Diario de confinamiento (2)
Los hermanos avanzan es su relación y comienzan a aparecer complicidad y morbo entre ambos
Martes 24 de marzo
Empezaba la rutina, ya me daba cuenta cómo iba a ir la cosa todos los días. Por un lado, me gustaba estar con mi hermana y disfrutar de su compañía. No me refiero sólo a la parte que estaba descubriendo y me calentaba, sino que estar con ella, comer, charlar y reírnos era algo que no hacíamos hace mucho y nos estaba sirviendo para re afianzar el vínculo. Por otro lado, el tema de verla a mi hermana con esas tetas paseándose todo el día, me iba a costar superarlo y sobre todo conviviendo con ella iba a ser muy difícil tener la oportunidad de descargarme con una paja. La única vez que lo había intentado apareció ella en el baño.
El desayuno fue muy similar al del día anterior. Uno a cada lado de la mesa, ella con su musculosa sin corpiño. El tema era la conversación del día anterior que había marcado como una especie de marca en nuestra relación. Yo ya no disimulaba y de vez en cuando le miraba las tetas a mi hermana. Ella, lejos de sentirse incomodada, lucía orgullosa. Sabía que, de un momento a otro Jazmín, mi sobrina, lloraría y mi hermana la traería para darle el pecho. Sucedió.
Sonia hizo lo mismo de siempre, pero me pareció como que esta vez se tomaba más tiempo dejando su pecho derecho al descubierto antes de darle la teta a la beba. En el momento de hacerlo, me miró sonriendo. Yo correspondí la sonrisa y volví a bajar la vista hasta su pecho. Seguimos charlando mientras le daba la teta a mi sobrina. Cuando fue a cambiarla de teta hizo algo que no me esperaba. Se bajó el otro bretel de la musculosa y esta vez tardó más. Fueron 5 segundos que estuvo con los dos pechos al aire. Me miró. Le sostuve la mirada. Nos sonreímos. Sonia volvió a acomodar a mi sobrina sobre su teta izquierda. Se había quedado con las dos tetas al aire, aunque yo no podía verlas porque el cuerpo de Jazmín me la tapaba. En un momento me dice:
- Creo que está tomando menos, no está chupando bien
- Puede ser, ya irá tomando más, le dije para tranquilizarla
- El tema es que noto los pechos hinchados y me duelen, continuó mi hermana
- ¿Y a qué crees que se debe? Le pregunté
- A que no está tomando bien la teta y se queda con hambre
- Queres consultar con tu obstetra? le sugerí
- Puede ser. No es mala idea. Me dijo mi hermana
- Deberías hacerlo para quedarte tranquila, quería tranquilizar a Sonia
- Tomá agarrala mientras me acomodo
A continuación, se inclinó hacia adelante para alcanzarme a mi sobrina, Yo en la torpeza por agarrarla rocé, y juro que fue sin querer, el costado del pecho desnudo de mi hermana
- Ah, dijo ella
- ¿Qué pasó? Yo le miré las tetas automáticamente
- Me duelen, ¿ves? Y se apretó suavemente su desnudo pecho
- Vas a tener que consultar, le dije
- Va a ser lo mejor, decía mi hermana mientras se acomodaba lentamente, muy lentamente las tetas dentro de la remera
- Bueno, dije mientras bajé la mirada y me di cuenta que tenía una erección muy visible e imposible de disimular
- Epa! Dijo mi hermana mirando mi erección
- ¿Qué pasa? Dije haciéndome el boludo
- Eso…dijo señalando mi paquete
- ¿Qué pasa? Insistí
- Nada que veo que al amiguito tuyo parece que le gusta verme las tetas, soltó mi hermana con una desfachatez tremenda
- Jaja, puede ser, le dije totalmente colorado
Particularmente, el 24 de marzo es feriado en Argentina, de modo que ese día no iba a tener actividad en el trabajo. De hecho 23 fue feriado y lo único que hice fue una call con gente de otro país. Sabiendo entonces que no iba a tener mayores ocupaciones decidí proponerle a mi hermana hacer pastas caseras, unos spaguettis. Ella aceptó encantada. Así que después de desayunar.
