Diario a dos (21/30: elpintura negra, tinta blanca

Un matrimonio compra una vivienda en una zona residencial. El marido descubre en la buhardilla un libro olvidado. En una reunión social con unos amigos, dan lectura a sus páginas. Esta es la historia de Avi y Ron.

Un matrimonio compra una vivienda en una zona residencial. El marido descubre en la buhardilla un libro olvidado. En una reunión social con unos amigos, dan lectura a sus páginas. Esta es la historia de Avi y Ron.

DIARIO A DOS

Capítulo 21 (Pintura negra, tinta blanca)

Julio, viernes 3

Así lo hicimos. Salimos y dimos un paseo para que nos diera el aire. El sol había bajado y la temperatura también. Los ánimos se fueron calmando y decidimos que tal vez llamaríamos a ese hombre. Avi sería la encargada de llamarle. Después de andar casi una hora y rememorar lo del sex-shop con los dos hombres entramos en una cafetería a cenar algo. Luego tomaríamos un taxi para volver a recoger el coche. Allí sentados, mientras tomábamos unos platos, seguimos hablando.

-¡Joder, como pusiste a ese tal Javier y a su amigo Luis! Dije por tercera vez desde que salimos de "Camino Verde".

-Ya. Ya lo sé. Casi se corre, Ron.

-¿Qué pretendías montando aquella escena? Pregunté embargado por una cordialidad y tranquilidad que me asustaban.

-Pues nada. Jugar un poco. Hacerte sentir algo distinto. Quería darte lo que no supe ofrecerte hace unos meses.

-Lo conseguiste. Ya lo creo. Me excité de la leche.

-Si, no estuvo mal. Tú allí sentado, viendo como me metían mano y yo diciendo que eras un amigo mío. Me sentía como una puta. ¡Y tu detalle de pagarme 20 euros! Eso estuvo bien. ¿No son esas cosas las que te gustan?

-¡Joder, te has vuelto una tía de cuidado! Se me ocurrió cuando fuiste al baño. ¡Cómo has cambiado Avi!

-No. Soy la misma. Bueno soy la misma en lo esencial, pero en cuestión de sexo, soy otra. Al menos eso creo. Todo por tu culpa. Aquél sueño desencadenó esto. Aquél sueño…..y otras cosas.

-¿Por mi culpa?

-Si. Tú has sido quien me ha llevado, o mejor dicho, quien nos ha llevado a esta situación. Y ahora, una vez en ella, yo me he dado cuenta que no me importa. Si a ti no te importa que me acueste con otro tío, a mí tampoco debe importarme. Porque me gusta que otro me folle. Y bien pensado, tú tenías razón, es excitante. También lo es para mí. Ver como tú ves que algo que te pertenece es usurpado por otros…..me pone cachonda. También me excita. Y de paso pruebo otras cosas. Hasta ahora siempre lo había hecho contigo…..quiero decir hasta tu sueño. No esta mal probar algo más. La vida es corta, como dices tú. ¿Por qué no follar con otro si a mi marido no le importa? Da igual. Es sólo sexo. Dijo ella mientras yo la observaba desde el principio de la escalera donde ella se había subido. Pensé que aquello se me había ido de las manos. Mandaba Avi.

-Ya. Ya lo veo. Te da igual todo. Me sorprendes Avi. Pero gratamente. Dije mintiendo.

-Eso es lo que querías. Que me entregara al sexo por placer, con otros, delante de ti, que lo vieras todo, que lo probara todo.

-Si. Es cierto. Y no me importa, siempre que no rompamos nuestro pacto. Sólo sexo. Y eso es lo que ha habido hasta ahora, sexo. Zusko, Tamira, Juan….corta lista. Dije incluyendo a Juan y a Tamira a pesar de mis dudas.

-Así es Ron. No hemos hecho nada. De momento. Aunque me gustaría probar con un negro.

-¿Con un negro?

-Si. Recuerdo a Loren en el club ese, Rastros. Allí aún me asaltaban las dudas respecto a esto que hacemos. Además en aquel momento no podía. ¡Bastante tenía con ver como Lauri te follaba! Creí ver amargura en su cara.

-Si te gustó Loren…..podríamos volver por allí. Siempre me podrías obsequiar con mi trío deseado con él de participante ¿no?

-No. Ese trío, que llegará, será especial. Ese trío nos tiene que romper todos los esquemas.

