Diario a dos (25/30: Jimmy)

Un matrimonio compra una vivienda en una zona residencial. El marido descubre en la buhardilla un libro olvidado. En una reunión social con unos amigos, dan lectura a sus páginas. Esta es la historia de Avi y Ron.

Un matrimonio compra una vivienda en una zona residencial. El marido descubre en la buhardilla un libro olvidado. En una reunión social con unos amigos, dan lectura a sus páginas. Esta es la historia de Avi y Ron.

DIARIO A DOS

Capítulo 25 (Jimmy)

Extracto del diario de Avi….

Unos días más tarde, el 30 de Julio concretamente, después de comer, Ron recibió una llamada telefónica. Le llamaban de una empresa para hacerle una consulta. La informática no podía esperar, aunque él trabajaba mucho tiempo en casa con su ordenador. Les dio las instrucciones pertinentes y colgó. A mí, su trabajo me encanta, si exceptuamos esas ocasiones en las que tiene que ausentarse de imprevisto y a deshoras. Pero gana mucho. Y eso es de agradecer, pues el dinero que gana compensa con creces sus ausencias.

-Ya está arreglado. Estúpidos, pagan muy bien, pero son gilipollas No saben hacer nada. Dijo dirigiéndose a mí que lo miraba con admiración al ver la seguridad de él.

-¿No tienes que ir? Pregunté esperando una respuesta negativa.

-No. Ya les he dicho lo que tienen que hacer. Supongo que esa panda de incapaces sabrá hacerlo.

-Ron, estoy pensando que hace mucho que no sabemos de Jimmy. Dije. Ni de Juan y Tami.

-Juan y Tami no habrán vuelto de su viaje. Cuando me llamaron me dijeron que se iban a quedar allí. Esas telas que él quiere comprar deben ser muy extrañas. Cuando vengan, nos llamarán, en eso quedaron, además, me dijo que tenían que cerrar un par de negocios allí. Y de Jimmy, ¿qué quieres que te diga?, no tengo ganas de pagarle otros 600 o 1200. Aunque no me cayó mal. Debe ser buen tipo. ¿La tarjeta que nos dejó la guardaste tú?

-Si. La tengo yo. He pensado llamarle un día de estos.

-¿Para qué?

-¡Adivínalo!

-No me lo digas. No quiero saberlo. ¿Tanto te gustó ese negro?

-Lo pasé muy bien. Aunque supongo que el porro que me fumé contribuyó a ello.

-¡Si joder! Estábamos como pasando de todo.

-¿Seguirá yendo por ahí con el chico ese?, ¿Cómo se llamaba?,.

-Pitu. Era un diminutivo. Su nombre no se cual será. Jimmy dijo que le llamaban Pitu por lo joven que era.

-Si. Joven si era. Creo recordar que tenía 20 años. Era un crió con cuerpo de hombre.

-Cuando yo tenía 20 años no gastaba esas medidas. Dijo Ron.

-Calla, calla. No sigas. ¡Joder qué noche nos dimos! Dije recordando ambas pollas.¿Qué será de ellos? Voy a llamarle.

-¿A quien?

-A Jimmy. A ver que tal le va.

-! Joder Avi! Déjalo estar. Olvídalo. Aquello pasó y debemos olvidarlo.

-No. Veremos que nos cuenta. Tengo ganas de saber de él. Y era verdad, tenía ganas de saber de él.

Muy decididamente me levanté y busqué la tarjeta de Jimmy. Regresé al salón con ella en la mano y marqué el número de teléfono. A Ron no le parecía bien. Se notaba en su cara. Últimamente estaba muy extraño. Me miraba de manera extraña. Como con ganas de estrangularme.

-¿Jimmy? Ah, si oye, soy Avi. ¿Me recuerdas? Que bien.... ¿que tal estás?...si.,..Si...Nosotros muy bien. ¿Cómo?.....si...si...si me parece bien....que va...no dice nada....si a el le parece bien....pues vale....de acuerdo...Venga hasta ahora. Colgué. ¡Ya está!

-¿Ya está?, ¿Qué está? Preguntó Ron.

-Pues Jimmy, que viene a hacernos una visita.

-¿Cuándo?

-Ahora. Dice que esta cerca, que viene nos saluda y se va. Está en el centro comercial.

-¡Joder, no le podías haber dejado dónde estaba! No me hace gracia que el negro ese vuelva por aquí.

-Bah, si es sólo una visita. ¿Además que importa que venga? Le invitamos a tomar algo y se va.

