Diario a dos (01/30: lejos de la realidad)

No quiero que malgastéis vuestro tiempo. Este es un relato que habla de infidelidades, confesiones, trios, orgías, racial, lésbico, voyeur, intercambios y amor filial entre otros. Por la trama de como lo concebí lo encuadré en la categoría de tríos.Una historia que os hará pensar.... Un matrimonio compra una vivienda en una zona residencial. El marido descubre en la buhardilla un libro olvidado. En una reunión social con unos amigos, dan lectura a sus páginas. Esta es la historia de Avi y Ron.

Un matrimonio compra una vivienda en una zona residencial. El marido descubre en la buhardilla un libro olvidado. En una reunión social con unos amigos, dan lectura a sus páginas. Esta es la historia de Avi y Ron.

Sentados en los confortables sillones blancos que adornan nuestro salón, mientras tomábamos el café preparado por María, nuestra asistenta, les hablé de ello. De mi hallazgo. Beatriz y Fran, nuestros más queridos amigos, se mostraron interesados en su lectura. Mi mujer, Ana, no tanto. El frío de la calle y la lluvia que caía sobre Madrid nos habían quitado las ganas de ir al teatro. Decidimos leerlo. Había caído en mis manos hacía un par de días. Sólo lo había ojeado por encima. La buhardilla de nuestra nueva casa escondía una historia extraña.

Como escritor, no quise dejar pasar la oportunidad de valorar las palabras escritas en ese Diario. Ahora, a petición de nuestro matrimonio amigo, y junto a mi mujer, iniciamos la lectura de este Diario a Dos.

-Pol, comienza cuando quieras. Me dijo Fran.

-Atención, allá voy……..dije comenzando a leer.

DIARIO A DOS

Capítulo 1 (Lejos de la realidad)

18 de Julio, 41º de temperatura.

El encuentro fue casual. Como suele pasar. Sin premeditación alguna. Avi se marchó aquella mañana a realizar unas gestiones en el banco. De regreso, según me advirtió, se recrearía en comprar o al menos mirar alguna prenda para rellenar más su ya saturado vestuario.

Avi se marchó al banco. Terminó pronto. Decidió dar una ojeada en algún escaparate de camino a nuestra casa. Anduvo dos manzanas desde donde se encontraba el banco. De pronto se detuvo y decidió entrar en un púb que ella conocía bien. El calor pasaba factura a esas horas de la soleada mañana. Anteriormente, unos años atrás, ella había estado varias veces conmigo en ese local.

Entró en el púb. Los camareros ya no eran los mismos. Se preguntó cuanto tiempo había pasado desde su última aparición por aquel lugar. Pensó que debería haber ido más veces. Los recuerdos afloraron en su mente. Se acercó a la barra y le indicó al camarero que tomaría asiento junto a una mesa situada en la parte derecha del local. Con la rapidez de quien busca descanso tras sentirse agotado, Avi se abalanzó al sillón y se dejó caer sobre el skay rojo. El camarero se acercó y ella pidió su bebida. Miró alrededor y pudo divisar tres o cuatro parejas más que saciaban su sed alrededor de unas cervezas. El camarero sirvió lo que ella había pedido. Encendió un cigarrillo y tomó un sorbo de tequila. Sacudió la cabeza por la impresión del alcohol y apuró un buen trago de la jarra fría de cerveza que le había llevado el camarero. Aquella mezcla satisfacía su paladar. Aspiró una bocanada de humo al cigarro rubio y se recostó en el sillón donde estaba sentada. El local seguía teniendo las paredes enmoquetadas de color granate. La barra estaba situada en el mismo sitio. Se diría que nada había cambiado en ese lugar que tan buenos recuerdos le traían. Sólo el camarero. Se subió el bajo del vestido para poder cruzar sus piernas y en ese momento un vuelco de su corazón puso lívido su rostro. La sorpresa, por temerosa, se manifestó abiertamente.

Pablo había hecho su entrada en el local. No tardó ni un segundo en dar con ella. Enseguida la divisó y rápidamente, mirando a su alrededor, como buscándome a mí, se acercó a ella.

-¡Pero bueno, Avi! ¿Como tú por aquí? Mientras besaba la mejilla de Avi y abrazaba su mano.

-Hola Pablo, ya...ya...ves...a tomar algo. Acabo de llegar hace cinco minutos. Dijo ella sorprendida por tan inesperado encuentro.

-¿Y tu marido? ¿Dónde está Ron? ¿Dónde está ese canalla? No le veo.

-No está. He venido sóla. He ido a solucionar unas cosas al banco y de camino me he encontrado en la puerta de este púb y he entrado. Me sentía agotada con este calor tan insoportable que hace. Hacía mucho que no venía por aquí. Años tal vez. Cuando nos casamos dejé de venir aquí.

-Cierto. Hoy vamos a llegar a los 40 º ¿Te importa que me siente contigo? ¡Caramba qué alegría Avi!

-No. Pero me voy enseguida. Quiero ir a mirar tiendas. ¡Y no hace tanto que no nos vemos!

-¡Qué prisas llevas mujer! Tomemos algo. Dijo Pablo con seguridad.

-Yo ya estoy tomando. Dijo ella bajando su mirada hacia la jarra de barro.

-Si ya veo. ¿Qué es? ¿Cerveza?

-Tequila y cerveza.

-¡Joder Avi! Un poco fuerte para estas horas. La cerveza vale, hace calor. Pero tequila…….

-Si. Supongo que sí. Lo he pedido por inercia.

El camarero se acercó y el pidió un doble de wisky con mucho hielo y agua. No tardó en tenerlo sobre la mesa. Avi lo miró desconcertada. El había hablado de bebidas fuertes y tomaba wisky.

-¿Y que tal andamos? No os hemos vuelto a ver desde el campo. Sois caros de ver. Dijo Pablo a la vez que encendía un cigarrillo.

-Ya. Asintió ella mirando su jarra.

-Por cierto, que vaya enfado que se cogió Tarsi. Comentó Pablo.

-¿Con quien? ¿Por qué se enfadó?

-¡Conmigo naturalmente! Está muy insoportable últimamente. No sé que le pasa.

-La relación en el matrimonio es difícil a veces Pablo. Le dijo a la vez que le miraba y le sonreía.

-¿Tu también tienes problemas y por eso estás sóla? ¿Por eso no está Ron contigo?

-¡Oh no! No. Afortunadamente no. Nos llevamos bien hasta el día de hoy. Funcionamos como los recién casados.

Ella quedó pensativa. No sabía si había sido sincera consigo misma.

-¡Vaya! Me alegro de haberte visto Avi. ¡Caray! Ha sido toda una sorpresa encontrarte aquí.

-Yo también Pablo. Yo también me alegro. De veras.

-Bueno apúrate eso y tómate otra.

-No...no. Ya no quiero más. Esto es muy fuerte. Se me subirá a la cabeza. No gracias. Dijo mirándose el reloj y advertir que marcaba las doce de la mañana.

-Venga mujer. Hazlo por mí. Para poder disfrutar otro rato de tu compañía. Hace mucho que no te veo.

-No Pablo. No quiero más. Gracias. Quiero ir a ver escaparates.

-¿Con este calor vas a ir a ver tiendas?

-Eso querría. Dijo ella esbozando un gesto de fastidio a la vez que comprendía que no era el mejor momento para andar reparando en tiendas.