-¡A ver si ahora nos va a hacer pedazos no sólo los esquemas si no algo más!

-No. Pero ha de ser bonito. Sensual. Erótico. Para que lo recordemos siempre. Ahora tengo que ir preparándome para cuando llegue. Vencer mis tabúes. Centrarme en hacerlo especial.

-¿No los has vencido ya con Zusko y con estos?

-Si y no. Lo de Zusko fue la ostia. Me gustó aquello.

-¿Tal vez deseas que se repita? Pregunté.

-No. Aquello ya pasó. Es verdad que cuando estuvimos allí pensé que no sería la última vez. Pero no. Hay que pasar página. En este juego en el que me has metido hay paradas, pero no estancias permanentes.

-Rastros…..comencé a decir mientras asimilaba las palabras de Avi.

-Volveremos a ese lugar. Pronto. Quiero que me lleves otra vez. Haremos un intercambio con otra pareja que no conozcamos de nada. Su seguridad me asustaba.

-Me alegra oírte decir eso Avi.

-Tengo el coño empapado Ron. Me dijo de la forma más vulgar que pudo a la vez que encendía un cigarro.

-Lo supongo. Ocho días sin follar….

-Si. Muchos. ¿Sabes? No me hubiera importado mucho que nos hubiéramos llevado a Javier y a Luis a casa o a un hotel y allí me hubierais follado los tres. Como a una puta. Pensándolo ahora, no me hubiera importado.

Avi me descomponía con esas frases. Me ponía a cien. Oírla hablar así significaba un empalme constante. Imaginar que no llevaba bragas, que estaba desnuda bajo su falda y su camisa….Era muy fuerte. Irresistible.

-Pudimos hacerlo. Dije.

-¿Qué sentías al ver como Javier metía sus manos bajo la mesa y me tocaba el coño? ¿Qué sentías al verme ultrajada por esos dos en tu presencia?

-Algo parecido a cuando te folló Zusko en aquella cabina. Pero aquello fue más impactánte para mí.

-¿Te gustó, no?

-¡Por supuesto! Ha sido genial por tu parte. Conducirte de esa forma sin yo estar avisado…….demasiado Avi.

-¿Te puedo preguntar algo? Me dijo.

-No deberías hacerme esas preguntas. Sabes que puedes preguntar, decir o hacer lo que quieras. Somos uno.

-¡Está bien! Tengo muchas ganas de follar. Llevamos ocho días sin hacerlo. Las reglas de la mierda. ¡Y menos mal que soy un reloj! Después de esto de esta tarde aún tengo más ganas.

-Supongo. Yo también tengo ganas. Dije.

-Es ahí dónde quiero ir a parar. ¿Me cederías esta noche?

-No te entiendo. Dije creyendo ver más allá de la pregunta.

-Si. ¿Qué si me cederías esta noche a otro para que me folle?

-Si es lo que quieres

-Se que tal vez te joda Ron, pero eso es lo que me gustaría. Otro. Que me folle otro hasta que me desmaye.

Me quedé en silencio unos instantes. Como un contable contabilicé los pros y los contras de lo que Avi acababa de decirme. Su sinceridad tenía que tener un premio. Yo recibía muchos últimamente.

-¡Otro! Exclamé en voz baja.

-Si. ¿Qué dices a eso? ¿No te gusta mi idea?

-¿Quién sería? ¿Los dos sólos?

-Si. Tú mirarás. Y podría ser…..un negro. Me volvía a dejar sin mi trío.

-¿Un negro?

-Si. Uno como Loren. ¿No te gustaría?

-No sé Avi.

-Yo si quiero Ron. Me dijo en voz baja.

-¿Vámos que no te importaría hacértelo con un negro?

-No. Es lo que te estoy diciendo. Creo que me gustaría. Dijo ella.

Otros segundos en silencio. Pensaba. Y pensaba. Barajaba distintas posibilidades. El cañón me molestaba dentro del calzoncillo. No me concentraba en mis pensamientos.

-Espera voy al baño. Dije a la vez que me levanté de la silla muy resueltamente.

-¿Te meas?

-No. Voy a consultar con mi polla. Dije sonriendo.

