Diario
La historia de un superviviente y su larga soledad
Día 1
Las bombas suenan a pesar de que esté a cientos de kilómetros de cualquier objetivo, al fin lo han conseguido, los gobiernos en una estúpida discusión de quien es el más macho, zas, construí este refugio nuclear por que ya me olía que no les interesaba la paz y hice bien.
Quise compartir el refugio con mis vecinos, pero ellos confiaban en los refugios gubernamentales, lástima.
Día 400
Los DVDs que he metido en el refugio y las tareas que me he auto impuesto me permiten estar cuerdo, de momento, la soledad es…
Horrible.
Día 720
Este refugio me parece lúgubre, a veces tengo la sensación de que oigo fantasmas.
La rutina ya apenas me distrae.
Día 1020.
No pude evitarlo, tenia que salir de ese refugio, lo preparé para estar 50 años, ¿Quién pensaría que lo abandonaría antes por miedo a enloquecer.
Me dirigí al refugio gubernamental.
El paisaje estaba lleno de nieve, como una macabra postal navideña
Con mi traje protector y mi contador geiger me dirigía a una ciudad en ruinas, llena de esqueletos humeantes y cucarachas, llegué al refugio gubernamental.
Curiosamente estaba abierto, parece que reventó desde dentro.
Al explorar, vi miles de cadáveres, me sorprendían el numero de personas, calculaba unas 100.000 en un refugio pensado para 20.000 personas.
Visualice las cintas de seguridad, al parecer vivían todos hacinados, la comida y el agua se acababa rápidamente y hubo una guerra dentro del refugio.
Que ironía, una guerra dentro de una guerra.
Cogí algunas armas del lugar y munición, si los supervivientes son como esos, mejor prepararme.
Día 1530
He estado haciendo viajes al refugio, recogiendo suministros y lo que queda de los alimentos y el agua, también me llevé una radio, una radio que me absorbe mucho tiempo, porque me paso 12 horas al Día intentando contactar con alguien.
Día 2300
Veo que la vida vuelve en forma de plantas, igual que Pripyat, la ciudad ha quedado colonizada por las plantas que ante la falta de mantenimiento, hay hongos, hay musgo, debido a que la nieve se ha derretido y la gran parte de la radiación se ha dispersado.
Vi también algunos animales salvajes, perros, lobos, jabalíes.
Al parecer las teorías eran erróneas de que seria el fin de la vida, pero tampoco el lugar es seguro.
Deseo destrozar la radio pero… no puedo dejar de intentar contactar.
¿y si soy el ultimo humano?
Ese pensamiento me hace llorar.
Día 2850.
Desde hace un mes siento que me observan, no un animal que intente comerme, sino una persona humana, alguien humano.
Pensaba que estaba volviéndome loco pero… ¿y si es cierto? Seria capaz de gritar de alegría pero… ¿y si es hostil?
Día 2883.
Hoy mi corazón se me subió a la garganta, vi una huella, una huella fina de pie humano.
Al volver al refugio canté preparaba el refugio para una bienvenida, desempolvé las habitaciones que no usaba (diseñé el refugio para 25 personas).
Pero me detuve, pensaba que estaba loco ¿Quién era ese? ¿era peligroso? ¿un mutante? ¿un miembro de una banda de asesinos post-apocalipticos.
Sea como sea, salí siempre buscando ese superviviente, cantando, Dios, ¿Por qué no morí por las bombas? Es oficial, me he vuelto loco
Día 2920.
No encontré más rastros de supervivientes, Día y noche me invade una horrible depresión, salgo del refugio más tiempo del que debería, muchas veces dejo el refugio abierto, de vez en cuando entra algún animal al que abato.
Fantaseo con la muerte, con mi muerte, no se si existe el otro mundo, pero el olvido es mejor que la soledad y si hay otro mundo, salgo ganando.
Día 2922
Hoy es el Día, el Día en que el ultimo humano decide quitarse la vida ¿Cuántos Días llevo solo? Si no fuera por el Diario hace mucho que dejaría de contar, ocho años, ocho años sin ver vida, al entrar en el refugio, las imágenes de una película me traen tristeza, iba a apagarla cuando…
Recordé que hace un año que no toqué ese maldito DVD.
Apagué la película y amartillé el arma, había alguien aquí ¿o puse yo la peli, no… se me iba la cabeza, pero no tanto, había alguien, ¿o me lo he imaginado.
Mientras registraba el refugio, empecé a cantar, la misma canción que cantaba para buscar supervivientes.
El comedor, latas de comida tiradas y totalmente limpias, pero claramente abiertas por manos humanas, habían tres sillas fuera de lugar.
Eran tres, tres supervivientes.
Mi rifle empezó a temblar ¿Qué pasaría? ¿seria hostil? ¿y si lo fuera? ¿me atrevería a dispararle? Empecé a oír sollozos en uno de los dormitorios, abrí la puerta y apunté con el arma.