Pablo no dio opción. Alzó su mano y pidió otra copa al camarero.

-No Pablo, de verdad que no. No quiero más. Ya me siento un poco mareada con esto que me he tomado.

-Ya no tiene arreglo. Ya lo está preparando el camarero. Si no quieres bebértelo, lo dejas, lo pago y ya está. No quisiera que te achisparas. Pero me gustaría invitarte a tomar algo. Compréndelo, hace mucho que no te veía.

El camarero se acercó bandeja en mano y colocó muy cuidadosamente las bebidas encima de la mesa. Giró sobre sus talones y se retiró para dejarlos en su intimidad.

-Me lo beberé, ya que lo has pedido. Pero no me beberé todo. No quiero marearme. No me gusta llegar a casa gateando.

-Muchas gracias por compartir otro rato conmigo Avi. ¿Sabes?, estoy muy ahogado. Me hace falta hablar con alguien. Desahogarme.

-¿Ahogado? ¿Cómo no te ahogues en el wisky que te estas metiendo?........

-Si. Ahogado. Preocupado. Estoy hecho polvo. Me refiero a Tarsi.

-No comprendo. Dijo ella componiendo un gesto expectante.

-Si. No sé que le pasa últimamente. El día del campo te darías cuenta, como todo el mundo se la dio, que estaba rara. Lleva así dos o tres meses. Incluso aquél día no íbamos a ir al campo, pero a última hora logré convencerla. No sé. Tal vez ya no me quiera....está muy extraña.

-¡No digas tonterías Pablo! ¡Como no te va a querer! Sois unos celosos Pablo. Todos sois iguales. Parecéis niños. Enseguida pensáis que ya no os queremos.

-Si. No sé...es muy extraño. Pienso que no me quiere. Que se ha cansado de mí. Entra en casa, sale… No dice nunca donde va. Si le pregunto, me contesta mal y me dice que a dar una vuelta. ¡Como si fuera lo más normal! Imagínate, dar una vuelta. Sóla. Sin mí. He llegado a pensar que se ha buscado un amigo.

-¡Anda, anda....no digas tonterías! El wisky es mal compañero de viaje con la mente así Pablo.

-No, te lo digo en serio. ¡Fíjate! ya ni siquiera nos acostamos juntos.

-¿Dormís separados?

-No. Aún compartimos la cama. Pero sólo eso. La cama. Me refiero a eso....al sexo. Ha desaparecido de nuestra vida.

-¡Ah, ya!

-Si. Hace cerca de tres meses que nada de nada. Y...lógicamente...estoy desesperado. ¿Me entiendes?

-¿Has hablado con ella sobre esto?

-No quiere. Me habla poco y de eso nunca habla. Y cuando empiezo a decir algo siempre evade la conversación. Y si me acerco a ella....abiertamente se separa de mí. Sin importarle que me de cuenta que me desprecia.

-¡Vaya!

-Si, vaya. Lo tengo claro. No sé que le pasa. No sé como entrarla para que resolvamos el problema. Porque estoy seguro que tenemos un problema. Bueno....dos.

-¿Dos? ¿Hay otro?

-Si. Este que te cuento y el del sexo. A mí, y con franqueza te lo digo por que eres mi amiga, me apetece muy a menudo. Es normal. Sómos jóvenes. ¿Entiendes Avi? Pero nada. He pensado que cualquier día me iré de putas. Al menos me desahogaré sexualmente. ¡Y luego será peor si se entera!

Avi recordó la imagen de Pablo en el campo masturbándose mientras ella follaba conmigo. Se puso lívida otra vez. Sabía que Pablo conocía todo al detalle. El nos vio. Nos vio follar. Pero ignoraba que nosotros le hubiéramos visto a él. Se explicó por fin por qué Pablo andaba por allí, con todo el calor, masturbándose entre las jaras. Tarsi no le daba sexo y eso para un hombre activo era infernal. Y más para quien le acababa de confesar que le gustaba tal vez demasiado. Levantó la mirada hacia él, encendió otro cigarro y dio un sorbo a la cerveza. Entonces tomó fuerzas, y un poco cargaba por el alcohol y otro poco por lo natural y espontáneo de la confesión, le hizo aquella pregunta a Pablo.

-¿Entonces…. te masturbas mucho?

-¿Cómo....como...como dices Avi? Este se quedó un tanto perplejo por la pregunta tan inesperada y directa.

-No...Nada... ! Que tendrás que masturbarte si ella no te da lo que quieres! Dijo Avi bajando su vista a la jarra.

-Bueno....eso....esto...si....!joder si! Si lo hago. ¡Me cago en la leche! Y no me da vergüenza reconocerlo. No me queda otra. Tarsi está en un plan que

-Y Pablo.....una preguntita….sin ánimos de ofender…. ¿Desde cuando te ha dado por expiar a la gente?

-¡Quéeee!.... ¿No entiendo? ¿A qué te refieres? ¿Qué quieres decir?

-Bueno verás, voy a ser franca contigo. Pero no quiero que esta conversación salga de aquí. Será lo mejor para los dos. Pero siento necesidad de decírtelo. Creo que voy a hacer lo correcto. Me quedaré más tranquila.

Pablo fue el que se puso descolorido ahora. Se temía lo que escuchó. Presentía la vergüenza por la que iba a pasar. Intuía el descalabro emocional.

-Cuando estuvimos en el campo, se que nos viste a Ron y a mí follando. Nos estuviste espiando. Te vi. Y no quise decir nada......

-No Avi, te juro que no...No es lo que piensas....Interrumpió Pablo asaltado por el miedo.

-Déjame terminar. Vi todo. Vi lo que hacías.

Avi ya estaba descosida de lengua. Tequila y cerveza juntos pasaban factura. Se había desinhibido verbalmente.

-Vi todo. Y te vi masturbándote mientras nos observabas. Te vi con el bañador bajado y dale que te dale. A mí, que te masturbes no me importa. Es más, lo comprendo después de lo que me acabas de decir. Que nos vieras allí, haciendo eso, tampoco me importa gran cosa. Lo he superado. Te preguntarás por que no dije nada, es simple, no era el momento, nos hubieras cortado todo. Ron no advirtió tu presencia. No quise decir nada aunque la situación fue incómoda. Si te llega a ver Ron…..no sé que hubiera pasado. Opté por hacerme la loca y seguir, pese a que me estabas viendo en aquella situación. Pero no me gustó nada que nos espiaras.

-Pero yo Avi.....yo no os espiaba y….

-Déjame terminar. Sólo espero que la paja que te hiciste te recompensara. Mi marido no sabe nada de esto. El no te vio. Y bueno....lamento que Tarsi y tú andéis así. De todas formas, como verías, yo no dije nada. Insisto, Ron no sabe nada. Espero que no seas tan imbécil de ir diciendo por ahí a nuestros amigos que nos viste hacerlo en el campo. No lo entenderían. Pensarían que nos espiabas. Como así fue...Por otra parte, tenía que decírtelo. No soporto la idea de que pienses que no lo sé. Cuando te miro, se que tú sabes lo que hice, ahora ya sabemos los dos lo que pasó. Ya sabemos que lo sabemos. Los dos lo sabemos.

Avi daba ligeras muestras de no coordinar bien sus últimas frases. Machaconas, repetitivas y lentas.

-No Avi, te juro que no. Mira, déjame que te explique lo que sucedió.

