Diamantes en el Congo

Un viaje en busca de diamantes hizo que la esposa del aventurero fuera servida por el rey de la tribu

Diamantes en el Congo

  1. El Congo, África.

El viaje en barco de vapor por el río Congo (antes conocido como río Zaire) resultó ser largo y pesado... Quedarse sin carbón para encender la caldera y quedarse atrapado en una barra de arena durante 2 días, lo dice todo.

Sir Frank Owens se inclinó sobre la barandilla del barco y vio que éste se acercaba al muelle de amarres... Podía ver de pie en el muelle al doctor Garwok y su guía Pierre Fournier esperando pacientemente.

Sus orejas escucharon los suaves pasos de su esposa Megan que subía la escalera hacia la cubierta principal… Volviéndose, la vio salir de debajo de la cubierta con su paraguas que la protegía del implacable sol africano.

Largos mechones dorados de pelo salían por debajo de su sombrero blanco adornado con encaje… Un velo de seda ligera cubría su rostro y lo protegía del sol.

Owens observó lo hermoso que se veía su cuerpo, incluso vestida con lo que llevaba en ese momento… Ya cerca de él pudo escuchar los sonidos apagados de sus altas botas de tacón.

  • "Buenos días, mi amor... Veo que finalmente despertaste."

Megan, miró a su esposo parado allí cerca de la barandilla del barco... Sus ojos azul oscuro lo miraron fijándose en su corta estatura y su cabello oscuro… Ella pensó con toda el dinero que él tenía no llevaba ropa que se acoplase a como vestía ella... Aún a pesar de su desaprobación, pensó que formaban una buena pareja.

Lo suyo no fue un matrimonio de amor, sino de necesidad… Su padre perdió el poco dinero que tenían en un negocio, y para mantener su posición y la responsabilidad de su familia en la sociedad británica se casó con Owens y su dinero... Eso fue hace 4 años cuando ella tenía sólo 18 años.

  • "Buenos días, esposo", dijo con una sonrisa forzada... En los 4 años de matrimonio, su alejamiento hacia su marido se vio agravado por el hecho de que todavía no tenían hijos.

  • "Lamento haberte hecho venir conmigo, cariño, pero no podría soportar dejarte sola en Inglaterra… El Dr. Garwok y su ayudante Fournier me han asegurado que dentro de un mes o dos, encontraremos diamantes", le dijo acercándose a ella y dándole un beso en la mejilla.

Ella la miró y sus ojos marrones brillaron ante la mención de la palabra ‘ diamantes ’ y tener más riqueza.

  • "Esposo, me hubiera gustado quedarme en Inglaterra"... Sin embargo, Megan tuvo que admitir que la aventura de viajar al extranjero le gustaba, pero no hoy, enfadada por tener que soportar el intenso sol y calor de África.

Pasadas tres semanas, Megan pensó que esto era una eternidad de tortura y miseria… Aun cuando ella viajaba llevada por porteadores, las moscas, el calor y el polvo eran odiosos... El terreno se volvió más áspero, lo que hizo que cada golpe y tropiezo de los porteadores se hicieran más molestos.

Era de noche cuando podía encontrar algo de alivio… Al entrar en la tienda principal, Megan vio a los hombres en una profunda discusión… Fournier, había vivido en esta parte de África muchos años y sus servicios eran muy buscados por los europeos para adentrarse en estos territorios y por eso era el que llevaba la ruta a seguir.

  • "A media mañana llegaremos a la tribu Aurri y es allí donde estableceremos el campamento base… En esta tribu, algo civilizada, son todos barbudos y carecen totalmente de moral cristiana", explicó señalando un punto en un mapa donde el Dr. Garwok y su marido se esforzaban por mirar.

  • "Fournier, ¿podemos tener algún problema con estos nativos?", preguntó el Dr. Garwok frotándose la barbilla mientras pensaba.

  • "No es probable… Son guerreros, pero les aseguro que los regalos que Sir Frank trae deberían ser suficientes para comprarlos."

