Diana y Cecilia. amigas del Colegio (3 de 6)

Más y nuevas experiencias para Diana.

Diana y Cecilia. Amigas del Colegio III

Capítulo III

El sábado siguiente, tal como había sido acordado Diana llegó a la casa de Carlos. Abrió la puerta la madre de Cecilia.

-Hola Diana, tú por aquí. ¡Qué gusto verte! Carlos ya viene. Espero que lo disfrutes hoy también.-

-Seguramente si usted no tienen inconveniente.-

-¿Inconveniente? No querida, si Carlos te ha invitado él sabe por qué lo hace.-

Carlos entró en la sala y luego de besar en la boca a Diana, la tomó de la mano y se dirigieron al dormitorio.

¿Quieres desnudarme tú o prefieres que lo haga yo. Recuerdo eso que sería un signo de sumisión si me desnudaba yo.-

-Efectivamente, quiero que te quites la ropa tú misma y quedes completamente desnuda.-

Diana comenzó a quitarse la ropa hasta que la última prenda, sus bragas, cayeron al piso.

-Ahora te darás vuelta. Voy a ponerte unas esposas con los brazos en la espalda.-

-¿Eso también es parte del aprendizaje? ¿No me va a coger?-

-Es parte del aprendizaje y te voy a coger. No tengas dudas.-

Una vez con las esposas puestas, Carlos las tomó con una mano, mientras con la otra palpaba las tetas y los pezones de la joven.

-Veo que has comenzado a excitarte. Tienes los pezones hinchados y duros.-

-Y… la verdad es que estoy caliente.-

-Ahora iremos al sótano. Allí será el lugar en el que te cogeré. Vamos.-

-¿Me llevarás así desnuda y con esposas al sótano? Tu mujer estaba en la sala.-

-Sí, quizás ella te vea así, sin ropas y esposada dirigiéndonos al sótano. ¿Qué tiene de malo?-

-Me da vergüenza. Ella y Cecilia saben que cogemos, pero que además me lleves desnuda me parece que es demasiado.-

-Me parece que estás necesitando un castigo. Camina y cierra esa boca.-

Salieron del dormitorio y pasaron delante de Lucía que ni se inmutó al verlos. Diana estaba roja de la vergüenza que la embargaba. Más tarde Diana contaba a su madre lo ocurrido.

-¿Cómo te fue anoche con Carlos?-

-Primero te voy a contar y luego te mostraré algo. Primero comenzamos a jugar como siempre. Me indicó que me desnudara. Me puso unas esposas con los brazos en la espalda y salimos a la sala. Así, desnuda, debí ir hacia el sótano. Hasta ahora siempre habíamos estado en el dormitorio, pero esta vez me indicó ir al sótano, lugar que yo no conocía. La mamá de Cecilia estaba leyendo una revista y apenas levantó la vista para verme pasar, como si ya supiera que iba a ocurrir. Debo confesar que me sentí un poco avergonzada de que ella me viera así, seguida por su marido que tenía una mano sobre mi culo y con la otra agarraba las esposas.-

-Una vez abajo me condujo a algo así como un cepo en el cual coloqué el cuello, me sacó las esposas y también las puse en el cepo. Estando en esa posición, Carlos indicó que sería castigada como una nena que se había portado mal en el colegio.-

-Fue entonces cuando se sacó el cinturón del pantalón y me dio cinco o seis azotes en el culo. Al principio me dolieron un poco pero luego sentí que mi concha ardía de deseos. ¡Qué sensación! Luego comenzó a acariciarme las tetas, el vientre y la concha. Yo creía que iba a explotar de tan caliente que estaba.-

-Tomó una crema y me la pasó tanto por la concha, que ya estaba bastante mojada, como por la entrada al agujero del culo. Supuse que me la iba a meter por atrás.-

-De pronto sentí la punta del pene que quería entrar en mi vagina pero apenas entró lo retiró para apoyarlo en el agujero del culo. Allí empujó hasta que me la metió toda adentro. La verdad es que me dolió un poco pero la sensación de sentirme dominada por Carlos me excitaba.-

-Me dio algunos bombazos en el culo y luego me la clavó por la vagina de nuevo. Cuando ya estaba por acabar, otra vez me la retiró de la concha para clavarla otra vez en el culo. Luego de algunos movimientos sentí que la leche caliente me invadía todo el recto.-

-Luego comenzó a manipular el clítoris hasta que momentos después sentí la convulsión de un fuerte orgasmo. Yo quería tocar a Carlos pero mis manos estabas estaban en los malditos agujeros del cepo que no permitían moverlos, pero allí no terminó la cosa.-

-Le estaba implorando que me soltara cuando un nuevo azote con el cinturón impactó en mis nalgas. Recibí alrededor de diez rebencazos. No sabes cómo me calentó. Parece que a Carlos también lo calentó porque dejó el cinturón a un lado y, desde atrás y sin soltarme, me la metió por la vagina otra vez.-

-¡Qué polvazo!. A pesar de tener el culo ardiendo, no puede retener otro orgasmo y otro chorro de leche llenó mi interior. Luego me estuvo amasando un rato las tetas antes de soltarme. Hasta allí había sido una experiencia excepcional. Nos vestimos y nos dirigimos a la sala.-

Cuál sería mi sorpresa cuando Carlos me dijo que quería que viera un video. ¡Había filmado lo ocurrido en el sótano!. Había detalles de todo, tanto de mi cuerpo como cuando me azotaba y cuando me la clavaba por el culo y por la concha. Menos mal que no la vieron ni Cecilia ni la esposa. Luego pasamos a cenar.-

-Dime hija, ¿Te dio una copia del video? Y ¿No crees que Lucía y Cecilia verán el video? -

-Espero que no vean el video. No quisiera que ambas vean cuando soy azotada y cogida por Carlos y mucho menos que observen cómo gozo de los polvos, Aunque por la sonrisa de Cecilia, quizás luego que me fui de la casa, lo miró. Respecto de la copia del video, sí, aquí la tengo. Quiero que luego la veas.-

-Estoy ansiosa por verla. Quiero ver a mi hija gozando del sexo. Creo que podríamos decirle a tu padre que después la vea. Estoy segura que le interesará, pero primero veamos cómo has salido.-

-Bueno mamá, déjame que te siga contando. Durante la cena se hablaron de varias cosas y en particular de cómo seguir. En principio hemos quedado que todos los sábados iré a la casa de Carlos a coger. Él me dice que tiene nuevas cosas que enseñarme y que quizás, como somos muy amigas entre Cecilia y yo, él podría enseñarnos a las dos juntas todo lo que sabe sobre el sexo. ¿Qué opinas tú? ¿Será una buena idea que nos enseñe a las dos juntas?-

-Ya lo creo. La presencia de las dos jóvenes incentivará la imaginación de Carlos y así su desgaste será un poco menor para dejarlo en condiciones para cuando deba atender a tus otras compañeras. ¿La mamá está de acuerdo?-

-Sí. Estuvo muy de acuerdo y contenta que Carlos le ensañara cosas a Cecilia. Lo que no sé es cuánto conoce Lucía de las cosas que su marido, aparte de cogerlas, le hace a las chicas que vamos a la casa. Debo decirte que el asunto que me pusiera en el cepo me calentó mucho. Espero que también lo haga otras veces. Sentirse indefensa y que pueda tocarte aun en las partes más íntimas sin poder resistirse es algo verdaderamente excitante.-

-Veamos el video. Quiero ver tu expresión cuando te la mete por el culo. Supongo que te dolió un poquito.-

Continuará