-¡Si no hay nada que explicar! Me viste desnuda. Me viste follar. Te hiciste una paja y luego saliste corriendo....

-¡No Avi, no! Tarsi y yo estábamos enfadados. Yo quería hacer lo que hicisteis vosotros. Me encantan esas situaciones campestres. Como se enfadó conmigo, me fui a dar una vuelta. Yo....lo confieso....estaba un poco salidillo....y me perdí entre los árboles. Nunca sospeché que anduvierais por allí. Yo estaba allí. Es cierto que me iba a masturbar. Pero yo llegué antes que vosotros. Vosotros llegásteis después. No me podía ir, sobre todo después de que Ron se sentara en aquel tronco y empezara a besarte. Si hubiera salido de allí, pensaríais que os iba vigilando. ¡Además, qué situación! Luego vino todo lo demás. El te tocó....y te desnudó y eso...

-Y tú te empalmaste y te hiciste una paja a nuestra costa. Representamos una escena porno para ti en exclusiva.

-Lamento mucho que lo veas así. Pero es cierto lo que te digo. No pude evitarlo. Pensé que si me estaba allí hasta que terminarais, no os daríais cuenta de mi presencia.

-Ya. ¡Y aprovechaste el tiempo mientras!

-Lo siento. Fue el azar lo que me llevó allí. Insisto, yo ya estaba allí. Vosotros llegásteis después. No podía salir de mi escondrijo. Hubierais pensado lo que piensas, que os espiaba. Y eso no es así.

-¡Joder Pablo, pareces un niño! Dijo Avi mientras recordaba aquella escena.

-Lo siento de verdad. No era mi intención. Fue la puta casualidad. Un incidente lamentable.

Avi tomó otro trago y pudo comprobar que su mareo iba en aumento. Miró a Pablo que continuaba con la cabeza agachada y la mirada perdida en el tablero de la mesa. Esperaba más reprimenda por parte de Avi. Afortunadamente para el, ella dio un giro a la conversación.

-¿Te gustó lo que viste?

-¿Cómo.....lo que vi?..... ¿A qué te refieres?

-Si. Me refiero si te gustó vernos allí…. follando.

-Bueno.....entiende....eso casi siempre gusta. Bueno, quiero decir, que eso es excitante. Pero no me considero un voyeur.

-A mí me gustó que nos espiaras. Soltó Avi.

-Yo no os espiaba...... ¿Eh…que te gustó?

-Ya. Bueno, lo que quieras. Me gustó que nos vieras. No era lo que deseaba, claro está, pero bueno, una vez que te descubrí allí, me dejé llevar.......no me corté como verías.......y me lo pasé muy bien. Me corrí como nunca.

-¡--- ¡....Pero...

-¿Te gustó verme desnuda, verdad?

Pablo agachó la cabeza otra vez y perdió su mirada antes de responder con un lacónico sí.

-Si...Normal. Dijo.

-¿Normal? ¿Te parezco normal? ¡Estás salido y me dices que normal! ¡No me tomes el pelo Pablo!

-No....no quiero decir eso...no sé....Discúlpame, estoy confundido. Claro que me gustó verte desnuda. ¡Oh no…no quiero decir eso!..Bueno sí. Me gustó veros. Estas muy bien. Bueno tú ya lo sabes. Tu cuerpo es la leche. Y esa....situación....!joder!....claro. Me excitó mucho. ¡Coño, siento que me vieras haciéndome una paja! Vaya imagen que di.

-De pajero. Pero no te preocupes hombre. Nadie más lo sabe. Sólo tú y yo. No diremos nada a nadie. Será nuestro secreto. Dijo ella sonriendo y con su mirada perdida en aquel campo.

-¡Joder, eso espero! Ya están las cosas bastante jodidas entre Tarsi y yo, como para que ahora se entere de esto. ¿Te pido otra copa? Necesito otra. ¡La ostia! ¡Que mal rollo!

-No. Ya estoy bastante mareada. No quiero más. Pídeme agua por favor. Quiero ir a mi casa andando, no a gatas.

Pablo levantó la mano y el camarero se acercó. Este le dijo que trajera un gingerei con hielo para él y una botella de agua fría para Avi. Nadie dijo una palabra hasta que el camarero les sirvió la bebida.

-¿Ahora te toca gingerei con Wisky? ¡Menudo pedo te vas a pillar!

-Si. Yo ya estoy un poco tocado. Es esta conversación, me pone nervioso. ¡A la mierda todo! Dijo alzando el vaso para beber un gran trago.

-Normal. Hemos bebido cosas fuertes. Dijo Avi. Y tú más.

-Dirá el camarero que somos dos alcohólicos. Razonó Pablo.

-El está para eso, para servir. Cuanto más tomemos, más gana. Dijo Avi.

Pablo reflexionó unos instantes. Ofreció un cigarrillo a Avi y el se encendió otro. Otro más.

-¡Joder, tu no eres como Tarsi! ¡Que suerte tiene Ron! Le envidio.

-¿A qué te refieres?

-A eso. Os vais al campo, Ron y tú, queréis hacer el amor y ¡hala! Ya está. Nos os importa estar con más gente. Os alejáis y

-Bueno, Tarsi tendrá sus cosas buenas ¿No? La tengo considerada buena gente.

-Si. No lo dudo. Pero en eso es la leche. No hacemos buena pareja por el momento. Tendremos que pulirnos si es que llegamos a seguir juntos. Desinhibirnos más. Bueno……desinhibirnos algo.

-¿Tan grave es?

-Creo que sí. Me tiene mosca. Tendré que averiguar dónde va por las tardes cuando sale a pasear o a dar una vuelta. Según dice ella

-Eso no lo hagas. Si ella lo descubre, será peor. Te lo digo de mujer a amigo. A nosotras no nos gusta que nos espíen. Bueno.....algunas veces sí. Dijo sonriendo y apretando la mano de Pablo sobre la mesa.

-¡Joder es que estoy hecho un lío! No se que le pasa ni por que ha venido esto. Nos iba bien. Pero de la noche a la mañana……ha cambiado. Y mucho… Avi.

-Trata de hablar con ella cuando veas el momento. Trata de arreglarlo. Con paciencia.

-No es tan fácil. No quiere que hablemos. Se niega a sentarse conmigo y charlar sobre lo que nos ocurre.

-Me lo imagino. Pero ten paciencia. A nosotras nos gusta que nos doren la píldora de vez en cuando.

-Avi.......

-¿Si?

-Esto.....tú.........

-Dime.

-No nada.....déjalo....no me hagas caso. Estoy un poco pedo. ¡Y puedo decir cualquier disparate!

-¿Qué me ibas a decir?

-Nada....nada...déjalo. No tiene importancia.

-No me digas eso. Algo querías decirme. Sé valiente y dímelo. Si está en mis manos, te ayudaré. Si no, te lo diré. No me gusta que me dejen en ascuas.

-Claro que está en tus manos...pero no....no joder....Olvídalo. Es una barbaridad.

-Pablo, me estás sacando de mis casillas. ¿Qué es lo que me ibas a decir?

-Nada....nada...de verdad.

-No me extraña que si con Tarsi haces lo mismo, no quiera ni escucharte. Demuestras poca hombría.

-No es eso....es que.....te iba a decir.....que si me dabas un beso. Me siento tan sólo….