  • "¡Bien!... Tal vez algunos de estos negros podrían ayudar a nuestra búsqueda", dijo mi marido llenando una taza de su Jerez favorito.

  • "Por supuesto… Nuestros porteadores y los guías están casi agotados y necesitaremos gente nueva para llegar al río Lulonga", expuso Fournier.

Dándose la vuelta para dirigirse a su tienda, Megan se fue… Los hombres continuaron con la discusión... Tenía un baño frío esperándola para refrescarse y también para evitar lidiar con el olor a jerez y humo de tabaco.

Cerca del mediodía llegaron a un pequeño campamento de chozas hechas con ramas y grandes hojas... Sorprendentemente estas chozas eran de un tamaño muy grande.

Megan miró a los aldeanos y se sorprendió de lo que veía… Eran más grandes y mejor alimentados que los porteadores que la llevaban... Su piel era de tonos más oscura, pero resplandecía al sol por algún tipo de aceite… Su cabello de color naranja, por algún tinte que debían utilizar.

Cada hombre llevaba una larga lanza y con caras serias observaban sin emoción cómo la caravana entraba en el campamento… Los exploradores, que fueron por delante, ya habían anunciado su llegada

De pie, en una choza más grande, adornada con gigantescos colmillos de marfil, había un hombre negro de mediana edad... Era el jefe, que iba envuelto en pieles de león adornado con una corona de plumas y marfil… No parecía impresionado cuando los europeos se dirigieron hacia él… Los ancianos de la aldea estaban sentados en semicírculo a los pies del jefe, luciendo pieles de cebra y llevando lanzas cortas.

  • "Saludos, rey Shaka… Te traemos muchos regalos", gritó Fournier.

Y, susurró al doctor y a Owens:

  • "Ahora dejémosle hablar… El rey Shaka habla algo de inglés y francés... Estemos atentos a lo que nos va a decir"… Los otros dos hombres asintieron en señal de acuerdo.

  • "Hola, Señor Fournier, ha venido en tiempos calurosos... ¿A qué han venido?... ¿Quieren cazar leones o a buscar piedras de colores", le dijo el jefe de la tribu.

  • "Gran rey de las piedras de colores, te traigo una gran riqueza con que pagarte con creces esas piedras de colores y por tu ayudo en encontrarlas", se respondió Owens inclinándose para señalar varios cofres grandes que los porteadores habían colgado en sus espaldas.

  • "Veamos si lo que me han traído de regalo cubre el pago de cruzar mis tierras o no son suficientes y se marchan de inmediato”, les dijo entono amenazador el jefe de la tribu, Shaka.

Megan, que ya no era capaz de soportar el calor, sentada en su camastro, saltó al suelo... Pronto fue capaz de respirar profundamente y cuando levantó la vista, vio a toda la aldea mirándola… El silencio se apoderó del pueblo.

  • "La diosa Lulonga ha venido reencarnada en esta mujer."

La voz procedía de un anciano sentado en la esquina de la aldea... Por su pintura corporal de remolinos blancos y rojos, indicaba era un hombre de importancia... Él, esparció tierra por el aire extendiendo sus brazos... Rápidamente, el jefe Shaka se arrodilló y estiró los brazos, al igual que el resto de los aldeanos en señal de adoración.

  • "han traído la reencarnación de nuestra diosa ' Lulonga ' como forma de pago... Eso es más que suficiente para nosotros... Nos sentimos excesivamente pagados por ello.”

De la mañana se pasó rápidamente a la tarde y a la tarde fue cuando se instalaron en una choza que el jefe les proporcionó.

  • "Fue una suerte que apareciera su esposa en esos momentos... Estos bastardos pensaron que ella era la reencarnación de su diosa...  Qué ignorantes... No podría haber sucedido nada mejor... Fue una bendición... Y eso después de que usted estúpidamente habló al jefe, señor Owens, en contra de lo que le dije", exclamó Fournier.

  • "Yo lo que quería hacer era causar una buena impresión al jefe... y le recuerdo que soy yo quien paga esta pequeña aventura y debería tener algo que decir en las cosas", se quejó Owens al guía.

