Día loco de sexo con mi ex (1)

Como se prepara una infidelidad con tu ex. Un dia loco lleno de pasión, entrega, y sobre todo mucho sexo.

En primer lugar me voy a presentar. Me llamo Juan. Soy un joven o señor, según lo quieran ver, en la treintena, que esta casado con una joven también en la treintena. Tenemos hijos y la verdad es que no estoy muy felizmente casado, todo hay que decirlo. Físicamente no me considero mal, estoy bastante contento, y mi mujer, después de los hijos, la verdad es que esta bastante bien, aunque eso no haga que nos vaya bien. Mi vida sexual es un poquito escasa y mi trabajo me absorbe mucho tiempo.

Dicho esto os contare un gran relato que me paso hace tiempo, con una exnovia que tuvimos un gran encuentro después de mucho tiempo sin vernos.

Tras una de nuestras múltiples discusiones con mi mujer, yo la verdad es que estaba bastante agobiado y quemado, así que me fui de casa a dar una vuelta y aproveche para llamar a Luisa una ex que hacía mucho tiempo que no hablaba con ella. Me contó que se había echado novio y que no le iba mal, pero que recordaba los buenos momentos que pasamos nosotros juntos, y que no era igual que con su novio. Si te dice eso una mujer, de la que estuviste locamente enamorado, con unas copas de más, y recién discutido con tu mujer, pues no tardas mucho en tirarla los trastos.

Acordamos que ese día, en ese preciso momento no nos podíamos ver, pero quedamos para otro momento.

Solo pasaron unos días cuando me llamó y me dijo que su chico se iba unos días fuera de la ciudad por motivos de trabajo, por lo que podría quedar sin problema. La comente que tendríamos que tener un día loco de pasión, pero solo durante el día. Que me lo cogería libre en el trabajo, pero que a mi mujer le diría todo lo contrario, que llegaría tarde ese día, que teníamos cena de trabajo. Ya estaba todo organizado, podríamos vernos desde las 10 de la mañana aproximadamente, hasta las 12 de la noche. Acordamos entre los dos en quedar en una casa que tengo libre en la ciudad. Tengo que decir que económicamente ando bastante bien, y tengo un par de casas compradas para alquilar, pero en ese momento una de ellas la tenía disponible.

Te estaba esperando. Son las 10 en punto y llamas a la puerta. Te abro. Pasas y cuando cierro te acercas despacio sobre mi boca y me das un beso sensual, discreto, morboso, sencillo. Te separas y por fin puedo ver lo que llevas puesto. Unos zapatos con tacones de aguja elegantes, se pueden ver unas piernas preciosas, como ya las conozco debajo de unas medias y un abrigo negro, de piel, que tapa todo tu cuerpo. Con un bolso de esos grandes, como te gusta llevar y de los que caben muchas cosas. No puedo ver mas, estamos en invierno, hace mucho frío y vienes muy tapada.

Te cojo de la mano y vamos al salón, nos sentamos en el sofá. Yo estoy en traje, hay que recordar que supuestamente estoy trabajando. Te pregunto:

Juan: ¿Te importa que me quite la chaqueta y la corbata para estar más cómodo?.

Luisa: Faltaría mas, ponte cómodo amor.

Me retiro la chaqueta y la corbata y me desabrocho un par de botones de la camisa, hace calor puesto que la calefacción esta a tope, es el problema de los pisos de comunidades. Me siento y la digo

Juan: Quítate el abrigo, que te vas a asar

Luisa: ¿Estas seguro que quieres que me lo quite?

Juan: Tu veras, pero hace calor, y es para que estés mas cómoda, no veo porque no te lo vas a quitar. ( En esos momentos yo sospechaba que podría estar pasando).

Luisa: De acuerdo, tú lo has querido, tus deseos son órdenes.

Se levantó, se desabrochó el abrigo y lo dejo caer al suelo. No me lo podía creer. Mis sospechas echas realidad. No llevaba nada de ropa debajo, solo la interior. Esas medias preciosas que se veían, terminaban con un ligero que no conocía. A juego un tanga precioso negro, con un lacito rosa por delante, y un sujetador que marcaba perfectamente ese maravilloso pecho que tienes, 95. Todo a conjunto, sabes estar en todos los detalles, y eso es lo que me apasionaba de ti. Sabes que me encantas. Con tus 35 años tienes un cuerpo precioso, y sabes cuidarlo, tus 4 días a la semana de gimnasio merecen la pena. Nada de operación, todo al natural y muy bien cuidado.