-¡Joder Pablo!, ¡Qué cosas! Yo no soy tu pareja. ¿De qué te iba a servir un beso?

-De mucho. Me haría sentirme querido. Ahora parece que nadie me quiere. Estoy tan a gusto contigo aquí....que me ha salido del alma pedirte lo que me apetece hacer. Besarte.

-Bueno hombre, te doy un beso y ya está. No te lo tomes así. ¡Pareces un chiquillo! Empiezo a comprender a Tarsi.

Avi se acercó a su cara y le besó en la mejilla.

-No....yo decía de los otros. Dijo Pablo desencantado por el tipo de beso que acababa de recibir.

-¡Ah, de los otros! Pablo, ¿Tú te das cuenta de nuestra situación verdad? ¿Cómo se te ocurre pedirme eso?

-Si. Ya lo sé. Es una tontería., Por eso te he dicho que lo olvides. Pero es que estoy desesperado. Ya no se que voy a hacer. Insisto, me siento tan sólo. Como si a nadie le importara. Como si nadie me quisiera.

-Demasiado alcohol tan de mañana Pablo. Así no solucionarás tus problemas.

-Lo sé. ¡Me siento tan sólo y tan despreciado! ¡Joder qué mierda!

Avi se quedó pensativa mientras le miraba. Notaba algo en su interior que ella conocía bien. La humedad que comenzaba a impregnar su vagina se hizo presente. Pensó que por un beso nada pasaría. Le gustaba sentirse deseada. Y desgraciadamente para mí, ya estaba algo desinhibida.

-Bien. Dámelo.

-¿Cómo?..... ¿Puedo darte un beso? Dijo Pablo muy ilusionado.

-Si eso es lo que deseas, hazlo. Dijo Avi.

-Pero vámonos allí, a los reservados aquellos, así estaremos lejos de la mirada del camero. Y por otra parte nadie nos conocerá.....

-¡Oye, que es un beso! En eso no se tarda nada. Un piquín y ya está. Juntaremos nuestros labios un instante.

-Ya lo se Avi, pero puede entrar alguien y vernos en el momento preciso y fíjate tú lo que pensaría. Sobre todo por ti.

-Pues no me lo des. Ya está. Tienes razón. Me he dejado llevar….

-No... ! Joder, vámonos allí! Ven...verás......Dijo levantándose de la mesa y yendo al lugar escogido. Además, allí nos dará más aire acondicionado. Aquí hace más calor.

-¡Oye, oye,...que no voy a ir a ninguna parte!

Pablo continuó andando. Su rostro había cambiado. Rodeó una pared y entró en un sitio un tanto gris. Una diana para dardos colgaba de la pared. Había un tabique que separaba el espacio del resto del local. Se sentó y dejó las bebidas en la mesa. Se puso en pie y asomó a ver si venía Avi. La encontró de pies yendo al lugar donde él se encontraba ya. Se felicitó por ello. Y más se felicitó porque Avi se tendría que sentar a su lado. Ese tipo de mesas obligaban a ello, pues sólo había un sillón doble para cada mesa.

-Ven....siéntate...aquí estaremos más cómodos y mejor. ¿Qué te pido para beber?

-Nada Pablo. Me voy a ir.

-No mujer. Quédate otro rato. No te entretendré mucho. Hazlo por mí.

-Por ti, te recuerdo, estoy aún aquí. Y no debo andar muy bien de la cabeza, pues me debería marchar.

Avi se sentó al lado de Pablo de mala gana y este se quedó fijamente mirándola.

-¿En que piensas? Preguntó ella muy interesada.

-En nada. En lo guapa que eres. En la suerte que tiene Ron.

-Ron tiene suerte y yo también. Es muy buena persona y muy majo. Le quiero mucho. Por eso me casé con el.

-Dame ese beso que me ibas a dar. Pidió él.

-Estas abusando de mí por que crees que estoy borracha. Dijo sonriendo.

-No Avi, no. De eso nada. Es que me fascinas.

-Ya. Venga, acércate que te de un beso. ¡Si eso te hace feliz! Un beso no es nada. Dijo ella con la mirada un tanto perdida.

Pablo se aproximó a su rostro y acercó sus labios a los suyos. Los dejó a cierta distancia de su boca y se echó para atrás de repente.

-¿Qué te pasa, has comprendido el error que vas a cometer? Preguntó Avi.

-No. No es eso. Es que eres tan guapa que me da cosa. ¡No me puedo creer que me dejes darte un beso!

-Aprovecha la ocasión. Parece ser que te hace mucha falta. No vas a tener otra más. Y te dejo porque estoy un poco mareada. Dijo sonriendo a la vez que sentía vanidad por los deseos de su amigo.

Pablo no lo pensó más. Se arrimó otra vez a ella. Unió sus labios a los suyos y trató de sacar su lengua por la boca. Tropezó con los labios de Avi que estaban cerrados. El abrió los ojos. La miró e hizo una mueca sonora. Dos, tres, cuatro segundos permanecieron pugnando. Uno por penetrar con su lengua en la boca del otro y la otra cerrándola a cal y canto. Demasiado mareo, demasiadas ansias, demasiado todo. La mente de Avi traía imágenes de Pablo masturbándose en el campo y de ella misma follando conmigo. Ella no alcanzó a ver la polla de Pablo, sólo su mano agitándose. Cedió ante los impulsos de la lengua de Pablo y eso la perdió. Sus labios se abrieron y las dos lenguas fueron una al encuentro de la otra cambiando sus flujos salivares. Ese beso duró al menos lo suficiente para que se excitaran más. Avi notaba como se humedecía más y más. El brazo de Pablo por su espalda la recogía hacia él de una manera tierna. Con la mano sobrante, abrazaba su pecho por encima del vestido. Avi se separó de él temiendo asfixiarse.

-¡Ufffffff....joder, me asfixio! Dijo ella.

-Ohhhhh......señor...señor....Ha sido maravilloso Avi. ¡Cuánto te lo agradezco! ¡No sabes cuanto significaba para mí este beso!

-¡Vale, ya está! Ha sido una tontería que no deberíamos haber hecho. Dijo ella un tanto turbada.

-¿No te ha gustado?

-No es eso.....es que no deberíamos haberlo hecho. Nuestra situación…….

-¿Pero te ha gustado? Necesito saberlo.

-……Si hombre, me ha gustado...no ha estado mal....pero no deberíamos.....somos amigos….

Pablo se abalanzó nuevamente hacia ella. Esta vez aferró su cabeza por la nuca y la acercó hacia sí. Avi no se resistió. Dejó que nuestro amigo la besara tiernamente y con pasión otra vez más. Ahora Avi respiraba por la nariz, como si quisiera demostrar a Pablo que aún podía prolongar más el beso que recibía. Pablo fue más lejos. Su mano derecha, según estaba girado hacia su izquierda, se introdujo bajo su vestido a la altura de la rodilla de Avi. Su pierna dio un respingo. La mano se hizo rápidamente con el interior del muslo de Avi, que si en un principio trató de juntar las piernas, ahora las dejó incluso algo más separadas para facilitar a la mano su labor de reconocimiento. Pablo seguía librando una batalla de deseo con la lengua de Avi. Su mano, concienzudamente, iba y venía por el interior del muslo derecho de ella. Acariciándolo. Tanteaba el terreno y se daba lentitud en reptar hacia lo más alto. Quería que Avi fuera receptiva a ello. Notó el calor del sexo de ella al aproximar sus dedos a la parte más ancha de su extremidad. Pero no lo tocó. Un castigo premeditado. Retiró la mano nuevamente y la pasó hacia la otra pierna mientras besaba una y otra vez a Avi. Su glúteo fue esta vez la presa fácil con la que se hizo. Avi se separó de inmediato de Pablo y se levantó del sillón donde estaba recostada.

