Diario a dos (17/30: Las tinieblas de la mente)

Un matrimonio compra una vivienda en una zona residencial. El marido descubre en la buhardilla un libro olvidado. En una reunión social con unos amigos, dan lectura a sus páginas. Esta es la historia de Avi y Ron.

Un matrimonio compra una vivienda en una zona residencial. El marido descubre en la buhardilla un libro olvidado. En una reunión social con unos amigos, dan lectura a sus páginas. Esta es la historia de Avi y Ron.

DIARIO A DOS

Capítulo 17 (Las tinieblas de la mente)

Acabé mi cigarrillo y lo apagué en el cenicero, me levanté y con las dos botellitas de champán en la mano di dos pasos para salir del salón. Me giré bruscamente y miré a Juan.

-Juan, ¿Te quieres venir a follar con Avi?

Aquello le cayó a Juan como un golpe en pleno tímpano. Le retumbó algo en la membrana. Y no sólo a él. Yo no sé si estaba borracho o simplemente muy excitado. De mi boca salió. No hice nada por impedirlo.

-¿Cómo...cómo dices...?.

-Lo que has oído. Dije tambaleando mi cuerpo más debido a los nervios que al alcohol.

-Es que no se si he oído bien lo que has dicho. Me dijo con naturalidad.

-Si. Has oído bien. ¿Que si quieres follar con Avi… ahora?

-Pero...pero.... ¿Tú sabes lo que dices? El alcohol nos pasa factura Ron. Hemos tomado mucho esta noche.

-Claro, si no, no te lo diría. ¿Qué, te animas o qué? Le pregunté aún sin reconocerme. Vamos hombre, encima ya estás casi desnudo. Y no estoy borracho Juan. Estoy jugando a algo más que las prendas. Se lo dije fríamente, sin gestos vagos. Con sinceridad.

-Pero...pero y Avi ¿Lo sabe? ¿Qué dice ella? Preguntó Juan. ¡Que barbaridad de broma Ron, estás borracho!

-¿Te parece que estoy borracho con el empalme que llevaba hace un momento?

-Es una broma de mal gusto Ron. Somos amigos. Eso no se le hace a un amigo.

-No lo es Juan. No es una broma.

-¿En serio? Dijo él asombrado. ¿Hablas en serio? ¿Te das cuenta de lo que me estás diciendo? ¿Pero y Avi?

-Ella quiere follar contigo, aunque no lo sabe aún.

-No entiendo. No entiendo ni una palabra.

-Si. A ella no le importaría, pero no lo quiere admitir. Ahora hemos estado en la habitación con nuestros juegos y me ha dicho que si pudiera te follaría.

-¿Pero a qué ha venido eso? Quiso saber Juan a la vez que daba un sorbo nervioso a su wisky con ginger.

-Juan, a mí me pone cachondo verla follando con otro. Y a ella no le importa hacerlo. ¿Y quien mejor que tú?, ¡Porque yo ya la he sondeado al respecto!

-Pero...Pero ¿tú sabes lo que dices?

-¡Si hombre! Avi y yo hemos empezado un juego esta noche y te ofrezco la posibilidad de que juegues con nosotros, ¿Te interesa?

El quedó desquiciado. Se mesaba los cabellos en un ir y venir frenético de sus manos. Encendió un cigarrillo olvidándose del que aún mantenía en el cenicero. Otro trago le dio fuerzas. Las fuerzas necesarias.

-Hombre...Avi....esto...no me importaría, esta muy bien...pero si ella...no quiere...no. se...además ¿Cómo piensas hacerlo? ¡Bah, déjalo es una locura! ¡No puedes estar hablando en serio! Que tonto soy. ¡Cómo me haces esto! ¿Cómo me voy a presentar en vuestra habitación? ¡Por dios Ron!

-Hablo muy en serio Juan. Si quieres follar con Avi vente conmigo a la habitación. Esta oportunidad es única.

-Pero…pero Ron….y cómo… ¿Cómo piensas hacerlo?

-Déjalo de mi cuenta. Ella no se dará cuenta. No olvides que la he vendado los ojos y casi estamos a oscuras en la habitación. Sólo la luna es testigo de lo que voy a hacer.

-¡Que fuerte lo que dices Ron! ¡Esto es increíble Ron!

