Día de pinta

El siguiente relato es sobre como fue la primera vez que estuve con un chico y me ocurrió cuando iba en segundo año de secundaria, hace ya casi 7 años. Por alguna razón ya lo tenía publicado pero fue bajado, gracias.

MI PRIMERA VEZ

Hola hace algún tiempo que encontré esta página y bueno, hasta ahora me atrevo a publicar mi primer relato. Como es costumbre paso a describirme, me llamo Iris, vivo en la Cd. de México, tengo 21 años, soy la menor de 3 hermanos, mi hermana Tania de 26 y mi hermano Antonio de 24 y actualmente curso una licenciatura en la UNAM. Físicamente soy de estatura media, 1.76 mts, piel blanca, ojos parduscos, facciones finas, cabello lacio castaño claro a los hombros, delgada, atlética, si bien no tengo cuerpo de supermodelo como muchas de las que aquí describen, si tengo lo mío, piernas medio torneadas por el ejercicio, pero a pesar de eso no soy de caderas anchas pero si tengo unas pompas redonditas que aunque no están paraditas si están en su lugar que ya trabajo en ponerlas en forma y lo que mas me gusta de mi físico son mis pechos, no muy grandes justos a mi complexión, redondos, firmes, con los pezones un poco puntiagudos y la aureola rosadita. El siguiente relato es sobre como fue la primera vez que estuve con un chico y me ocurrió cuando iba en segundo año de secundaria, hace ya casi 7 años.

Estudiaba en una escuela ubicada en el poniente del D.F. donde es obligatorio el uso de uniforme que consiste en las niñas de una falda tableada gris Oxford a la rodilla, aunque siempre andábamos doblándola de la cintura para ponerla más arriba, blusa blanca de manga corta, chaleco y suéter cerrado azul rey; mientras los chicos llevaban un pantalón gris Oxford, con camisa blanca de manga larga, corbata roja, chaleco y saco azul rey. Recién habíamos regresado de las vacaciones de verano y el año apenas iniciaba con el clásico calorcito de agosto, como es costumbre en esas fechas se asignaron los pupitres que usaríamos el resto del año siendo que a mi me tocó quedarme con el último asiento de los que estaban junto a los ventanales, una bendición por los calores y para mayor fortuna el puesto de adelante le fue dado a Jorge, uno de los chavos del grupillo de los populares y guapos del colegio, el es un chavo más alto que yo, de piel morena clara, ojos verdes medio rasgados, cabello lacio corto negro, facciones muy varoniles, espalda ancha, no tenía el cuerpo trabajado pero estaba en forma ya que pertenecía al equipo de basketball del colegio y los entrenamientos y el gimnasio le favorecían mucho; pronto empezamos a hacer buenas migas ya que antes casi no convivíamos y aprovechando nuestros lugares al final del salón que eran buenos para el relajo. A pocas semanas de haber iniciado clases, fui notando como Jorge era bastante despistado, ya que no había hora donde no se le cayera algo al piso y era obvio que buscaba ver mas allá de lo que permitía la falda de mi uniforme, al principio me molestaba un poco pero no le di mucha importancia ya que para evitar esas cosas acostumbraba usar unas lycras bajo la falda pero tampoco le hacía mucho caso porque Jorge era el amor platónico de mi mejor amiga, Edith.

En esa semana, me convenció de acompañarla a los entrenamientos para ver a Jorge, la verdad no me entusiasmaba en nada pero al verlo jugar y lucirse frente a nosotras empecé a cambiar de parecer, así nos hicimos público frecuente a los entrenamientos y partidos, hasta que Edith fue perdiendo interés en Jorge y empezó a salir con un chavo de prepa que también entrenaba en el equipo. Me fui interesando en Jorge y me di cuenta que era recíproco, por lo que con el tiempo le dejaba ver un poco más de mis piernas, incluso había veces que me atrevía a cruzar las piernas cuando el se agachaba, cosa que siempre agradecía con una sonrisa y guiñándome el ojo, lo que me ponía más que nerviosa. Las cosas empezaron a cambiar cuando un día con el uniforme de deportes (Un pants y short azul con franjas rojas y blancas a los lados, playera blanca con el escudo en el pecho y tenis) me puse un bra rosa de encaje, el cual sin darme cuenta se traslucía por el color y tela de mi playera; durante un cambio de clase Jorge se me acerco y en voz baja me dijo “bonito bra, ese no te lo había visto” y se fue, dejándome helada por su comentario. Desde ese día hubo más contacto entre nosotros, no perdía oportunidad para pasarme la mano por la espalda hasta llegar a la altura del broche de mi bra y me preguntaba “¿cual traes hoy?”, a lo que solo me limitaba a sonreír y decirle “estas loco” y se despedía jalando un poco el broche que al principio me molestaba pero terminó por gustarme y la verdad hasta excitarme un poco, creo que el ya se había dado cuenta de ello porque cada vez lo hacía más seguido.