-Voy al baño. Aseguró muy enérgica.

-Lo siento Avi. ¡Joder lo siento! Me he dejado llevar….

-Enseguida vuelvo. Dijo imprimiendo seguridad a sus palabras.

Fue todo lo que dijo. Pablo quedó mirándola ensimismado como se alejaba, y dando un suspiro, se encendió un cigarro. Fumó pensativo mientras esperaba el regreso de Avi. En su cara se dibujó una sensación de triunfo y expectativa. De pronto le alarmó un pensamiento. Tal vez Avi se había marchado y no volvería. Se puso en pie y comenzó a dirigirse al baño para encontrarse con la presencia de Avi que ya regresaba.

Mientras Pablo fumaba y esperaba, Avi llegó al cuarto de baño. Penetró en su interior. Se miró en el espejo fijamente. Abrió una puerta que estaba a su derecha y penetró en el cubículo para orinar. Se levantó el vestido hasta los muslos y en cuclillas, después de haberse bajado el tanga, orinó. Acto seguido se limpió con papel higiénico y notó como su vagina estaba impregnada de un aceite licencioso. Su flujo se había manifestado para recordarla el deseo que sentía. Subió su tanga, bajó su vestido y salió una vez hubo presionado el botón de la cisterna. Tropezó otra vez con el espejo. Se volvió a detener en él y se miró fijamente de nuevo. Era como si quisiera preguntar algo a la imagen que se reflejaba en el y esperara sus respuestas. Era como querer oír lo que su mente le decía desde el interior. En el devaneo quiso fumar. No tenía allí el tabaco. Todo había sido abandonado encima de la mesa en la que esperaba Pablo. Su gesto se tornó en súplica hacia la imagen del espejo. Le pareció que se auto convencía ella misma. Miró alrededor. No había nadie más en el baño. Recordó de pasada las tres o cuatro parejas de las mesas del púb. Se giró para echar un último vistazo hacia la puerta del baño. Volvió a mirarse en el espejo y flexionó su cuerpo para levantar su vestido un poco y poder meter sus manos dentro de el. Con rapidez y astucia se libró del tanga y lo amasó en su puño cerrado. Volvió a mirarse en el espejo, ahora con cara de perversidad y satisfacción por su travesura y pensó en voz alta "Estoy un poco borracha, no soy consciente de lo que hago". Se auto justificó con dolor. Girando sobre sus talones salió del baño. Pablo venía hacia ella. Su cara exteriorizaba preocupación.

-Creía que te habías marchado. Tardabas en volver. Me preocupaba

-No. Estoy aquí. Yo no hago esas cosas. Soy como tú, no me marcho de los lugares en los que no debo estar.

-…..Ven volvamos a la mesa. He pedido otro ginger para mí y una cerveza para ti, pero sin tequila.

-No debería beber más. No me encuentro muy bien. Y tú tampoco. Tienes los ojos rojos.

-Estará fría. Te sentará bien. Te he pedido una caña. Algo más pequeño.

Se acomodaron otra vez encima del sillón. El camarero hizo su breve aparición para dejar las bebidas encima la mesa. Y como vino se fue, no sin antes echar una mirada a esa extraña pareja que amenazaba con acabar con sus reservas de cerveza y ginger.

-¿Estas molesta por mi comportamiento? Preguntó un Pablo planificador.

-No, pero no deberíamos haber hecho esto. Contestó Avi haciéndose la digna.

-Te agradezco que me hayas dejado darte un beso....

-¿Uno?.....si me has dado todos los que has querido....

-Ya. ¡Y más si hubiera podido! Dijo él con cierta tristeza a la vez que jugueteaba con el mechero.

-Nadie te lo ha impedido. Respondió una incitadora Avi.

Aquello fue una invitación para Pablo. Una invitación en toda regla. Otra vez se abrazó a Avi y otra vez la besó. Trató de meter su mano por el escote para tocar sus pechos, pues él sabía bien que ella no llevaba sujetador y no tendría dificultad en hacerse con ellos. Su mano en la espalda de ella había dejado claro que no había nada que oprimiera esos bellos senos que él ya había visto colgando hacia el suelo cuando la sorprendió follando en el campo. Después de pugnar unos segundos, al fin penetró con su mano. Se jactó de su textura, su dureza, y palpó el pezón hasta conseguir erectarlo. Avi abrió más su boca y ella tomó el mando del beso. Estaba empezando a estar fuera de sí. Pablo sacó la mano del interior de su escote por temor a romperla el vestido y la acomodó otra vez en su muslo. Ahora su pierna estaba más caliente. Sus extremidades más entreabiertas, como invitándole a tocar lo que ella sabía que el se moría por violentar. El quería llegar hasta allá donde se comienza a sufrir, pero no se atrevía. No estaba seguro, aunque las vibraciones que le mandaba Avi eran de deseo.

-¿Por qué tienes el puño cerrado, que tienes ahí? Preguntó extrañado.

Avi abrió lentamente su mano y su fino tanga de nylon comenzó a desperezarse para ahuecarse haciéndose más grande a cada instante ante la atónita mirada de Pablo.

-¿Pero....que es....eso…es…un pañuelo o.....?

-Es…. "o"......Dijo ella con cierta picardía.

-No puede ser. Replicó él.

-Descúbrelo por ti mismo. Invitó una desconocida y libertina Avi.

Pablo introdujo otra vez su mano en el interior del vestido. Avi besó a Pablo en la boca con ternura y deseo a la vez que separaba sus piernas todo lo que le permitía el bajo de su vestido y se recostaba en el respaldo del sillón para poder ahuecar su culo y ofrecerse a la mano de el. Esta llegó tan rápidamente a la vagina como el gemido de Avi se hizo sonoro. Su dedo recorrió la raja de abajo a arriba, tropezando con sus vellos mojados, para notar el calor del sexo de ella. Raudo se fue hacia el lugar donde se encontraba el clítoris y comenzó a sobarlo lentamente, mientras Avi con su respiración, sin abandonar la boca de Pablo, indicaba el gesto a seguir. El dedo corazón de Pablo penetró, mas bien resbaló, en el interior del cuerpo de aquella mujer que el deseaba con toda su alma. Pensó que sería el comienzo, que su dedo sólo exploraría y abriría el camino, si aún cabía más, para que su pene, ávido de deseo, penetrara hasta las entrañas de aquel cuerpo fogoso. Era su oportunidad. Extraña oportunidad. Inesperada oportunidad. Avi llevó su mano hasta la bragueta de Pablo. El lo recibió con alegría. Era un gesto un tanto significativo por parte de ella. El bajó su cremallera y abrió sus piernas para que ella pudiera introducir su mano dentro. A duras penas pudo extraer aquel miembro de dentro del calzoncillo y liberarlo así de la presión a la que estaba siendo sometido. Una vez expedido, ella lo abrazó con la mano y comenzó a subir y bajar el prepucio de Pablo. El seguía trabajando el clítoris de ella sin desmayo. Los besos iban y venían de una boca a otra, sus lenguas se entrecruzaban y sus salivas se intercambiaban de un hueco al otro, unas veces empujadas por sus lenguas, otras absorbidas por ellas. Una potente inhalación de aire por la boca de Avi, y una posterior exhalación del mismo, lenta y acompañada por un gemido, avisaba de la inminente corrida que iba a experimentar.