-A Avi le gusta tu polla. Me lo ha dicho. Follaría contigo sin dudarlo. Ya sé que sómos amigos y todo eso, pero es la realidad. No me preguntes nada. No puedo pararme a darte explicaciones ni detalles. Avi y yo sómos muy liberales. Hemos hecho cosas por ahí. Cosas que ahora no te puedo desvelar. Pero si quieres follar con ella, es el momento. Tenemos toda la noche. Tami está dormida y según tú, borracha. Toda la noche para los tres. Vámos decídete, no puedo estar más tiempo aquí. Voy a mear y me marcho. ¿Vienes o no?

-No sé Ron…esto es muy fuerte…no se si hablas en serio. Creo que quizá estemos algo bebidos y no sepamos lo que hacemos. ¡Dime por favor si es una broma que me estás gastando debido al alcohol!

-No Juan. Hablo en serio. Te estoy invitando a follar con mi mujer. Pero si no quieres….

-¡Por dios Ron! Es impactánte lo que me estás diciendo.

-Lo comprendo. ¿Vienes o no?

-¿Tú que dices? Me preguntó.

-Yo quiero que vengas. Espérame aquí, voy a mear y ahora vengo. ¡Ah, y yo sí tengo claro esto!

Me fui a mear y al volver le vi allí sentado hecho un manojo de nervios. Se mordía las uñas a la vez que sostenía el cigarrillo entre los dedos.

-¿Te has decidido? Le pregunté.

No me contestó. Me miró a los ojos y bebió otro trago de su vaso.

-¿Vienes o no? Insistí.

-No quiero que nos metamos en un lío Ron. Hay mucho en juego y….

-¿Qué, acabas con el cigarro? Pregunté al dar por sentado que Juan me acompañaba.

-Si, si. Ya voy. Dijo Juan levantándose. ¿No te arrepientes? Nos vamos a meter en un lío.

-No. No nos meteremos en ningún lío si haces cuanto te diga. ¿Estás dispuesto Juan?

-No sé. Me considero un enamorado del sexo y soy casi tan liberal como Tami. Pero nos vamos a meter en un lío si esto no sale como esperas. Yo no soy un cabrón pero…! Joder Ron!

-El único lío que hay que meter son estas dos pollas. Dije señalándome la mía que aún se mantenía algo dura.

-¡Joder Ron que fuerte! Exclamó Juan incorporándose del sillón. ¿No se dará cuenta?

-Una condición. Y escúchame con atención. Avi no sabe nada de esto, me espera única y exclusivamente a mí. No abrirás la boca para nada. Yo te haré saber por señas lo que tienes que hacer. Y de lo que oigas dentro de mi habitación y de lo que pase, jamás, jamás, se lo contarás a nadie. Ten en cuenta que Avi pensará que estamos ella y yo sólos. Nadie debe saber nunca lo que pase ahora. Ni Tami ¿Me entiendes? Dije.

-Si, pero y ¿Si Tami se despierta?, me buscará. Dijo Juan.

-No podemos estar más tiempo aquí. Tendrás que arriesgar.

-¡Déjame que vaya a ver como sigue!

-Date prisa. Avi se va a enfadar, y con razón.

Juan regresó descompuesto. Los pensamientos de lo que íbamos a hacer le excitaban demasiado. A mi también, aunque tenía cierta desconfianza de cómo pudiera salir aquello. En realidad no sabía lo que estaba haciendo.

-Tami está roncando profundamente. Ron, ¿Estás seguro que quieres que vaya? Preguntó Juan.

-Seguro, seguro...no. No lo sé. Tendré que descubrirlo cuando lo viva. Espero no equivocarme. Tú tendrás que ayudarme.

-Pero dime una cosa ¿Qué debo hacer? ¡Oh dios mío que lío!

-Ya te lo he dicho. No abras la boca para nada. Nada de besos en la boca, ella se daría cuenta. Nada de que te la chupe, también se daría cuenta. Tocar, lo que quieras. Yo te lo diré.

-Pero...pero....ella lo ha....ella.... ¿Ella lo ha hecho alguna vez con alguien que no seas tú? ¿Habéis hecho tríos, intercambios…?

-No viene al caso Juan.

-No tengo preservativos ¿Tienes tú? ¡Dios mío que nervios!

-No. No los usamos. No hay problemas Juan. Ella toma la píldora al igual que Tami.

-¿Y quieres que sea sin preservativo?

-Da igual. Siempre es mejor. ¿Estas limpio?

