Día de suerte. Cap.2 Lluvia de primavera.

Courtney va a tomar el turno y Lisa llora al saber lo que la espera. Son una pareja enamorada que comenzó su relación la primavera anterior... un día de lluvia.

Capítulo 1: (https://www.todorelatos.com/relato/169398/)

Día de suerte. Cap.2 Lluvia de primavera.

La primavera anterior en Casttle Creek, después de los entrenamientos y sentada en un solitario banco del parque Horsell, Lisa ocultaba el rostro bajo su pelirroja melena llorando desconsoladamente, con la mirada perdida en el lago y en la exuberante coloración de la flora del jardín. Garabateaba palabras de amor en uno de sus cuadernos cuando Courtney llegó sigilosamente por el camino hacia el repecho en donde presidía el banco desde lo alto.

  • Hola Lisa - saludó susurrando la morena animadora.

  • ¡Courtney! ¿Qué haces aquí? - preguntó girándose sorprendida. Cerró atropelladamente el cuaderno y se secó las lágrimas.

  • Pensé que, bueno... Que a lo mejor te apetecería hablar.

  • No sé ni lo que me apetece ahora, pero no te vayas. Siéntate aquí conmigo.

Se miraron a los ojos. Courtney sabía que su amiga lo estaba pasando mal.

  • Qué día más malo hace ¿eh? parece que va a llover.

  • Es verdad... aunque por lo menos hace calor - inspiró hondamente la fragante brisa polinizada del jardín.

  • ¿Qué ha pasado Lisa? - Preguntó por fin Courtney.

  • Me ha dejado Leroy... me ha partido el corazón. No sé que voy a hacer ahora sin él - confesó entre sollozos.

  • Lo habéis dejado otras veces y siempre habéis conseguido reconciliaros.

  • Esta vez es definitiva tía. Hemos discutido muy fuerte... ha sido muy feo. Sesame le ha visto con una tipa de South Sea y él ni lo ha negado.

  • ¡Qué zorras son esas tías de la bahía!

  • Courtney ¿a ti te ha pasado esto alguna vez...? ¿el desamor?

  • Sí claro, a todo el mundo le pasa tarde o temprano. A mí más veces al ser lesbiana... me enamoro de chicas que jamás saldrían conmigo.

Hubo silencio antes de que las colegialas se abrazaran.

  • Cuéntame lo que te pasó - le pidió Lisa a su amiga.

  • ¿Estás segura? es una historia triste.

  • Venga, cuéntamelo. Espero que no sea más triste que la traición de un novio.

La colegiala respiró y perdió la vista entre las flores.

  • Mi madre comenzó a salir un tipo de Chicago y al tiempo nos fuimos a vivir con él... y con su hija. Era un encanto de niña: dulce y preciosa y me enamoré de ella. Fue mi primer amor, cuando descubrí mi gusto por las mujeres, pero vamos, que todo acabó fatal. Se interpretó mal, me acusó de espiarla, mi madre discutió con Stive... una completa locura. A mí, por aquel entonces, me costaba horrores controlar mis emociones... me sigue costando.

  • ¿Te acusó de espiarla?

  • Sí, muy indignada ella... aunque tenía razón.

  • ¿Lo hiciste?

  • Estaba colada por ella. Dormíamos en habitaciones contiguas y había un agujero de obra en la parte alta de la pared. Compartíamos baño, ya sabes... nunca debimos habernos mudado a Chicago.

La morena animadora agarró las manos de su amiga.

  • No te preocupes, lo superarás... es sólo tiempo. Aunque se quede la espina clavada, las heridas de corazón sanan prácticamente enteras.

  • ¿Has estado alguna vez con alguna chica? - preguntó la joven pelirroja a su amiga lesbiana.

Courtney se puso colorada.

  • No, sólo con chicos y créeme, no es lo mío.

Se miraron.

  • ¿Yo te gusto, Courtney?

Un nuevo silenció invadió el banco. Por unos instantes tan sólo se escuchó la maleza mecerse por la brisa.

  • ¿Por qué dices eso?

  • Intuición femenina – sonrió Lisa.

  • Claro que me gustas, desde que llegué a Casttle y te vi en clase ¿Por qué te crees que me hice animadora? Tú estabas en el equipo – miraba al lago mientras lo confesaba -. Pero no te preocupes. Ya he superado el asunto de espiar y comprendo a la perfección tu heterosexualidad. Prefiero tenerte de amiga a que...

Lisa alzó la mano y acarició la mejilla de su amiga dulcemente.

  • ¡A partir de ahora reniego de los hombres! - sentenció la pecosa animadora - quiero probar otra cosa... con mi mejor amiga... ¿Me besarías?

Courtney respiró profundamente, dándose unos instantes para comprender que, en algunas ocasiones, los sueños se cumplen. Lisa cerraba los ojos y la ofrecía sus labios. Las colegialas se besaron dulcemente... al menos en los primeros momentos... más tarde, la llama de la pasión comenzó a arder en sus jóvenes cuerpos; fue cuando comenzó a lloviznar sobre el parque, sobre el lago... sobre ellas. La reconocida lesbiana posó la mano algo más arriba de la rodilla de Lisa. Esta, nerviosa, respondió lenta y trémulamente alcanzando el pequeño pecho izquierdo de su amiga, y sobre la blusa, percibió en él la erección de la cima y su firmeza. Mientras la despechada joven desabotonaba la empapada blusa de Courtney, esta, embriagada, ascendía centímetro a centímetro por el mojado muslo de su amada... bajo la leve lluvia primaveral. Pararon de besarse estremecidas y se abrazaron acaloradas, restregándose mutuamente mejilla contra mejilla y cuello... Lisa espiró fuego bajo la oreja de su amiga, casi tiritando, y lamiéndole el lóbulo se lo mordisqueó con dulzura. Fue al culminar la morena colegiala con la ascensión iniciada por la pierna de Lisa, ya bajo su falda, y temblaron al ardiente y húmedo contacto. Un suspiro evanesció en el jardín, luego otro, otro... otro. Poco a poco comenzaban a confundirse con ahogados gemidos. Era el jugueteó de los dedos... Courtney miró abajo del camino mientras sometía a su jadeante amiga: no había duda, estaban completamente solas. De sorpresa, Lisa, se levantó del banco y echó a correr sobre la hierba del jardín.