  • "Perder tu cabeza es asunto tuyo, mantener la mía es asunto mío... Tu maldito discurso podría habernos costado la piel... Y, por cierto, no soy francés", le replicó.

  • "¡Caballero, paz!... Dudo que estemos fuera de peligro y si nos atacamos mutuamente será más fácil para estos nativos... Estamos en territorio hostil", dijo el Dr. Garwok arrojando su mochila.

  • "No con Lulonga aquí... Nunca he estado tan contento de tener una mujer como tú ahora con nosotros", le dijo Fournier a Megan.

  • "¿Y qué hay en el rio Lulonga, señor Fournier?", preguntó Megan.

  • "Una Diosa, mi querida señora... Los lugareños aquí hacen que sus mujeres vayan al río Lulonga, al sur de la aldea, para obtener sus bendiciones para tener hijos... Parece que tú tienes un parecido sorprendente con su Diosa pagana."

Owens riendo a carcajadas dijo:

  • "Demonios, sabía que me había casado con una diosa.”

Megan reflexionó con la idea de ser una diosa, pero Fournier interrumpió sus pensamientos y dijo:

  • "Bueno, para estos ignorantes salvajes, su diosa de la fertilidad es una mujer blanca pálida con un gran cabello rubio... Es una suerte que tengamos esta persona con nosotros."

  • "Sé que no quieres quedarte pero el viaje es de casi un mes hacia el río Galango y a través de algunas colinas accidentadas y una pequeña cordillera", le dijo su esposo que ya estaba vestido y ponía los últimos artículos en su mochila.

  • "Frank, entonces, ¿por qué me trajiste aquí para dejarme ahora sola?... Podría haberme quedado en Inglaterra entre gente civilizada y no con estos salvajes."

  • "Megan, es sólo por unas semanas… Fournier me asegura que estarás bien, aquí", le dijo besándola en la frente.

  • "Sólo creo que te importan más esos malditos diamantes que yo", lloró ella.

  • "Sabes que eso no es cierto... Te amo más que a nada en el mundo… Pero tengo que hacer una fortuna como lo hizo mi padre… Es un asunto de orgullo familiar."

Ninguna súplica hizo que su esposo Frank la dejara acompañarlo... Nunca en todos los años pasados junto a Frank sintió tristeza por haberla dejado sola cómo ahora.

Los aldeanos fueron muy amables con ella y muy respetuosos… Sin embargo, ella les temía, no les comprendía, no comían lo que a ella le gustaba, todo era diferente.

Al pasar una semana, Megan notó que el calor durante el día empeoraba y las noches no refrescaban nada… Sus ropas mantenían el calor atrapado contra su cuerpo y caminar con sus botas hizo que sus pies sintieran que estaban caminando sobre brasas... El sol ampollaría su piel si se atrevía a caminar sin su paraguas.

Finalmente, incapaz de soportar el calor, ella comenzó a quitarse ropa pero procurando mantenerse como una mujer respetuosa... Decidió dejar de usar el corsette, sus botas, sus medias y ligas.

Diez días después de la partida de su esposo, el rey Shaka llegó una noche a su choza y le dijo:

  • "Quiero invitarla a la celebración de la boda de mi hija"... A pesar de tener mal genio, se paró delante de ella con sus fuertes piernas separadas y musculosos brazos cruzados en su pecho... La suya era más una orden de asistir que una invitación.

  • "Perdón, Rey Shaka, pero no se considera educado o aceptable asistir a un acto social sin su marido", le dijo Megan esperando que él comprendiera y aceptara su rechazo.

  • "Tú debes ir para dar la bendición a mi hija por su boda... Yo insisto”

Y el rey Shaka se dio una vuelta y se fue antes de que ella pudiera pronunciar otra negativa.

El miedo hizo mella en su mente... No asistir podría insultarlo a él y a su tribu... No asistir no era correcto para que una mujer civilizada... El sonido lejano de los tambores le dijeron que la fiesta de las correas estaba a punto de comenzar y tenía que asistir... La miró ebria y dijo: "No puedo usar esas prendas, no con este calor. Por favor, perdóname, Dios". Al salir, se dirigió al centro de la aldea.