Te sientas y cruzas las piernas de forma elegante, como la mujer educada que eres a pesar de estar en ropa interior, pero que cuando lo deseas y te interesa, te conviertes en un autentico demonio. Yo no se que decir. Sabemos para que hemos ido, nos deseamos mutuamente, tú estas en ropa interior súper sexy, pero tenemos todo el día. ¿Qué hago?

Juan: Bueno, y que tal te va en el trabajo y la vida. Cuéntame que hace mucho que no hablamos.

Luisa: Tenemos todo el día, te contaré todo, pero ahora es lo que menos me apetece. Llevo dos semanas desde que hablamos sin hacerlo con mi chico, para darte toda mi energía, y coincide que estoy en mi momento de mayor pasión sexual. Estoy deseando besarte, chuparte, que me comas, hacerlo con tigo, déjate de tonterías y hazme tuya.

En ese momento te levantas y te sientas encima de mí, Me empiezas a besar con ternura, como antes, rozando nuestros labios sensualmente muy despacio. Tus manos están desabrochado mi camisa hasta quitármela y quedarme con el torso desnudo. Mientras tanto las mías están acariciando muy despacio y sensual tu precioso trasero. Todo ello con ternura, con sencillez, disfrutando sabiendo que el día es muy largo, pero deseándolo hacer ya. Los dos estamos muy necesitados y tenemos que descargar. Subo mis manos hasta el sujetador y te lo quito, por fin puedo ver esos pechos duritos y firmes gracias al sudor del gimnasio. Hoy también vas a sudar y hacer mucho ejercicio, pero mas placentero. Me inclino sobre ellos y empiezo a besarlos por todo ellos, el pezón, pegando mordisquitos, mis manos siguen masajeando tu culo durito y precioso, se acercan al ano y empiezan a rozarlo, te beso en el cuello, bajo a tus pechos, sigo mordiendo despacito tus pezones, y tus pequeños gemidos de placer, me hacen saber que voy por el buen camino.

Me besas, esta vez apasionadamente, sintiendo nuestras lenguas chocarse con pasión, como en un duelo de armas, para ver quien gana con su fuerza. Tanta pasión me anima a ir más allá, y meto uno de mis dedos en tu culo. Te separas de mis labios y pegas un pequeño gemido, se que es de placer, te vuelves a acercar buscando mi lengua, seguimos besándonos con pasión mientras mi dedo estas inspeccionando tu parte trasera. Te gusta. Nos gusta, Sabemos que el día va a ser grande. No podemos mas, estamos súper calientes y apenas son las 10:30.

Te separas de mí, te levantas y me dices

Luisa: Ahora vas a disfrutar de esta boca prodigiosa

Juan: Lo estoy deseando.

Mientras sigues encima mío, y me vas besando esta vez con ternura, rozando nuestro labios, me vas desabrochando el cinturón, el botón del pantalón, bajas la cremallera y entonces es cuando te levantas, te arrodillas delante mío y me quitas el pantalón.

Luisa: Los boxer naranjitas. Que buenos recuerdos.

Juan: Me los he puesto por si los echabas de menos.

Juegas con mi pene completamente erecto por encima del boxer, lo chupas, lo acaricias, pero yo no puedo más, necesito desprenderme de la única prenda de ropa que me queda. Por fin llega el momento y me lo quitas, librando esa presión que tenía. Lo acaricias, lo besas despacito, lo lames, me masturbas muy despacito mientras me besas los huevos, te lo metes muy despacito en la boca, ahora todo es con mucho placer, mucha ternura, disfrutando.

De repente te levantas, te pones de rodillas a cuatro patas sobre el sofá y te agachas con violencia a buscar con tu boca mi polla, ¡¡QUE PLACER!!!. Ahora lo chupas con más fuerza, apretando con los dientes lo justo para sentir esa mezcla de dolor y placer, ¡¡¡QUE GANAS TENÍA DE SENTIR ESA LENGUA OTRA VEZ EN MI POLLA!!!. Mientras tanto yo te estoy acariciando los pechos y voy hacia tu punto clave. Te has puesto de perrito, agachada sobre mi para pedirme guerra, para que te toque, para que disfrutes al igual que estoy disfrutando yo. Empiezo a acariciar tu culo precioso y durito y bajo hasta tu coño. Lo toco por encima del tanga y está completamente empapado. Aparto el hilo y empiezo a acariciar nuevamente tu precioso y depiladito coño, me gusta. Te meto mi dedo en él, no me cuesta ningún trabajo ya que está más que húmedo. Una vez que esta dentro empiezo a moverlo, a inspeccionar cualquier rincón. Lo saco y lo meto, lo saco y lo meto, mientras que tú sabes perfectamente lo que estas haciendo. Como chupas, como besas, como lames. ¡¡¡¡ QUE PLACERRRRR!!!!. Mi polla tiesa empieza a avisar de que no podrá aguantar más, y yo noto como mueves tu pelvis en señal de que te gusta lo que te estoy haciendo. Te levantas y te pones de rodillas encima de mí.