Eran dos chicas, vestidas con harapos, dos chicas idénticas que se abrazaban y me suplicaban que no les hiciera daño.
Yo me puse a reír, esto era mi imaginación, ellas no existían, ellas no están ahí, ellas no….
Día 2923.
Me desperté, alguien me golpeaba por detrás, lo primero que vi fue el cañón de una escopeta.
Estaba en la cama, atado de pies y manos y vi tres figuras.
Una mujer de 43 años de melena pelirroja, se acababa de duchar, en mi ducha por cierto, podía oler su piel, tenia unos brillantes ojos verdes, su cara suave, con una nariz chata, tenia una barbilla fina.
Estaba desnuda, abandonó deprisa y corriendo la ducha al oír que me despertaba sin importar mostrar su cuerpo lleno de cicatrices, su busto era generoso, con aureolas rosadas y pezones medianos tirando a pequeños, tenia bastante vello en su concha y sus caderas estaban muy marcadas, sus piernas eran poderosas de tanto andar.
-¡mamá! ¡tiene algo en el pantalón! – decía una de las gemelas a las que le pondría entre 13 y 15 años y se referían a la erección de mis pantalones.
Dios, hacia tanto que no veía a una mujer.
Y ella parecía tener el mismo problema, miraba obsesivamente mi erección, pero apartó la vista y me miró a los ojos.
-¿Quién eres? – me preguntó.
Me presenté, ella se llamaba Marcela y sus hijas eran Inés y Laura, ella me contó que se quedaron fuera del refugio gubernamental debido por que no les admitieron.
Pregunté si había alguien más con ellas.
Me respondieron que era yo la primera persona que vieron en años, todo comenzó con que tenia una radio para comunicarse con sus hijas durante sus incursiones en busca de comida, pero que de repente alguien entró en su frecuencia, indicando su posición.
Me contó que aulló de alegría, un refugio para sus hijas.
Me observaban, tenia miedo de que era un loco que las violara a ella y sus hijas, me pusieron nombre durante la vigilancia (canción fuera de tono, lo se, nunca canté bien)
Marcela me dijo que ellas entraban en mi refugio aprovechando mis salidas, la primera vez que aprovecharon de dejé el refugio abierto fue por un motivo muy claro, no habían comido en una semana y no podían beber más agua radiactiva, estaban tan débiles que les costó entrar, pero cuando vieron mi despensa y mis reservas de agua fue la anarquía, bebiéndose botellas enteras de agua, las niñas golpeando latas con martillos para acceder al nutritivo interior (hasta que Marcela les enseñó a abrirlas), pero luego se iban limpiando todo rastro y llevándose cosas, hoy se habían entretenido con la película, pero era tan larga que no calcularon el tiempo y no pudieron limpiar sus rastros ni escapar.
-Niñas, id a comer en la cocina – dijo Marcela.
-Pero mamá…
-¡Id!
Las chicas obedecieron y Marcela cerró la puerta, en ese momento sacó un cuchillo y se acercó a mí.
Yo le supliqué que en este refugio había espacio y comida para todos, pero ella me rasgó el pantalón liberando mi verga.
Se quedó mirándola largo tiempo, su respiración sobre mi miembro me excitaba de sobremanera, durante largos minutos me respiró sobre mi miembro antes de engullirlo de golpe.
Arqueé mi cuerpo, hacia mucho que no sentía ese placer, hacia mucho que no sentía la lengua de una mujer acariciando mi glande.
Tuve una corrida de campeonato, llenando le la boca, ella saboreó la leche antes de tragársela.
-cielos, no había echo esto desde que… mi marido me dejó para irse al refugio.
-¿el que hay cerca de aquí? – pregunté
Ella respondió afirmativamente.
Le expliqué como encontré el refugio gubernamental.
Ella sonrió maliciosamente, no le sentó bien que la dejara tirada para salvar el culo.
Se me acercó al oído, apoyando sus pechos en mi torso y me susurró que me soltaría, pero si intentaba algo, me cortaría la garganta.
Me soltó y la abracé, la abracé con fuerza mientras besaba aquella criatura celestial que sobrevivió al infierno nuclear, esos labios despertaron mi verga deseosa de carne de mujer.
Ella me lamia los pezones, cielos, que lengua más hábil tenia hubo momentos que casi me faltaba el aliento, acariciaba y mordía esos maravillosos pechos.
Ella gemía de gusto, era su debilidad, seguí atacando sus pechos hasta que arqueó su espalda, su concha chorreaba de néctar que succioné aprovechando la debilidad de Marcela, la cual se agarraba a la cama y se mordía los labios.
De nuevo ella arqueó su espalda y yo bebí sus fluidos con placer, vi a Marcela, toda sudada, jadeando y esa mirada de extasiada.