-Ohhhhh...Ohhhhh....sigue...ahhhh...que me corro...no te paresss...ess. Ahhhh...ahhhh....ah......aggggg.

Las sacudidas de su cuerpo terminaron por parar la mano y abandonar en el suspense el pene de Pablo. Un Pablo que se afanaba por dar placer con sus dedos y su boca. Un Pablo que deseaba correrse. Un Pablo al que le dolía el pene por la tensión que recibía.

-Ya...yaaaaa.....ya....quita la mano...ya.....ya está.,..Ya he acabado. ¡Jesús, Jesús! Ohhhhh.

Pablo retiró su mano y la miró como implorando que se apiadara de él.

-Vamos al baño y te la meto. Dijo muy resueltamente. No me puedo quedar así. Vamos a follar.

-Pero...el camarero...se dará cuenta. Dijo ella. Además no.....

-No. Dijo el con voz ronca. Déjalo de mi cuenta.

Pablo se puso en pie. Colocó su pene dentro de su pantalón lo más derecho que pudo y la tomó de la mano. Ella se levantó izada por la mano de Pablo. El tomó su tanga en la mano y se lo metió en el bolsillo del pantalón. Echaron a andar hacia el baño. Miró en el local y divisó sólo un par de parejas. Sólo el camarero limpiando vasos y copas estaba en silencio. Pablo arrastraba a Avi hacia la consumación absoluta de su primera infidelidad. Ella no había dicho que no. Simplemente había dicho que el camarero se iba a dar cuenta. Era su triunfo. Su oportunidad.

-Ve al baño de mujeres. Dijo muy convincentemente. Y espérame allí.

Ella se encaminó al baño como el había dicho. Pablo mientras, se acercó a la barra donde estaba el camarero. Cambió unas palabras con él, y se alejó a toda prisa hacia el baño de mujeres. Un billete de 50 euros reposaba doblado encima de la barra.

-Ven....Dijo al entrar. No nos molestará.

-¿Que le has dicho?.... ¿Y si viene alguien? Además no quiero Pablo. No debemos hacer esto….

-No vendrá nadie. Le he dicho que vas a vomitar porque has bebido demasiado y que yo te voy a acompañar para ponerte la mano en la frente y por si te mareas.

-……… ¿Y se lo ha creído?

-Si.

Entraron en una cabina del baño y allí, sin demora, Pablo se bajó el pantalón y los calzoncillos. Ella se sentó en la tapa de la letrina. Mientras Avi veía a Pablo sacarse los pantalones y los calzoncillos por los pies y desabrocharse la camisa, se subió el vestido y comenzó a acariciarse mientras el la miraba fijamente poseído por una excitación extrema. Una vez estuvo desnudo por completo se arrimó a la cara de Avi con su verga. Ella acercó su boca al glande de él. Primero lo besó, luego lo lamió, y por fin, se lo introdujo en la boca. Pablo no resistió tres absorciones. Una gota viscosa y espesa de semen avisaba de lo que iba a ocurrir enseguida. Avi lo notó y apartó su boca para fijarla fuera de la trayectoria que iba a tomar el surtidor. Dejó el agujero de su glande libre mientras lamía y besuqueaba alrededor. Un, dos, tres, cuatro, cinco y hasta seis salvas salieron del glande de Pablo, que a juzgar por el gesto que compuso con la cara, parecía que moría en ese instante. Las salvas fueron a estrellarse, potentes y veloces, en los azulejos blancos. Una vez terminado, Avi lamió su glande con mimo y agradecimiento, tal vez por haberla evitado serme infiel, al menos, de la manera que ella creía que era ser infiel, aunque en su fuero interno pensaba que tal vez hubiera preferido que aquel miembro erecto la poseyera en aquel baño y la colmara de placer. Probablemente yo nunca me hubiera enterado. Presumiblemente, también ella agradeció en su interior no haber follado con Pablo. Era Pablo. No era otro amigo. Era Pablo. Quizá el más estúpido de todos nuestros amigos. Y también, quizás, el más grosero en estos casos. Pero ella estaba borracha. Estaba como ida y pudo más su deseo que su razón.

Yo en mi ambición, había sentido en mis carnes como Avi sí habido sido follada por Pablo. El no se había corrido contra los azulejos del cuarto de baño. Ella había abierto sus piernas para dejar su coño expuesto y que él la penetrara hasta que al fin Avi explotaba de placer y un baile epiléptico invadía su cuerpo.

Lo que suele ocurrir en estos casos es lo que me ocurrió a mí. Es tan sencillo como despertar de una pesadilla. Despertar de un sueño que estas viviendo, real, muy real, que está pasando en ese momento, pero que al despertar, se desvanece dejándote atormentado o feliz según sea lo soñado. En ocasiones te gustaría terminar el sueño, llegar hasta el final, y cuando te despiertas, si no lo has conseguido, quieres volver a dormir recordando lo soñado anteriormente, para terminar, para ver más, para saber cómo acaba. En otras ocasiones, si te genera tormento, piensas en esa pesadilla y dices "Afortunadamente era sólo un SUEÑO". No era mi caso. Había consumado el sueño. Mi mujer me había sido infiel en mi sueño. Y eso era un mensaje para mí. Lo había soñado todo, pero aún no sabía lo que iba a producir en mí ese sueño. No tenía ni la más remota idea de cómo iban a cambiar nuestras vidas a partir de ese instante.

El sudor en mi cuerpo hizo que me sentara en la cama. Poco a poco tomé noción de lo sucedido y recordé. Aún empapado en sudor, salí de la habitación y me fui al salón donde me senté a la vez que encendía un cigarrillo. Aspiré una gran bocanada de humo y lo expulsé lentamente, apesadumbrado y nervioso por lo que acababa de vivir en aquella pesadilla. Mis ojos se cerraron en la oscuridad y recordé otra vez. Recordé como mi mujer se había encontrado con Pablo. No recordaba la cara de Pablo. Escruté entre mis amigos y no existía ningún Pablo. Traté de averiguar el local donde se produjo el encuentro. Este era real. Existía. Creí identificarle con un púb al que acudíamos cuando éramos novios. Las mesas apartadas, el salón amplio. Los baños….La vi hablando con "ese" Pablo de turno y besándose con él mientras bebían. Cosa rara, Avi no bebía alcohol y menos tanto como para embriagarse. Quizás, en mi sueño, ella necesitaba una justificación para aquello. Luego los vi yendo a esa mesa donde tuvo lugar todo o casi todo. Después ella abriendo sus piernas ante la insistencia de él, para dejarse manosear en lo más placentero. Ella, dejándose llevar por la voluptuosidad del placer y la lujuria. Su vestido cada vez más cerca de su cintura para permitir a Pablo saciarse de ella. El arrojo de ese hombre con sus manos encima de su cuerpo mientras era consentido. La mano de Avi buscando su entrepierna para amarrar ese tronco rígido. Su visita al baño visiblemente azorada. Baño donde decidió quitarse el tanga que llevaba puesto y esconderlo en su puño. El regreso de Avi. Con el tanga en la mano y su flujo humedeciendo su hendidura. Pablo, siempre ese Pablo, dejando que sus manos acaricien sus glúteos y sus piernas, mientras él acepta la invitación de Avi al ver el tanga sobre su mano. El dedo del hombre resbalando por la cueva para saciarse de la fisura por completo y ella, ella dejando que Pablo regule los movimientos de frotación en su clítoris y pidiendo a gritos correrse. Y luego el baño. La excusa de Pablo y ella entregada a succionar aquel miembro largo y grueso que orgullosamente se ofrecía a su boca. Las salvas de semen saliendo y ella limpiando con su lengua los alrededores del prepucio y el glande a la vez que se dejaba llevar por su segunda corrida. Ese sueño me violentó. Me violentó mucho. Me sacó de zona. Me angustiaba pero me gustaba haberlo soñado. ¡Era tan real! Lo vi y lo coexistí. Era como si yo estuviera allí, espiando por un agujero, en primera fila. Sin poder hacer nada. Con obligación moral de permitirlo.