Avi me miró y se echó a reír. Estaba excitada….y por ende de buen humor. Bajé las escaleras que conducían al baño y entré en un reservado. Cerré la puerta y desabroché el botón de mi pantalón. Me lo saqué por los pies y luego bajé mis calzoncillos. La verga dura golpeó mi vientre libre. Los calzoncillos quedaron en el suelo mientras me ponía nuevamente el pantalón. Antes de ajustarlos a mi cintura abracé mi pene y lo masturbé durante unos instantes. Pensaba en Avi abrazada al cuerpo moreno de un tipo fornido. Los deseos de pajearme me invadían. Pero no podía hacerlo. Si lo hacía rompería el encanto. Salí del baño dejando los calzoncillos abandonados tras la taza del retrete. Subí las escaleras y la vi allí sentada. Giró su cabeza y me encontré con la mirada de Avi.

Me senté en mi lugar y me ocupé unos instantes en encender un nuevo cigarrillo. Exhalé el humo y la miré.

-Hazlo.

-¿Cómo dices?

-Que lo hagas. Que te acuestes con un negro. Puede ser divertido. Si es lo que deseas, hazlo.

-¿Cuándo? ¿Cuándo lo voy a hacer?

-Hoy. Ahora. Dije excitado ante la noche que se podía presentar.

-¿Pero con quien? No conocemos….

-Eso no es problema. Si quieres hacerlo, hoy, ahora mismo, buscamos uno.

-Ya te has excitado otra vez con lo del negro. Dijo ella riendo.

-Y tú también, golosa. Dije yo. Me he quitado los calzoncillos y los he dejado en el baño. No llevo nada puesto. Como tú. Y casi me hago una paja.

-¡No me cuentes eso que me pongo más ciega!

-¡Métete un dedo dentro del coño!

-¿Aquí? Me van a ver.

-Si. Ahora mismo.

Avi miró hacia ambos lados y por la raja de su falda introdujo su mano a la vez que separaba las piernas. Su dedo corazón saludó a su útero.

-Ya. Sácalo ya. Y ahora dámelo que lo chupe.

Efectivamente lo sacó. Lubricado. Acercó su dedo a mi boca y me lo introduje enteramente limpiando cualquier resto de su visita al infierno.

-¡Joder Ron! ¡Cómo me pones!

-Te lamería enteramente aquí mismo, encima de la puta mesa. Y luego te pagaría unos euros para que volvieras a casa en taxi mientras yo me iba por ahí a follarme a alguna puta callejera.

-¿Lo harías? Me preguntó ella visiblemente excitada.

-Si. Y luego, después de destrozarla el coño, la llevaría a rastras a casa para que te lamiera hasta el ano.

-¡Vámonos de aquí! No aguanto más. Ardo en deseos de chuparte la polla.

El tema ya había echado a rodar. Yo no podía ni quería pararlo. Al menos de momento. Aún no la había visto como deseaba verla. Como con Zusko. En brazos de otro. Ver su expresión cuando fuera perforada por otro. Verla sacudirse por el orgasmo a que la llevara otro. Verla gemir por el placer que la diera otro. Pero yo quería a una Avi menos lanzada, y ella estaba fuera de si. Y eso me daba miedo.

Era de noche ya. Seguía haciendo calor cuando salimos de cenar. En la primera esquina nos tocamos como colegiales. Avi me chupó la polla sin moderación hasta que la levanté y la apoyé sobre aquella pared. Levanté su falda y metí media lengua dentro de su coño. Ella tiraba de mi pelo con desesperación. Gemía y se mordía los labios. Cuando comprendí que estaba a punto la abandoné. Como casi siempre. Esta vez no me recriminó. No. Esta vez oí una melodía nueva. No era Beethoven. Ni siquiera Mozart, mi preferido. Era la voz del placer que me hablaba. A mí.

-Vale. Llevemos un negro a casa y follemos los tres. Acepto, pero ¿Quién? Preguntó ella.

-Ahora lo veras. Le buscaremos. ¿Tiene que tener algún requisito especial? Pregunté.

-Hombre, que sea grande....en todo....tú ya me entiendes. Y LIMPIO. No quiero un tío que este tirado por la calle. Ni a cualquiera de esos que andan por ahí con drogas y discotecas.

-De acuerdo, será grande. Yo quiero lo mejor del mercado para mi preciosa mujer. No lo dudes. No permitiré que estés con cualquiera.

-¿No permitirás? ¿Te recuerdo quien follará con el?

