Diario de aventuras 2 - Juego de primos

Soy una chica que escribe este diario para contar sus aventuras, te recomiendo que me leas si te gusta el sexo y el morbo tanto como a mi.

Como veo que el primer relato les gustó vamos con una segunda aventura que tuve en enero de este año. La verdad es que escuché tantas historias morbosas entre primos que me terminó dando curiosidad por hacer algo yo también. En enero tuve la oportunidad cuando nos juntamos a pasar dos semanas en una casa que tiene mi familia en otro pueblo, iba a estar acompañada por mis tíos y mis dos primos. Mi prima se llama Nadia tiene casi mi misma edad y tuvimos experiencias cercanas de más chicas pero quedaran para contar otro día. Mi objetivo para divertirme sería mi primo más pequeño, Agustín. La idea de provocarlo sabiendo de su inexperiencia y que está en la edad en que las hormonas lo vuelven loco me calentaba mucho. Es un chico bastante típico para la edad, flaquito con pelo y ojos de color similares al mio, supongo que cosa de familia.

Los tres primos dormimos todos juntos en la misma habitación, las chicas en las camas cuchetas y el varón en el piso. El primer día eligí ponerme en la cama de abajo pegada al colchon del piso. El primer día transcurrió como siempre, debo decir que tal vez todavía estaba un poco tímida para hacer lo que quería aunque me exitara la idea. Aparte mi primer encuentro con Agustín no había sido muy alentador, yo conscientemente me preparé poniendome un short de jean muy ajustado que dejaba mis nalgas a la vista con un top deportivo ajustado pero él al saludarme apenas me prestó atención, tenía los audiculares puestos y parecía muy concentrado en escuchar más que en mirar mi figura femenina.

El segundo día ya si me puse manos a la obra. Después del almuerzo me puse un bikini negro bien ajustado y fui a la cocina a buscar a mis primos para invitarlos a acompañarme a la pileta del patio. Mi primo de entrada dijo que no, pero mi prima y yo le insistimos para que no sea tan aburrido y acepte hasta que asi lo hizo. Nadia dijo que iría a cambiarse y que en un rato salía, que vayamos yendo, perfecto pensé.

Minentras nos metíamos al agua mi concentración estaba en tratar de distinguir el bulto de Agustín bajo la maya. Empecé a hablar con el por arriba, sobre la escuela y eso, mientras trataba de lucir mi cuerpo. Como esto no daba resultados cambié de tema:

-Y de mujeres...¿Qué te contas Agus?

-¿Qué?, ¿Por qué lo decís?

-Cómo que por qué lo digo, me imagino que alguien tendras que te guste o con quien puedas hacer cosas...

-No sé no me interesa mucho eso.

-¿Qué? Dale no te hagas.

Mientras le decía esto empecé a tirarle agua con las manos. La verdad no me interasaba que me cuente sobre chicas pero si quería que me vea a mi como una y una muy sexy. Por eso mientras le tiraba agua y me hacía la que jugaba me fui acercando a él, hasta prácticamente apoyar mi pecho sobre el suyo mientras el trataba de agarrame los brazos para que no pudiera molestarlo más. Hasta que entre forcejeos su mano se desvió del intento de agarrar mi brazo y en su lugar apreto mis tetas apenas escondida por el bikini. Inmediatamente sacó la mano como si fuera agua hierviendo y se puso más rojo que si hubiera sido agua hirviendo. Yo me reí y le dije:

-Apa viste que al final algo si te interesaba.

Se quedó un rato con cara de tonto hasta que la llegada de mi prima calmó un poco la situación y el resto de la tarde transcurrió relativamente normal. Por la noche quise insinuarme un poco más y antés de dormir bromee con que no quería escuchar ruidos de nada raro viniendo de su colchon. Nuevamente puso cara de tonto y se quedó sin palabras.