Un martes, durante la clase de historia, Jorge dejó caer algunas cosas de su mochila y cuando se agachó a recogerlas volteaba a verme las piernas, sabiendo que me veía fui abriéndolas para que pudiera ver bajo mi falda sin mucho esfuerzo; cuando la clase terminó e íbamos al descanso, me alcanzó y me dijo “gracias por la vista, pero que fresa con tu lycra”, eso me dejó pensativa y durante el descanso fui al baño para quitarme la lycra que traía bajo la falda dejando solo un bikini tipo tanga negra. Volviendo al salón poco antes de la hora de la salida, Jorge volvió a agacharse pero vaya que se sorprendió al verme, cuando se levantaba me sonrió y terminamos las clases. El se fue a entrenar mientras yo me quedé platicando con unas amigas, llegué al entrenamiento casi cuando estaba por terminar y Jorge vino a decirme que lo esperara para irnos juntos. No tardó mucho tiempo en volver a salir y me acompaño a mi casa, en el camino empezamos a platicar de la escuela, los trabajos, los maestros y así hasta que salió el tema de mi lycra; yo me daba cuenta que eso lo prendía a pero también que se ponía muy nervioso, cosa que me divertía bastante. El se animó a preguntar “que tipo de ropa interior usas” “como la que viste hoy” le conteste, la conversación no podía ser como el deseaba por tanta gente que iba en el autobús con nosotros; a las pocas cuadras nos bajamos para transbordar, normalmente aquí Jorge caminaba una cuadra más para tomar el metro rumbo a su casa y yo esperaba en ese cruce un camión que me dejaba a cuatro cuadras de la mía, pero ese día él quería ver hasta donde podía llegar lo de la mañana, así que subió al camión conmigo, este no iba lleno y pudimos sentarnos juntos en un asiento justo antes de la puerta trasera. Jorge volvió a insistir en el tema, preguntando por las lycras, cuando le dije que las traía en la mochila, aprovechando que no veníamos más de 7 pasajeros y nadie detrás de nosotros las saque y se las mostré. El estaba fascinado con ellas, poco falto para que las llevase a su nariz. Por estar en eso casi se nos pasaba la parada de mi casa y nos bajamos corriendo, llegamos a mi casa y nos quedamos en la entrada platicando un rato más, ya más suelto decía cosas como “estas muy linda, no se porque no tienes novio” y así, cuando llegó mi hermana, Jorge se despidió.

El resto de la semana pasó igual, con Jorge acompañándome hasta la casa todos los días y finalmente el jueves me invitó a salir al cine para el día siguiente aprovechando que no tendría entrenamientos, le acepte la invitación y el resto del camino fue normal, el viernes después de clases quedamos que pasaría a mi casa a eso de las 5 de la tarde. Llegué antes a casa para cambiarme el uniforme, como era temprano no había nadie en casa con mis hermanos en la escuela y mis padres en el trabajo, me preparé algo rápido de comer y subí a ponerme guapa para mi cita con unos jeans deslavados, tenis converse azules y playera lisa blanca. Poco antes de las 4 tocaron el timbre, era Jorge que había llegado antes, lo pasé a la sala, dejando su chamarra en uno de los sillones, mientras terminaba de arreglarme; el estaba viendo la tv, vestido con unos jeans, camisa sport y una musculosa debajo. Le dije que estaba lista y apagó la tele, se levantó para irnos, yo estaba parada junto a los sillones, cuando se acercó para tomar su chamarra quedamos muy cerca y me plantó un beso en los labios, me quedé sin saber que hacer, me tomó de las manos haciendo que lo abrazara y volvió a besarme.