-¡Joder es que no me apetece tener visitas esta tarde!

-Será breve. No le entretendremos. Sólo quiero saber que tal le va.

-Eso por teléfono se cuenta de maravilla. Dijo Ron a la vez que apretaba sus mandíbulas y mostraba su enfado.

Sonó el teléfono nuevamente. Miramos el aparato los. Yo fui el que tomó el auricular en su mano. Pensaba que tal vez fuese Jimmy excusándose por no poder venir.

-¿Si?, si soy yo. ¿Cómo que no han podido.....?. Pero si es muy fácil...no...No...La carpeta se llama GAA, la carpeta. Si, es un archivo Bin. ¡Vaya!, habrá que instalarlo todo otra vez. Bueno...bueno...ahora iré. Vale...vale. Hasta luego. Y colgué.

-Estos gilipollas de la Federación NC, lo han jodido todo. Tengo que ir. Ahora mismo. ¡Me cago en su madre!, me va a llevar al menos tres o cuatro horas el tema, ¡joder! Ahora que me lo van a pagar bien. De l500 a 2000 no se los quita nadie. Grité ofuscado.

-Pero, va a venir Jimmy. Dijo Avi

-¡Joder, pues le llamas y que no venga! Además sólo va a venir a visitarnos ¿no? ¿No pretenderás que deje a los de la Federación colgados? Me dan mucho trabajo. Y de eso vivimos.

-No. Claro. Pero va a venir Jimmy.

-¡Pues que venga! Le das algo de beber y que se marche.

-Si. Pero le hubiera gustado encontrarte aquí para saludarte. Me lo ha dicho.

-Pues no puede ser. Me tengo que ir. Además no quiero más oscuridades en mi vida.

-Pues vaya. Vaya jodienda. Con este trabajo que tienes no se puede contar contigo para nada.

-Claro cielo, de esto comemos, de esto vivimos en este chalet en una de las mejores calles de Madrid.

-Bueno. Supongo que no hay más remedio. Dijo ella con esa cara extraña que componía en ocasiones.

-¡Claro que iré Avi! Cuando venga Jimmy le das algo de beber y que se vaya. No me esperéis. Que se vaya. Yo volveré dentro de cuatro horas con casi total seguridad. Que se vaya y no me espere. ¿O pretendes entretenerlo follando? Dije después de insistir tres veces en que se fuera de mi casa, pues no quería verlo a mi regreso.

-No. Pero no esperaba que te marcharas.

-Ni yo. Pero así es. Y venga no me entretengas más, cuanto antes me vaya antes volveré. Estoy ya de los nervios. Dejaré el coche y tomaré un taxi.

-Bueno. Prepararé algo para Jimmy. ¿Tomaba limón sólo, no?

-Si, eso creo. En el garaje hay. Subiré dos o tres antes de irme.

-¿Dos o tres?, si no le voy a entretener tanto.

-¡Te le follarás! Dije cambiando de humor...a modo de broma. Últimamente fingía muy bien.

-Anda, tonto. Ven pronto. Y te puedes ir tranquilo. Además, está de paso. Me saludará y se irá. Te lo prometo.

Después de subir una caja de limones del garaje salí a la calle y paré un taxi y marché a toda velocidad hacia Pozuelo de Alarcón, donde estaba ubicada la central de La Federación NC. Una chica rubia muy espectacular me estaba esperando en el hall. Me acompañó a una habitación donde se encontraban tres señores que yo conocía bien. Los saludé y me puse manos a la obra, no sin antes echar una ultima mirada a esa chica que me acompañó. Me la hubiera follado allí mismo. No había duda. Tenía una cara de deseo….hasta creo que el flujo resbalaba por sus muslos.

Pensé vagamente en Avi. ¿Qué coño me importaba a mí que se la follara Jimmy? Ella seguro que lo deseaba. Pero ya no me excitaba la idea. Ahora yo lo único que deseaba era llevar a la práctica mi plan. Abandonar esa vida que llevaba con Avi. Esa vida de sexo, esa vida de cuernos, de mentiras, de engaños.

Extracto del diario de Avi….

El video portero sonó . Debía ser Jimmy. Y lo era. Allí estaba el, sonriendo a la cámara que lo enfocaba. Accioné el mecanismo y las puertas se abrieron. Mientras el se acercaba al porche, me atusé la camisa y la falda negra que me había puesto para recibirle.

-Hola, hola, hola.... ¿Como estás guapa? Preguntó Jimmy.