-Estoy recién duchado. Me duché antes de acostarnos. Y estoy sano, ya lo sabes, si es eso a lo que te refieres. Eso es seguro. Yo no tengo enfermedades como ya…..

-Y ella. Y yo. Todos estámos sanos. No te preocupes, Avi toma la píldora. No hay problema en eso. No sería muy recomendable que usaras preservativo, ella se daría cuenta, yo no lo uso. ¡Qué iba a pensar!

  • Pero... ¿Y si me toca? Lo descubrirá.

-No te va a tocar. No la dejaré. Está atada. Yo mando en este juego. Pero te lo advierto, nos conocemos lo suficiente para que entiendas que te lo digo en serio, si divulgas a Tami o a quien sea algo de lo que ocurra ahí dentro, acabaremos muy mal. Todos. Los cuatro. Así que píensalo bien. Si estás de acuerdo, vámos. Si no, estás a tiempo. No me reconocía mi propia voz. Hablaba un monstruo. Un hijo de puta.

-Si, si. No diré nada a nadie. ¡Joderrrr Ron que fuerte! ¡No me puedo creer lo que dices!

Ignoraba que Juan fuera tan dispuesto. Aunque lo imaginaba. El sentía inclinación por Avi. Desde siempre. Yo la sabía. Avi lo sabía. Pero sí me sorprendió su actitud y yo no quise volverme atrás. Estaba fuera de sí. Pero era una prueba por la que quería pasar. Quería sentir la sensación que me iba a provocar ver a Juan entrando y saliendo de ella. Verle tocándola. Verle disfrutándola. Verla a ella gozando con otro aunque pensara que era yo quien la hacia padecer el placer. Lo de Zusko ya quedaba lejos. Esta era otra historia. Juan era mi amigo. Iba a ser infiel a mi mujer con su propio cuerpo.

-Nunca he entregado a mi mujer a nadie, dije ocultando lo de Zusko, si hoy lo hago, es mi problema. Tú disfrútala, y hazla disfrutar a ella, pues ella pensará que soy yo. No me dejes en mal lugar. Date cuenta el privilegio que te ofrezco. Recuerda, Avi piensa que estaremos ella y yo sólos en la habitación, si tienes que hacer algo, o toser, o lo que sea, me avisas y salimos. Fumaremos, pero sin ruidos. No olvides que me juego un divorcio. Dije mas para amedrentarle que por miedo ante el hecho.

-Ya, ya. ¡Joder Ron!

-Bien pues vamos al tajo y con buena letra. Yo no me conocía. Y se lo dije a Juan. Me tienes que ayudar Juan, es la primera vez que voy a hacer una cosa así, y encima, sin que Avi lo sepa. No metamos la pata. Será mejor para todos. Tú también te juegas mucho con Tamira.

Observé el gesto de su cara al escuchar mi última frase. Esa frase me sobró. Podía haber echado abajo mi plan. Por suerte Juan pensó con la polla.

Los dos nos encaminamos a la habitación dónde nos esperaba, bueno, dónde me esperaba Avi. Abrí la puerta y la luz de la luna apareció a la vista de los dos. Juan se desnudó nada más entrar. El silencio mandaba en aquella habitación. Vi que llevaba su enorme seta apuntando hacia el cielo. Estaba excitadísimo. Era algo nuevo para él. Pronto descubrió a Avi desnuda, tumbada boca arriba en la cama y con las manos y los pies atados a las esquinas de la cama. Un pañuelo oscuro cubría sus ojos y su frente. La imagen de Avi allí tumbada, su vello púbico, sus pechos vencidos hacia izquierda y derecha y el calor que emanaba aquel cuerpo que yacía en la cama atada, sacudió el corazón y el pene de Juan a la vez. La habitación olía a sexo. Aquél ambiente y aquél olor hacían todo más excitante. Encendí dos nuevos cigarrillos a la vez y le tendí uno a Juan que lo tomó con impaciencia. Reconozco que fui meticuloso pues encendí los dos a la vez. Le acerqué un cenicero y fumó nerviosamente mientras contemplaba a Avi con las piernas abiertas. Los dos estábamos descalzos, y el silencio de la noche, y el cuidado que tuvimos al entrar, así como la alfombra que cubría el suelo de la habitación, contribuyeron de manera notable a que Avi no se percatará que yo había vuelto con alguien más. Estaba como poseído por el sexo. No sabía o no era realmente dueño de lo que estaba haciendo. Al menos eso creo y eso creía entonces. Juan estaba situado a mi lado. De pies y con su pene en alto. Mientras aspiraba una calada de mi cigarro, tomé una mano de Juan y la dejé sobre el vientre de ella.