-Lo sé.

-¿Y tú no querrías follar con una negra? Preguntó ella.

-Tal vez. ¿Por qué no? Raza contra raza. Dije exaltado.

-Pues busquemos dos. Un negro y una negra. Dijo ella besándome mientras, muy risueña, me cogía del brazo.

Tomamos el coche aparcado en aquel parking y pasamos por la puerta de "Camino Verde". Las mismas luces. El mismo portero. Sonreí. Yo sabía muy bien dónde me tenía que dirigir. Una sauna que yo conocía era el lugar donde pensaba encontrar lo que buscábamos. Un negro para mi trío y una negra para ambos.

Entramos y pedimos de beber. Busqué a la que me pareció que llevaba la voz cantante del local y hablé con ella directamente. Yendo al grano.

-Mire usted, buscamos un hombre y una mujer negros. Queremos un servicio en nuestra casa. Pagaremos bien.

-Hombres no tengo. Mujeres sí. Negras, orientales, sudamericanas y alguna española, rumanas, checas y una búlgara...Me dijo la tiparraca desde el fondo de sus 50 años.

-No. Queremos un hombre también. Que sea de color.

-Pues lo siento. Os puedo ofrecer dos mujeres o tres y además.....

-Déjelo. No se moleste. Buscaremos en otro sitio. Dije.

-Espera. Conozco a un matrimonio de raza negra que quizá......no sé. Les puedo llamar.

-¿Usted cree?

-Si. Si se ganan algún dinero, no dirán que no. Yo os cobraré la comisión.

-Pero es que el hombre tiene que estar......dije señalando con la mano una medida que rápidamente reconoció.

-Y lo está. Está muy bien servido. Te lo aseguro. ¿Es para ti? Dijo mirando a Avi.

-¡Es para lo que queramos! Exclamé enfadado.

-¡Está bien! Mientras pagues….

-Haga esa llamada. Tenemos prisa. Dije excitado.

La mujer tomó un teléfono móvil y marcó un número. No contestaba nadie. Se acercó hasta mí y me dijo que volvía enseguida. Volvió casi de inmediato.

-Mira he hablado con Jimmy. Está disponible. Me ha dicho que viene enseguida. Por el camino tratará de localizar a su mujer. Ella está haciendo un trabajo.

-¿Tratará? Pregunté. Déjelo. No nos interesa. Le dije que dos, un hombre y una mujer.

-No te preocupes. Su mujer esta en un trabajito y él la encontrará. Dijo la encargada de la sauna.

-No. Dígame que la debemos por las copas y nos marchamos.

-Te ruego que no os vayáis por lo menos hasta haber hablado con Jimmy. Dijo ella. No tardará, vive a dos manzanas de aquí. Mientras, tomaros las copas, la casa invita. El signo del euro se reflejaba en su cara.

Efectivamente, no habían pasado ni cinco minutos cuando la puerta del local se abrió. Un hombre negro, de unos 30 a 35 años, alto y fuerte, con la cabeza rapada al cero, entró en la sala. Vestía camisa blanca, desabrochada hasta la mitad, donde se apreciaba, sobre su pecho, una enorme cadena y un crucifijo de oro. Pantalones grises y zapatos veraniegos sin calcetines. Recorrió con la mirada el local en busca de la mujer a la que él conocía bastante bien. La dueña o encargada del local se acercó hasta él y lo llevó donde estábamos nosotros.

-Jimmy, estos son los señores de los que te he hablado. Este es Jimmy. Nos presentó muy formalmente.

Jimmy hizo tal reverencia que parecía que se encontrara ante reyes. Me miró con respeto. Alargó una mirada de arriba a abajo sobre el cuerpo de Avi y consiguió ponerla un poco nerviosa.

-¿Puedo? Pregunto Jimmy alargando la mano hacia el paquete de tabaco que descansaba en la barra.

-Oh, si. No faltaba más. Dije estudiando al tipo que pugnaba por ganarse unos euros y follarse a esa hermosa blanca que me acompañaba.

Jimmy tomó un cigarrillo rubio, lo encendió y aspiró una profunda calada. Miraba fijamente a Avi y esta a él. El silencio no se hizo eterno.

-Bien, ¿Qué es lo que deseáis exactamente?, Tania me ha dicho que queréis un hombre y una mujer. ¿Para que clase de experiencia los queréis? Preguntó Jimmy.