Ya empezaba a acercarse el mediodía y juntos pusimos música en el parlante bluetooth y nos pusimos a preparar el almuerzo. Mientras lo hacíamos, cantábamos canciones, nos reíamos y cocinábamos, Yo amasaba los fideos y ella preparaba la salsa boloñesa. Promediando la preparación abrí un malbec mendocino y seguimos. El almuerzo fue muy divertido contándonos muchas cosas.
El resto del día transcurrió muy divertido y también cada uno con sus momentos Ella con charlas con su marido, yo teléfono y Whatsapp con amigos y amigas. Por la noche cenamos liviano y nos fuimos al sillón a charlar un rato y Sonia me preguntó si ya me iba a dormir o a chichonear con una amiga. Le dije que no pensaba hacerlo, pero que no era una mala idea. Ella me dijo que si quería que cerrara la puerta de mi cuarto y que haga todo lo que quiera
- Gracias por la autorización, le dije jodiendo
- No seas bobo, me pegó en un brazo
- No estuvo mal el viernes, podríamos repetir, le dije no se con qué intención
- ¿Está buena tu amiga? Me preguntó Sonia
- Te la muestro, le digo y agarro mi celular
- Ah ¿tenes fotos de ella? Me preguntó curiosa
- Te iba a mostrar el Instagram, pero si, también tengo fotos en mi teléfono, le dije con una sonrisa
- ¿Qué clase de fotos? ¡Quiero verlas! Me dijo
- No te las pienso mostrar, le dije
- ¡Uy que malo! O sea que estuviste con ella varias veces, si tenes fotos, debe ser porque hay confianza, concluyó Sonia
- Si, estuvimos juntos varias veces, pero somos muy zarpaditos los dos y por eso nos animamos a las fotos
- Jaja, mirá vos mi hermanito que zarpadito resultó
- Te muestro su Instagram, otro día quizás te muestre otras fotos
- Dale, estaba curiosa mi hermana
- Mirá, le dije mientras le entregaba mi teléfono
Sonia era muy respetuosa y no iba a hacer nada sin mi autorización, así que se limitó a pasar varias fotos de su Instagram y decirme que estaba muy buena. Cuando llegó a algunas fotos en la playa sentenció “tiene muy buen culo”. Si, le dije fingiendo desinterés. Siguió pasando fotos y me entregó el teléfono. Al poco tiempo bostezamos un par de veces cada uno y nos fuimos a acostar
Ya en mi cuarto, busqué alguna amiga en línea para chichonear un rato porque había estado caliente en buena parte del día, pero no hubo caso. Me dormí plácidamente
Miércoles 25 de marzo
Este fue un día muy atestado por el trabajo, prácticamente no salí de mi habitación con las llamadas y las planillas y presentaciones que tenía que armar. Sumado a esto salíamos de un feriado y todas las personas parecían con urgencias pese a la cuarentena. Mi hermana, como de costumbre vino a traerme unos mates, pero como en la mayoría de las oportunidades me veía tan ocupado no quiso molestarme y terminó dejándome el termo y el mate, amargo por su puesto.
Por la tarde terminé cerca de las 19 hs y me dediqué a boludear con la computadora hasta la hora de la cena. Comimos unos tostados de jamón y queso con una coca cola zero con hielo y limón, mi preferida de las bebidas sin alcohol.
Sonia, por su parte, no pudo comunicarse con su médica para hablar sobre su dolor de pechos. Con su marido habló más de una vez y pasó el resto del día limpiando, ordenando y lavando ropa.