-¡Joder que susto me has dado!, ya estás aquí. Dijo Avi acusando el impacto de la mano de Juan.

-Si, ya he vuelto. Dije nerviosamente.

-Pues te has tomado tu tiempo. ¿No te habrás estado haciendo una paja?

-No mujer. Estando tú aquí, no tendría sentido.

-Eso creo yo. Pero nunca se sabe. Contigo y con tus ideas…. Pero has tardado mucho.

-No me bajaba el empalme. Y con ella dura no podía orinar. Dije como excusa.

-¿Y ya se te ha bajado?

-Si, y se me ha vuelto a subir. La tengo reventota. Tan sólo pensar en este polvo me pone ciego.

-¡Pues métemela, coño!, estoy loca por correrme.

-Todo a su tiempo. ¿No quieres que te coma el coño otro poco?

-Siiii....eso si me gusta. Tendrás que compensarme por la espera.

Me violentaba que Juan escuchase las palabras de Avi. Eso la hacía más vulnerable. La estaba robando su intimidad. Su forma de ser y de conducirse en nuestra intimidad. Me empecé a sentir como un cabrón. Aunque esto no era nuevo para mí.

Miré a Juan que permanecía a la expectativa con el cigarro en la mano. Le hice una indicación con la mano para que se acercara más. Como Juan estaba oyendo a los dos, no tuve más que indicarle con mi mano que quería que se acercase a la entrepierna de Avi. Este se acercó y dejando el cigarro en el cenicero, caminó hasta los pies de la cama y al agacharse enfrente de Avi, su pene tropezó con su pierna. Le indiqué con la mano que esperara, pues Juan ya estaba con la lengua medio fuera. A otra indicación mía, Juan descendió entre las piernas de Avi, teniendo mucho cuidado de no tocarla demasiado, no obstante sus piernas se encontraron con las de ella. Creí adivinar que Juan sudaba.

-¡Ohhhhh...dios mío, ya estas aquí...por fin! Dijo ella.

-Si. Contesté desde el borde de la cama dónde me había situado para poder presenciar todo sin obstáculos. Ahora quiero que no me hagas hablar, porque me interrumpirías. Y como me has dicho que te ponen muchas cosas, quiero que pienses en alguna y me las vayas contando, así me estimularás.

-Venga...Venga, empieza ya. Por favor, estoy hecha polvo. Lámemelo todo de abajo a arriba.

Le hice una nueva indicación a Juan, que avanzó con su boca hasta toparse con el interior del muslo derecho de Avi. Depositó sus labios en él y sintió el estremecimiento de ese cuerpo que se le ofrecía enteramente. Me puse muy nervioso, el corazón se me salía del pecho. Juan echó su aliento cerca de la vagina de ella.

-Oh.....vámos....estoy empapadísima...se me ha mojado hasta el culo. Dijo ella.

Juan fue más ambicioso, miraba esa raja que se ofrecía, luego levantaba la cabeza y me miraba a mí, y comenzó a arrimar la punta de su lengua a los labios de su vagina y ella nuevamente se estremeció. Observé en la penumbra como brotaba del agujero de su tallo una gota de semen pringosa. Juan sacó su lengua y la depositó en el centro de aquella hendidura provocando los halles de Avi, a la vez que yo comencé a palpar los pechos de mi mujer.

-Ohhhhh....dios mío....no puede ser.....no te pares hasta que me corra....Ohhh.

La lamida de su vagina duró algunos minutos. Juan levantó la cabeza y abandonó en la espera a Avi que gemía desconsoladamente. El me miró y levantó las manos encogiéndose de hombros. Yo lo entendí rápidamente y abandoné los pechos de ella. Juan inicio nuevamente la lamida, pero esta vez la acompaño de sus manos. La derecha iba y venía por debajo del culo de ella y la izquierda apretaba fuertemente un pecho primero y después otro. Sus muslos no se olvidaron, y las manos solícitas acudían a ellos primero para después descansar en las nalgas. Cuando Juan cesó en su actividad di un trago de la botellita de champán a Avi. Ella lo agradeció. Sus labios estaban resecos.

-¿Recuerdas la polla de Juan?

-Si.

-Pues háblame de ella mientras te como el coño, dime como es, dime lo que te pone, dime que te gustaría que te follara, dime que se la comerías si la tuvieras ahora cerca de tu boca.

