Día de sorpresas

El hombre viaja de un lejano lugar para reunirse con su amada y disfrutar su amor.

DIA DE SORPRESAS

EC SAGARDEZ

Llegó la noche... Por enésima vez se acercó a la ventana y sólo alcanzaba a ver las luces de los automóviles que pasaban... Su corazón latía apresurado y percibía que algo agradabe le sucedería... Sin embargo, no alcanzaba a comprender porque tenía ese presentimiento, si toda su vida había sido tranquila y nada le inquietaba...

Un calor se apoderó de ella y se dirigió al baño, abrió la llave del lavabo y tomó agua fría en sus manos, las cuales se echó en el rostro para mitigar esa extraña calentura... No se le quitaba ese intenso calor... Bajó sus manos y sintió que su ropa interior se encontraba mojada...

Un movimiento impulsivo le llevó a tocarse su monte de venus y sintió la humedad que da la excitación... Y aunque lanzó un ligero gemido, en ese momento confirmó cual era su presentimiento... Sentía que su amado le daría una sorpresa esa noche...

Afuera, en la calle, el ruido de los motores de los automóviles seguía y de vez en cuando las luces atravesaban la ligera cortina de su recamára... Ensimismada en sus pensamientos estaba, que no se percató cuando un vehículo se detuvo frente a la reja exterior de su casa...

De pronto alguien toca el timbre y se asoma por la ventana y ve a un hombre... No lo puede creer, su amado está ahí y rápido, apenas con un ligero camisón, desciende las escaleras y sale al jardín para abrir... Al tiempo de exclamar:

  • Amor... Por qué no me avisaste que vendrías para ir por ti a la terminal...

El sólo le responde...

  • Es que te quería dar la sorpresa... Pero es que ya no podía estar sin verte... Por ello me apresuré a venir para estar contigo... Como me lo has hecho sentir en tus correos electrónicos...

  • Pasa amor, ¿quieres un café o algo de cenar?

  • Amor... Sabes lo que más deseo es estar contigo... Por qué no dejamos la cena para al rato...

La pareja sube a la recámara... Y no habían terminado de cruzar la puerta, cuando los dos se abrazan con mucha efusividad y él la despoja de su camisón y la observa sólo en ropa interior... Ella ni se inmuta, porque desde hace tiempo lo desea... Sin más preámbulo, él la besa apasionadamente y sus lenguas se entrelazan en un frenético beso... La desesperación de ambos llega al éxtasis y al climax del deseo... Mientras se besan, él la despoja de su brassier y saltan a la vista los senos de la amada y empieza a juguetear cariñosamente con sus pezones, pasándole la lengua y provocándole que se pongan erectos...

Se dirigen a la cama y ambos se acuestan... El sigue, con su lengua, recorriendo el cuerpo de su amada y llega hasta la entrepierna, donde introduce su rostro y empieza a juguetear con el botón del placer, provocándole el mejor de los placeres... Hasta que ella siente que sus jugos vaginales explotan y él le implora:

  • Amor por mi no te detengas... Tu felicidad, también es la mia...

Ella en su desesperación le pide cambie de posición y él accede y no bien había cambiado de lugar, cuando ella coloca una de sus manos en su pene que medio erecto agarra y recorre hasta los testículos... Lo siente aún fuerte y poco a poco acerca su boca y lo introduce para recorrerlo con su lengua... Haciendo que él experimente el deseo más fuerte en ese acto de amor, tanto tiempo reprimido por la distancia...

Los dos juguetean por varios minutos con sus sexos... Pero llega el climax... Ella musita algunas palabras:

  • Amor, quiero ser tuya...

  • El le responde... Si amor, yo también quiero ser parte de ti y fundirme contigo...

Con mucho cariño, empieza a introducirle su pene en su vagina y ella responde rápidamente al contacto, moviéndo su cuerpo hasta que ya no puede más y se siente presa de maravillosas sensaciones... Estira el cuerpo y los dedos de sus pies manifiestan que el orgasmo está cerca... Mientras él continúa sus movimientos y también afloja el cuerpo, porque llegó al climax... Depositó su semilla en la mujer amada y tras besarse y abrazarse... Ambos deciden dormir...

Fue una noche de sorpresas, tanto para ella con la llegada del ser amado... Y él, al sentirse pleno y hacer feliz a la mujer amada, además de provocarle mucha felicidad... Esa ansiada felicidad...