Diario a dos (09/30: Glory Hole)

Un matrimonio compra una vivienda en una zona residencial. El marido descubre en la buhardilla un libro olvidado. En una reunión social con unos amigos, dan lectura a sus páginas. Esta es la historia de Avi y Ron.

Un matrimonio compra una vivienda en una zona residencial. El marido descubre en la buhardilla un libro olvidado. En una reunión social con unos amigos, dan lectura a sus páginas. Esta es la historia de Avi y Ron.

DIARIO A DOS

Capítulo 9 (Glory Hole)

Diciembre, sábado 20, Más tarde.

Todo fue muy rápido. Nos sentamos en un sillón un tanto grande para los dos, no era de extrañar e incluso era de esperar, que alguien más ocupara el mencionado sillón. No llevábamos más de dos minutos allí y una pareja se nos acercó. Se lo dije a Avi.

-Esos vienen aquí. Dije.

-Eso parece, dijo ella subiendo su toalla entre las piernas para cubrir su vello.

Se acercaron a nuestro lado. El era un tipo más mayor que nosotros. De unos 40 años. Ella un poco más joven que él. De unos 30 o 35 años. Físicamente eran agraciados. El exhibía un pene de tamaño grande con total descaro. Ella por su parte, aún conservaba buen tipo y unos pechos de pezón excesivamente grande. Supongo que tal vez buscaban un intercambio de parejas, y yo lo que deseaba en primer lugar era un trío. Además dudo que Avi quisiera algo como un intercambio de parejas, aunque era a lo más que me había dicho que tal vez pudiera llegar. Nosotros dos para otros dos. Así no habría reproches de parte de ninguno. Pero separados. Sin miradas. Era nuestra noche, nuestra prueba de fuego, mi prueba. Y no quería echarlo todo a perder por ser muy rápido en mis deseos. Quería estar allí hasta que cerraran. Avi ya no era la misma, había vencido la pulcritud de "sólo sexo con mi marido", al menos eso parecía. Y eso me había dicho. Ella quería jugar y darse al mundo liberal al igual que yo. Era consciente que para ello habría que hacer algo más que ir a un club de intercambio y mostrarse desnuda. Avi lo sabía. Yo debía tener paciencia. Nuestros deseos no marchaban a la misma velocidad.

-¡Hola! Saludaron los dos a la vez. ¿Nos permitís sentarnos con vosotros?

-¡Cómo no! Dije. Nosotros nos vamos a ir a ver el Yakuzzi.

-¿Tal vez no sea grata nuestra compañía? Preguntó la mujer ante mi observación.

-¡Oh, no, no! Dije. Simplemente es que queremos ir a ver el Yakuzzi.

-Entonces…. ¿Tal vez podamos ir juntos? Preguntó el hombre tan interesado como su mujer.

-No sé que decir. Atiné a mascullar sin convicción, pues lo que menos quería era mezclar a Avi con aquella jauría de sexo a las primeras de cambio. Necesitaba tantearla despacio. Pero yo sólo.

-Permitir que nos presentemos. Ella es María y yo me llamo Juan.

-Encantado. Dije sin tenderle la mano. Yo soy Ron y ella es mi mujer, Avi.

-Lauri ha dicho antes que es la primera vez que venís. Os ha presentado como una pareja nueva. Dijo Juan.

-Si. Así es. Dije. Es la primera vez que venimos.

-Espero que no sea la última. Dijo María.

-No sé. Dije por decir algo.

No me gustaban esas personas. No sé por que. El allí de pies con su polla colgando y ella depilada totalmente.

-¡No te sientas incomodo Ron! Me dijo Juan. A todos nos ha pasado lo mismo la primera vez. Dijo mirando a Avi.

No contesté, simplemente hice una mueca de fastidio.

-¿Sois matrimonio, quiero decir que si estáis casados o sois pareja? Preguntó Juan.

-Si. Estamos casados. Dije.

-Nosotros también. Dijo él muy feliz. ¡Por la iglesia!

-Bueno….creo que vamos a ir al Yakuzzi. Dije mientras me levantaba y tendía una mano a Avi. Ha sido un placer conocerles. Les dejamos la mesa libre.

-Igualmente. Nos dijeron los dos mientras nos sonreían con lo que a mí me parecía una sonrisa de lástima.