Mi idea era que mientras procesaba mis insinuaciones en su juvenil e inexperto cerebro, yo quería provocar al máximo sus hormonas cosa que me exitaba del mismo modo a mi. Por eso durante los días siguientes hacía todo lo posible por volverlo loco. Cuando lo saludaba por la mañana apoyaba exageradamente mis pechos sobre su cuerpo. Me ponía ropa ajustada todo los días, tomaba sol en bikini en el patio cuando el podía mirar e incluso dejaba mi espalda desnuda del corpiño como si quisiera broncearla tambien. Cada tanto hacía tontos chistes de doble sentido como en el desayuno afirmar cuanto me gustaba la leche.

Obviamente esto no era lo único que hacía aunque si lo que más me interesaba de estas semanas en familia. Cuándo llegamos al inicio de la segunda y última semana en la casa quise dar un paso más ya que suficiente había hecho sufrir a mi primo este tiempo, le tocaba la recompensa. Una tardecita en que quedamos solos porque los demás fueron a caminar fui a buscar a Agustín que estaba en la habitación. Yo tenía puesto un short deportivo y una remera blanca vieja que usaba como pijama.

-Agus necesito que me hagas un favor.

-¿Qué pasa?

-Nada que Nadia se fue, tu mamá también y necesito que alguien me pase crema en la espalda porque me quemé toda con el sol hoy a la tarde.

-Pero...no sé, no deben tardar mucho en volver, esperalas.

-No por favor me duele mucho y la crema me va a hacer bien, ¿No podes pasarme vos?, dale es un segundo.

Accedió no muy convencido asi que sin dudarlo me acosté en la cama y le pedí si podía empezar por las piernas.

-¿No era en la espalda?

-Bueno pero ya que estás, las piernas también me quemé, hacele un favor a tu prima una vez.

Timidamente me pasó crema por las piernas, subiendo hasta los muslos donde el short no tapaba. Cuando terminó con eso me saqué la remera para que siguera con la espalda cosa que obviamente me quedé en corpiño.

-¿Qu...qué haces?

-¿Qué te parece? Me saco la remera asi me pasas en la espalda, no seas boludo que el corpiño es lo mismo que un bikini.

Ya más seguro siguió con la misma tarea en la espalda y concluyó rapidamente.

-Bueno Agus genial pero te pido una última cosa.

Me saqué el short y quedé en ropa interior.

-Por favor poneme en la cola que a mi me cuesta pero me arde un monton, no aguanto a que llegue tu hermana para ayudarme.

El no se lo podía creer, estaba hipnotizado mirando mi gran cola en tanga, tal vez la primera que veía y hasta tenía la chance de tocarla. Las hormonas debían estar haciendo lo suyo porque no dijo nada y puso crema en sus manos para pasarlas por toda mi cola, lentamente fue acariciando y encargandose de esparcir bien la crema. Esa misma noche se sintieron ruidos llamativos desde su colchon y pude irme a dormir satifescha por pensar en que se haya masturbado pensando en mi culo entangado y como se sentía tocarlo.

A la mañana siguiente almorzamos en familia y luego fuimos a la pileta con mi prima. Agustín estaba retraído y no se sacaba los audiculares de los oídos hasta que se ve que mi tía lo retó y lo mandó con nosotros al agua. Yo actúe como si nada esperando mi oportunidad que evidentemente llegó cuando mi prima se fue.

-Agus ayer sentí algunos ruidos a la noche...

El se puso rojo como un tomate.

-Se que por ahi lo que te pedi de la crema fue un poco raro para vos, pero creo que te gustó.

Esperé mi señal y llegó: Una erección indisimulable por la maya se hizo presente en mi primito.

-Bueno veo que yo tenía razón.

-Lucía yo...

-No pasa nada Agus pero tenemos que hacer algo con eso antés que tus papas o tu hermana te vean asi.

En eso me acerqué y puse mis manos sobre su bulto bajo el agua. Me sorprendió su tamaño, mi primo no decepcionaba y tenía un gran pene. Ya sin importarme su reacción le bajé la maya y empecé a masturbarlo. Primero con una mano, luego lo agarré con las dos mirando su cara de satisfacción pero no duró mucho. Se notaba su inexperiencia y en unos segundos llenó el agua con su semen. Antes que trate de decir nada me fui y le pedí que arreglara eso mientras hacía una salida triunfal mostrando mi cola.

