Día internacional de chupar la cabecita a un amigo

Se me acerca, diciéndome... ‘Sabías que hoy, es el día internacional de chuparle la cabecita a un amigo que, quieras mucho’. Contestándole... ‘Difícil me lo pones, pues amigos tengo muchos’. Mientras veo como esté con desfachatez, acaba por bajarse la cremallera del pantalón.

Día internacional de chupar la cabecita a un amigo

Soy de esos que pienso que una mirada, un gesto e incluso una insinuación en un momento dado, puede dar o generar una experiencia, no suelo decirlo por decir, ni digo que es igual cuando vas a sex shop. Sino cuando pasas por zonas cruissing, como ‘La Raya’ o ‘El Charco de la Pava’ por nombrar algunos, zonas donde saben a lo que vas, pero no se te acercan directo por miedo a equivocarse. Hay es cuando se sabe, aunque lo cierto es que esto suele pasar en cualquier sitio, un aseo, un paseo por un parque, un centro comercial, simplemente tienes que estar atento, y percatarte de esas señales. Dicho esto, comenzare...

Debo decir que lo que a continuación os voy a narrar, ocurrió hace un par de años, experiencia que sucedió un año antes de la cuarentena. Y ocurrió sobre el mes de abrí, era un día entre semana, no me preguntéis el día exacto, pues eso la verdad no lo recuerdo con exactitud. No podría deciros si fue el lunes o el viernes, pero sí que, recuerdo que estaba buscando aparcamiento por la zona de Nervión. Estaba callejeando entre las calles José Luis de Castro hasta la Avenida Cruz del Campo, y entre la Avenida Luis de Dato hasta la Avenida Luis Montoto. Aparcamiento que finalmente encontré, y como suele suceder nada más aparcar aparece el 'gorrilla' (aparcacoches) de turno. Cosa que pasó y para ser sinceros, pasé de soltarle algo de €, pues suele suceder que, cuando le pasa algo al coche, está persona es a la primera que se quita del medio.

Y como he dicho, tras aparcar el coche, abrí la puerta y cuando hice la intención de levantarme para salir, sonó el sonido de un whatsapp entrante, dándome por verlo y en el cual pude leer... ‘Para cuando’. Y en esos momentos y sin intención alguna, no pude evitar magrear mi entrepierna, pues al recordar el autor de ese whatsapp, hizo que se me endureciera. Momento en el cual escuche una voz, dirigiéndose hacia mí, diciéndome...

  • "A veces suele molestar, ya sea por el tamaño, o...".

E ignoro porque salte, pues sin dejarle acabar, me dio por responderle...

  • "Sí... es verdad, pero si fuera por el tamaño, lo cierto es que no me importaría".

Dándome cuenta que estoy respondiendo a alguien que ni tan siquiera me he molestado en saber quién es, acabando por mirar a mi izquierda de dónde provenía esa voz, viendo a una persona de píe en el interior del portal de una casa.

Era un hombre canoso, obviamente mayor, no muy alto y ciertamente corpulento, no tachándolo a la ligera de gordo y menos de regordete. Persona que miraba fijamente, hombre que, al estar en su casa a pesar de estar en el portal, estaba con tan solo un pantalón corto, una camiseta de tirantas y sandalias. Persona que estaba hay parado, hombre que al darse cuenta que le estaba mirando de abajo hacia arriba, acaba por llevarse una de sus grandes manos a su entrepierna, y con descaro ajustarse su aparente bulto.

No aparte la mirada, manteniéndola desafiante, tomando aquello como un juego, esperaba realmente averiguar que iba a hacer, cuál sería su próximo paso, comportamiento mío, como si aquello fuera una apuesta. Pero debo decir que, para esta persona, aquello no era para nada un juego, pues al ver esté mi mirada desafiante, acabo por comenzar a magreársela. Ciertamente me vi algo nervioso, no esperaba que este fuera tan directo, dándome por mirar a mi alrededor. Pues no es precisamente un lugar para hacer esas cosas, ya que esta expuesto, dándome por cerciorarme e incluso mirar hacia arriba, ante algún vecino curioso que podría estar mirando.

Esté continua con su labor unos minutos, haciéndome ver como de ‘armado’ esta, no pudiendo evitar por mi parte hacer una ‘tontería’, una de esas que hago cuando estoy caliente y excitado, y no fue otra que darme por morderme el mentón inferior de mi labio, acabando acto seguido, por sacar la lengua para humedecer con la punta el superior.

