Diana y Cecilia. amigas del Colegio (5 de 6)
Cecilia experimenta nuevas sensaciones.
Diana y Cecilia. Amigas del Colegio V
Capítulo V
El sábado siguiente Diana y Marcelo, padre de Diana se presentaron en la casa Carlos a la hora convenida.
-Mucho gusto de conocerte Carlos.-
-Lo mismo digo Marcelo. Hoy mi hija conocerá ser cogida por otro hombre. Luego que se desnude, tú decides si te apetece o no hacer uso de ella. En cualquier caso algunos azotes en el culo le sentarán bien.-
-Carlos, he visto los videos y cómo Diana era castigada. Me ha parecido muy bien. ¿Te ha gustado coger con ella?.-
-Sí. Tiene buen cuerpo y un culo apretadito, que ya lo he probado. Me gusta cogerla, pero no perdamos tiempo, vayamos a por las chicas. Marcelo, ¿qué quieres hacer?¿Desnudarla tú?¿Que se desnude ella o qué?.-
-Que se desnude ella misma, Completamente desnuda. Luego quiero esposarla como has hecho tú con Diana y llevarla a sótano. Estoy ansioso por cogerla primero y luego hacerle algunas cositas.-
-Que se desnuden ambas. Tengo dos pares de esposas. Así las llevaremos al sótano.-
Ambas jóvenes comenzaron a desnudarse. Diana sería la primera vez que su padre la viera desnuda de cuerpo presente. No demoraron en quedar ambas como vinieron al mundo. Marcelo se acercó a Cecilia y comenzó a tocar su cuerpo. Primero las tetas, luego el cuello y la espalda, mas tarde el culo y finalmente los labios vaginales, el clítoris y el dedo pulgar en la vagina.
Luego de esposar a ambas se dirigieron al sótano. Carlos, una vez llegado al lugar dijo:
-Han sido traídas aquí para aprender cómo deben comportarse para satisfacer los deseos de los hombres. Tú Diana nuevamente la recibirás de las tres maneras posibles y cuanto a ti hija, tendrás el honor que Marcelo, si es que le resultas suficientemente apetecible, será el encargado de cogerte. Ambas saben que si su comportamiento no es satisfactorio serán castigadas. Yo me encargaré de Diana y Marcelo de Cecilia. Ahora demuestren su sumisión inclinándose hacia delante y separando los cachetes del culo.-
Ambas jóvenes obedecieron de inmediato. Marcelo sacó su verga y comenzó a pasarla por la concha de Cecilia. Ésta dejaba hacer. No sabía si sería penetrada por la concha o el culo, pero casi no le importaba. Estaba muy caliente y no le importaba quién fuera el dueño de la verga, lo importante era que se la metiera hasta el fondo.
Por su parte Diana estaba algo avergonzada de encontrarse próxima a ser cogida, delante de su padre, a pesar que ella se quejara que justamente su padre no se la había cogido antes. Carlos, más calmo, condujo a Diana a una cruz de San Andrés y ató sus tobillos, muñecas y cintura. Por supuesto sus piernas estaban separadas dejando la concha a la vista.
Carlos comenzó a acariciar sus tetas y luego pasar sus dedos por la concha y el clítoris. La excitación de la muchacha aumentaba a cada momento. Hizo girar la cruz de manera que Diana quedaba en posición invertida. Entonces Carlos, además de continuar acariciando su depilada concha, se humedeció las yemas de los dedos con vaselina lubricó tanto la entrada de la vagina como el culo.
Luego Carlos liberó su verga y la acercó a la boca de la muchacha que de inmediato comenzó a mamarla.
-Marcelo, Mira que bien la mama tu hija. Aprendió rápido a hacerlo.- comentó Carlos.
-Fíjate que lo haga bien, caso contrario merece un castigo.-
Por su parte Marcelo estaba frente a Cecilia, que permanecía con esposada con los brazos en la espalda. Le chupaba las tetas mientras con sus manos le acariciaba y culo y la excitaba tocándole el clítoris. Para la joven era un experiencia distinta. Nunca hubiera imaginado que sería cogida por el padre de su mejor amiga, pero cuando Marcelo se bajó los pantalones y ella pudo apreciar el tamaño de la verga, no pudo contener un a exclamación. Era de buen diámetro pero lo que más llamó la atención de la joven era el largo. Una enorme verga apuntaba a su concha.
-Me va a salir por la garganta. La tienes muy larga.-
-No es para tanto. Quizás sea un poco más larga de lo común, pero no lastima a nadie. Vamos, separa las piernas que quiero cogerte.-
Diana, a pesar que tenía la verga de Carlos en la boca, miraba con curiosidad a su padre. Efectivamente la tenía larga. ¿Cómo sería ser penetrada por una así? Lástima que él no quisiera cogerla. Tenía la esperanza que luego de este sábado, por lo menos algunas veces se la metiera en la concha.
Comenzó a introducirle la glande mientras con que con las manos retorcía, al principio suavemente y luego con más fuerza, sus pezones. Siguió empujando hasta que la tuvo toda adentro. Entonces cambió la posición de las manos y le agarró el culo.