El se recargó en el brazo del sillón, sentado así nuestras caras quedaban casi a la misma altura, me rodeaba con sus brazos por la cintura, mientras las mías le pasaban por detrás de su cuello. Su lengua empezó a buscar la mía, masajeándola, como si quisiera comerme. Sus manos fueron subiendo por mi espalda hasta la nuca y volviendo, yo le acariciaba el pelo y los hombros, en un momento Jorge bajo una de sus manos acariciando mi trasero, sorprendiéndome cuando dio un fuerte apretón en la nalga, que he hizo saltar adelante empujándolo de espaldas al sillón y cayendo sobre él. En ese momento sentí su miembro aplastado por mi vientre, nos seguimos besando mientras yo buscaba una posición más cómoda iba sintiendo como crecía su amiguito; sentado él y yo en sus piernas de frente, ya se había desabrochado la camisa, mostrando su musculosa, puso sus manos sobre mis pechos sobre mi playera, los apretaba un poco, jugaba con ellos al tiempo que mis caderas se movían de atrás hacia adelante como si estuviéramos cogiendo, yo estaba caliente por sus besos y caricias, fue levantado mi blusa dejando mis senos cubiertos solo por mi bra blanco, jalé su cara para ponerla entre ellos sintiendo como mojaba mi canalillo con su saliva caliente, me tenía agarrada de las nalgas tratando de meter mano bajo mis jeans, cosa que no le permitía todavía. Estaba por bajarme el bra cuando sonó el teléfono, en ese momento creo tuve uno de los sustos más grandes de mi vida, era mi tía para avisar que llegaban como a las 8 a cenar con mis papás.

Suponiendo que mis padres ya no tardarían, nos arreglamos y salimos al cine. Jorge consiguió que su papá le prestara el carro, aprovechábamos cada semáforo para besarnos, llegamos y nos quedaba la peli hasta las 7:30. Cuando entramos a la sala, a pesar de ser viernes, no había mucha gente y la mayoría eran parejitas como nosotros, nos acomodamos al extremo de la penúltima fila, empezaron los cortos y nosotros ya estábamos besándonos no pasó mucho tiempo antes de volver a fajar, yo me dejaba hacer y Jorge tenía ya mis pechos entre sus manos bajo mi playera, mis manos acariciaban su espalda y su trasero cuando sentí una de sus manos tratando de abrir el botón de mis jeans le detuve y empezó a acariciarme la entrepierna sobre el jeans, la respiración se me paró porque era la primera vez que alguien me tocaba ahí; el estaba nervioso y tenía movimientos torpes, evidentemente también era su primera vez. Así estuvimos hasta el final de la película y parte del camino a mi casa fajando en su carro.

Pasó el fin de semana sin vernos y el lunes en el descanso nos seguimos besando como locos, hasta que el miércoles después de esperarlo luego de su entrenamiento, yo veía salir a todos los otros chicos y de Jorge ni sus luces, me acerqué al vestidor a preguntarle que onda, me grito que ya salía; no se que me pasó pero viendo que nadie estaba cerca me armé de valor para entrar, iba a medio pasillo cuando Jorge me tomo de los hombros y yo pegué el grito horrible, me jalo a donde están los lockers y me dio tremendo beso que me agarró desprevenida pero en vez de hacerlo a un lado, seguimos besándonos por un buen rato, me puso de espalda al locker y de mi boca se paso al cuello mientras sus manos trataban de subir mi falda y las mías luchando por mantenerla en su lugar, dejó de besarme y vi como se agachaba frente a mi, pidiéndome que le dejara ver bajo la falda, al principio no lo dejé pero era tanta su insistencia que accedí a levantarla yo misma, viendo como se quedaba de piedra mientras le mostraba mi bikini a tan solo unos centímetros, cuando quiso tocarme se lo impedí y el se levantó para besarme, mientras lo dejaba tocarme el pecho sobre la ropa yo hacía lo propio acariciándole el trasero. En eso estábamos cuando oímos que alguien venía, por lo que salimos del vestidor y de la escuela.

