DIARIO DE laia dia 6

Habían pasado más de tres meses desde nuestros ascensos en el trabajo y la única persona relacionada con nuestra aventura con la que tuvimos algún contacto fue con Tete, nos había invitado unas cuantas veces de fin de semana a una casita que tenía en la sierra para dar rienda suelta a nuestros más bajos instintos, dicho de otra manera, follar y follar más duro.

DIA 6

Habían pasado más de tres meses desde nuestros ascensos en el trabajo y la única persona relacionada con nuestra aventura con la que tuvimos algún contacto fue con Tete, nos había invitado unas cuantas veces de fin de semana a una casita que tenía en la sierra para dar rienda suelta a nuestros más bajos instintos, dicho de otra manera, follar y follar más duro.

Tras nuestro primer encuentro en el que quedara en pésimas condiciones, antes de llamarnos para follar sin control había esperado la llegada de la barra para uso personal que había encargado en casa de la maestra, así por muy duro que la follaramos al día siguiente estaba recuperada, sin rastro de lo ocurrido, le había llegado con una sola experiencia, dolorosa aunque también placentera, el único inconveniente era el de no haber podido ser follada en una semana, todo un record para ella.

Un día llegue a casa con un nuevo aparato que me recomendara un fisio amigo mío para intentar aliviar mis dolores de espalda, el aparato se trataba de un pequeño generador de impulsos eléctricos canalizados a través de electrodos, me desnude y coloque los electrodos a la altura de la cintura y lo puse en marcha, las pequeñas descargas contraían y relajaban mis músculos según un  patrón fijado. Este patrón se podía cambiar al igual que la intensidad de las descargas.    Me estaba relajando los músculos lumbares y mi dolor desaparecía, cual no fue mi sorpresa al notar que otro musculo reaccionaba también con las descargas, se me había puesto la polla dura y gorda como hacía tiempo que no pasaba, el ciclo termino después de 25 minutos, quite los electrodos y los recogí, aun así mi polla seguía dura, no quedo otra solución que ir al baño a pajearse. Me hubiera gustado que Laia estuviese allí para que fuera ella quien solucionase el problema echando un par de polvos.

Al llegar a casa Laia me encontró en la cocina esperándola para cenar algo y charlar acerca de la jornada de trabajo, llevaba sin verla desde las 7 de la mañana. Me saludo y fue ponerse mas cómoda para cenar, entro en la cocina vistiendo un salto de cama de seda negra con mini tanga a juego, en sus pezones se podían ver unas pinzas de cocodrilo, llevaba zapatos de tacón alto que estilizaban su figura mostrando unas piernas interminables, si eso era ropa cómoda.

No tenía hambre de comida y comenzó a relatarme su día de trabajo: llegue al despacho y encendí mi ordenador, apareció un mensaje nuevo y lo abrí, en el aparecía Tete jugando con sus pezones y un dildo dentro de su culo, nada fuera de lo normal hasta que me fije en el lugar y resulto que era su despacho, me fijo en su reloj y veo que es hace dos minutos, la muy cerda se estaba masturbando en el despacho y quería ponerme cachonda, la muy perra sabía bien cómo hacerlo.

Salí de mi despacho y me dirigí al suyo, antes de entrar le dije a su secretaria que nadie nos molestara teníamos que discutir un asunto muy importante. Entre y cerré la puerta con  llave, Tete seguía masturbándose como loca, me quite la ropa y fui hacia ella, le quite el consolador de la mano, la levante del sillón y la empuje encima de la mesa, le dije que era una calientacoños y me lo iba a pagar. Con el dildo en la mano le abrí bien de piernas y se lo metí entero en su culo, chillo como una cerda, no me preocupaba puesto que una de las exigencias exigidas en nuestros despachos era que fueran insonorizados. Cuanto más gritaba más duro le daba y más caliente me ponía yo, mi coño ya estaba chorreando, al fin se corrió, parecía una fuente la muy guarra, antes de que pudiera escapar la enganche por el pelo y la puse a lamerme el coño. Cuando me dejo  el coño limpio me volví a vestir dejándola sentada en el sofá, pero como me había puteado ya a primera hora decidí joderla yo también para lo cual cogí del suelo sus bragas y su falda y me marche con ellas, al verme se puso como una loca, la estaba  dejando desnuda y tenia al menos dos reuniones, me marche riéndome y le sugerí que sabia como solucionarlo, que fuese creativa. Volví a mi despacho para conectar por videoconferencia con el despacho de Tete, admitió la llamada para pedirme que le devolviera la ropa, suplico, imploro incluso soltó lagrimas de cocodrilo mientras me reía como una loca, se encontraba humillada y vencida en  su propio juego.

Conocía el horario de sus reuniones, perdí la cuenta de los mensajes que me envió pidiéndome perdón, diciéndome que sería buena, que sería mi esclava. 15 minutos antes de su primera reunión llame a mi secretaria para que le entregase en persona un paquete a Tete, en el le enviaba su falda y una nota en la cual le decía que para recuperar sus bragas tendría que venir el fin de semana a casa y…

De regreso mi secretaria me entrego un sobre en el cual venia un papel en el cual ponía que aceptaba la invitación y me daba las gracias por devolverle la falda.