-Ohhh...si....siiiii. Me comería cualquier cosa. No aguanto más. No se la he visto nada más que en foto Ron, no te puedo decir como es. Pero me lo podría imaginar.

Ante este revelación de que Avi había visto la polla de Juan en foto el quedó inmóvil. Haciendo círculos con mi mano traté de decirle que más tarde le explicaría. Debió entenderme.

Le hice una seña para que prosiguiera su lamida particular. Juan era un experto, cosa que Tami agradecería sin duda alguna. Y digo que era una experto ateniéndome a las manifestaciones de Avi.

-Ohhh...dios....dios...Aggggg... ¿Cuánto le medirá la polla a Juan?.....Ella esperó una respuesta que no se produjo y prosiguió....Da igual, al menos le mide de dieciocho a veinte centímetros. Ohhh...ese capullo tan gordo....aquí en mi boca.....Hummmm, como se la comería. Le comería los huevos, le chuparía el capullo y le extraería hasta la última gota de semen. ¿Eso te gustaría eh Ron?

Volví a tocar el hombro de Juan y este levantó su cabeza de entre las piernas de Avi, a la vez que con su mano derecha, que estaba empapada de los flujos de ella, rodeó el anillo de su polla apretándolo, lo que me dio a entender que Juan estaba al borde de correrse.

-¿Quieres que te la meta ya? La pregunté a Avi.

-OH...si... joder. Métemela ya. No aguanto más, aunque me correría con tu boca mejor. ¡Joder, Ron, cada día me lo haces mejor! Esto de hoy es diferente. Te has vuelto más delicado hummmm

Retiré a Juan de la cama y me coloqué entre las piernas de ella. Apunté la cabeza de mi pene a la entrada de la cueva de la pasión y con la mano lo moví hacia arriba y hacia abajo provocando el roce en el clítoris de Avi. La tensión de la situación hizo que Juan tomara una botellita de las dos que había llevado a la habitación y bebiera copiosamente de ella, lo que casi provoca un eructo sonoro de él. Mientras tanto, agarrando mi pene con la mano derecha me escurrí dentro de mi mujer. Golpeé con toda la fuerza que pude y después, muy lentamente, inicié un vaivén más pensado para retener la inminente eyaculación que para el goce de ella.

-¿Te gusta? Pregunté

-Si...Ohhh....dios mío....me voy a correr. Dijo ella.

Juan mientras tanto miraba absorto. Ciertamente, yo le había parecido siempre un tipo con personalidad y bastante extrovertido, aunque no creyó que lo fuera tanto como para permitirle a él, lo que acababa de hacer con mi mujer. Ella, sin embargo, era dulce, simpática y muy agradable. De risa fácil y un tanto misteriosa, era todo un regalo para él, que desde el primer momento que la vio como mujer ya la deseó. Y ahora estaba ante la oportunidad de follársela si yo al fin accedía y no me volvía atrás. Aquello le turbaba, nunca hubiera imaginado una escena así. Aquello era nuevo para él pese al liberalismo que exhibía Tami. Estaba gozando y se estaba imaginando en mi puesto y en su lugar. ¿Qué sentiría él viendo a su Tami en mis brazos? Probablemente lo que yo sentía. Le miré y le ahuyenté sus pensamientos.

-No te corras aún, prolóngalo, disfruta que tengo cuerda para rato. Dije a la vez que sacaba mi verga de su cuerpo.

-No se si voy a poder aguantar mucho más...ahhhh....aggggg Hoy según estoy, sería capaz de correrme tres veces seguidas. ¡Joder Ron quiero más! Dame golpes con el capullo en el clítoris. Me correré así.

Le hice una seña a Juan para que tocara los pechos de Avi mientras yo me deslizaba dentro de ella otra vez. Juan dejó la botellita encima de una mesilla y tocó los pezones de ella, que ahora parecía desear correrse inminentemente. Con una mano logré llamar a Juan que se acercó abandonando los pechos de Avi. Me di tres arremetidas más y me retiré, dejando el lugar para que lo ocupara Juan.

-¡Joder Ron, no me la saques más! Parece que estamos haciendo un intercambio de parejas! Dijo ella.

-Pudiera ser. Repliqué con cierto estupor por si ella había notado algo raro.