Avi y yo nos encaminamos al Yakuzzi. Al llegar y contra todo pronóstico observamos que estaba vacío. No lo ocupaba nadie. Nos agradó la idea.

-¿Entramos, no? Pregunté a Avi.

-Bueno. No sé si será buena idea. Dijo ella. El agua quizás esté fría.

Dejamos nuestras toallas en el borde de la piscina, a nuestro lado, y entramos en aquél estanque. Nos sentamos en el suelo. El agua nos cubría casi hasta las axilas.

-Como venga alguien nos vamos. Dijo Avi. No es por nada, pero no me siento cómoda en este lugar. Podíamos haber ido al sex-shop y all텅también lo hubiéramos pasado bien. Dijo en un alarde de ¿sinceridad o deseo? probablemente recordando a Zusko. Lo cual manifestaba que ella estaba dispuesta a algo más.

-Será mejor que aceptes lo que es esto Avi. Es un club de intercambio. No hay privacidad, no tenemos exclusividad para usar las instalaciones. Los que vienen aquí ya saben a lo que vienen. Comportémonos como personas adultas. No vayamos a dar el "cante" por pequeños tiquismiquis. Si viene alguien y salimos huyendo, pensarán, y con razón, que no sómos sociables y ¡que cojones hacemos aquí!

-He venido aquí por ti. Ya lo sabes. Yo no pienso hacer nada de nada. No quiero intercambios de parejas ni nada por el estilo. Espero que eso te quede claro. No me importa que me vean desnuda. E incluso si quieres, hasta parece que me va gustando esta sensación de andar sin ropa... Pero no quiero aventuras extrañas. Esto es demasiado Ron. Así de sopetón….

-Lo sé. ¿Pero no crees que deberías dejar que transcurra la noche e ir haciendo frente a las diversas situaciones?

-¿Cómo? ¿Cómo esa pareja, Juan y Maria, que no se que pretendían? Dijo Avi.

-Tal vez sólo deseaban hablar y ser amables. No nos han dicho nada que pudiera molestarnos.

-Amables si han sido. ¡Pero no pretenderían un intercambio! ¡Lo que me faltaba!

-¿Acaso no te gustaría hacértelo con un tío de 40 años? Pregunté de broma. Tenía buen cacharro.

-No. Dijo ella. Si tuviera veintitantos, tal vez.

-Tendría experiencia. Dije mientras seguía con mis tanteos.

-Pero… ¿Te has fijado en la polla que tiene?, además la tiene afeitada como su mujer.

-¿Y que pasa por eso, acaso no es una polla?

-Pues….si….que quieres que te diga. Es ridículo ir depilado. Dijo ella.

-¡Pues a mí me ha parecido que la tiene grandecita!

-No tanto. No está mal, pero no tiene algo sorprendente.

-Claro. No tiene nada que ver con la del energúmeno ese. El joven que hemos visto antes. Dije.

-Desde luego que no. Dijo ella.

-Esa si te gustaría ¿no?

-Pues no, pero antes que la de ese tal Juan, por supuesto. Ya que una se pone….pues se pone. Me dijo de mejor humor sin yo saber a cuento de qué.

-El tipo aquel…..el del sex-shop, con el que estuviste, ¿La tenía más grande que ese chico?

-¡Ron por favor! Protestó Avi. No quiero volver a aquello. Son golpes bajos.

-¡Pero si tu misma has mencionado el sex-shop hace un momento!

-Es que este lugar….

-¿Era más grande la del tipo ese….Zusko? Pregunté con malicia.

-No sigas Ron. Por favor. Aquello ya pasó. Ya lo hablamos.

-Dijiste que era perfecta. Y bonita.

-Y lo era. Dijo ella aceptando mi pregunta. Al menos me lo pareció. ¿Te pone celoso que me gustara?

-No. En absoluto. Dije sin mentir.

Observé el desencanto reflejado en su cara, pero también creí ver indiferencia ante mi respuesta.

-¿Te gustó más que la de este tipo que anda por aquí?

-No lo sé. Dijo ella. Este la tiene más grande. La otra era más……no sé….

-¡Ah, claro! Como esta no la has tenido dentro no puedes comparar. Además tampoco se la has chupado….

-¡Vete a la mierda! Dijo ella en voz alta y demasiado molesta.

-¡Oye, oye! No te enfades. Era broma. ¿Creía que ya lo habíamos superado?