-Muy bien. Contesté dándole un beso casto en la mejilla. Pasa, pasa.

-¿Y tu marido?, ¿Ron, no?

-Si. Ron. No está. Acaba de marcharse a Pozuelo de Alarcón, el trabajo. No perdona. Gana mucho, pero no tiene un horario muy definido. Las veinticuatro horas. Dije riendo.

-Bueno, pues nada. Me alegro que me hayas llamado. Estaba cerca. Viendo unos muebles. He dicho, paso y les veo. Pero cuéntame, ¿cómo os va?

-Bien, muy bien. Todo igual. No han pasado más que unos días…. Dije sin terminar la frase.

-¿Igual?, ¡Qué desastre! Dijo Jimmy.

-¿Desastre? Pregunté extrañada.

-Claro mujer, hay que mejorar....

-¿En qué hay que mejorar?, ¿A qué te refieres?

-Al sexo, naturalmente. Cuéntame ¿habéis tenido más experiencias con alguien?

-Bueno alguna si que ha habido. Pero poca cosa. Pero han estado bien.

-¿Con cuántos hombres lo has hecho después de aquella noche?

-Con....uno.

-¿Uno? Uno no es ninguno.

-Estuvo bien, y además no pagamos nada.

-Ya os dije que me llamarais, ya no os cobraré más. Me caísteis muy bien, tú y tu marido. Además estas muy rica y apetecible. Tú ya lo sabes. Siento un especial aprecio por ti.

-¿Y ese chico que te acompañó, que es de él?

-¿Pitu?, se marchó a Málaga hace unos días. Le salió un trabajo para dirigir un club gay y allá se fue. Hace una semana o semana y media me abandonó.

-Me lo imaginaba. Tenía que ser gay. Dije.

-No, que va. ¿Porqué lo dices?, ¿Por qué te dio por el culo?

-Vaya. ¡Lo sabes!

-Claro. Yo se lo dije. Yo le dije que lo hiciera. Si no, él no se hubiera atrevido. Dijo Jimmy.

-Pero yo no quería.

-Tú si querías. Dijiste que estabas dispuesta a todo. Lo recuerdo bien. Y eso pasó, todo. Bueno casi todo.

-No estuvo bien. Ron ni se enteró.

-De eso se trataba. Que no se enterara de nada. Luego, tu comportamiento fue ejemplar, no dijiste nada. Estabas demasiado emporrada. Aprendiste algo más. ¿Era la primera vez?

-Si.

-¿Tu marido nunca....?.

-No. El ha querido pero yo me ha negado. Bueno y tu mujer, ¿qué?, esta....

-No. No es mi mujer. Nunca lo fue. Soy soltero. Os dije que tenía mujer para no perder la pasta. Me hacía mucha falta, por eso insistí en repetir aquella noche.

-¿O sea que nos mentiste?

-Si. Lo siento, pero no podía dejar escapar 1200 euros. A Pitu le di 250 y se fue tan contento.

-¿Y ahora que tal andas de dinero?

-Bien. No ando mal. ¿Qué, me quieres encargar un trabajo? Si es así, no te cobraré. Os lo dije.

-No pensaba en eso. Sólo era interés por saber como te manejabas.

-Bien. He cojido un local a medias con otro socio y no nos va mal. Es un local de alterne. Un club. Sólo había que entrar, buscar a las chicas y echar a andar. Estaba todo montado. Tenemos varias chicas. Lo hemos abierto la semana pasada y está siendo un éxito. Tal vez el calor haga estragos en los hombres. Tenéis que venir tu marido y tú y traer algunos amigos. Estáis invitados. Por eso cuando me has llamado te he dicho de pasar a verte. Sé que tenéis dinero y supongo que vuestros amigos también lo tendrán. He pensado que os dejéis caer algún día con alguno de ellos. Al menos tu marido me haría un favor si fuera por allí con algunos amigos.

-Te cobraría 1200. Dije sonriendo.

-No se los pagaría. Serían unas relaciones públicas muy caras.

-¿No follas allí?

-¿Con quien?, ¿Con las chicas que trabajan allí?, no. Ellas son las que generan el dinero, ellas y las copas. Es un club. Toma la dirección.

-Ya me imagino.

-Pequeña Avi, la sensual Avi. Me alegro que nos cruzáramos en el camino aquella noche.

-Pequeña, ¿te parezco pequeña?

-No. Es una forma de hablar simpática y con cariño. Y yo soy bastante mayor que tú. Aunque sensual, sensual...no.

-¿No soy sensual?

-No. Ahora no.