Juan se hincó de rodillas encima de la cama y metió una mano por debajo del culo de Avi levantándolo para ofrecerse más su grupa. Yo encendí un cigarro a duras penas. Juan me miró como pidiéndome permiso. Yo asentí sin saber muy bien lo que estaba haciendo y Juan se dispuso a penetrar aquel cuerpo. Los golpes de mi corazón eran más violentos cada vez, hasta que Juan, de un empujón lento, se la clavó hasta el fondo. Me acerqué a Juan y le puse una mano en el hombro, que el interpretó como señal para que se apartara, y sacó su enorme polla del coño de Avi. Yo negué con la cabeza y le animé a seguir. El, incustró nuevamente su tallo hermoso dentro de ella. No era dueño ya de mis sentimientos. Seguía envuelto en una oleada de excitación y nervios cada vez mas intensa. Ver como Juan profanaba con mi permiso el cuerpo de mi mujer y ella sin darse cuenta de lo que pasaba, sin saber qué polla la penetraba, casi me provoca un infarto. Pero no era el hecho en sí de estar siendo follada por otro. Eso ya lo había visto con Zusko. Era el saber que ella no era consciente de lo que estaba pasando. Aquello me desdibujó por completo. Aún así pude seguir con mis preguntas. Aún no sé cómo.

-¿Te gusta lo que te hago? Pregunté hablando muy nerviosamente casi encima de la oreja de Juan.

-Ohhh....Siiii.....Ohhh dios mío. La siento más grande ahora. Te va a reee…ventar.

-¿Te imaginas que fuera Juan quien te está follando? Le dije.

-Ahhhh....no puedo imaginarme nada....me voy a correr de un momento a otro....Hummmm……ahhhh…….Huyyyyy….Ohhhhh…dios mío.

-Imaginate, decía yo jadeando por los nervios de la violencia de la situación, que es Juan quien te folla y yo lo estoy viendo. Imagínate su polla acercándose a tu raja.

-Ohhh....más. Deprisa que me corro, no te pares.....Ohhh.....Ron....Hummmm...Hayyyyyy que me viene.

Separé a Juan de inmediato que sacó su pene chorreando del flujo que procedía de ella.

-No te pares ahora....imploró Avi.

Juan, ante mi requerimiento, se introdujo en ella nuevamente. Comenzó a moverse cada vez más deprisa. Me miró desencajado y leí en sus labios lo que me decía..."Me corro o me separo". Asentí, susurré a su oído que se corriera dentro de ella. El se olvidó de Avi y empujo más y más.

-Ahhhh.....yaaaaa....yaaaaa...me corroooooo....Ohhhhh....Dios mío......me voy acorrer....Huyyyyy.....Hummmm....Oh,oh,oh.oh. Hayyyyyy Ron…..me estoy corriendooooo……Ohh dios mío…Oh….Oooohhhhh….aggggg. Hummmm

Mientras Avi esparcía estas exclamaciones yo me masturbaba con fuerza. Juan se dejó llevar por el júbilo de ella y se apretó más mientras se vertía dentro. Su cara se compungió y las arrugas de su rostro acudieron a su piel mientras ahogaba los lamentos del placer. A duras penas se sostuvo encima de Avi. Permaneció allí dentro mientras trataba de recomponerse, abrió los ojos y me vio mientras asfixiaba un lamento a la vez que me corría encima de la palma de mi mano. Aún, y por el placer y el calor que desprendía Avi en su interior, Juan arremetió lentamente unos vaivenes más. Supongo que para solazarse del cuerpo que acababa de poseer. Y supongo también que lo hizo para no vedarse a los últimos estertores de su pene mientras vertía sus últimas gotas. Yo mientras tanto me estaba limpiando las manos y el pene con la sábana superior. Juan se negaba a abandonar el cuerpo de Avi. Al fin lo hizo y se limpió con la misma sábana. Me acerqué a la boca de Avi y besé sus labios cerrados. Juan se sentó en el sillón. Destrozado. Abatido.

-¿Te ha gustado, te lo has pasado bien? Pregunté a Avi

-Ni te lo puedes imaginar. ¡Joder, si en un momento creí que me atravesabas el útero! Se te debe haber hinchado, porque sentía el capullo muy gordo. Dijo ella. ¡Quítame la venda y desátame!

Miré cómplicemente a Juan, que no decía nada. Se limitaba a fumar como asustado de algo. Trataba de recomponerse física y mentalmente.

-¿Quieres que te coma el coño otra vez? La pregunté haciendo caso omiso a lo que me pedía.