-No me gustan estas bromas. Aquello desgraciadamente pasó. Lo hablamos y ya está. Quería pensar que había quedado claro. Dijo ella.

-Y quedó. Era una broma...

-No me lo ha parecido. Esas constantes referencias a aquello no me gustan.

-Te lo aseguro Avi, era una broma. Ya sabes como soy. No lo decía por nada. No nos enfademos. No me importa aquello. Ya pasó. Lo pasaste bien y me alegro. Además ahora nos compenetramos más si cabe. Nos hemos demostrado la sinceridad que tenemos y lo hemos tratado como adultos. Sólo trataba de hablar sobre

-No me importa Ron. No me importa nada. Eres libre. Si lo que quieres es acostarte con alguien de aquí, hazlo. No te lo voy a reprochar. Ya lo sabes. Te lo he dicho muchas veces. Te lo he dicho antes de salir de casa por última vez. No me importa. Sé que me quieres. Además estarías en tu derecho. Yo ya lo hice. Y que te conste que estoy siendo demasiado liberal para lo que yo realmente gusto.

-No se trata de eso Avi. Aquello pasó. Yo no tengo por que acostarme con nadie por que tú lo hicieras a espaldas mías. Un momento de debilidad lo tiene cualquiera. Además aquello fue como "aquí te pillo y aquí te mato". Tú no lo buscaste. Y dudo mucho que pudieras hacer algo para evitarlo. Fueron las circunstancias. Te pilló desprevenida. Tú no lo buscabas. Yo no quiero eso. Admiro que me lo contaras, que me hicieras partícipe de lo que pasó y de cómo pasó. Pero yo no he venido aquí para ver si puedo follar con alguien. ¿Con quien mejor que contigo? He venido, o hemos venido, a ver esto y a pasarlo bien. A desinhibirnos un poco. A intentar acercarnos a ese mundo liberal al que antes has hecho mención. Si para eso es necesario entregar nuestros cuerpos a algún tipo de ritual o juego, no pasa nada. Yo estoy dispuesto. ¿Pero y tú, lo estás?

Aquella charla no tenía más de cinco palabras de sinceridad. Yo sabía a qué había ido a ese lugar. Cierto es que lo que ocurrió con el tipo del Sex-shop no me importaba mucho. Y como no lo había visto, tampoco me lo acababa de creer. Probablemente Avi me contara aquello para ponerse a mi altura. En cualquier caso me daba igual. Si había pasado como me decía Avi, a el le debía estar en la situación en la que me encontraba. Tener a Avi allí se lo debía a Zusko, a su hermosa y "bonita" polla y a la voluptuosidad de Avi. Me sentía un pasota.

-También he venido Ron. No me quiero acostar con nadie. No quiero intercambios ni tríos. Poco a poco. Aún no creo estar preparada. No me metas prisa.

-Pero…. ¿Por qué?... ¿Porque yo lo vería?

-Quizá. No lo sé. Todo llegará.

-De eso se trata Avi. De vivirlo juntos. Lo contrario sería como engañarnos. No quise hacer mención a Zusko, pero ella sí.

-Ya sabes que no has sido el único que me ha follado. Lo de ese tal Zusko ocurrió sin yo quererlo. Es cierto. Pero también es cierto, que probablemente, si yo no hubiera querido, tal vez no hubiera ocurrido. Al menos como ocurrió. Quiero decir que….pasó y yo dejé que pasara.

-Yo supongo que te gustó. ¿Has vuelto a ir al sex-shop? Pregunté, aun sabiendo que ella no había vuelto por aquel lugar...

-No. Te lo hubiera dicho.

-Tal vez si fueras, descubrirías si tú realmente querías que pasara aquello. Quiero decir que si vuelves otra vez, es posible….

-¡Que vaya a buscarle! ¡Que vaya a que me folle! ¿No? Dijo ella.

-En esencia es eso lo que quería decir. Ya sabes…..volver al lugar de los hechos a veces es recomendable.

-No. No he vuelto. Pero puede que tengas razón. Tal vez si volviera sería para repetir. Pero eso ya pasó una vez y no quiero que se repita.

-¿No quieres? Pregunté. ¿Se sincera contigo misma? No tienes porqué engañarme.

-No está bien. Dijo ella en un alarde de sinceridad tal vez o echando una mentira más...

-Luego entonces, no te importaría. Aseguré.