Megan disfrutó viendo la fiesta... Afortunadamente para ella todo estaba en sombras pues la escasa luz procedía de la hoguera encendida en el centro.

Hombres casi desnudos cantaban y bailaban alrededor del fuego al ritmo de los tambores, lanzando sus lanzas al aire en el momento justo... Lo más embarazoso para ella fue ver que los hombres llevaban sólo un poco de tela alrededor de la cintura y los movimientos de sus cuerpos hacían visible su pene... Educadamente volvió la cabeza hacia otro lado cuando lo vio.

Cuando las mujeres salieron, se pusieron en círculo, desnudas de cintura para arriba... Sus pechos rebotaban con cada paso que daban... Todas eran mujeres mucho más fuertes que ella.

Cuando estaba entretenida mirando los bailes, quedó sorprendida cuando dos de las mujeres la cogieron y la llevaron al círculo de baile.

Obligada a moverse con las mujeres en círculos, Megan comenzó a divertirse... Al principio sintió que estaba desnuda, apenas vestida con su falda de seda y su blusa azul pálido.

Su alegría se convirtió en miedo cuando, de repente, los hombres se unieron a las mujeres… Al principio, los hombres bailaron en pequeños círculos alrededor de cada mujer, al ritmo de los tambores... Luego las mujeres empezaron a bailar con los hombres golpeando sus caderas contra los hombres que giraban y al final se emparejaban con uno... Y ella tuvo que hacer lo mismo que veía.

Al no conocer a nadie, Megan se emparejó con un guerrero que era un hombre muy joven con cicatrices en el pecho, tal vez del ataque de un animal… Ella no pudo evitar notar que su pene se balanceaba debajo de la tela de su taparrabos... Sonrojándose, se apartó un poco y no se dio cuenta de que otro guerrero joven bailaban detrás de ella.

Sin aire se quedaron sus pulmones cuando este guerrero la envolvió con sus brazos y presionó su pelvis contra su culo… Sus manos agarraron cada uno de sus pechos y tiraron hacia abajo para que doblase su cintura y sacara más su culo contra la ingle del guerrero.

Asustada, ella podía sentir cómo la polla del guerrero se apretaba contra su culo y sus pezones comenzaron a endurecerse.

Consciente de que podría ser observada, miró a su alrededor, pero notó que las otras mujeres recibían la misma atención de sus hombres, incitándolas a que sacaran sus culos hacia sus pelvis.

Megan podía sentir el aliento caliente del guerrero en su cuello y una vez más, la envolvió en sus brazos y esta vez se balanceó contra ella en movimientos como si la follara.

Nunca con su marido Owens su cuerpo se calentó tan rápidamente... Pero ahora este hombre extraño, un salvaje, tenía su cuerpo pegado a ella cómo esperando a que lo invitara a follársela.

Y, sin esperarlo, el baile había terminó… Dejando allí al desconocido volvió a su asiento... El Rey Shaka le habló:

  • "Le doy el honor de sentarse cerca de mi lado."

A Megan le pareció una petición razonable, así que se sentó cerca del rey.

Megan había visto antes que las mujeres siempre comían después de que los hombres lo hubieran hecho, pero se sorprendió cuando llegó la bandeja de comida y el rey le dijo comiera primero... Obviamente él le estaba dando un honor y no podía dejar de notar las miradas envidiosas de las otras mujeres.

Durante la noche, el rey conversó con ella sobre muchos temas, entre ellos la peligrosa aventura de la expedición de su marido, que podrían ser atacados y muertos con mucha probabilidad por tribus violentas... Él les aviso del peligro pero obviaron su consejo y marcharon.

Debían ser cerca de las 11 de la noche cuando la fiesta de la boda se terminó y Megan regresó a su choza, preocupada por lo que le había dicho el Rey... En el interior, alguien había encendido las lámparas de aceite y la habitación estaba iluminada. Sentada en su baúl, se quitó las zapatillas que llevaba.