Tenia que penetrarla.
Cogí de un cajón un preservativo, espero que la fecha de caducidad no haya pasado, pero Marcela me lo quitó y me dijo que ya ha estado mucho tiempo sola.
Quería que la hiciera madre.
Mi polla estaba fuera de si, separé sus piernas mientras ella agarraba mi falo y lo dirigía a su concha.
Olvidé lo cálido y suave que era el interior de las chicas, ella estaba tan mojada que no hubo problemas.
Tenia la sensación de que me observaban, vi que eran las hijas de Marcela que se turnaban para ver que le hacia a su madre.
Pero ver botar los pechos se Marcela me ponía burro, me movía más y más rápido hasta que acabé dentro de ella.
Me quedé dentro de ella un rato, ambos jadeamos de cansancio.
Ella quería irse con sus hijas, pero yo la agarré de la mano y le pregunté si quería ducharse conmigo.
Ella me sonrió con su cara de extasiada.
Cuando cayó el agua, ella jadeó de placer, me confesó que no podía creer que pudiera ducharse con agua caliente otra vez.
Mi erección apuntó a su concha, ella se dio cuenta y acarició mi verga con sus labios vaginales.
Mierda, eso me ponía burraco, acaricié sus pechos con mis manos y ella me empezó a lamer los pezones.
Demasiado caliente para pensar, la puse cara a la pared y la penetre por atrás con fuerza y pasión, ese calor, esa suavidad olvidadas hace años han despertado la bestia que apenas se satisfacía con las pajas, ahora en vez de mi verga, agarraba las caderas y los pechos de una mujer, no un sueño ni una fantasía, una mujer de verdad, a veces me frenaba por miedo a romperla, pero ella me dio una palmada en la nalga con el grito de más fuerte y eso me animó a darle duro a su matriz.
Una matriz que llené con chorros de semen mientras la abrazaba extasiado, ambos caímos al suelo de la ducha, ella quería irse, pero yo me abrazaba fuerte, ella me dijo que teníamos que ir con nuestras hijas.
No recuerdo que un cura nos casase, pero no le di importancia.
Fuimos a la mesa, las niñas notaban como sonreíamos, me fijé que Marcela las educaba en la mesa (las niñas comían vorazmente las manzanas de mi huerto subterráneo y las latas deshidratadas) cuando les dijo Marcela que la cigüeña les traería un hermanito, ellas dijeron que ya saben de donde vienen los niños.
Ambos nos sonrojamos.
Día 2928
Salimos y les dijimos a las niñas que cerrasen el refugio a cal y canto y nunca, pero que nunca abran a un desconocido si no viene con su madre y yo.
Marcela insistía en ir al refugio gubernamental, tras mucho insistir, la acompañé (¿Qué querían? ¿Qué me hiciera una huelga de piernas cerradas?)
Ya había saqueado todo lo que pude del refugio ¿Qué buscaba Marcela? Ella miraba todos los cadáveres hasta que encontró uno, no parecía distinto a los demás, pero Marcela apretaba los puños y pateó el cadáver desperdigando los huesos, luego agarró la calavera y le dijo.
-hola cariño ¿te acuerdas de mi? ¿tu esposa? La que abandonaste con sus hijas para meterte en este refugio para salvar tu puto pellejo? Que patético, creías que yo y mis hijas moriríamos en una agonía, he de admitir que lo pasamos mal, pero yo y mis hijas estamos vivas y tú solo sirves como cenicero o para echarlo al perro como palito al que traer.
Me hizo señas para que viniera y luego le dijo.
-¿creías que no podría vivir sin tu polla? Pues he encontrado otra mejor, no veas como me taladró el coño, como me llenó de leche ¿no me crees? Espera.
Marcela colocó la calavera mirando la cama y Marcela empezó a desnudarse, me insistió en que la cogiera.
Ante mi sorpresa, ella me bajó los pantalones y empezó a succionar mi verga, antes lo hacia con pasión, pero ahora su felación era arte puro, sabia cuando darme caña y cuando relajarse, tenia la tentación de agarrar su cabeza y marcar el ritmo, pero ella me miró con autoridad para que no lo hiciera.
Cuando terminó de mamármela estaba deseando penetrarla, pero ella le dijo a la calavera.
-mira como tu esposa es follada por un hombre de verdad.
Marcela se puso a cuatro patas y acarició con sus nalgas mi verga hambrienta, no dudé en penetrarla con fuerza y violencia, su calor, su suavidad y como sus músculos vaginales abrazaban mi carne me ponían a tope, oía mis caderas golpear violentamente sus nalgas.
