Día luminoso

Una buena preparación y protección es fundamental para que todo salga bien! :)

El muchacho entró en la farmacia y pidió al farmacéutico:

  • Señor, déme un preservativo -y, ante la cara de incredulidad del dependiente explicó en tono casi tartamudeante-. ¿Sabe?. Verá... es que mi novia me ha invitado a cenar esta noche a su casa y, como ya venimos saliendo desde hace tres meses, parece que algo quiere.

El farmacéutico le despachó el preservativo.

  • Señor -pidió vacilante-, sí... ya... pero, ¿podría darme otro más?. La hermana de mi novia también está buenísima

El farmacéutico le dio el segundo.

  • Y sí... pero... por si acaso, ¿podría darme otro?. La madre de mi novia está recontra buena y lanza unas miradas que parecen insinuaciones.

A la hora de la cena, y el muchacho estaba sentado a la mesa con su novia a la derecha, la hermana al otro lado, y la madre al frente, cuando llegó el padre y se sentó a la mesa al lado de su esposa. El padre le pidió que bendijera la mesa. El muchacho bajó la cabeza, juntó las manos y empezó a rezar:

  • Señor, bendice estos alimentos, bbzzz, bbzzz, bbzzz...Te damos gracias por estos alimentos que vamos a tomar, bbzzz, bbzzz, bbzzz...

Pasó un minuto... dos minutos... tres minutos... y el muchacho seguía con la cabeza baja y rezando:

  • Gracias, Señor por estos dones, bbzzz, bbzzz,bbzzz...

Pasaron cinco minutos y seguía:

  • Bendice, Señor, este pan, bbzzz, bbzzz, bbzzz...

Pasaron más de diez minutos y el muchacho seguía rezando con la cabeza baja Todos se miraron sorprendidos.

  • ¡Pero, cariño! -dijo la novia-. ¿No sabía que fueras tan católico?.

Y respondió:

  • ¡Tampoco yo sabía que tu fueras la hija del farmacéutico!.