Ya por la noche, nos tomamos un café de capsulas que publicita George Clooney (no quiero nombrar más marcas) y nos dispusimos a hablar un poco. Le dije que la tuve abandonada todo el día. Ella me dijo que aun así está feliz de tenerme es su departamento
- Me siento más segura, no sé por qué, dijo Sonia
- Es normal, le dije.
- Si, puede ser
- Claro, seguí, una mujer sola, una hija recién nacida, sin compañía, sin mamá, que no puede venir
- Gracias por entenderme, el rostro de Sonia se entristeció
- No seas tonta, le dije atrayéndola hacia mí y abrazándola
- Gracias
- No tenes nada que agradecerme, te quiero, le dije y le di un beso en la frente
- Mmmm, ella se acurrucó aún más en mi pecho
- Bueno, ¿estas más tranquila?
- Sí, mucho mejor.
Finalmente, Sonia se fue a dormir luego de darle la teta, esta vez en su cuarto, lo cual no me permitió disfrutar del espectáculo de sus pechos. Yo me quedé un rato con el celular y las redes sociales hasta que me venció el sueño y me fui a acostar
Jueves 26 de marzo
Comenzamos la mañana desayunando juntos. Ya se empezaba a volver una linda costumbre ver a mi hermana en remera sin corpiño debajo. Mientras tomábamos nuestro café con tostadas, queso blanco y mermelada hablábamos de la planificación del día, sobre todo por mi parte. Le dije que yo no iba a estar desde media mañana hasta la tarde porque me iba a la oficina y que de regreso pasaba por el supermercado a comprar algunas cosas, y le pregunté a ella si iba a necesitar algo. Hicimos juntos la lista, yo le dije que le iba a cocinar algo rico para la noche. Ella se mostró contenta y ansiosa. Yo conocía los gustos de mi hermana que eran básicamente “todo”, pero con algunas mínimas excepciones como el mondongo y la polenta (harina de maíz), el resto le gustaba todo con algunas preferencias que yo pensaba atender esa noche
Ella, por su parte, me dijo que sus actividades del día de limitaban a llamar a su obstetra por el tema del dolor en los pechos, hablar con su marido y limpiar el departamento mientras me esperaba.
Como todas las mañanas volvió a llorar Jazmín y se levantó y la trajo con nosotros a la mesa del desayuno para darle el pecho. Ya se estaba convirtiendo en un ritual que me encantaba. Sonia, esta vez me pidió que le tenga a la nena, y yo con Jazmín en brazos observaba como mi hermana se bajaba el bretel dejando su pecho al aire y masajeándolo. Yo no daba crédito a lo que veía. Ella se apretaba suavemente el pecho, se lo acariciaba. Luego lo masajeaba un poco. En ese momento me miró a los ojos diciendo:
- Es que me duele bastante
- Ah… no me salió otra palabra
Siguió con su masaje lento y sensual. No sé si con la intención de excitarme, pero lo estaba consiguiendo. Volvió a mirarme con una sonrisa. Y vino lo más fuerte hasta ese momento: con sus dos dedos mayor e índice se rodeaba el pezón en círculos por la areola. Se apretó suavemente y un pequeño chorrito salió de la punta. Ella sin ningún pudor lo recogió con el dedo y lo chupó. Volvió a levantar la vista. Mi cara era de perplejidad total. Ella descomprimió con otra sonrisa y me dijo: Alcanzame a Jazmín. En todo ese tiempo no había registrado que tenía a mi sobrina en brazos. Mi erección era visible nuevamente y debo reconocer que esta vez, pese a la situación de que sea mi hermana la que me lo provocaba, la mostré con una pizca de orgullo. Ella mi miró el paquete, sonrió y luego de tomar a la beba en brazos, comenzó a darle el pecho mientras me miraba. Siguió la conversación sobre el dolor de los pechos y que iba a llamar a su médica. Luego la cambió de pecho y, para mi deleite, volvió a masajearse un poco antes de darle la otra teta. La nena terminó de tomar el pecho y la puso sobre su hombro. Nuevamente hizo algo que no me esperaba: al ponerla sobre su hombro se quedó con los dos pechos al descubierto. Yo me quedé de pie a su lado contemplándola. Solo me cruzaba un pensamiento. Es hermosa. Mi hermana es hermosa. Sonia me sacó de mis pensamientos dándome la nena par que la tenga mientras ella se volvía a acomodar los pechos dentro de la remera.