-Bueno, en realidad, queríamos un hombre y una mujer para los dos. Es decir, un hombre para mi mujer y una mujer para mí. Dije sin ningún convencimiento de que pudiéramos llegar a un acuerdo.

-Ya. Quedó pensativo un momento y continúo. Veréis, lo cierto es que mi mujer ahora esta haciendo un trabajo y no sé cuando terminará, pero más bien creo que hasta mañana no estará disponible.

-Bien, en ese caso, lamento que te hayan hecho venir hasta aquí. Le dije a la señora claramente, un hombre y una mujer. Ambos de color. Dije.

-¿Para que clase de relación sería? Pregunto Jimmy.

-Ya te lo he dicho. Hombre para ella, mujer para mí.

-Mi mujer no está disponible, pero puedo llamar a una chica que trabaja aquí, es brasileña, no te defraudará.

-Te repito que no. Dije mientras recibía una patadita de Avi, que hizo que este la mirara con descaro.

-¿Tal vez podríamos hablarlo a sólas? Me dijo Avi.

-No es problema. Os dejo unos minutos a sólas. Tomaré un refresco de limón mientras habláis. Dijo Jimmy alejándose cansinamente y con una altanería y una seguridad impropias.

-¿No te da igual que sea otra chica, tiene que ser negra? Preguntó Avi cuando ya estuvimos a sólas.

-No. No me importa. Pero en realidad, lo que me molesta es que yo le haya dicho a esta bruja, un hombre y una mujer, y ella, por cojones, me traiga sólo un hombre.

-Puedes elegir entre este elenco de chicas que hay aquí. Seguro que alguna te gusta. Además, las hay muy jóvenes. Mira, mira aquella que lleva el tanga blanco. No esta nada mal, y mira como nos mira. Dijo Avi. Seguro que no llega a los veinte años.

-Si, seguro que la zorra se pregunta que coño haremos aquí los dos. Pero no. No es lo que queríamos.

-Ya. Pero bueno, el negro está muy bien. Dijo ella.

-¿Qué pasa, te has encaprichado de ese negro? Pregunté sonriendo. Tendrá lo menos 30 años o más, y si me da una ostia me desarma. ¡Joder si es grande!, además no estoy muy seguro que esto salga bien. Debemos prepararlo con tiempo y estudiando las distintas posibilidades.

-Si, no me importaría....Dijo ella. No me importaría estar con él. Además, no debemos preparar nada. Debemos hacer las cosas como vayan surgiendo. Será más excitante… ¿No te parece? Eso es lo que tú siempre dices.

-Bueno, quizá lo podamos arreglar. Pero para eso no hace falta llevarle a casa. Dije.

-No sé. Habla con él. Quizás el no quiera venir a nuestra casa. ¡No tengo ni idea como va esto Ron!

-Yo tampoco, pero no hay que estudiar mucho para saberlo. Dinero. Todo se traduce en dinero. Todo se compra. Y hay mucho en venta.

Hice una señal al negro que no nos quitaba ojo. El acudió de inmediato a nuestro lado.

-Mira, hemos estado pensando mi mujer y yo...........Dije hasta verme interrumpido por Jimmy.

-No os defraudaré.

-No. Seguro que no. Pero sucede que nosotros queríamos otra cosa. Dije.

-¿Algo mejor que esto? Pregunto Jimmy a la vez que se sacaba parte de una morcilla negra que le colgaba de entre las piernas.

-¡Oh Jesús!, exclamó Avi sin poder reprimirse.

-Os lo dije, no os defraudaré.

Miré atónito lo que el negro sostenía con su mano. Nunca había visto algo semejante. Ese pene era gordo, y en estado flácido, asustaba. En erección debía alcanzar al menos veinticinco centímetros. Juan tenía un pene grande, un poco más grande que el mío, Loren tenía algo grande, muy grande, pero ese negro era un autentico animal. A su lado, yo me sentía un bufo con mi pene de tamaño normal. Avi no quitaba ojo a aquella pieza. El negro lo guardó en su sitio sin necesidad de acomodarlo. Tampoco llevaba calzoncillos.

-¡Qué barbaridad!, guarda eso hombre. Dije sin disimular mi estupefacción.

-Sólo quería enseñaros lo que podéis comprar.