En esos momentos el rey Shaka entró en la choza... Con valentía se acercó a ella y se agachó para mirarla a los ojos.

  • "Sois una mujer bonita, y quiero tenerte para mí.”

El corazón de Megan se sobresaltó de inmediato al escucharlo y aturdida, lo miró... Sus ojos azules lo miraron fijamente a la cara... Era un hombre muy musculoso… Muy diferente a su marido… Su cabello de color naranja y su piel aceitada lo hacían parecer extraño… Su piel de color carbón negro contrastaban con la blancura del suyo... El único otro color era el interior rosado de sus labios y el color más claro de las palmas de sus manos y las plantas de sus pies.

Ella lo mira a cámara lenta mientras ve que sus manos oscuras alcanzan los botones de su blusa… Tragando saliva, contuvo el aliento sientas le iba desbotonando su blusa.

  • "Por favor, señor, no puedo... Yo,.. yo,.. pertenezco a otro hombre", logró decir finalmente cuando le abrió la blusa.

  • "Aquí, todas las mujeres pertenecen a la comunidad... Tu marido no vendrá", le dijo con una sonrisa mostrándole sus dientes blancos.

  • "Pronto tendrás mi semilla en tu vientre", le dijo.

Oh Dios mío, esto no me puede estar pasando’ , pensó Megan.

Sus palabras de hacer que ella le diera un hijo la devolvió a la realidad.

  • "Señor, soy una mujer casada y..."

Sus palabras se atoraron en su garganta cuando las manos del Rey Shaka desaparecieron dentro de su falda de seda... Ella no podía ofrecer resistencia a este hombre tan grande y fuerte.

"!Aaah... Nooo… Aaah!", gritó.

Megan contuvo el aliento cuando los dedos del Rey encontraron un pezón erecto y comenzó a apretárselo, retorcérselo y estirárselo.

Sus gemidos se amortiguaron cuando los labios del Rey encontraron los de ella, que intentó separarse, pero su beso húmedo llenó su boca y lo mantuvo.

Temiendo caer al suelo con él encima, ella dejó de apartarse... Pero cuando el beso terminó, los labios del Rey se deslizaron hacia su cuello... La humedad y el calor de su aliento le provocaron un escalofrío por todo su cuerpo.

Con un amplio tirón al sujetador, sus pechos quedaron libres a la vista del hombretón.

Megan miro a su rostro mientras observaba la expresión de su cara... Era una mirada curiosa y desconcertada... Vio que sus manos levantaban sus pechos llenos para exponerlos a sus ojos curiosos, en especial, sus pezones tiesos, de color rosa claro.

Soy una mujer cristiana y no puedo permitir esto’ , se susurro a si misma al ver lo que le estaba haciendo.

Pero antes de que ella pudiera repetir esas palabras en voz alta, la cabeza del Rey Shaka apareció en su pecho e inmediatamente sintió su boca húmeda en su pezón.

  • "¡Noooo... Aaaah!", susurró ella.

La otra mano del Rey encontró su otro pecho y sus dedos le trabajaron de igual modo su otro pezón hasta ponérselo tieso.

Ella vio su piel negra oscura contrastando con su piel de marfil cuando su pezón desapareció en su boca... Ella comenzó a temblar sabiendo que él iba avanzando hasta lograr lo que le apeteciera hacerle.

Pronto la mano izquierda del hombretón estuvo puesta en su regazo e intentó meterla entre sus muslos... En respuesta, ella apretó las piernas con fuerza para evitarlo.

Como él no tenia prisa alguna, volvió a poner su boca en un pezón y ahora chupó más fuerte.

  • "Aaaah", jadeó Megan.

Y su placer subió de nivel mientras veía como el hombretón cambiaba su pezón izquierdo mojado y tieso por el derecho... Esto debilitó la fuerza de sus piernas y él pronto encontró su coño.

  • "Ooooh", susurró ella.