  • ¡Ven conmigo, por aquí!

  • ¡Estás loca!

Las jóvenes rieron persiguiéndose a la carrera, hasta que, la una dio caza a la otra y terminaron ocultas tras unos floreados matorrales, después de revolcarse sobre el césped mojado. Se miraban sonrientes y jadeantes, la una frente a la otra, empapadas por la lluvia cuando, la pelirroja se bajó las bragas por debajo de la falda y se abrió de piernas ante la atónita mirada de la morena.

  • Mira que pequeña tengo la vagina, tía. No soy virgen, lo hice varias veces con Leroy. La primera vez me dolió mucho y sangré y todo. Yo creo que no le gustaba porque le costaba mucho esfuerzo metérmela, por eso se ha ido con otra.

  • A mí me parece preciosa – le confesó obnubilada.

Lisa bajó la mirada y mano a su entrepierna y comenzó a acariciarse para que Courtney pudiera contemplarla gozar. Al levantar de nuevo la vista se sorprendió: su amiga había hecho lo mismo colgando las bragas en un matorral.

  • Aquí está la mía también – y la morena animadora se abrió la vagina con dos dedos.

  • Lo tienes precioso y grande. Qué bien depilado.

  • Me gusta más como lo llevas tú, salvaje y pelirrojo.

  • ummmh ¿Te gustaría tocarme? - preguntó Lisa casi gimiendo, se frotaba levemente en círculos incitando a su amiga.

  • Sí y lamerte entera.

  • ¿Lo harías ahora?

  • Sólo si quieres que te haga ver las estrellas.

  • Nunca he hecho esto con una chica.

  • Yo tampoco.

Perdido el duelo de seducción masturbatoria y chorreando, Courtney avanzó a gatas hacia su amiga, que se recostó sobre las flores y esperó ese primer lametón que la hizo retorcerse jadeante y mirar al cielo nublado, cerrando los ojos y descubriéndose como una chica nueva bajo aquella llovizna mágica. Los gemidos de la pelirroja animadora fueron los más profundos y sentidos que se hubieran proferido en muchos años en Casttle Creek. Comprendió lo que significaba la palabra placer y quiso corresponder a su mejor amiga lamiéndola a la vez en un sesenta y nueve. Abrió la boca para abarcar sus carnosos labios inferiores y con la lengua recorrió y saboreó su interior. La morena se erizó bufando y respondió penetrándole con el índice, solo con él... poco más entraba por el estrechamiento de aquel bosque pelirrojo. Al poco, Lisa, se corría, estaba tan apretada que su sensibilidad se disparaba con cualquier roce. Se incorporaron y besaron.

  • Me has hecho ver las estrellas. Ahora quiero corresponderte - Le susurró al oído con un par de finos hilos de saliva colgándole por la boca.

La hasta hace poco despechada animadora hundió su dedo corazón en el interior de Courtney y mantuvo un jugueteó constante con él para hacerla vibrar.

  • Por aquí no habría problema para que entrara un chico – la dijo mientas -. Qué envidia.

  • Uffff, prefiero tus dedos, así, así me gusta, méteme dos si quieres - suplicó jadeando la morena.

  • ¿Así? - preguntó Lisa añadiendo el anular a la húmeda fiesta.

  • ¡Hay! ¡aaaaaaaahhh! - se quejó lastimeramente Courtney.

  • ¿Te duele?

  • Noooo, noooo, no pares, no pares, así, asiiiiiií

El calor de los flujos de su amiga al chorrearle por la mano contrastaron con la temperatura de la lluvia. Al recomponerse besó apasionadamente a Lisa y se revolcaron entre las flores. Agarradas de la mano miraron a las nubes del cielo que las empapaba.

  • Nos vamos a poner malas.

  • No se puede enfermar siendo tan feliz.

  • Te quiero.

  • Yo también te quiero.


Por todo esto lloraba Lisa al contemplar a Skipli frente a su novia, con el erecto tercer brazo que le nacía de la entrepierna apuntando directamente a su cara. La agarró por el escote y tiró de él. Al instante siguiente, la camiseta del uniforme de animadora caía al suelo partida en dos jirones. Al contrario que Candy ella sí vestía sujetador y medio desnuda y desamparada permaneció inmóvil en el medio del espectáculo. La fea cara del jugador ahora causaba miedo, apretaba los dientes con los ojos inyectados en sangre… resoplando babeante. Asiéndola por el cuello la arrastró hacia si y antes de susurrarle al oído le clavó la enorme verga en la espalda para que supiera la dureza y tamaño lo que la esperaba.

  • ¿Estás preparada?

Courtney miró a su amada.


Me cuesta sacar tiempo últimamente para escribir… pero prometo que estoy con ello. Tengo pensados dos o tres capítulos más para “Día de suerte” si continuo con el plan no debería ser un relato mucho más largo que eso. Como siempre admito sugerencias sobre el guion y agradezco enormemente los comentarios.

Muchas gracias!!

Un saludo.

Camberbun. Madrugada del 2 al 3 de mayo de 2021.

Madrid.