-¡Esta bien Jimmy! En verdad estas muy bien servido, y no me gustaría privar a mi mujer de algo así, pero como te he dicho antes, veníamos buscando hombre y mujer. Dije a la vez que recibía una segunda patada de Avi.

-Como os he dicho, mi mujer está ocupada. Si no os gusta alguna chica de aquí......tal vez podría......llamar a un chaval. Dijo Jimmy.

-¿Un chaval? Pregunté. ¿Para qué queremos un chaval? Queremos una mujer.

-Perdonar, había pensado que tal vez tú quisieras......

-No sigas. No soy maricón. Dije. No voy por esos caminos. Ni nunca iré.

-Ya. Bueno es que este chaval es muy recomendable. Sirve para hombres y para mujeres. Tiene arte. Esta verde, demasiado verde. No sé, había pensado que

-No. Te he dicho que no soy maricón, y no voy a permitir que un chaval me haga nada. Dije a la vez que miraba a Avi. Su cara parecía transportada a otro mundo.

-Tiene 20 años. Es un mozuelo bastante enjuto de nalgas y bien servido. ¿Tal vez a tu mujer le gustaría probar algo verde? Dijo Jimmy. Aunque creo que ella y el serán de la misma edad.

-Tengo 26 años. Dijo ella.

-Estupendo, yo 35. Dijo Jimmy.

Los tres quedamos unos instantes pensativos hasta que de nuevo Jimmy tomó la palabra.

-Os diré lo que podemos hacer, yo le llamo, viene, le veis y luego me decís que os parece. Además, tengo una buena amiga, negra también, la puedo llamar más tarde, quizá ella pueda venir.

-Nos iríamos a mi casa. Dije. Es decir….si llegamos a un acuerdo.

-No es problema. Me dais la dirección y que vaya en un taxi.

-No sé. Dije ante la insistencia Avi.

-Pensarlo, pero rápido. Tengo que actuar. Dijo Jimmy.

-¿Actuar? Pregunté.

-Si, quiero decir, llamar a mi amiga, a Pitu, en fin, organizar.

-¿Nos dejas un segundo que lo hablemos?

-¡Hecho!

Y se retiró no sin antes robarme un nuevo cigarrillo. Cuando me quedé a sólas con Avi hablamos de Jimmy. Que ella estaba muy interesada quedaba claro. Ya se había olvidado de mi negra. Sólo deseaba la fiesta en nuestra casa con el negro medida 25 que estaba allí.

-Si no hay una negra no importa Ron. Seré para los dos.

Aquello ya me convencía un poco. Un trío con Avi, un negro de 25 al menos y yo. Interesante situación.

-¿Estás segura Avi?

-No me puedo sustraer a esa polla que nos ha enseñado. Dijo ella terminado su Trinaranjus de naranja.

Le hice una seña con la mano. De tres pasos se colocó delante de mí con el mismo gesto de arrogancia.

-Bien, aceptamos. ¿Cuánto quieres? Pregunté.

-Seiscientos. Dijo el negro sin pestañear.

-¿Seiscientos qué..?, ¿Euros? Pregunté incrédulo.

-Así es. Seiscientos euros, si es en vuestra casa. Quinientos si es aquí.

-¿Te vendes caro eh? Le dije.

-Mis herramientas lo merecen, ¿No crees? Me dijo muy ufano.

-Bien, bien, está bien. De acuerdo. Seiscientos. ¿Quieres cobrar ahora o luego?

-Luego, así me diréis si habéis quedado contentos. Dijo él muy seguro de si mismo.

-Bueno, pues haz esas llamadas y vámonos. Dije.

El negro tomó el teléfono móvil de Tania (Nombre falso a todas luces pues pintaba más que se llamara…Concha, Enriqueta o Vicenta) y marcó un número. Al otro lado le contestó alguien.

-¿Pitu? Si, oye mira. Te necesito esta noche. ¿Estas libre?, si, si...es para ir a una casa....ya...ya...un matrimonio, en su casa. Esperó unos instantes,……..doscientos, vale. Te recojo. Bien, vale. Hasta luego.

Devolvió el teléfono a Tania.

-¡Bien, ya está! Le recogeremos de camino. O si lo preferís, os vais vosotros y luego voy yo con él. Además tendré que pasar antes por un lugar.