-¿Por qué?

-Esa camisa.

-¿No está bien?

-Si. Pero no sus botones. Deberías llevar tres botones abiertos. Así dejarías entrever tus senos. Claro, si no llevas sujetador. Es erótico. Es excitante. Debes mostrarte deseada. Debes dejar entrever para ser objeto de deseo. Eso a las mujeres os gusta. Mírame a mí por ejemplo. Casi nunca llevo slip. Voy dejando entrever lo que tengo y observo como lo miran de vez en cuando. Y eso me agrada. Me gusta.

-Es lógico mirarlo. La tienes muy grande. Dije riendo.

-Lo sé. Por eso me muestro deseable.

-Puede que tengas razón pero...

-La tengo. Si vas a recibir una visita, debes recibirla así, verás...

Jimmy se levantó del sillón blanco, dejó el vaso de limón encima de la mesa y se acercó a mí. Desabotonó tres botones de mi camisa. Me excité al sentir la proximidad de él. Al oler ese olor fuerte que desprendía.

-Ves. Así está mejor. Y más, si no llevas sujetador, como es el caso.

-Claro, ¿por eso tú no llevabas aquel día slip?

-Exacto. Ya te lo he contado.

-Y ahora, ¿tampoco los llevas?

-No. De ninguna manera. Mira.

Jimmy se levantó y desabrochó su pantalón, bajó su cremallera y otra vez ante mis ojos apareció el colgante con más rigor. Era enorme. Aún flácido era grande. Yo trataba de hacer comparaciones, con Juan, con el consolador que compré en el sex-shop y que ya había usado en alguna ocasión, con Miguel, con mi marido mismo, con Pitu, con Loren, con los del sex-shop, nadie como Jimmy. Era grande y gorda.

-¡Joder Jimmy, guarda eso por dios! Es tremendo ver esa imagen. Da cosa.

-Si. Estoy bien servido. ¡Pues de esta manera me gano la vida Avi!

-Ni que lo digas. Nunca había visto algo así Jimmy. Y he visto unas cuantas. ¿Sigues rasurándote el vello del pubis por lo que veo?

-Si. Me gusta así. ¿Tú no lo has hecho aún?

-No.

-¿Si quieres te lo rasuro yo ahora?

-No. Otra vez. Ahora no. ¿Cómo se lo iba a explicar a mi marido?

-¡Ah, no tendrías grandes problemas! Eres una mujer de recursos. Eso se nota. Y tu marido…..es….no se

-Gilipollas. Subnormal. Esta ausente de todo.

-¿Porqué dices eso? Preguntó el.

-No me hagas caso. Últimamente ando rara.

Jimmy se subió el pantalón. Un hormigueo en mi interior me avisaba de mi excitación. Lo tenía pensado. Desde que supe que iba a venir a hacernos una visita y Ron se ausentaba. Ahí decidí lo que iba a hacer. Esa polla negra me instalaba en otro mundo. Me comporté como una puta.

-No. No te lo subas. Déjatelo bajado. Me gusta ver esa imagen. ¡A saber cuando la podré volver a ver en vivo! Exclamé con intención.

-Me tengo que ir. Dijo él mirando el reloj.

-¿No te puedes quedar un rato más?

-Un ratillo sí. Pero no mucho. Tengo cosas que hacer Avi.

-¡Joder Jimmy, que polla tienes! Es un placer verla. Te lo digo en serio. Me tiene fascinada. Nunca había visto semejante cosa. Podrías dedicarte al cine porno.

-¿Quieres tocarla? ¡Venga acércate y tócala si es eso lo que quieres!

-No. Dije con seguridad. Quiero que me folles.

-¿Ahora?

-Si. Mira me he quitado las bragas. Dije levantándome la falda y mostrando mi pubis.

-¿Cuándo?

-Cuando has llamado al video portero. Las he dejado en la cocina, en el suelo.

-Ven. Dijo Jimmy tendiéndome una mano a la vez que miraba nuevamente el reloj.

Jimmy me tendió la mano y me acerqué hasta él. Me llevó a la cocina. Al entrar se fijó en la minúscula tela que reposaba en el suelo. Yo no le había mentido. Me había quitado las bragas cuando supe que me quedaba sóla. Las apartó con el pie. Me tomó por la cintura y me sentó encima de la mesa. Se desabotonó la camisa con rapidez. Con ella por fuera del pantalón, extrajo los dos botones que aún quedaban en los ojales de la mía. Con mis pechos ante su vista lamió mis pezones a la vez que se desembarazaba de sus pantalones. El pene negro asomó su cabeza por encima de la mesa. Levantó mi falda y arrastró mi cuerpo hasta el borde. La entrada de su polla en mi cuerpo fue salvaje. Me dolió. Una vez dentro comenzó a bombearme con fuerza. Yo gritaba sin saber muy bien si era por el daño o era por el placer que comenzaba a sentir. Apenas unos minutos y me corrí como una chiquilla.

