Diario de la perrita Lulú

Lulú es una zorrita estirada de México de DF que me escribió para que saque a la putita sumisa que lleva dentro. Aquí os cuento con sus propias palabras, cómo se presentó y sus primeros diarios.

Vuelvo aquí después de bastante tiempo. La pandemia me ha tenido bastante saturado de trabajo, y la lívido en general creo se ha visto bastante afectada.

No obstante, también he hecho tiempo para entrenar a alguna que otra putita sumisa.

Tengo en mente contar algo sobre Barka, una esclava negra Colombiana que duró poco como aprendiz pero que tenía mucho potencial y sobre Lily, una puta casada con marido cuck que estamos entrenando con mi socio The Debaser.

Pero ahora os voy a dejar un par de piezas escritas directamente por la perrita Lulú. Una zorrita de 10 años de Ciudad de México. Como podréis ver en el primer email que me envió, la puta estaba bastante entregada y solo puso

como límites que no se enteraran de su emputecimiento ni su familia ni sus amigos. Un límite bastante común por otro lado, y siempre garantizado en los procesos que dirijo. Pero lo normal es que las putas pongan más límites:

algunas no quieren ver ninguna foto suya en internet, ni aunque no se les vea la cara o signos reconocibles, otras empiezan diciendo que no aceptarían follar

con extraños, o que no aceptan juegos de humillación o que involucren pis. Esta puta empezaba poniendo el listón muy alto. A los que la quieran ver en acción los invito a que me añadan como amigo en mi perfil de Fetlife, donde he subido algunas fotos y vídeos (donde obviamente no se la reconoce, pero se adivina su

potencial). Por cierto, la zorrita ha visto afectado su día a día como todo el mundo con la pandemia y lleva un tiempo un poco intermitente, y últimamente sin

siquiera aparecer. Espero que lea esto y me escriba, pues tengo algunos planes interesantes

para ella.

Vamos a lo prometido, así se presentaba, allá por los inicios del

confinamiento:


Asunto: Deseo ser su mascota

Desde que comencé a leer uno de sus relatos no pude evitar mojarme y

chorrear de la excitación. Desde los 15 años he querido ser sometida, que

jueguen con mi cuerpo y mente. Esta es la primera vez que me atreví a

escribirle a alguien, honestamente yo no creía que iba a contestarme pero pasó.

Le escribo esto pidiéndole que me convierta en una putita, un juguete con el

cual pueda divertirse y pueda complacer sus deseos más oscuros.

Deseo ser una puta sumisa, no hay otra cosa que quiera más que el sentirme

a su disposición y pueda tomar decisiones sobre mi cuerpo y mi mente. No me

gusta el sexo convencional o duro, yo necesito más. Cada día sueño y me toco

pensando en mi adiestramiento, formas de humillarme y ser usada. No hay otra

cosa que me excite más que el sentirme como una cerdita dispuesta a complacer y

obedecer.

En cuanto a mis límites, quiero llegar a conocerlos. Sé que cualquier cosa

extrema y/o intensa me llena la vagina de fluidos, sin embargo creo que no

estaría dispuesta a sacrificar mi escuela o familia. De ahí en fuera mis

límites sexuales son muy extensos, no es que ya haya probado todo, simplemente cada

cosa que leo, veo o imagino quiero que me suceda a mí. Por ejemplo, una vez leí

sobre una mujer que servía como urinal, pensar eso me empapa los calzones y

definitivamente quiero que eso pase en algún momento de mi vida.

Ahora tengo 19 años recién cumplidos, no tengo novio o novia. Antes del

encierro solía tener sexo casual con unos chicos, pero en realidad no me

satisfacía al 100% hacerlo con ellos. Yo suelo ser un poco putita pero

discreta, me cojo a quien se me antoja y no tengo dificultades para tener sexo.

Suelo coger una o dos veces a la semana, depende si mi pareja sexual del

momento está disponible. Tomo pastillas anticonceptivas a diario, pero me gusta

usar condón siempre ya que uno nunca sabe lo que puede pasar.

Voy a la universidad y a la vez trabajo, diario de lunes a viernes estoy

muy

ocupada pero siempre tengo ratos libres que ocupo para mí. Estoy en segundo

semestre de la carrera, mi trabajo es flexible ya que lo hago desde casa, solo

tengo reuniones ocasionalmente. Es algo que disfruto bastante.

Vivo con mi madre, ella trabaja todo el día, pero ahora por el encierro

estoy todo el tiempo con ella. Tengo mi propio cuarto y baño, entonces me da mi

privacidad, en las noches aprovecho para tocarme siempre y lo hago, pero trato

de no hacer ruido por miedo a que me escuche. Ella piensa que soy una niña

inocente, que va a la escuela y es tierna. En realidad todo el mundo piensa eso

de mí, pero la realidad es que no. Soy muy buena estudiante y me gusta la

escuela, sin embargo me doy mis escapadas al menos tres veces por semana para

coger, tomar o salir con amigos.