El hombre que nada más ver mi gesto, y sin dejar de mirarme, retrocede un par de pasos hacia atrás, como sino deseará que lo vea, pero lo cierto es que aun dentro de mi cono de visión. Maduro que le da por tirarse con una de sus manos el pantalón hacia abajo, al tiempo que con su otra mano se saca su miembro fuera... uuuffff!!. Dando por ilógico e increíble su acción, sobre todo porque durante unos minutos comenzó a masturbarse, ¡no dejando de mostrarme como la tenía... uuummm!!. Guardándola al momento y acercarse hasta donde yo estaba, cerrándome la puerta de coche y manteniéndome dentro, acabando por decirme...

  • "Sabías que hoy, es el día internacional de chuparle la cabecita a un amigo que quieras mucho".

Dándome por contestarle con descaro...

  • "Pues amigos tengo muchos, y algunos están lejos por no decir bastante lejos".

Este no deja de mirar de un lado hacia el otro, como si tuviera en mente algo, hombre que estando de píe frente a mi coche, quedando con su entrepierna a la altura de mi rostro. Persona que veo como con desfachatez le da por bajarse la cremallera del pantalón, sacándose con rapidez su miembro fuera, quedando su glande a escaso medio metro por no decir menos. Hombre que, sin dejar de masturbarse, ocultando su miembro con mi propio coche, volviéndome a decir...

  • "Y dime, entonces no tienes con quien celebrar este día tan internacional".

Sonándome ese comentario con segunda, le contentó...

  • "No creo que, tenga a alguien ahora mismo".

Me mira sonriente, volviéndome a decir...

  • "Quizás no te va a quedar otra que, chupársela a algún extraño que tenga cerca".

Dice al tiempo que, sin discreción alguna, comienza a masturbarse, comenzando a oler el interior de mi coche a ‘nabo’. Y soltarme...

  • "Pues mira por dónde, yo te puedo ayudar, pues si tú quieres, yo puedo ser ese extraño que tienes cerca".

Dice y sin previo aviso me rodea mi cabeza con su mano, acercándome hacia su verga, y la verdad no puse mucho impedimento, miembro de no más de dieseis centímetros por cinco de grosor. Verga a la cual le acabe por darle un chupetón, y acabar por decirle...

  • “Pues bueno, creo que ya he cumplido”.

Este veo como con rapidez se guarda su miembro en el interior de su pantalón, momento que me da por mirar por la ventanilla y ver como a una señora tirando de un carro, camina hacia nuestra dirección. Hombre que, tras separarse del coche, le da por decirme...

  • “Bueno cumplir... cumplir no has cumplido, pues es el día internacional de una chupadita, y a eso no se le puede llamar chupadita”.

Dice y sigue...

  • “Te propongo seguir en mi casa, venga baja y entra, continuamos dentro, no te preocupes estoy solo, ya que el resto de la familia está en la playa”.

Aunque dudo, finalmente me animo, salgo del coche, cierro este y me encamino hacia el interior de su casa, donde esta persona me esperaba ya con tan solo sus calzoncillos. Hombre que a pesar de sus sesenta y dos años como así me hizo saber, se me echo encima, intentando besarme al tiempo que comenzó a desvestirme. Dirigiendo una de mis manos hacia su polla, mientras la otra acariciaba su pecho velludo, sintiendo su boca querer acceder a la mía, pero sin éxito alguno.

Pero sin verse rechazado, sino quizás ver que eso no me va, ¡descendió hacia mi cuello, oreja y hombros... uuummm!!, mientras mis pantalones y calzoncillos caían a mis pies. Hombre canoso que, en un corto tiempo, acabo por desnudarme con cierta ayuda mía, dejándome con tan solo mis ejecutivos, cosa que no permitió que me los quitara.

Persona corpulenta que a pesar de su barriguita era bastante ágil, pues mientras su boca chupaba una vez tras otra mi pecho, absorbiendo de mis erectas tetillas. Sentía sus manos magrear mis nalgas, separando mis glúteos, e introducir uno de sus dedos dentro de mí... aaahhh!!. Preguntándome...

  • “¿Traes preservativos?”.

Y aunque le hice saber que no tenía condones, y como mucho llevaba lubricante y popper, este acabo por decirme...

  • “Bueno pues habrá que fiarte de ti, te tender que follar a pelo, y como no me va la marcha atrás, acabare por preñarte”.

