Diario de Laia

Los inicios de una pareja en un mundo del sexo desconocido y a la vez deseado

DIA 0

Ya había llegado al fin el día en el que íbamos a iniciar una nueva etapa en nuestras relaciones con el mundo del sexo y la perversión de la mano de gente que vivía por y para eso, conoceríamos el límite de lo que éramos capaces de soportar o nos sorprenderíamos pidiendo aun más. Si lo que nos había contado Tete era verdad aquello ya no tenía vuelta atrás, nos estábamos introduciendo en una vida muy peligrosa, la cual tenía como todo en esta vida inconvenientes y ventajas.

Tete paso a recogernos  por nuestra casa antes de las nueve de la mañana aunque ya nos había avisado antes  Laia aun se encontraba en la ducha, Tete subió y me pregunto por qué no estábamos listos, le dije lo que  pasaba y sin decirme nada se dirigió al baño. Cuando salió de allí traía a Laia sujeta por uno de sus pezones retorciéndoselo y diciéndole que nos íbamos ya, así desnuda que era lo que se había buscado y no podía permitirse el lujo de llegar tarde o tendría que asumir un castigo de su maestra por su estupidez, no le importaba lo mas mínimo que llevase el coñito bien arreglado o chorreando allí donde íbamos  eso no sería un problema puesto que aun no se conocían las normas para esa reunión y tanto podían ser que todos tuviéramos que ir peladitos como un bebe o sudados y sucios como trabajadores de una mina, cada año era diferente y eso añadía mas morbo a la situación.

Cuando llegamos al sitio resulto ser una casa de campo situada en el medio de una propiedad de la cual la casa más cercana distaba 50 kilómetros, por lo que nos dijo Tete se trataba de un regalo de uno de sus sumisos. Desde luego el dinero no era problema para la maestra como después pudimos descubrir en el interior de la casa. Nos recibió en la entrada una pareja que dijo llamarse Luna y Sol, Luna era una mujer preciosa de 1,68 cm de altura. Figura de avispa y sonrisa picarona, Sol tenía la figura de un modelo para ropa de trabajo, alto y musculado sin ser un cachas de gimnasio. Su ropa era del todo normal vista por delante sin embargo al girarse pudimos ver que la parte trasera de su vestimenta apenas eran unos hilos para tensar la delantera, por lo cual vimos mejor sus esplendidos físicos, el culo de Luna era una maravilla, redondito, firme, levantado, solo con verlo mi polla  había comenzado a inflamarse.

Nos llevaron a un salón en el cual se encontraban al menos a primera vista unas diez personas. Por su aspecto se podría afirmar que nadie superaba los 55 años, fimos invitados a sentarnos en una mesa por Sol entregándonos dos documentos a cada uno de los presentes indicándonos que el primero se trataban de las normas para esa reunión y el segundo un documento en el cual dábamos nuestro consentimiento y asumíamos los riesgos.

Todos nos dispusimos a leer las nomas , tanto Tete como alguno de los otros asistentes a los que conocía las leyeron también pues sabían perfectamente que cada año podían ser distintas y el incumplimiento de alguna de ellas y en su caso no siendo aquella su primera asistencia conllevaba un castigo que decidía la maestra y anfitriona, el cual y la dureza del mismo irían en función de su estado en otras palabras si la habían follado bien o se quedara insatisfecha, toda una lotería de la cual no teníamos el control.

Transcurrida media hora aproximadamente hicieron acto de presencia Sol y Luna para recoger los consentimientos firmados y los análisis clínicos solicitados en la invitación, todos los presentes entregaron la documentación solicitada. Al finalizar la burocracia apareció la anfitriona. Se trataba de una autentica belleza latina cuya edad no era capaz de valorar, su cuerpo parecía el de una de las diosas esculpidas en piedra por algún famoso escultor italiano del renacimiento, medidas proporcionadas y espectaculares. Lucia un hermoso vestido de seda negra semitransparente que se adaptaba perfectamente a las curvas de su cuerpo y realzaba mas todavía su maravilloso cuerpo, ella lo sabía perfectamente y era consciente del poder que ejercía sobre los demás. Su presencia eclipso la belleza de cualquier otra mujer de la sala y ninguna era en absoluto fea, más bien todas parecían modelos de lencería, buenos pechos, largas piernas, hermosos rostros…

Se presento a nosotros como la maestra y así era como deberíamos dirigirnos a ella, rogando su favor y en ningún caso presentando exigencias. Eso se podía considerar de lo más normal, después nos exigió que deberíamos acatar el derecho de pernada lo cual significaba que ella y solo ella tenía el derecho de iniciar a los nuevos, nadie replico nada ya que esto aparecía en las normas que habíamos aceptado, más bien se trataba de representar su papel como ser supremo. Nos fue entregado un número a cada uno de los asistentes y en ese orden deberíamos girar una ruleta la cual nos asignaría el grupo en el que estaríamos en nuestro primer encuentro, siempre y cuando la maestra no nos requiriese para su uso exclusivo.

A mí que tenía el numero 5 me toco el grupo azul, el cual terminamos formando dos hombres y tres mujeres, de las cuales a la única que conocía era Luna. Ella nos llevo a una sala cuyo techo  estaba pintado de azul, en aquella sala encontramos todo tipo de juguetes y objetos relacionados con el placer y la tortura, desde insignificantes pañuelos a potros de tortura, cadenas, cruces… Después de un primer vistazo y familiarizarnos con los distintos juguetes y artilugios para  practicar el sexo tanto de manera convencional como de la más perversa que nuestra imaginación fuera capaz de crear.  Terminados los preliminares nos desnudamos en el centro de la habitación observando el físico del resto de los jugadores, no podíamos llamarnos de otra forma pues éramos peones en un juego por y para obtener placer físico procedente de nuestro cuerpo.

Cuando ya conocíamos el físico de los demás las reacciones primarias hicieron acto de presencia, mi compañero varón experimento una erección total dejando a la vista una hermosa polla en la cual su glande brillaba tras la aparición de los primeros fluidos pre seminales, esta visión fue el comienzo de la locura, dos de las mujeres se dirigieron hacia él y lo tumbaron en el suelo dieron inicio a una mamada a dos bocas compartiendo su polla y sus huevos que fueron lamidos y chupados por dos verdaderas expertas que en menos de cinco minutos lograron obtener la espesa leche procedente de su polla la cual repartieron entre ellas chupándola cada una de el cuerpo de la otra.

Mientras esto ocurría Luna dispuso de mí ya que mi polla se encontraba totalmente flácida, lo cierto es que  ver mujeres desnudas no era suficiente para ponerme a tono. Luna intento consolarme diciéndome que aquello no era preocupante sino todo lo contrario, el simple hecho de no conocer a las compañías y pensar lo que esperaban de uno podía ser  agobiante y estresante hasta el punto de no conseguir tener una erección en un primer momento, era algo normal y no debía preocuparme.