Diario de aventuras 1 - Presentación
Soy una chica que escribe este diario para contar sus aventuras, te recomiendo que me leas si te gusta el sexo y el morbo tanto como a mi.
Primero que nada me presento para que me conozcan. Me llamo Lucía y tengo 18 años. Para que puedan imaginarme mi pelo de color natural es castaño pero me encanta teñirme de rojo, tengo ojos marrones y una sonrisa muy pícara. Físicamente me considero normalita, tetas promedio ni muy grandes ni muy planas, eso si, tengo un gran culo que me encanta lucir.
Me encanta el sexo pero me aburro fácil, necesito hacer cosas nuevas todo el tiempo y ahora les cuento a ustedes porque me da mucho morbo que me lean. Asi que cualquier forma en que quieran interactuar conmigo lo voy a disfrutar. Contaré todo lo que vaya haciendo en primera persona. Para esta primera ocasión les voy a contar la sorpresa que prepare para el chico del delivery.
Me da mucho placer tener relaciones con personas que no se lo esperan por eso quise provocar a un trabajador de pedidosya. Tengo que decir que la primera vez no tuve éxito pero por suerte a la segunda fue la vencida para mi:
Pedí un cuarto de helado por la app de pedidosy a eso de las doce de la nocje. Cuando llegó salí a abrirle con un buzo sin nada abajo y con una tanguita muy finita abajo. Cuándo abrí la puerta al chico casi se le caen los ojos. El era medio moreno sin nada muy destacable, típico pibe de unos 26 años. Se ve que yo si le parecía más destacable por la mirada que tiró a mis muslos, ahi estuve segura que iba a funcionar mi plan.
-Hola.
-Hola, serían 230.
-Mmm justo no tengo plata encima pero creo que podemos arreglarlo, ¿No?
Me miró por un momento como sin creer la situación pero para no darle la oportunidad de razonar simplemente me saqué el buzo y dejé expuestas mis tetas, ahi ya no dudó. Dejó la bolsa y en la puerta misma empezó a tocarme los pechos, yo me había propuesto hacerle sexo oral en la puerta misma para más morbo y lo cumplí. Me agache tratando de resaltar mi cola, le abrí el jean y saqué su pene que no estaba nada mal de tamaño. Le sostuve firme, besé el glande y sentí como suspiraba. Lentamente empecé a lamerlo como una perrita hasta el tronco y seguí poniendome los testículos en la boca. El empezó a reaccionar, puso sus manos en mi cara y me pedía que siguiera. Ahora si me lo mande todo y empecé a chupar subiendo y bajando mientras escuchaba que me decía puta, perra, te gusta seguí asi. Eso solo me exitaba más.
Quería seguir chupandola pero no quería que acabara sin probar mi mejor plato asi que me pare, me di vuelta y le exibí mis cachetes casi tragandose la tanga negra que tenía. Le pedí que me cacheteara y eso hizo para mi placer que se duplicaba por la exitación de pensar que alguien pudiera vernos. ¿Que dirían los vecinos de ver a la nenita de al lado asi?
Me bajé del todo la tanga y me agaché un poco para entregarle la cola. Ni falta aclarar hace que me da igual hacerlo sin condón porque uso otros métodos. El me apoyo su pene todo ensalivado por mi a la entrepierna y disfruté esa sensación de esa apoyada. Luego lo introdujo lentamente en mi vagina y fuimos subiendo el ritmo. Ahora era yo la que le pedía que me cacheteara la cola, que me de más fuerte, que me encantaba. Sus huevos golpeaban sobre mi cola creando ese ruido tan especial.
La estabamos pasando genial pero yo no me iba a conformar con una simple penetración. Cuando consideré que había pasado suficiente tiempo para que disfrutara de mi cola me separé, me volví a agachar y retomé el trabajo oral que me encanta hacer. Lamí todo el costado, puse mis labios sobra la punta y me lo mandé hasta el fondo. Me ayudé de las manos para masturbarlo hasta que sentí que se venía. Ahi me trague la punta mientras con mi mano acariciaba los testículos y seguí chupando hasta que se vino y me llenó la boca de leche calentita hasta la garganta.
Mirandolo a los ojos me tragué todo y mientras seguía pajeandolo lentamente le pregunté si me merecía mi helado. Se imaginaran que estaba muy agradecido con mi pago. Hasta le deje acariciar un rato más mis tetas y culo, siempre hay que dejar propina.