Normalmente me masturbo solo con mis manos, pongo una pinza en algún pezón

y estimulo mi clítoris. Últimamente me ha dado por meterme una brocha de

maquillaje o mi cepillo de dientes por la vagina, pongo mis calzones en mi boca

y veo porno unas dos horas. Tengo un vibrador muy pequeño pero por ahora no lo

uso ya que no tiene pilas. También me pongo tanguitas antes de dormir con la

brocha o el cepillo dentro y así me duermo, me excita mucho.

En fin, sé que tengo poca (o nada) de experiencia en cuanto a BDSM, pero

conozco mucho, leo y me informo siempre que puedo. Me encantaría aprender y

llegar a ser una gran cerdita dispuesta a hacer todo lo que me pida. Escribo

esto con la vagina chorreando, le pido por favor que me tome en cuenta para

poder ser una de sus mascotas. No hay otra que desee más que el llegar a ser

una obediente sumisa, complacer y obedecer. Quiero llegar a mis límites (si es

que

existen) y someterme a múltiples humillaciones. Me encanta el sexo, pero me

encanta más la idea de poder llegar a ser una sumisa completamente.

Gracias por leerme, Lulú


Así se presentaba esta zorrita. Y, de momento, lo único que voy a compartir

es un reporte que me envía, a mi y a mi socio The Debaser, pues, al igual que con

muchas otras, a esta perra la domamos entre los dos.

Como os decía… una semana después…


Asunto: El diario del emputecimiento de Lulú

Buenas noches Amo y Señor, he aquí mi reporte del día de hoy.

Comencé el día emocionada por ver sus mensajes, me desperté un poco tarde,

me toqué como lo indica mi ritual matutino. Este lo hice por ocho minutos y

estuve al borde del orgasmo una vez. Revisé tinder y los hombres son muy bobos,

unos quieren tratarme lindo, otros no los veo convencidos de mi

"fantasía" y otros quieren hablar por WA. Los que ya tengo en kik son

medio aburridos, pero uno me mandó foto de su verga. Sinceramente no quiero

tener una conversación con ellos y les dije que mientras seamos más desconocidos, es mejor para la fantasía.

Por la noche hice mi tarea de hoy y voy terminando el ritual nocturno. A

decir verdad nunca había hecho un striptease, me sentía un poco apenada porque

no sé si soy buena. Quiero practicar y hacerme cada vez mejor, me puse una

faldita

medio putona que me regalaron hoy. Espero que les haya gustado; busqué

un par de tutoriales para no tener la mente en blanco.

Justo cuando terminé me puse las pinzas en mi vagina y la cinta, al

principio dolió el pinchazo, pero conforme las tenía abiertas con la cinta me

dolía más y más. Pero me gusta, es decir mi mente no lo acepta, pero mi cuerpo

sí ya que mi vagina automáticamente se empapa. Eso me parece muy curioso, ya

que siento dolor pero a la vez me excito mucho mucho. La del clit me dolió más,

quería quitármela pero no lo hice. No era lisa y eso hacía que me causara un

dolor diferente, sin embargo me mojé de todas formas.

Me unté de vaselina el culo y el cepillo también. No entiendo si mi culo es

virgen cómo es que entró tan fácil. De verdad eso me tiene impresionada, yo

pensé que estaba súper cerradito, pero entró ese cepillo que a mi parecer no es

pequeño. Me gustó cogerme el culo, la verdad lo disfruté mucho. No dolía, no sé

si porque estaba más concentrada en las pinzas de la vagina o porque estaba muy

excitada. Tal vez ambas cosas pero me resultó fácil cogerme el culito. De haber

motivado a mi clit mientras lo hacía, seguro me corría. Pero no lo hice, eso me

causa mucha frustración ya que llevo días caliente como perra en celo. Deseo un

orgasmo pero deseo más complacerlos a ambos. Es difícil de explicar porque mi

mente aún no lo comprende del todo.

Me quité todo y me senté en la cama. Me relajé unos 10 minutos y comencé a

masturbar mi clitoris. Fue delicioso y a la vez difícil concentrarme en las

palabras del ritual. Al final lo hice por 13 minutos, llegué al borde tres

veces. De verdad tengo muchas ganas de correrme ahora pero no lo voy a hacer.

Igual estoy frustrada por no haber puesto las otras dos pinzas, me siento

inútil como ayer.

En fin, descansaré y mañana por la mañana haré el ritual de nuevo. Seguro

despertaré mojada como estos últimos días.

Besos, su perrita Lulú.


Espero que lo hayan disfrutado, tanto como yo leyéndola.

Nos leemos próximamente.