Y aunque al principio no sabía que se refería con eso de... ‘habrá que fiarte de ti’, cosa que más tarde me lo dijo. Este tomando su polla con una de sus manos, acabo por decirme...

  • “Pero bueno, antes de follar, quiero que me la comas un rato”.

Y tras hacerle sentar al borde de uno de los sofá, recostándole hacia atrás, comencé a comerle la polla, sujetándola con una de mis manos por la base. Relamiendo su glande como si este se tratara de un cucurucho, descendiendo por su tronco hasta los huevos, volviendo a ascender, mientras con mi otra mano me dedique a amasar estos. Escuchando como gemía y suspiraba, no dejando de escucharle decirme...

  • “Qué bueno eres joder, menuda mamada que me estás dando, ¡ni mi mujer en sus años me la comía así... ooohhh!!”.

Pero yo a lo mío, chupando, lamiendo y dándole suaves muerdos a su capullo, metiéndomelo en la boca como si se tratara de un fresón... uuuffff!!. Y comenzar poco a poco y sin prisa a introducírmela, tragándome dos o tres centímetros para volvérmela a sacar... ooohhh!!. Volviendo a tragar hasta algo más de la mitad, deteniéndome este hombre canoso, advirtiéndome que como continuara castigándole de esa manera, acabaría en mi boca... aaahhh!!.

Sacándomela e ir descendiendo por su tronco hasta los genitales, chupar cada uno de ellos, ensalivándolos a gusto, lamiéndolos y continuar hasta la zona del perineo... uuummm!!. Siguiendo por chupar y lamer, escuchando sus gemidos y suspiros, rogándome que lo dejara... uuummm!!. Acabando por decirme...

  • “Quiero follarte maricona, vente y ponte en cuatro sobre el sofá, ¡quiero metértela antes de correrme... ooohhh!!”.

Y levantarme, colocándome en el sofá junto a él como así me lo había pedido, verlo levantar y tomando su polla, acabar por dirigirla a mi orificio, sintiendo como el muy cerdo de una embestida me la metió hasta los huevos... uuummm!!. Comenzando a embestirme durante un rato, tiempo que os puedo decir que no paso de los diez minutos, pues entre alaridos y gritos, este acabo por hacerme saber que se había corrido. Bueno eso y la lechada que me había dejado, parte dentro y parte fuera, echándola sobre mis nalgas y espalda, pues, aunque no era según decía de marcha atrás, finalmente lo hizo.

Y tras sacármela, acabando por tenderse sobre el sofá a descansar, acabe por pedirle usar su cuarto de baño, cosa que me dejo y pude ducharme. Retirando cualquier prueba de esta experiencia, cuando este apareció y me pregunto por mi presencia en la zona, acabando por decirle...

  • “Pues venía a la clínica que hay ahí enfrente, vengo a recoger unos análisis”.

Este asustado, me dijo...

  • “No será nada malo... no, nada infeccioso”.

Tranquilizándole al hacerle saber que, para nada, mientras su polla pude ver cómo iba animándose nuevamente, y este animarme a echar ratillo. Cosa evidente que no pudo ser, pero sí que le prometí en venir, haciéndome este...

  • “Mira te puedes venir de lunes a viernes de nueve de la mañana hasta las dos del mediodía, y por la tarde si puedes y te animas, podrías pasarte a partir de las ocho de la noche, pudiéndote pasar la noche si quieres, y no hace falta que te traigas pijama”.

Y para no alargar mucho más, debo deciros que me pase durante las dos siguientes semanas al menos seis veces, llegando a pasar una de estas la misma noche y en compañía de un amigo. Proposición suya y aunque dude al principio, este no me dejaba de decir...

  • “Te va a gustar, te lo aseguro, esta dotadísimo”.

Y finalmente acepte, no por el morbo como suelo decir, sino por la curiosidad y ver a que llama este ‘dotadísimo’, pues antes de irme y dejándome algunos datos de esta otra persona. Diciéndome...

  • “Tiene sesenta y ocho años, muy alto, cuerpo normal, cabellos con corte militar, y le va de todo. Dime... ¿Te animas?”.

Claro está, quedamos en que me lo iba a pensar, cosa que ya os diré en otra ocasión, y lo dicho, agradecer a todos aquellos que me leéis y os haya gustado, espero que no os hayáis manchado demasiado. Si queréis saber más de mí, me lo hacéis saber a mi email es: jhosua 1974 @ gmail . com (obviamente todo junto).