Débilmente, ella puso sus manos sobre los hombros del hombretón y trató apenas de alejarlo... Pronto se encontró a sí misma colgando de él, casi atrayéndolo sobre ella.

De pie, Shaka la puso junto a él... Sus ojos azules miraban los suyos.. El hombretón agarró los lados de su vestido y comenzó a tirarlo hacia abajo.

  • "Por favor, no", dijo ella .

Sin hacerle caso, Shaka lo llevo al suelo... Megan, al sentirse desnuda, reaccionó cubriéndose con sus manos sus genitales para ocultárselos a su vista.

Shaka la levantó en brazos y la llevó a un montón de pieles y ella sintió el suave tacto en su espalda y en su desnudo culo... Luego, lo vio de pie y tirar de la piel de león que cubría su sexo.

Ante ella había un pene de pesadilla y abrió sus ojos, asustada... Pensó que tal vez tenía unos 25 cm. de largo y casi 6 cm. de grosor... Estaba tiesa y parecía amenazadora.

  • "Por el amor de Dios no lo hagas... Por favor", le suplicó.

Megan estaba muy excitada porque sabía perfectamente lo que iba a suceder y sin ni siquiera querer evitarlo.

  • "Ahora serás mía… Serás la mujer de mi hijo", le dijo Shaka sonriendo mientras veía la expresión de susto en su cara cuando escuchó sus palabras.

Megan entró en shock al darse cuenta de que era posible que su vientre se hinchara llevando un niño salvaje... Es muy posible que Shaka la preñara... Al pensar en eso, comenzó a tratar de juntar sus piernas de nuevo, pero él se puso entre sus piernas y la acarició suavemente mientras la miraba fijamente a sus ojos.

Como respuesta, su cuerpo se estremeció y dejó de ofrecer resistencia a abrir sus piernas... Ella vio que su cuerpo negro se acercaba y también vio que comenzaba a posicionarse poniendo su erecta gran polla a la puesta de su coño.

El primer golpe de su dura polla en su coño le produjo un hormigueo por la espalda y por la parte posterior de sus piernas... El ‘ monstruo ’ había empujado para pasar a través de la mata de ello que cubría su coño.

Su primer empuje encontró la resistencia.

  • “¡Oooggffff!... Por favor, no!... ¡Aaagg!”, gritó cuando sintió la gran polla, empujando y tratando de meterse dentro de su coño... En esos momentos su cuerpo la traicionó y ella comenzó a empujar sus caderas hacia su polla y se abrió más.

Mirando hacia abajo, ella pudo ver como la monstruosa polla comenzó abrirse camino dentro de su coño... La cabeza ya había penetrado y el placer la embargaba totalmente.

Temblando, observó cómo el tronco oscuro de esa monstruosa polla se deslizaba dentro de su coño y desaparecía entre sus muslos blancos... Sin darse cuenta sus piernas se enroscaron alrededor de él para que se la metiera más profundamente dentro de ella.

  • "¿Quieres ahora la semilla de Shaka?"

Ella se demoró en responder, pero sus lentos empujones la hicieron responder:

  • "Aaaah... Siii", jadeó Megan y apretó con sus piernas para animarlo a continuar.

  • "Quieres mi polla dentro, verdad"?

  • "Sí... Oh, sí"

En muchas ocasiones Megan se había masturbado pero nunca llegaba a correrse... Ahora, sintiendo la monstruosa polla de Shaka dentro de su coño todo fue diferente... Con desesperada urgencia, su cuerpo trabajó con el Shaka para correrse juntos, como así fue.

Shaka rugió y gritó de placer hundiéndole toda su polla en ella... Y Megan sintió un repentino impulso de empujar su cuerpo hacia él para que le tirara toda su semilla en su coño y también se corrió.

Más tarde, esa noche, cuando Megan estaba acostada, recordando los repetidos golpes de polla que le dio Shaka, se preguntó si alguna vez podría regresar a Inglaterra... Ella incluso se preguntó si querría irse después de haber sido follada tan salvajemente durante esta noche y las todas noches que vendrían.

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