Este suceso en la pileta solo volvió incontrolable mi lujuria, ya no me alcanzaba con provocar a mi primito quería usar ese pene. Mientras estabamos acompañados actuabamos como si nada aunque a el se lo notaba raro pero ni bien tuve oportunidad fui al ataque de nuevo. Agustín se estaba bañando, espere a que nadie me viera y me metí al baño.

-Ocupado.

-Ya lo sé - respondí mientras me desnudaba.

  • ¡Lucía que haces!

-Dale Agus ya sé que lo disfrutas, dejame enseñarte un par de cosas más.

Me metí en la ducha y pude verlo bien. Tenía ese gran pene erecto apenas acompañado de un vello juvenil. Me agaché, lo tomé y empecé a chuparlo como me gusta. Sabía que no valía la pena hacer muchos preambulos porque no aguantaría mucho. Yo subía y bajaba vorazmente con la boca, lamiendo rápidamente mientras mi primo gemía intesamente.

-Aah, prima no puedo, me vengo.

Seguí chupando igualmente hasta sentir chorros y chorros de semen que salían del pene de mi primo y me llenaban la boca. Lo tragué y seguí jugando con mi lengua un poco por su glande. Luego me levanté y le dije:

-La última noche esperame en tu colchon, no te asustes, te voy a dar una buena despedida.

Los días restantes hice como si nada, esperando ansiosa el la última noche para darle la sorpresa que tenía decidida: quería desvirgar a mi primito. Durante las tardes yo tomaba sol o me metía en la pileta tratando de no pensar pero Agustín ya no podía evitar babear mirandome. Me pregunto que tan larga se le habrá hecho la espera. Hasta que finalmente llegó la última noche que dormiriamos juntos, como les dije mi cama estaba pegada al colchon en el piso de Agustín. Mi prima dormía en la cama cucheta de arriba por lo que podría despertarse en cualquier momento pero eso solo agregaba diversión a la aventura.

Ya era bien entrada la noche cuando me puse en acción, me desnude completamente y sigilosamente me fui al colchon de Agustín. Me metí dentro de las sábanas y naturalmente mi primo me estaba esperando. Le hice señas con las manos para que guardara silencio y me siguiera. A continuación me puse de espaldas apoyando mi cola en su bulto que empezaba a despertar. Agarre sus manos y las lleve a mis pezones bien parados por la exitación, el se llenó las manos con ellos y empezó a acariciarlos torpemente. Ahora si sentí su pene como un fierro en las nalgas, por suerte Agustín comprendió mis indicaciones, se sacó el pijama, dejó al descubierto esa enorme herramienta que ahora sentía desnuda contra mi. El no tenía idea que hacer pero gemía como un toro en mi espalda, pacientemente lo guie hasta que pudo llevar su pene a la entrada de mi vagina y lentamente introducirlo. Cuando finalmente entró todo creo que ambos sentimos la gloria, era un gran pedazo de carne y lo morboso de la situación que tanto tiempo venía planeando me calentó muchisimo. El me la metía y sacaba torpemente pero eso solo aumentaba la exitación por estar desvirgando a mi primo. Siguió dandome fuerte estocadas mientras agarraba mis tetas y me gemía en el cuello, todo en total silencio para no despertar a mi prima. Y entre estocada y estocada finalmente apretó su pene hasta el fondo de mi vagina dandome un tremendo placer y derramó todo su semen dentro mío.

Nos quedamos un rato así, con su pene dentro mio hasta que me di vuelta, le di un beso en el cachete y me dirigí a mi cama para dormir bien satisfecha. Esa fue la última noche juntos en el verano de este año, cuando nos despedimos al otro día le di un beso idéntico en el cachete con total apariencia de inocencia. Todavía hoy, varios meses después, me exito pensando en todas las veces que mi primo se masturbará pensando en mi.