-Dejémoslo ya Ron. No quiero que vuelva a ocurrir y no ocurrirá. Dijo con la vista perdida, tal vez recordando las imágenes de la cabina aquella...

-Bueno, dije chapoteando el agua, al menos lo pasaste bien, quiero decir que no fue una experiencia traumática.

-No lo sé. Quizá se deba a ti el que no lo fuera. A esa manera tan peculiar de entender. ¡Es extraño Ron!

-¿Qué?

-Te miro, te observo, y no te noto celoso por aquello. No lo esperaba. Yo casi acabo con un trauma….

-¿Te ha traumatizado?

-No. Creo que no y eso te lo debo ti. Pero por aquello que ocurrió, hoy estoy aquí contigo en este lugar. Dijo a la vez que dos sombras nos invadieron. Me siento como obligada.

-Hola otra vez. Dijeron al unísono.

Eran Juan y su mujer. Les miré. Su pene no había cambiado. Las tetas de ella tampoco. Sus pezones menos.

-¿Podemos acompañaros? Dijo él.

-Supongo que no me puedo negar. Contesté. Ya nos vamos a ir. Les dejaremos todo este líquido. Dije salpicando agua.

-¡Vaya con este hombre! Dijo Juan mirando a su mujer. Ven María, entremos al agua.

Entraron y se sentaron muy cerca de nuestro lado. Pude adivinar la grieta de ella al abrirse de piernas. La alberca aquella no era muy grande. El agua subió ligeramente, pero aún así, los pechos de Avi estaban descubiertos. Ella tenía los pezones endurecidos y sus manos estaban en el interior del agua.

-Bueno, no parece que esté mal el agua, temperatura ideal. ¿Verdad María?

-Si. Dijo ella. Está estupenda. ¡Como siempre Juan!

-Ron, hemos empezado con mal pie. Seré claro. Es lo menos que puedo hacer en mi club….

-¿Es suyo? Pregunté con chulería.

-No. No. Pero me siento parte de él. Llevo viniendo mucho tiempo. Es como si fuera mi casa.

-Bien Juan, muchas gracias por ese gesto de cortesía. Mi mujer y yo estamos hablando ciertas cuestiones privadas. Hemos venido aquí para ver esto, para disfrutarlo….

-¿Disfrutarlo? Tendréis que hacer algo más que estar en el Yakuzzi para disfrutarlo. Dijo interrumpiéndome.

-¡Quien sabe! La noche es larga. Dije sin acusar el impacto. Y esto también forma parte de mi disfrute.

No quería ser descortés, pero la gente necesita de vez en cuando un corte. Hay pesados en todos los sitios. Aquella pareja no me caía del todo mal. Lo que tal vez me molestara fue su seguridad, su osadía, su proximidad. Me puse en pie y tomé de la mano a Avi.

-Discúlpennos. Nos marchamos. Un placer. Todo ello lo dije muy fríamente. Tan fríamente que los dejé helados.

Con nuestros cuerpos mojados echamos a andar hasta la entrada del Yakuzzi. Allí nos detuvimos y con las toallas secamos nuestros cuerpos un poco. Una pareja se cruzó con nosotros. Supongo que Juan y María iban a tener compañía. Nosotros no nos quedaríamos para verlo.

-¡Joder qué pesados! Dije a la vez que caminaba hacia la barra.

-Has sido un grosero. Hay otras formas….

-¡Joder se lo he dicho por activa y por pasiva! ¡Hay que ser muy tonto para no darse cuenta que no queríamos estar con ellos!

-¿Qué hacemos ahora?

-Tomar una copa. Dije.

-¡Pues no tomes tantas copas, te vas a coger un moco! Protestó Avi.

-Sólo llevo un bourbon. Tal vez deberías tomarte tú otra. A lo mejor te sueltas un poco

-¡Mira tú por dónde! ¡Pues me la voy a tomar! Pero no para soltarme si no porque me apetece.

-¡Joder, novedad, Avi se toma una copa! ¿Y que vas a tomar?

-Un…ron con miel….si hay.

-Bebida empalagosa donde las haya Avi. No está mal para empezar…dejarás dulce el capullo que lamas.

Un golpe en mi brazo a modo de enfado fue su respuesta.

-Nunca bebo, pero hoy tomaré una copa. ¡Y no seas tan gracioso!

-Imaginate que chupas una polla después de beber ron con miel, las moscas se pondrán celosas. Dije siguiendo con mi broma.