-No, ya no más. Estoy saciada. Necesitaba correrme. En un rato más. Ahora quiero quedarme relajada.

-¿En que pensabas mientras te follaba?

-En lo que me decías que pensara, en Juan, en su polla. En esas cosas que me hablabas.

-¿Y si te dijera que te ha follado Juan?

-No te entiendo.

-Si, ¿Si te dijera que ha sido Juan el que te ha follado?

Juan me miró alarmadísimo. Le hice una seña para tranquilizarle.

-Podría haber sido. No he visto nada. Pero deja ese tema. Ya nos hemos corrido y ya se nos tiene que ir la excitación por un rato. Tienes que recuperarte. Me tienes que follar otra vez. Por cierto, te ha salido una barbaridad de semen, me está escurriendo, estabas lleno.

Un polvo así no merecía un final como el que mi pregunta vislumbraba.

-¡Claro que podría haber sido Juan!, ¿acaso has notado alguna diferencia?

-¿Diferencia de qué? Pregunto Avi. Anda quítame la venda y desátame.

-Tranquila mujer, ahora te la quito y te desato.

-¿Qué tal si te quitara el pañuelo de los ojos y descubrieras aquí, a mi lado, a Juan con su enorme polla empalmada?, ¿Qué pasaría?

-Nada porque eso es imposible.

-¿Y si lo vieras aquí y el mismo te dijera que te ha follado él?

-Hombre....podría ser, pero no. Te conozco y sé por dónde vas. Hizo una pequeña pausa en su respuesta. La verdad es que entrando una polla entra otra. Todas son casi iguales. Bueno, aquí dentro, casi todas deben ser iguales. Yo sólo he tenido dos. Tengo poca experiencia.

Juan estaba de los nervios. No sabía de que era capaz yo. Quizá me diera por descubrir lo que había pasado allí. No se fiaba de mí, pensaba que estaba bebido. Tami, no se preocuparía demasiado, ella y su cultura lo entenderían, pero él no sabía como podía reaccionar Avi.

-Eso pienso yo. Dije. ¿Y si te juro por lo que quieras que te han entrado esta noche dos pollas? ¿Me creerías?

-No me lo creería. ¡Das síntomas de locura Ron!

-¿Te lo has pasado bien?

-Mejor que otras veces. Ha sido la ostia. Dijo ella. ¿Y tú?

-Mejor que nunca. No te lo puedes imaginar. Algún día lo comprenderás.

-Anda desátame, que quiero fumar.

-¿Me prometes que volveremos a repetir esta experiencia?

-Claro bobo. Cuando quieras. ¡Joder que lamida de coño me has hecho! Y yo atada sin poder hacer nada….la ostia.

-Me han ayudado. Yo sólo no hubiera podido. Dije tristemente.

-¡Bah, déjalo ya, deja de decir esas tonterías! Dijo ella.

-Una última pregunta antes de que te suelte, ¿Te dejarías follar por Juan ahora si estuviera aquí?

-No, ahora no. Estoy saciada.

-Pero ¿Y dentro de un rato? ¿No dices que quieres que te folle de nuevo?

-No sé. Pero teniéndote aquí, ¿Para que necesito yo a Juan? Oh Ron, ha sido la leche. ¡Vaya polvazo!

Avi estaba entusiasmada, agradecida, saciada. Yo por el contrario, estaba satisfecho, si, pero estaba incómodo. No me había gustado aquello una vez que había pasado. Yo quería eso, pero lo quería con Avi viviéndolo en primera persona. Sin mentiras. Sin trucos. Ese era mi sentimiento.

Hice un gesto a Juan que se levantó del sillón ante mi invitación para que saliera de la habitación.

-Ahora vuelvo. Me meo otra vez. Enseguida te desato.

Los dos salimos de la habitación mientras Avi se quedó relajada. Deseaba cruzar las piernas.

-Suéltame las piernas al menos antes de irte. Necesito cerrarlas.

Y así lo hice, pero dejé sus muñecas sujetas, así como su vista ciega.

Ya en el salón, miré a Juan a los ojos. Este se moría de vergüenza. Al menos eso me parecía a mí. No alcanzaba a comprender lo que había pasado. Pensó que se dejó llevar por las copas que había tomado y por el juego de las prendas. Lo tranquilicé, ¿Pero a mí quien me tranquilizaba?

-¿Qué, como ha ido? Le pregunté.

