DIARIO DE laia dia 13
Se metió Luna con nosotros en la ducha, su físico no tenía nada que envidiar al de las hermanas, empezó con Aíra masajeándole sus pechos logrando poner sus pezones duros como piedras y al mismo tiempo su coñito estaba palpitando de placer
DIA 13
Se metió Luna con nosotros en la ducha, su físico no tenía nada que envidiar al de las hermanas, empezó con Aíra masajeándole sus pechos logrando poner sus pezones duros como piedras y al mismo tiempo su coñito estaba palpitando de placer, su técnica era espectacular y muy depurada, sería buena profesora, me paso a mí a su alumna y tomo a Ofelia para darle el mismo tratamiento, fue más rápido ya que Ofelia al ver a su hermana ya estaba en disposición.
Viendo como estaban les ordene que correspondieran a su profesora, debían de ser agradecidas, al momento comenzaron una chupando y masajeándole los pechos a Luna y la otra lamiéndole el coño, el resultado no se hizo esperar y Luna lucia unos pezones duros y un coñito brillante en apenas cinco minutos. Al verla así decidí darles una lección a las hermanas acerca de cómo debían de satisfacer a un hombre y de cómo este hacia lo mismo con su compañera, Luna comenzó con una mamada recorriendo la longitud del pene y chupando y lamiendo el glande al mismo tiempo que masajeaba los huevos, cuando la polla se encontraba firme y dura se agacho ofreciendo su culo para ser penetrada por la vagina o por el culo, la posición era válida para cualquiera de los orificios. En esta ocasión empezamos por el coño, se movía adelante y atrás para favorecer la penetración, al mismo tiempo movía sus caderas para maximizar el contacto. Tuve que retirar mi polla, estaba a punto de correrme y era demasiado pronto, tome a Luna de los brazos y la incorpore para darle un beso que casi la deja sin respiración mientras seguía jugando con su clítoris que estaba tan duro como sus pezones. Le propuse sodomizar a las hermanas a la vez poniéndolas frente a frente para que contemplasen el dolor y el placer que sentirían, acepto y fue a coger un consolador similar a mi pene, el consolador era doble de los diseñados para encuentros lésbicos, así ella también disfrutaría. Las colocamos en el centro de la sala manteniéndose con el culo en pompa, su único apoyo era la una contra la otra, comenzamos a penetrarlas lentamente para que pudieran sentir como eran penetradas poco a poco, gritaban y jadeaban al mismo tiempo y cuando hablaban solo pedían más. La penetración duro sobre 20 minutos hasta que me corrí dentro del culo de una, a esas alturas los coños de las tres chorreaban fluidos internos. Atraje a Luna hacia mí para retirarle el dildo y lamer sus fluidos, las hermanas a su vez se dedicaron a lamer sus fluidos en un perfecto 69. Como final nos duchamos los cuatro juntos y nos enjabonamos entre nosotros para salir y secarnos descansando del sexo. Tras secarse les propuse a las hermanas si querían vestir unos diseños nuevos de lencería sado que había creado en cuero, accedieron puesto que no querían saber nada de los sacos, le pedí a Luna que fuese buscarlos al almacén y trajese uno más si quería para ella. Salió de la sala dirección al almacén mientras yo les explicaba a Aíra Y Ofelia en qué consistía las prendas en cuestión. Luna regreso y me dio las prendas, le pedí que me ayudase, sería más fácil entre dos, comenzamos por Aíra, le pellizcamos y tiramos de sus pezones hasta ponerlos duros, le ajustamos el aro de cuero rodeando su pezón y el aro más grande rodeando su seno, seguimos con el otro terminando pro apretar los lazos en su espalda bien tirantes, a continuación extrajimos su clítoris con una bomba de succión hasta dejarlo saliendo de su capuchón, lo rodeamos con otro circulo de cuero, le pasamos las cintas bordeando su sexo y las atamos fuertemente y tirantes a su cintura. Se la veía preciosa, lujuriosa y perversa. La siguiente fue su hermana y por ultimo le toco a Luna. Tres bellezas buscando guerra ofreciendo sus encantos. No sabían lo que sucedería más tarde, estaban encantadas con su modelito, les había dicho que era vestimenta sado y no le dieron demasiada importancia. Antes de colocar los modelitos los había mojado para facilitar su elasticidad, el dolor comenzaría cuando el cuero se secase. Dado el calor que hacía en esa época no tardaron en sentir como comenzaba a cerrarse el cuero en ellas, Luna disfrutaba con ese martirio lento y seguido, Aíra no lo llevaba nada bien y quería quitárselo, no era una opción y así se lo dije, Ofelia por su parte no sabía si gritar de sufrimiento o de placer. Mientras se secaba lentamente así de lento les iba aprisionando sus partes, el clítoris de Luna enrojecía cada vez mas y sus pezones estaban ya tan sensibles que una simple ráfaga de aire la hacía sufrir, su coño parecía un manantial de la cantidad de fluidos que descendían por sus piernas, se formaba un charco a sus pies, Aíra por su parte mojaba con saliva continuamente sus pezones para mantenerlos húmedos, Ofelia masturbaba su clítoris para mojarlo, era todo un espectáculo. Ese era el momento oportuno para presentarlas en sociedad, con escasas ropas que torturaban sus partes, húmedas, y dispuestas para ser sometidas y humilladas.