Me puse algo nervioso. Fui hacia la cocina y bebí una gran cantidad de agua. Encendí otro cigarro y miré el reloj. Las tres de la mañana. Me acomodé nuevamente en el salón y me senté en el sillón. Empecé a hacerme preguntas…. ¿Me había gustado soñar aquello?....estaba claro que sí. Lo pasé mal, pero me gustó. ¿Me gustó ver a Avi entregada al placer con otro a escondidas mías? No. Eso fue lo que me envenenó. Lo que me puso de los nervios. Aquellos cuernos. Ella me había engañado y yo no perdonaba ese engaño. Hubiera bastado con que me hubiera dicho que quería follar con otro y hubiera pasado, pero conmigo allí. Así lo vería yo. ¿Y si la decía que me contara lo que había pasado con Pablo?…..!Pero que estaba diciendo, si era un sueño! Me estaba comenzando a volver loco. Confundía el sueño con la realidad. Pensé que debería visitar a un especialista o a un sexólogo. No podía apartar aquellas imágenes de mí. Ella allí sentada con el vestido subido hasta medio muslo y ese hombre al que yo no había puesto cara, hurgando entre sus piernas. Luego, sólo veía un miembro alojado en su boca y ella chupando y lamiendo hasta martirizarle por completo en extremo. Luego la corrida y la ternura con que ella se afanó en limpiar con su lengua ese semen. Era muy fuerte para mí. Ese sueño vulneraba mi corazón y mi mente. Me violentaba intensamente……, pero curiosamente también pude apreciar que me empalmaba. Si. Me empalmaba. Me provocaba excitación. ¿Sería un depravado por sentir así? Algo que no me gustaba y me deleitaba a la vez. No lo entendía. Mi mano resbaló entre el pantalón del pijama y me sorprendí abrazando mi pene por su tronco y masajeándome los testículos lentamente. Estaba excitado. El sueño de los cojones me había puesto a cien. Pensé en irme a la cama y lanzarme encima de Avi que dormía, y allí, violentamente, follarla. Estaba cómo poseído. Era muy extraño lo que me pasaba. Con el titán tieso entre mi mano, cerré los ojos y dejé el cigarrillo en el cenicero. Las imágenes iban y venían una y otra vez. Ello me impidió advertir la presencia de Avi delante de mí. Descalza, con el pelo suelto, su voz interrumpió mi agitación.

-¿Qué estás haciendo?.....Me preguntó.

-¡Joder que susto me has dado! Dije sacando la mano del interior de mi pijama.

-¿Qué hacías…… te haces una paja?

-No….no…no que va. Sólo tenía la mano dentro del pantalón. Dije azorado ante la evidencia.

-¿Por qué te has levantado? Me preguntó.

-No sé. Me he despertado soñando. Dije.

-¡Ah, estabas soñando! Dijo mientras encendía un cigarro que tomó del paquete que había encima de la mesa.

-Me he despertado y no te he visto en la cama y he dicho ¿Dónde está este?...

-Pues cerca de ti. Aquí, fumando mientras se me pasaba la sensación del sueño. Dije un poco apenado.

-¿Qué has soñado?

-¡Joder, es muy fuerte! Los sueños son la leche. ¡Son tan reales!

-¿Se moría alguien?

-¡No joder! No se moría nadie. ¡No seas tan necrológica!

-Dicen que cuando se sueña con la muerte de alguien se alarga su vida. Dijo ella soltando el humo de sus pulmones.

-Tonterías. Mi sueño no era de esos. Era sexual. De folleteo.

-¿Sexual?

-Si.

-¿Te estabas follando a alguien no? ¿Y te has despertado a punto de correrte? Suele pasar.

-No. Dije a la vez que mi corazón iniciaba unas palpitaciones fuera de lo común.

-¿Entonces?

-Es más fuerte.

-No entiendo Ron. ¿Me lo vas a contar? Dijo ella vencida por la somnolencia a la vez que bostezaba.

-Verás, presta atención a lo que te voy a decir. Te lo contaré. Mañana ya no lo recordaré como ahora que está reciente. Resulta que tú te habías ido un día por la mañana al banco. Yo no estaba, y después de hacer todas las cosas que tenías que hacer en el banco y como hacía calor, te fuiste a tomar una jarra de cerveza a un púb. No me preguntes cual, no se cual. Pero sé que tú y yo hemos ido alguna vez. Lo he visto real en mi sueño. Sólo sé que está en el barrio. Eso creo.

-¿Eso crees?

-Si. No me interrumpas. Bueno te fuiste hasta allí y te sentaste en una mesa y pediste tu cerveza. Mientras estabas allí, entró en el Púb un tío. Un tal Pablo….

-¿Quién es Pablo? Me preguntó Avi.

-No lo sé. Sólo se que se llamaba Pablo. Os conocíais. Bueno en realidad era un amigo nuestro, puesto que yo también le conocía. El se sentó en tu mesa y charló un rato contigo, creo recordar que de su mujer….

-¿Ah, estaba casado también?

-Si joder.,….su mujer se llamaba Tarsi. Bueno resulta que en mi sueño, repito en mi sueño, nos habíamos ido al campo un grupo de gente y a la hora de la siesta nos fuimos tu y yo a dar un paseo por la arboleda y nos pusimos a echar un kiki y el nos vio hacerlo.

-Interesante. Dijo ella.

-Si. Muy interesante. Veras luego...Bueno el nos vio y nosotros lo sabíamos. Tu sobre todo, lo sabias, y el pensaba que no lo sabias. Lo cierto es que empezasteis a hablar de ello y el se vino abajo. Esgrimió no sé que excusas….que estaba allí cuando nosotros llegamos, que no nos expiaba, que había sido el azahar y todas esas cosas.

-Pero nos vio follar ¿no?

-Si. Y tu se lo dijiste y el lo reconoció. Se avergonzó bastante y te contó que se llevaba mal con esa mujer suya…Tarsi, que estaban a punto de romper. De separarse. Que ya no se acostaba con ella y todas esas cosas. Por eso el se había masturbado mientras nos veía follar.

-¿Se masturbó mientras nos expiaba?

-Si. En fin te dio excusas y ya está.

-¿Ya está? ¿Sólo eso?

-No mujer, hay más. El te invitó a otra cerveza con tequila

-¿Con tequila? Si yo no bebo cerveza apenas y menos con tequila….….! Qué cosas!