-¡Cachondo!

Aquella copa no fue la última que Avi tomaría en su vida. Desde entonces se aficionó a las copas. Copas sociales, pero copas. No es que bebiera en demasía y ni mucho menos se embriagara, pero desde ese momento, cada vez que nos reuníamos con amigos, Avi tomaba alguna copa, como hacíamos todos. Yo me alegré de aquello, pues en cierto modo se soltaba. Perdía esa candidez con la que se había vestido hasta que sucedió lo de Zusko.

Llegamos a la barra y Lauri nos atendió. Desnuda por supuesto. Mis ojos se clavaron en aquel clon de Avi. Me atraía esa chica. Con las copas en la mano nos largamos con viento fresco. Las gentes del lugar charlaban animosamente unos con otros. Reían a veces escandalosamente y llamando la atención. La sala donde se encontraba el bar era un trasiego de gentes desnudas, pollas colgando cabeza abajo y senos balanceándose. Por suerte el local estaba perfumado y ningún olor molesto se detectaba. ¡Sólo hubiera faltado eso para que Avi estallara! Trabajo me costó, pero ya estaba de mejor humor y más colaboradora. Hubo un momento cuando me dio el codazo y me llamó "cachondo" que me recordó nuestra relación antes de mi sueño. Ahora ya casi nada era igual. Aunque en apariencia era mejor.

Nos adentramos por los pasillos que conducían a las habitaciones. Vimos un banco y optamos por sentarnos en el. Dejamos nuestras copas sobre la mesa y extendimos nuestras toallas para tomar asiento. Un cigarro en mi boca y de inmediato un mechero se me acercó. Levanté la vista y allí junto a nosotros estaba un tipo de unos 40 años acompañado por una mujer cuyo rostro me resultaba conocido.

-¿No te importará que te de fuego verdad?

-Gracias. Dije alucinado.

¿Cómo es posible que gente a la que no quieres ver tengas la desgracia de encontrártela en todos los lugares? Me armé de paciencia. Estaba claro que tarde o temprano me tropezaría con ellos de nuevo.

-Ahora no os voy a pedir permiso para sentarnos aquí. No hay más sitios. Pero sería una tontería que os fuerais, supuesto acabáis de llegar. Dijo Juan sonriendo.

-A vuestra disposición. Dije sin más tratando de disimular mi cabreo.

No quiero extenderme en explicar cómo cambié mi forma de pensar sobre aquella pareja. Está visto que a la gente no hay que juzgarla sin conocerla. Yo lo había hecho y lamentablemente me equivoqué una vez más. Era muy dado a enjuiciar a la ligera. No obstante aquella pareja resultó ser sincera, agradable y morbosa a más no poder. Justo lo que yo buscaba. Una ayuda.

Llevábamos un rato hablando jocosamente sobre banalidades cuando se quedó vacío un nicho, como así lo llamaban allí. Las paredes del largo pasillo que conducían a las habitaciones dónde se practicaban todo tipo de escenas sexuales, tenían unas oquedades formadas de cartón piedra en cuyo interior se alojaban unos sillones circulares y en el centro una pequeña mesa también circular. Eran como cuevas. Ese era el lugar más solicitado por todos los allí presentes y que no se estaban dando a algún tipo de fragor sexual. Como alma que lleva el diablo y mientras su pene se balanceaba de un lado a otro, Juan tomó dos vasos en la mano y se dirigió allí. Seguido por su mujer, Maria, y por Avi, no me quedó más remedio que arrastrarme tras ellos a ese oscuro lugar. Ciertamente era acogedor, discreto y….caliente…..pues el sillón en forma de "U" se prestaba a mil expresiones sexuales. Estaba claro que su destino era la ocupación por dos parejas. Supuse que para intimidar.

Nos sentamos tras extender nuestras toallas sobre el asiento. Era de tan reducidas dimensiones que con tres toallas extendidas quedó cubierto el asiento. No obstante cada uno nos sentamos en la nuestra. Juan inició una conversación para soltar el lastre y desinhibirse de todo pudor, si es que le quedaba algo. De paso manifestaba su experiencia.

-¿Esa es Lauri? Preguntó al ver a la chica que nos recepcionó a la entrada.

-Si. Es ella. Y parece que se va a divertir. Dijo su mujer. Lauri es una chica muy maja. Al trabajar aquí puede escoger el material con el que quiere solazarse. Y generalmente lo hace bien. Todas las noches está con alguien, e incluso forma parte de Gan-bang, y de las orgías.