-Muévete chiquilina. Quiero que la sientas bien, que te llegue bien adentro y descargar un chorro de leche dentro tuyo.-
Mientras tanto adelantó uno de sus dedos con intención de introducirse en el agujero del culo. Cecilia dio un respingo que hizo clavar la verga de Marcelo más adentro aun. De todas maneras no pudo evitar que el dedo índice se introdujera completamente en el culo.
En ese momento Cecilia se sintió verdaderamente una puta. ¿Cómo había llegado a esto? El padre de su mejor amiga se la estaba cogiendo mientras ella permanecía esposada y su amiga Diana era cogida por su padre. Su excitación decayó bruscamente mientras sentía que el semen se metía profundamente en su vagina. Esto fue notado por Marcelo que la increpó.
-¿Es que no te ha gustado que te cogiera?¿Te parece que esta verga no es digna de ti?-
-Ocurre que se me pasó la calentura y no me corrí. No tengo más ganas de coger.-
Fue entonces cuando intervino su propio padre:
-¿Qué estas diciendo? ¿No tienes ganas de coger más? Sabes perfectamente que así no se trata a quién tan amablemente quiere cogerte. Por favor Marcelo, castígala como se merece. ¡Es una chiquilina impertinente! En aquel armario tienes algunos látigos.-
-Debo reconocer que nunca ninguna de las mujeres que he cogido me ha dicho semejante cosa. Unos azotes en el culo y en las tetas le harán implorar que la coja.-
-¡Con el látigo en las tetas no! ¡Duelen mucho! Me volvieron las ganas de coger mero con el látigo en las tetas, por favor no.-
-Demasiado tarde.-
Marcelo condujo a Cecilia a un poste y ató sus manos en lo alto. Aseguró su cuerpo de manera que el culo, primer destino de los azotes, quedara expuesto. Mientras tanto la joven lloraba en silencio. Ya otras veces había sido azotada por su padre en las tetas y le dolieron por varios días.
El látigo elegido era de cuero trenzado y de cola corta, no más de cincuenta centímetros. Sin mediar palabra descargó diez azotes en el culo blanco, que se tornó a rayas, de Cecilia mientras ésta gemía de dolor. Luego la cambió de posición y tomando una fusta se preparó para castigar las tetas de la amiga de su hija.
El primer azote cayó justo sobre los pezones al mismo tiempo en que Diana recibía una abundante carga de Carlos en su boca t también se corría producto del magreo que estaba sufriendo su concha.
Debido a reales y abundantes lágrimas que corrían por las mejillas de Cecilia, Marcelo decidió no darle más de seis azotes. Al finalizar las tetas de la joven estaban hinchadas y con las marcas propias de la fusta.
-Cecilia, estás ahora con ganas de coger o debo continuar castigándote.-
-¡No!¡Por favor. Cójame como quiera y por dónde quiera pero deje mis tetas. Me duelen mucho.-
Marcelo le desató las muñecas y la inclinó sobre un caballete. Iba a sodomizarla, por lo cual humedeció la entrada.
-No quiero que te resistas ni cierres el culo. Te la voy a meter por atrás y te quedarás calladita, facilitando la entrada. Si no lo haces los azotes irán directamente a la concha.-
-¡No!, ¡No! Métamela por el culo que no diré nada. No más azotes.-
Marcelo separó los cachetes y apareció un ano relajado, ligeramente abierto, quizás producto de otras sodomizaciones anteriores. Comenzó a empujar hasta que la tuvo toda adentro. Comenzó a moverse lentamente mientras Cecilia hacía esfuerzos por dejar el culo relajado a pesar del dolor que sentía. No logró correrse antes que Marcelo dejara una pequeña cantidad de leche en su interior.
Por su parte también Diana fue cogida tanto por la vagina como por el culo. Luego de más de tres horas de permanencia en el sótano, ambas mujeres, todavía desnudas, se dirigieron al baño a tomar una ducha y sacarse los restos se semen de sus cuerpos, mientras los hombres comentaban las cualidades de los cuerpos de ambas jóvenes.
-Mi estimado Carlos. Hay unas disciplinas que son muy buenas para castigar a estas rebeldes cuando se portan mal. En el curso de la semana se las haré llegar. Estoy seguro que tanto Cecilia como Diana necesitan de vez en cuando una corrección.-
-Le agradezco su preocupación. Dígame, ¿Le satisfizo cómo fue atendido por Cecilia?.-
-En general sí. Como habrá observado se portó un poquito mal y debía corregirla.-
-Sí, eso ya lo vi, ¿pero cree que se ha comportado bien, disfrutó cogiéndosela?-
-Sí, creo que podría repetirse esta experiencia. Cecilia tiene un muy lindo culo y es una belleza verla desnuda. Si tiene fotos de ella mostrando su cuerpo, quisiera que me enviara alguna, lo mismo que si le toma fotos a Diana. No tengo ninguna de ella desnuda.-
-Pronto haremos una sesión fotográfica con ellas y quizás alguna amiga más. Le enviaré copias.-
Así se despidieron hasta la próxima oportunidad.