Esperé un poco y me fui a bañar, estuve tentado de tocarme, pero yo esperaba tener esa noche una comunicación con Paula, mi sex amiga. Más tarde me fui a la oficina, estuve un rato encerrado con unas planillas y me traje unos documentos para revisar en casa.
Llegué alrededor de las 19 hs con las manos cargadas de bolsas por mi paso por el supermercado. Le pregunté a mi hermana como le había ido y me comentó que bien. La notaba un poco rara. Le dije que tenía una sorpresa para la cena y era salmón al vino blanco con crema y verdeo con papas cubo. Como me lo imaginaba, le encantó mi sorpresa
Guardamos todas las cosas. Ella empezó a decirme que le dijera cuanto me había salido la compra del súper y yo insistí en no querer cobrarle. Idas y vueltas que zanjé con un más adelante vemos, no te hagas problema. Debo reconocer que tengo un buen pasar económico y como no estoy casado puedo ahorrar bastante.
Nos pusimos a cocinar, prácticamente yo hice todo y a las 10 de la noche estábamos comiendo. Siempre preferíamos que Jazmín tome la teta y después de un rato la acueste. Esta vez no pude ver los pechos de mi hermana porque le dio la teta mientras terminaba de preparar el salmón.
La cena resultó agradable como siempre. Las palabras, ayudadas por el vino que tomábamos, fluían muy bien. Se empezó a hacer tarde. Levantamos los platos y los lavamos. En nuestra familia nunca se dejaron platos sucios sin lavar para el otro día, por más cansancio que tuviéramos, los platos siempre se lavaban en el momento de usarlos. Así, es mi mamá y así somos nosotros dos.
Nos fuimos al sillón del living como siempre y empezamos a charlar de cosas de la vida. Surgieron temas de pareja más que sexuales. Se hacía tarde y no quería dejar de contactar a mi amugo así que en un momento le escribí. No me respondió, ni le figuraba leído así que opté por seguir con mi hermana. Cuando nos estábamos por ir a dormir, Jazmín se despertó y comenzó a llorar.
- Qué raro, dijo mi hermana
- Deja que voy yo, le dije mientras fui a buscar a mi sobrina
- Bueno, dijo ella
- Acá está, dije y no podía creer lo que veía. Mi hermana estaba sentada en el sillón y se había quitado completamente la remera. Estaba masajeándose los pechos. Juro que casi se me cae mi sobrina de los brazos
- Me siguen doliendo, me dijo levantando la mirada
- ¿Mucho? Le pregunte
- Si, hoy hablé con la doctora y me dijo que voy a tener que comprar un sacaleche y darle leche de fórmula junto con la mía
- ¿Y por qué no me dijiste y te lo compraba? Le dije
- No me di cuenta
- Mañana te lo compro, le dije
- Bueno, gracias
- Tomá, le dije alcanzándole la nena
Me senté a su lado contemplándola nuevamente. No podía creer que tenía a mi hermana con los pechos al aire a mi lado. Era una locura. Una locura hermosa. Terminó de darle la teta y se levantó sin ponerse la remera y con la nena en brazos fue hasta la habitación a hacerla dormir. Me parece que va a tardar en dormirse, me dijo mi hermana, es mejor que te acuestes. Está bien le dije y me fui a dormir
Mi amiga no apareció por el whatsapp, así que con el vino que había tomado, me agarro mucho sueño y a las 12 de la noche ya estaba durmiendo
Continuará…