-¿Gang-Bang? Preguntó Avi.

-Claro mujer. Gang-Bang, Bukkake… Quiere decir que se puede llevar a unos pocos hombres con ella a una habitación y les……….entretiene a todos a la vez. Dijo Juan.

-¡Joder con Lauri!, ¿Es muy joven no? Pregunté.

-Creo que tiene 27 años. Dijo Juan.

-Pensaba que era aún más joven. Dije.

-Lo parece, pero creo que son 27. Dijo él. ¿No es así María?

-Si, 27 o 28. No recuerdo. Dijo ella. ¡O tal vez sean ya 29! ¡Llevamos tanto tiempo viniendo!

-¿O sea que participa? Pregunté.

-Siempre. Contestó Juan. Aquí todo el mundo participa de una manera o de otra. ¿Qué sentido tiene acudir a un sitio de estos y no participar? Todos los que nos reunimos aquí, ya sean veteranos como nosotros o noveles como vosotros, venimos buscando algo. Venimos porque nos encanta el sexo. Queremos excitación, morbo, sexo. Es lo que nos empuja a María y a mí a venir todos los sábados.

-¿Venís todos los sábados? Preguntó hasta ese momento una silenciosa Avi.

-¿Dónde mejor? Nos sentimos como en nuestra casa, sólo que aquí lo pasamos mejor. Y no gastamos dinero Jajajajajaja.

Estuve por preguntar cómo se lo pasaban mejor, pero opté por callar. Era evidente. Una voz que salía de unos altavoces estratégicamente situados en algún lugar reclamó nuestra atención.

"Informamos que acabamos de abrir el Glory Hole. No necesitamos deciros que acudáis a divertiros en nuestros famosos agujeros de la gloria. Cuantos más acudáis, mejor lo pasareis".

La voz de Pilar informaba del acontecimiento que más de uno y una estaban esperando. El famoso Glory Hole.

-¿Vais a ir? Preguntó Juan.

-¿Dónde? Contesté.

-Al Glory Hole. Debéis ir. Lo pasareis bien. Dijo el nuevamente.

-¿Vais vosotros? Pregunté.

-No. Nosotros estamos hartos de ir. Pero como es la primera vez que venís, no debéis iros sin visitarlo. Aconsejó el.

-¿Qué es eso del Glory Hole? Preguntó Avi.

-¡Oh es muy divertido! Exclamó María. La gente entra en una sala dividida en su mitad por una pared de madera. De un lado se ponen las mujeres, del otro lado de la pared, ellos. En la pared de madera hay agujeros por los cuales ellos introducen sus penes y ellas, la que quiere, hace una mamada a algún afortunado. Bajo estos agujeros hay unos más grandes, la finalidad de estos agujeros es que ellos puedan meter sus manos y toquen a las mujeres e incluso que nosotras nos recostemos en unos bancos y ofrezcamos nuestro sexo para que alguna avezada polla nos folle. Por supuesto sin saber quien está del otro lado. Es muy divertido. Nadie sabe quien está del otro lado de la pared y eso lo hace más interesante. Nosotros hemos estado varias veces y todavía no sé si alguna vez se la chupé a Juan, Jajajaja. Pero vamos, nadie se marcha de ese lugar sin ser objeto de alguna "atención".

-Parece divertido. Dije por decir algo a la vez que me mordía la lengua ante semejante vocabulario por parte de esa hembra. Soez para estar con gente.

-Lo es. Lo es. Es el segundo lugar en orden de visitas. La gente cuando viene por primera vez lo que hace es ir al Yakuzzi y después al Glory Hole. Más tarde, cada uno emplea su tiempo en lo que le gusta. Aquí amigo Ron, se hacen realidad todas las fantasías que deseemos. Dijo Maria. De eso se trata.

-Parece interesante. Dije de nuevo a la vez que encendía un cigarrillo y miraba la cara de Avi.

-Daros una vuelta. Entrar. Jugar un poco.

Os divertireis. Nos animó Juan. Nosotros estaremos aquí. No nos marcharemos. Podéis estar seguros.