Los chorros de semen inundaron mi coño. Le abracé por el cuello y levanté mis piernas abrazando sus riñones. Me apreté contra él mientras se vertía dentro. Cuando terminó extrajo el tapón de mi útero y se retiró de mí. Apoyé mis pies en el suelo y bajé de encima de la mesa. Arrodillada delante de él, mi boca recibió su glande y sus últimas gotas de semen. Me sentía agradecida por aquel polvo rápido que me había echado. Antes de marcharse me dijo que le llamara otro día. Pero que estuviera Ron. Me dijo que follaríamos los tres si mi marido quería. Yo le contesté que Ron haría lo que yo le dijera.

Yo regresé relativamente pronto. Jimmy se había marchado ya. Avi estaba desnuda mirando la tele. Sentía calor. Últimamente se quedaba desnuda muy fácilmente. Sin venir al caso.

-¡Ya llegas, ya era hora! Dijo ella...

-Si, los muy cabrones habían jodido todo, pero mira, 2000 "eurotes". Por listos. Dije enseñando los billetes.

-¿Te duchas? Preguntó Avi

-Si. Y ahora mismo. El puto taxi que me ha traído no tenía aire acondicionado. Y además, casi nos matamos bajando por la cuesta de las perdices. El muy cabrón no tenía aire pero no veas como corría.

Me duché y salimos al jardín a tomar algo.

-¿Vino Jimmy? Pregunté.

-Si.

-¿Y que se cuenta?

-Nada. No esta casado. Nos mintió. Lo hizo por que dice que le hacia falta el dinero. Pitu se fue a Málaga a trabajar como gerente de un local. Es muy agradable este Jimmy.

-¿Y que pasó? ¿Pasó algo? Pregunté

-Bueno me dio una charla sobre sensualidad y erotísmo. Yo estaba sentada en el sillón grande y se levantó y me desabrochó tres botones de la camisa.

-¿A cuento de qué?

-A cuento de que me dijo que era muy sensual. Al igual que él, que nunca lleva calzoncillos.

-¿Hoy tampoco los llevaba? Quise saber indagando y profundizando en la mente de Avi, pues yo estaba seguro que me tomaba el pelo.

-No. No los llevaba.

-¿Lo has visto?

-Claro. Si no, como lo voy a saber.

-¿Y?

-¿Y?, ¿Qué quieres saber? Dijo ella.

-Si hubo algo entre vosotros.

-Si. Se bajó los pantalones para demostrarme que no llevaba calzoncillos y claro, esa polla cayó allí delante de mí, no pude resistir y le pedí que me follara.

-¿Lo hizo?

-¡Por supuesto! Soy irresistible. Me llevó a la cocina y allí, encima de la mesa, me echó el polvo. Cuando terminó me dijo que le llamemos y montamos una juerga. Gratis. Sé que le caemos bien.

-¡Vaya tela! Avi la salida. ¿Y no quiere dinero?

-No. Contestó ella con cara de loca.

-Y en cierto modo es lógico. El goza follándose a una joven blanca y tú disfrutas de una enorme polla negra. Dije tan tranquilo.

-Ven, que te la voy a chupar.

-¿Aquí?

-Si. Como cuando estuvimos con Miguel.

Ella se agachó delante de mi, extrajo mi verga y comenzó una felación como hacia mucho no había hecho, pues según iba chupando iba dando detalles de lo que habían hecho Jimmy y ella en la cocina.

-¿Se coooriiio dentro de ti?.

-Si. Todo. Joder. Manchamos la encimera.

-¡Que asco! ¿No?

-No. Que va. Luego se la chupé para limpiársela.

-Uuyyyyy...me corrooooo...aparta que me corroooo.....

Pero ella se hizo con la verga y apretó más. Me corrí en su boca.

-¡Ves! Listo. Sin manchas...... ¿Quién diría que aquí ha pasado algo?

El teléfono sonó rompiendo mi relax. Me incorporé desnudo a tomar el auricular. Presentía algo sobre aquella llamada.

Continuarᅅ.

Coronelwinston