-¿Y tu amiga? Pregunté más por incomodar que por las ganas que yo tenía de estar con una negra.

-Oh, a ella no la puedo llamar. Tendré que ir a su local a verla.

-¿Pero y si no esta disponible? Pregunté nuevamente.

-Lo estará. No te preocupes.

-¿Cuánto quiere ese chico? De dinero.

-Doscientos. No temas, yo se los pagaré de los seiscientos.

-Bien, dije anotando una dirección en una servilleta, dentro de una hora aquí.

-De acuerdo, allí estaremos. Ah, vivís en Arturo Soria, no esta mal. Zona de ricos.

Tania salió hasta la puerta a acompañarnos y nos marchamos raudos a casa, aún con la cabeza embutida en mil historias, y con el adorno de la imagen que nos había servido en bandeja Jimmy... Al llegar, Avi no tardó ni un minuto en ducharse.

-¡Joder, ya te has duchado!, pues si que te has dado prisa. Dije quizá un tanto molesto por que sabía a lo que iba a ir Jimmy a mi casa.

-Una hora, es una hora. Vendrán enseguida. Y tú harías bien en hacer lo mismo.

-Si, ahora voy. ¿Estas segura que quieres que pase esto?

-Claro bobo, si no, para que le hemos dado la dirección. Ron, lo he pensado bien, aunque creas que no lo he hecho. Si., Estoy dispuesta a que pase. Pero sólo si tú lo estás. No quiero que hagamos algo que no queramos hacer. Que nos acarree algún problema.

-Tranquila. Todo saldrá bien y pasaremos una velada sexual muy colorida. Dije burlonamente.

-¿Me ayudarás?

-Nos ayudaremos cielo. Yo tampoco sé como va a ir esta experiencia. ¿Estas segura que quieres que ocurra?

-Estoy animada.

-¿Sólo animada?

-Y excitada.

-¿No te volverás atrás a ultima hora? Pregunté.

-No lo creo. Te acabo de decir que lo he pensado bien. Estoy dispuesta. Con ese pene….

-No sé. Ese Jimmy, no parece mal tío, pero lo que está claro es que ha visto la posibilidad de ganar seiscientos euros y no quiere desperdiciarla.

-Claro, claro, es lógico. ¡Pero tiene una polla…..que joder, es tremenda! Dijo Avi. No había visto nunca algo así.

-Si, eso sí. Está bien apañado el tipo... ¿No crees que es un poco listo? No se, me refiero, a eso de traer al chico ese, no me hace mucha gracia. Igual piensa que soy marica y por eso te entrego a él.

-Tal vez sea para él.

-Si, tal vez. Yo no soy maricón, ya se lo he dicho por activa y por pasiva.

-A lo mejor hasta te gusta que te la coma un jovenzuelo. Dijo ella con cara de felicidad.

-No. Seguro que no. ¡Ya verás como no trae a ninguna mujer! Dije. Aunque no la necesito. Pero me jode que no se hagan las cosas como yo quiero. Una mujer y un tío. Lo dije claramente. Yo quería un tío para ti

-Y una mujer para ti. Interrumpió Avi.

-No. No es exacto. Si se tercia pues si, pero no me hubiera importado dejarte en manos de los dos. El y ella. No era para mí. No se ni siquiera si podré follarte mientras vivimos esta experiencia. Estoy muy nervioso.

-Siempre habrá alguna disponible, aunque te recuerdo que lo principal hoy, era que yo estuviera con un negro. Dijo Avi.

-Si, si. Cierto. No, si a mi me da igual, no te creas, no me apetece mucho, y además, igual no me gusta lo que traiga. No soy lo importante.

-Anda, duchate, que ya quedan veinte minutos para que vengan. Me voy a vestir. Dijo Avi

-¿Qué te vas a poner? Pregunté.

-No sé, tal vez podría quedarme desnuda, con una bata de seda encima.

-Si, no esta mal. Voy a ducharme.

Me duché muy rápido. Al llegar al salón encontré a Avi con una bata de raso de color rosa. Tailandesa. Regalo de Tamira. Avi abrió su bata y me restregó su cuerpo en mi mirada.

-¿Estoy bien así? Preguntó ella.

-¡Que gilipollas soy!

No me dio tiempo a decir más. El video portero de nuestro chalet de Arturo Soria sonó.

Continuará….

Coronelwinston