Y estaba seguro que no lo harían. Quise echar un órdago. Miré a Avi, que si ya había vencido su pudor por mostrarse desnuda, aún no se encontraba toda lo cómoda que yo deseaba. Cierto que el ron con miel que se estaba bebiendo estaba consiguiendo en ella un efecto un tanto desinhibidor, pero no hasta el punto de hacer un trío. O un intercambio. Aproveché la ocasión y jugué mis cartas abusando de la presencia de esos dos nuevos "amigos" que nos habíamos agenciado.

-¡Vamos Avi! ¡Echemos un vistazo a esa sala del Glory Hole! Dije muy animado esperando su aceptación por temor a ponerse en evidencia ante un hombre, Juan, que emanaba tranquilidad y seguridad con su actitud en aquel local, y ante su mujer, ante la cual se mostraría como una palurda.

-¿A qué vamos a ir allí? Preguntó una ignorante Avi.

-Jajajaja, Jajajaja, Jajajaja. Rieron Juan y Maria como yo esperaba.

-¿De que os reís? Insistió ella.

-Jajajajaja, Jajajaja, Volvieron a reír los dos.

-No entiendo. Dijo Avi a la vez que la tomaba de la mano.

-Ven vamos a verlo. Dije muy seguro.

-Si. Ir a verlo que Ron quiere que alguien le haga una mamada. Jajajaja.

-¿Y a qué vamos a ir allí? Me insistió Avi.

-A curiosear. Dije para no ponerla más en evidencia.

Arrastré metafóricamente hablando a Avi. Sus pechos balancearon al incorporarse ante la atenta mirada de Juan. Le observé como no perdió detalle. Sabía que mi mujer le atraía. Lo noté desde el principio. Era lógico.

-Enseguida volvemos. Dije.

-Marchar, marchar. Aquí estaremos. Contestó Juan. ¡Y ten cuidado con el pajarito Ron!

Según inicié la marcha, giré mi cabeza no para lo que hice, que no fue otra cosa que guiñar mi ojo a esa pareja a modo de triunfo, si no por observar como los ojos de Juan se iban tras el culo de Avi. Satisfecho por que no me había equivocado, besé la mejilla de Avi para que viera quien era el dueño de lo que el envidiaba.

-Ese lugar nos es para curiosear. Ya lo dijo la chica esa. Hay que participar. ¿Es que quieres que te la chupen? Me preguntó una sorprendente Avi.

-No me importaría mucho. Pero esencialmente lo que quiero es ir a ver como es ese sitio y que hace la gente. Es una experiencia que no me quiero perder por nada. Contesté un poco desbordado ante lo que yo suponía un inicio serio de la noche.

-Vale. De acuerdo. Te esperaré aquí. Dijo ella.

-¿Aquí me vas a esperar? Estás loca. ¿Con tanto pene suelto te vas as quedar aquí sola? No me lo puedo creer. Vendrás conmigo. Tú pasarás del lado de las mujeres y yo del lado de los hombres. No es necesario que hagas nada. Quiero decir que no es necesario que se la chupes a nadie. Entra y curiosea.

-Te la podría chupar a ti si me dices en que agujero te pondrás. Me dijo melosamente ante mi indiferencia.

-Sabes que eso no te lo puedo decir. No se qué agujero estará libre. Pero si la pongo en algún agujero, siempre la podrás reconocer. Dije bromeando con ella. Me pintaré una cruz. Gamada si quieres.

-¿Y si no es la tuya? ¿Y si es parecida a la tuya y me equivoco? Bromeaba Avi ya más serena.

-Tendrás que correr el riesgo. Puede ser divertido. Que creas que me la has chupado a mí y se la chupes a uno de esos viejos de 50 años.

-Decididamente Ron, no quiero entrar en esa sala. Me niego. No voy a chupar nada a nadie. Sólo a ti.

-Ven.

Había dos puertas. En una decía "Coños", y en la parte izquierda decía "Pollas". Vulgares pero expresivos. Acompañé a Avi hasta la puerta de las mujeres.

-Entra ahí. Será divertido. Dije casi empujándola dentro.

-¿Para que voy a entrar si no pienso hacer nada excepto el ridículo?

-No importa. No creo que todas las mujeres que se encuentren dentro estén chupando por un agujero lo que se asome. Además ya lo dijo la chica esa…."Podéis entrar en cualquier instalación".

-Ya. Ya lo sé. Pero no pienso entrar a chupar nada de nadie.

-Pues deja que te toque alguien. Al menos ofrecerás algo a cambio de….nada.