-Ya. Ya lo se. Pero en mi sueño si la bebías.

-Bueno…sigue

-Pues eso. El te invitó a otra copa y tú ya estabas un poco mareada. Y para no extenderme te diré que el te pidió un beso. Te dijo que hacía mucho tiempo que no hacia el amor con su mujer y que por favor le dieras un beso.

-¡Ya me huelo por donde va esto! Dijo ella.

-¿Si?, pues verás. El te contó que se masturbaba muy a menudo y tú le dijiste que hablara con su mujer, que tratara de arreglarlo. Bueno, el te pidió un beso y tu le dijiste en principio que no. Pero como el no se daba por vencido y tu estabas un poco "pa ya", aceptaste y se lo diste. En la mejilla. Pero el quería más. Os levantasteis de la mesa y os fuisteis a otra que estaba apartada de las miradas. Pensó, naturalmente, que podía venir alguien y sorprenderos allí dándoos un beso. Estabais en nuestro barrio. Tu le seguiste a la mesa apartada y allí el intentó darte otro beso con más acierto. Digo con más acierto porque ahora tú correspondiste a ese beso y abriste tu boca para que vuestras lenguas se juntaran.

-Interesante. Dijo ella otra vez.

-Si. Mucho. Pidió de beber más. Tu tomaste una caña, pero sin tequila. Decías que estabas un poco mareada. El bebía Wisky. Bueno pues eso. La paliza. Con el beso, luego vino el meter mano….

-¡Me estás excitando! Dijo Avi.

-¡Tú si que estabas excitada en mi sueño! En fin, que él, te metió mano entre las piernas. Tú llevabas ese vestido negro que tienes, entallado en la cintura. Y el te levantó el vestido un poco y metió su mano por encima de tus muslos. Os seguisteis dando unos besos más y el sacó su mano para llevarla por tu escote a tus pechos.......

-¿Y le dejé, claro?

-Si. Le dejaste que hiciera….

-¡Que vulnerable soy….y qué golfa! Exclamó Avi más animada ante mi relato.

-Si. Bueno pues el metió su mano en tu escote y te tocó un pecho, tu pezón que estaba duro…..luego se fue otra vez abajo. No se atrevía a tocar tu coño y eso que tu habías separado las piernas para darle facilidades

-¡Que golfanta soy!... ¡Yo misma ni me conozco! ¡Estoy irreconocible!

-Bueno….eso…..Tú ya estabas mojada y estabas un poco fuera de sí. Decidiste ir al baño por que tenías ganas de mear y te sentías mojada... Llegaste al baño mientras el se quedó fumando un cigarro, y orinaste. Luego te salías del baño pero te diste la vuelta y te miraste al espejo. Un momento de duda y ya está. Levantaste tu vestido….

-Y me masturbé con estos deditos…. Dijo ella enseñando sus dedos.

-No. Levantaste tu la falda de tu vestido y te quitaste el tanga. Lo recogiste en tu puño y con el en la mano te fuiste del baño. El llegaba a buscarte. Temía que te hubieras ido. Te sentaste en la mesa otra vez y el comenzó a besarte más. Tu abriste tus piernas más para que el te tocara. Te preguntó que es lo que tenías en la mano y se lo enseñaste. Era tu tanga. El se quedó como mudo. Aquello fue una invitación en toda regla. El metió otra vez la mano dentro de tu vestido y ahora sí, ahora se sació de tocar tu raja…tu coño. Narré con voz ronca debido a mis nervios.

-¡Joder Ron….me estas poniendo caliente! ¿Por qué no me metes la mano como lo hizo el Pablo ese en tu sueño?

-Porque entre otras cosas no llevas vestido como en mi sueño. Dije muy resueltamente.

-Vámonos a la cama y allí sigues contándome.

-¿Qué pasa te excita que te cuente esto? Dije.

-Claro bobo. Me has puesto a cien. Se me ha pasado el sueño. ¡Sólo quiero que me folles!

-Bueno, venga vámonos a la cama y sigo contándotelo.

-Y mientras, me tocas a mí como hacía ese Pablo.

-¡Anda, vámonos a la cama, que estoy de los nervios!

Nos fuimos a la cama y Avi antes de tumbarse en el lecho, se sacó su pantalón corto del pijama y se quito la braga. Sólo mantuvo su blusa puesta. Se tumbó boca arriba y abrió ligeramente sus piernas. Yo la toque con los dedos su grieta, brevemente pero a conciencia. Estaba muy mojada. Como en mi sueño.

-¡Joder como te pones! Le dije a la vez que impregnaba mis dedos de su flujo.

-Siiii…….sigue….

-¿Tocando o contándote mi sueño?

-Las dos cosas a la vez. Son compatibles. Me lo estoy imaginando según me lo cuentas.

-Bueno pues eso que te iba diciendo. El te tocó tu raja como lo hago yo ahora, tu clítoris, tu culo…..y tú estabas hecha polvo y le dijiste que no parara que te ibas a correr.

-Huyyyyy…..claro que me voy a correr….joderrrr…..Oooohhhhh….

-Y te corriste. Entonces el te llevó al baño de mujeres. Te acompañó. Le dijo al camarero que estabas un poco ebria y que ibas a vomitar y que te iba a acompañar. Allí

-Me folló.

-No. ¿Te hubiera gustado?

-Es lo natural ¿no? Después de eso que me has contado. Dijo ella.

-Bueno pues no. No te folló como te hubiera gustado. Tú te sentaste en la taza del water y te levantaste el vestido y comenzaste a masturbarte mientras él se iba desnudando…. ¿Que haces?

-Ahora lo veras……tonto….

Avi se había sentado encima de mí. Había tirado mis pantalones abajo y mis calzoncillos y sólo tuvo que sentarse a horcajadas para introducirse ella misma, con su mano derecha, mi pene hasta dentro.

-¿No quieres que te cuente más? Pregunté un tanto sorprendido.

-Siiii….sigue contando mientras te follo. Estoy caliente a más no poder. ¡Que forma de despertar!

-Pues esooo….OH joder…..vaya….tela…….eso…el se quedó desnudo y tu se la chupaste y como llevaba mucho tiempo sin follar con su mujer, se corrió enseguida y manchó los azulejos del water mientras tu terminabas de chu….uuuu….upársela….ahhhh……..te corriste otra vez…..Ohhhhh…..joderrrr…….ahhhh….y ahoraaaa…el que se va a correr….soyyyyy Yoooooooo…….ohhhhhhhoooooohhhhhhhhhuffffffff.

-Y yo…tambieneeennnnnn….Oooohhhhh….ahhhh….

Nuestros lamentos de placer se fundieron al unísono. Nos corrimos a la vez. Yo quedé con la cara contraída en la oscuridad y Avi se venció hacia delante descansando sus pechos sobre mí. Aún con mi pene dentro noté una o dos contracciones del interior de su vagina y un hormigueo recorrió mi testículo derecho. Era mi semen que resurgía de su orificio.

Después de aquél polvo tan tranquilo y explosivo a la vez, decidí comenzar a escribir mis vivencias día a día. Mas tarde, una vez me enteré que Avi también estaba escribiendo las suyas, compramos este diario y las unimos aportando sus extractos más interesantes. Esta es la historia según la sentimos cada uno.

Continuará….

Coronelwinston