sentí al borde del desmayo, totalmente fuera de mí, creo que no había logrado antes un orgasmo así de fuerte y deseé con toda el alma que me clavara entera su verga mientras me venía, hubiera sido lo máximo, pero no, había que ser cautos, como siempre digo, para qué buscarse problemas?

Cuando me soltó, le lamí la cara y probé mis propios jugos, riquísimos, él sonreía y me frotaba el culo, qué ricas nalgas tienes, Lizzie y tus tetas son hermosas, decía mientras las besaba y de cuando en cuando succionaba mis pezones como bebito recién nacido, jaló mis pezones con sus labios, ya los tenía yo entumidos pero seguía gozando mi orgasmo.

Para compensarlo, me retiré un poquito y me puse a gatas, ofreciéndole mi culito para que refregara su vergota en él, estaba resbalosa por mi saliva, qué rica sensación y muy morbosa, él quiso metérmela pero le dije que no, que solamente la frotara en mi raya, permíteme meter la punta, por favor! Así que es verdad, eso dicen siempre, me voltée y le dije que no, rotundamente. Creo que fui injusta porque el pobre estaba excitadísimo, con su pitote apuntándome de nuevo así que le ofrecí mis tetas.

Introduje su verga entre ellas, frotándola y lamiendo la punta, primero despacio y después a más velocidad, así veo que hacen las estrellas porno y sacaba la lengua para lamer la cabezota, en una de esas, probé uno de mis pechos con la punta de mi lengua, así hacen las verdaderas putas, no? Eso lo enloqueció, pero yo ya necesitaba más, así que le dije que se sirviera él solito, así que tomó mis tetas a dos manos, sobándose la verga a su gusto mientras Lizzie se encargaba de su puchita insaciable, no sé quién gemía más, él o yo.

Terminamos casi al mismo tiempo y derramó toda su leche en mis chichis, mientras yo empapaba mis manos con mi segunda venida, se las dí a lamer pero yo también quería, así que entre los dos lengüeteamos lo que había en mis dedos, sexo. Vió mis tetas embarradas de mecos y me dijo, Lizzie, permíteme limpiarte, lo iba a hacer con un kleenex que llevaba en su maleta deportiva pero yo le dije que no hacía falta, yo misma lamí su esperma, lo que no alcancé, lo retiré con mis manos, chupándolas después. Gatita linda, me dijo, eres toda una gatita… Me puse a gatas y paré mi culito, me agradó el apodo.

Nos vestimos y nos fuimos caminando, él me acompañó a mi casa, yo tomaba camión pero queríamos aire fresco, no pudimos ducharnos, era demasiado riesgoso, ni supe ni me interesó qué le había pasado a la tonta de Gaby, y si nos vieron, pues qué más daba. Deberían aplaudirnos, según entendí hoy, se puede ser una puta decente, o sea, coger sin que se note. La discreción ante todo. Quién sabe qué hubiera pasado si me hubiera decidido a ir con él al viaje, pero no lo hice y eso ya pasó, por algo, estoy segura, no me arrepiento.

Casi son las 2 de la mañana y mañana es mi primer día de clases, ya ni supe qué me voy a poner, pero voy a dormir tranquila, bien atendida por mi pluma y vaciando lo que está en mi cabeza para seguir recordando. Espero mañana poner atención y no distraerme con todas estas memorias.

Conoceré a alguien especial? Ojalá. Conocen a otra muchacha que le pida al niñito Dios una buena verga para Navidad? Pues aquí está una.

Que descansen. Buenas noches a todos.