Luisa: No puedo mas, terminemos con esto de una vez.

Juan: Espera, saca los condones de mi chaqueta.

Luisa: ¿Condones?. De eso nada

Juan: Si cariño, no quiero tonterías.

Luisa: Mira amor. Estoy sana, ya me conoces que no hago locuras, y además estoy tomando la pastilla, por lo que no puede pasar nada, confía en mí.

No me da tiempo a contestar, cuando ya te la has clavado hasta el fondo y lanzamos mutuamente un pequeño suspiro de placer. Te quedas quita, sintiéndola dentro. Poco a poco te levantas y te hundes, así, muy despacito, te levantas hasta que casi sale y vuelves a bajar despacito. Mientras tanto yo te estoy besando los pechos mientras te los tocas, a la par que mis manos estan nuevamente en ese durito y trabajado trasero ayudándote a subir y bajar. Los ritmos empiezan a ser más rápidos. Te mueves lateralmente, subes y bajas, yo no puedo más.

Juan: Me voy a correr, no puedo más.

Luisa: Ya también. Me encanta sentir esta polla dentro de mí. Que placer. Te estoy follando, se los estoy poniendo a mi chico y me encanta. ME CORROOOO, ME CORROOOO.

Juan: Muévete, muévete, no puedo más. AHHHHHHHHHHHH. JODER QUE ME VOY (estoy intentando retener todo lo posible pero ya no puedo mas).

Luisa: SI, SI, SI, SI. AHHHHHHHHHHHHHHH. JODER QUE CORRIDA, AHHHHHHHH. SI. QUE PLACER

Juan: AHHHHHHHHHHHHHHH.

Mi polla expulsó todo lo que tenía dentro y eso provocó en ti un enorme orgasmo que duró varios segundos, notando como te movías retardando el enorme placer que te daba mi expulsión chocar contra tus paredes. Yo pegué un grito como jamás había pegado del enorme placer. Hacía mucho tiempo que no tenía este maravilloso polvo. Además estaba con una de mis muchas ex, pero encima la que siempre tuvo el mejor cuerpo para mí, y después de mucho tiempo lo mantenía incluso mejor. Esta rubia de 1,70 de altura, con sus 95 cm. de pecho y maravilloso culo durito gracias a esos ejercicios de spining. Esta maravillosa rubia con las que tantas veces casado había soñado, teniéndome que masturbar para sofocar mi calor. Esta maravillosa mujer, que desde el primer día que lo dejamos ya la echaba de menos, estaba encima mío, con mi pene ya flácido metido todavía en su cuerpo, abrazada y besándome con ternura, después del maravilloso polvo que habíamos tenido. Personalmente, yo jamás tuve ninguno así con mi mujer.

Después de ello nos levantamos y nos fuimos a limpiarnos al cuarto de baño. Yo me puse el boxer y ella sacó de su bolso una braguita y camisón también a juego y se lo puso. Nos sentamos tranquilamente en el sofá y nos encendimos un cigarro. Allí estaba, esa pedazo de mujer, con la que acababa de follar, siendo infiel a mi mujer, sentada al lado mío. Con un camisón de seda con el que se transparentaba esos maravillosos senos que ya os he descrito, con la braguita a juego.

Juan: Has sacado el camisón del bolso. Llevas muchas cosas?

Luisa: Las necesarias para que cada polvo sea distinto, y nunca olvides este día de pasión conmigo.

Nos quedamos hablando, fumando y descansando durante una hora más o menos, pero el día fue muy largo………………….

Continuara.

Espero que os guste y dejeis algún comentario para saber si esta historia real se contarla para que disfrutes lo que disfrute yo. Seguire contando este dia de pasión y entrega con mi ex, un placer que nunca jamas había tenido, siendo infiel a mi mujer.