-¡Como que deje que me toque alguien! He venido contigo a este sitio. Me he desnudado. Me esta viendo todo el mundo desnuda. He superado hablar con la gente estando desnuda. ¿Y ahora quieres que me deje tocar por manos extrañas? ¡No cambias!

-No sabrás quien lo hace. Ni la persona que lo haga sabrá a quien se lo hace.

-No Ron. Definitivamente no. Ve tú. Entra tú si es lo que quieres. Mete tu polla en esos agujeros, que seguro que te cabe, y a lo mejor tienes suerte y alguien te la chupa.

-No creo que lo haga. Pero es cierto que quiero entrar y curiosear. Ya que estamos aquí quiero probar y ver todo.

-¿Probar?

-Si. Contesté secamente para tratar de poner fin a lo que amenazaba con convertirse en una discusión.

-No voy a ponerme a follar con nadie que no seas tú. Te lo he dicho mil veces. No quiero que me metas en un rollo del que difícilmente podamos salir.

-Y no lo pienso hacer. El que te diga que entres ahí, no creo que sea meterte en ningún rollo.

-Que se te quite de la cabeza el tema de los tríos y el de los intercambios. Ya te lo dije, aún es pronto. No estoy preparada.

Me contuve de decirla otra vez lo de Zusko. Aún no sé como. No encajé bien aquella aseveración y ella lo notó.

-Te dije que no te obligaría a hacer nada de lo que luego me podría arrepentir. Y mucho menos, algo que no quisieras hacer. Seré fiel a mi palabra. Tú ya sabes lo que me gustaría, pero no voy a obligarte. Tampoco te obligue a irte al sex-shop y que te metieras en una cabina a follar con el búlgaro ese.

Al final lo hice. No me pude reprimir. La excitación del lugar, Juan y María, los cuerpos desnudos, el Glory Hole, todo ello se unió para que yo fuera una vez más mordaz y cabrón.

-Ese es un golpe muy bajo. Y muy doloroso viniendo de ti. Lo has hecho dos veces en poco rato.

-Cierto. Y te ruego que me perdones. Pero es que me siento molesto. Creo que estamos dando el cante. Observo como nos mira la gente y seguro que piensan que estamos fuera de juego. Y no me gusta. ¡Joder, sómos jóvenes y liberales! Ambos. Escúchame Avi, hemos venido aquí a pasarlo bien. No hemos venido a follar con nadie expresamente. Creo que debemos afrontar esto como lo que es. Un club liberal para gente desinhibida y sin prejuicios. Iremos afrontando la noche como vaya viniendo y tomaremos lo que nos vaya apeteciendo y como se nos vaya antojando. No le des más vueltas. Sé que te ha costado mucho desnudarte. Al igual que a mí. Pero ya hemos vencido esa prueba. ¿Te crees que es agradable para mí pasearme con este pingajo viendo lo que se gasta por aquí, en especial el mozalbete ese al que hemos visto? Míranos, estamos desnudos por completo. La gente nos mira, si. Por que me envidian. Envidian a la mujer que llevo a mi lado. Eres de las más jóvenes del lugar. Sómos de los más jóvenes del lugar. Tal vez seamos los más jóvenes. Es natural que se recreen en tu belleza y es natural que quisieran poseerte. Hazme caso. Relájate. Disfruta. Vive el momento. Nos vendrá bien a los dos. Y ahora entra ahí. Puede que sea divertido. Puedes mirar nada más. Nadie te hará nada que no quieras.

El puto "que no quieras" de nuevo. Siempre decía lo mismo. Bastaba decir "Nadie te hará nada". Se entendía perfectamente. Sobraba lo demás. Y sobraba por que ello ponía en guardia a mi mujer.

-De acuerdo. Entraré porque sólo entran mujeres. Pero no haré nada. Y no quiero saber si tú lo haces. No me lo cuentes.

-De acuerdo. Yo saldré y esperaré en la puerta si no estás. Y si sales y no estoy, harás lo mismo. ¿Vale?

-Bien. Voy a salir enseguida. Ya lo verás.

Me quedé en la puerta para asegurarme que Avi entraba. Por más que miré, no pude ver si había más mujeres dentro. Luego, entré en la parte destinada a los hombres llevándome consigo esa imagen de mi mujer desnuda. Mi pene no daba señales de vida.

Continuará….

Coronelwinston