-AH, SI, MALDITO CABRON, DAME DURO, DAME DURO, ENSEÑALE A ESE SACO DE HUESOS COMO TRABAJA LA CARNE DE TU POLLA, COMO ME USAS CADA NOCHE, COMO ME PREÑAS CON TU LECHE Y ME AGARRAS PARA DARME MÁS Y MÁS, ENSEÑA A ESE PICHICORTO LO QUE ES UN MACHO DE VERDAD, ENSEÑALE QUE SOY TU HEMBRA DESEOSA DE TU CARNE Y TU LECHE, ¡TOMAMEEEEEEEE!
Esas palabras me ponían y bombeé con rabia agarrándola de las caderas, de vez en cuando le daba una palmada en sus nalgas, cuando estaba a punto de correrme, me agarré a sus pechos, sintiendo esa dulce suavidad.
Sentí que toda mi fuerza se me iba tras esa corrida, llené su interior y me quedé dentro de ella, quería descansar, pero ella me invitó a probar un agujero que su marido no tocó.
Su culito.
Mi falo volvió a levantarse, ella se apoyó en la pared, frente al cráneo de su marido.
Me puse detrás de ella y agarré sus pechos, Marcela volvió a hablar con su marido.
-¿te gustan mis pechos? Si, debes haberte hecho muchas pajas pensando en ellos, miralos, miralos agarrados por mi macho, mira como me los toca, a ver si aprendes algo y mmmmm, mierda, si, lo has adivinado, me suplicaste muchas veces que me sodomizaras, mira ahora lo que me mmmmm hace mi macho, mierda, es grande lo que me mete, el doble de grande de lo que tu tenias, seguro que no podre sentarme en meses, pero mmmm que gusto me esta dando este hijo de puta, no pares macho mio, tratame como la puta que soy, rómpeme, rómpeme de gusto ooohhhhh.
Ambos llegamos al orgasmo a la vez, cielos, caí agotado, pero Marcela cogió la calavera y la puso en el suelo, echó el semen que goteaba por su culo y su concha mientras le decía.
-toma, un recuerdo, para que recuerdes que eres el mayor cornudo del infierno.
Acto seguido, le dio una patada a la calavera que quedó hecha pedazos.
Se puso su ropa y me miró sonriente.
-Vayámonos, no tengo nada que me retenga aquí.
Día 3000
Disfruto con mi familia, mi mujer, mis hijas y el que va a venir, si, Marcela está embarazada, solo espero que la radiactividad no le provoque mutaciones, las niñas están felices, el sexo con mi esposa es intenso, sobretodo porque uno de mis soldados le ha alcanzado el ovulo.
Día 3200
¡Álvaro ha nacido! ¡es un niño! Marcela tuvo un parto difícil pero satisfactorio y el niño está sano y sin signos de mutación, las niñas se pelean por tener a su nuevo hermanito en brazos, pero por ahora, los únicos brazos en los que está es en su madre.
Marcela dedica mucho tiempo a Alvaro, tanto que apenas tenemos sexo.
Día 3250
Un grupo de supervivientes a llegado a nuestra zona y se ha instalado en el refugio gubernamental, decidimos observarlos, son cinco familias, 3 padres 5 madres 5 hijos y 3 hijas
No parecen hostiles, no están armados, pero no conviene fiarse.
Día 3280
¡nos dimos un susto! Al volver de nuestra vigilancia nos encontramos a las hijas de Marcela con dos chicos del grupo que observamos, casi les vuelo la cabeza si las niñas no me lo hubieran impedido.
Por la tarde vinieron los supervivientes para hablar, tienen buenas ideas sobre cultivar, uno de ellos es medico y otro es un experto en descontaminar tierra.
No me gusta que las chicas pasen tanto tiempo con los chicos, esos tienen 11, 14, 15, 17 y 20 años, las chicas se fijaron en los mayores.
La idea de que las están cogiendo me saca de quicio y lo peor, han desaparecido condones de mi mesa.
Día 3300
Esto parece una pequeña aldea, pero hubo un acontecimiento que me ha sorprendido, el chico de 17 años me ha pedido la mano de Laura (seguro que el hijo de …. La ha preñado y quiere formalizar su relación y responsabilizarse).
Me miraba aterrado, si supiera lo que pienso de el…
Día 3700
Nuestra primera cosecha fue un éxito, nuestros esfuerzos dieron sus frutos y… si, Laura estaba preñada y dio a luz una niña y está embarazada de 7 meses, Ines dio a luz un niño, pero no quiere decirme de quien.
Pero
Tengo motivos para ser optimista en el futuro.
Este es mi ultimo apunte en el Diario.
Querido lector, acabas de leer el segundo relato correspondiente al XXI Ejercicio de Autores. Te pedimos que dediques un minuto a puntuar este relato entre 0 y 10 en un comentario al mismo, lo tendremos en cuenta para decidir qué relato de los presentados al Ejercicio es el mejor de todos ellos. Gracias.