-Joder tío, ha sido la ostia. Aun debo pensar y meditar mucho en esto. ¿Tú crees que Avi no se ha dado cuenta de nada?, ¿Crees que la importaría enterarse de lo que ha pasado? Joder, me has asustado cuando has empezado con eso de que yo estaba allí.

-Tranquilo hombre, ya has visto que ella no se ha dado cuenta de nada. Y que además, deseaba que la follaras. Tú guarda discreción con lo que ha pasado y ni se lo cuentes a Tami. Ya te diré yo el momento de descubrirlo, si es que las cosas siguen el curso que preveo. Ahora, vete a dormir rápido, Tami no creo que te haya echado de menos, sólo hemos pasado cuarenta minutos con Avi.

-¿Qué quieres conseguir con esto Ron?

-Ya lo sabrás. Quiero calidad. Quiero aprovechar el sexo que nos quede juntos, y quiero que ella y yo seamos lo mismo. No dos, sino uno. Quiero vivir como pareja con ella, como vivo hasta ahora y quiero que ella viva como si estuviera sóla, pero a mi lado. Lo dije y creo que hasta me sonó bien aunque Juan no lo entendiera. ¡Ni yo mismo me entendía!

-No te entiendo.

-Da igual. Es complicado. No quiero que entre Avi y yo haya secretos. Y menos en el sexo. Así la podría perder.

-¿Y con esto que ha pasado no crees que la puedas perder?

-Ella no sabe nada. Ni siquiera lo sospecha. Si lo supiera…. no la perdería. Seguro. Pero cuento con un aliado importante. La ignorancia. Ella no debe saber nada. Pero conseguiré mis propósitos con su consentimiento. Lo he soñado.

-¡Estas loco Ron si no borracho! ¡Tienes un cortocircuito en la cabeza!

-Puede Juan. Puede.

Juan se alejó de allí rápidamente y se fue a su habitación. Al llegar, Tami, seguía dormida. Roncaba un poco. Dedujo que ella no le había echado de menos. Se tumbó en la cama y se cubrió por la cintura con la sábana blanca. Su mano derecha acaricio su pene y luego se la llevó hasta la nariz para oler el último vestigio de Avi, y así quedo pensativo mientras se iba durmiendo al lado de su Tami.

Mientras tanto yo había vuelto a la habitación y una vez liberada Avi de sus ataduras, esta encendió un cigarro a la vez que bebía champán. Me senté en la cama a su lado y ella acarició mi pene como dándole las gracias por lo que la había hecho gozar.

-Te has portado bien, churrita. Dijo Avi.

-Bueno, ha hecho lo que ha podido.

-Que no ha sido poco. Replicó ella.

-Podía haber sido más. Dije yo.

-¿Cómo, todavía quieres más? Ven que te la chupe un rato. Ya estoy entrando de nuevo en calor.

-No. Me refiero que te lo podías haber pasado mejor.

-Explícame como es eso. ¿Y porque no me lo has dado?

-Con dos tíos.

-Otra vez vuelves con eso. No te cansas. Lo haremos Ron.

-Si. Y debemos hacerlo pronto.

-Lo haremos Ron. Lo haremos cuando surja la ocasión. Anda, no sé que será excitante, pero ya son las 4 de la mañana. Durmámonos. Mañana se levantan estos antes que nosotros.

Giró en la cama y desnuda como estaba no tardó más de dos minutos en dormirse. Yo me quedé pensativo. Y destrozado por lo que había hecho.

No sabía ni comprendía cómo había sido capaz de hacer semejante barbaridad. Esto era real, había sido real, no lo había soñado como tantas y tantas cosas había imaginado. Hacía apenas una hora, Juan se había follado a Avi sin que ella se diera cuenta. Yo le invité a hacerlo. El aceptó. Sin vergüenza. Eso pienso. Sin vergüenza. Ella nada sabía de lo que había pasado en la habitación. ¿Pero me arrepentía o no me arrepentía de lo que había pasado? No. Creía que no. Lo pensé bien y llegué a la conclusión de que no me había importado. Disfruté masturbándome a la vez que Juan yacía con Avi mientras ella le tomaba por mí. Yo no estaba ebrio. ¿O sí? Quizá algo desinhibido. Pero para llegar a lo que yo llegué hacían falta algo más que unas copas de alcohol. Mi comportamiento con Avi después fue natural. Lo natural que ella me dejó.

Continuará….

Coronelwinston