Decidida a repetir lo del día anterior, me vestí con la ropa más sexy que tenía, una tanga roja de hilo con motivos florales en el frente y un bra de media copa de encaje azul pastel, mi uniforme del diario y salí rumbo a la escuela, al llegar a la esquina vi que Jorge me esperaba, nos saludamos con un pequeño beso y me comentó que no tenía ganas de entrar a clases, esto me puso un poco molesta porque mi plan se iba por un tubo, pero propuso irnos a dar la vuelta, no lo pensé 2 veces ya que estar fuera de la escuela nos da mas libertad para estar juntos; antes de que algún maestro nos viera subimos a un taxi y Jorge le pidió nos llevara a un centro comercial de Avenida Universidad pero por lo temprano del día, eran las 8:30, todo estaba cerrado, así que fuimos a caminar a un jardín que esta cerca cuando Jorge me dijo que si rentamos unas películas y las veíamos en su casa, ahí me di cuenta de para donde iba todo, aún así acepté la invitación y nos fuimos. Antes de ir por las rentas, pasamos por su casa para ver que ya no estuvieran sus papás, regresamos con las pelis y mientras me ponía cómoda en la sala él preparaba la tele y el dvd, puso la película y se sentó junto a mi, nos empezamos a besar y acariciar, después puso su mano en mi pierna y la empezó a subir, al sentirla abrí las piernas y me dejé tocar, yo estaba con los ojos cerrados sintiendo sus dedos sobre mi tanga cuando de repente dejó de hacerlo, abrí mis ojos y lo vi abriéndose la camisa; antes de que siguiera lo senté en el sillón, me puse frente a él imitando los movimientos que alguna vez le había visto hacer a mi hermana con su novio, se sentía el calor que había entre los 2, desabroche 2 botones de mi blusa y deje que me masajeara las bubis, lo besaba mientras hacia esto, en un momento le jale la cabeza para pegar su cara entre mis senos y al sentir su respiración sobre mi piel me dejé llevar, empezó a lamerme y como desesperado a tratar de desabrochar mi blusa mientras yo movía la cadera para rozar mi sexo con el de él, que para ese momento ya estaba más que excitado, tanto que lo sentía aún sobre su pantalón.

Teniéndome solo con el bra, bajo una de las copas y empezó a chuparme el pezón, cosa que me puso a mil, entre mas gemía más rápido succionaba Jorge mi pezón. Estábamos más calientes que nunca, me paré, apague la tele y puse un cd que tenía en el estereo, empecé a hacerle un striptease y a bajar el cierre de mi falda, le di la espalda y la deje caer mostrándole mi trasero adornado por mi tanga, así de espaldas y las manos casi al piso, con las nalgas al aire, me quite los zapatos y al incorporarme volteo y lo veo con el pantalón abierto tocándose el pene sobre su boxer, esa imagen me prendió tanto que seguí bailándole pasando mis manos por mi espalda para desabrocharme el bra, cubriéndome las bubis con las manos, dejando caer el bra y quedando solo con la tanga puesta, el se puso de pie me tomo de la mano y me jalo al sillón, donde me acomodó y bajo entre mis piernas, metiendo su cara en mi coño, jugando con sus dedos con mi tanga y mis labios, me dijo “increíble lo mojada que estas, siempre te quise ver así” pero yo solo me dejaba hacer, sentir su respiración en mi entrepierna y sus labios y lengua recorrer mi coño fue suficiente excitación para hacerme tener mi primer orgasmo con un chico. Se puso de pie y se quedó solo en boxer, me fue llevando hasta su cama, se recostó y me fui encima de él, besándolo en la boca, mientras juntaba mi sexo con el suyo, fui bajando pasándole la lengua por su pecho, sus tetillas, el abdomen, le tome el boxer de los lados y se lo quite de un jalón, quedando libre su pene, no era una cosa espectacular, pero era el primero que yo veía en vivo, de unos 15 cms de largo por 6 cms de grueso, circuncidado, estaba depilado, dando la impresión de ser más grande y unos testículos morenos bastante grandes; el cerró los ojos, quedando yo frente a su miembro, empecé por pasarle la lengua de la punta hasta la base, rodeándola y besando sus testículos, lamiéndolos y regresando a la punta, se lo cubrí con la punta de los labios y poco a poco iba metiéndola en mi boca y empujándola con la lengua, mientras que con una mano le acariciaba sus testículos y con la otra el abdomen, llegando a la mitad del pene me la sacaba y volvía a empezar, pero la cuarta vez que lo hacía me tomo de la cabeza y me fue empujando poco a poco para evitarme el asco hasta que la tuve toda dentro, dejé de moverme mientras el subía y bajaba como si estuviera penetrándome la boca, empecé a chapársela con fuerza y a masturbarlo con las manos, después de media hora me dijo que se venía, pero yo seguía chapándosela hasta que sentí su chorro en mis labios, tenía un sabor salado y un poco amargo, pero no sabía mal, lo limpié con la lengua y me tiré a su lado.

Tenía los ojos cerrados cuando se incorpora a besarme las piernas y al tiempo que me bajaba la tanga iba separando mis piernas, luego se puso a jugar con el vello que traía recortado y comenzó a abrirme los labios con sus dedos, buscando torpemente mi clítoris, no lo encontraba pero deslizaba su dedo medio dentro de mi vagina, lo que me hacía arquear la espalda y no pudiendo soportar más lo guié al lugar exacto cuando empezó a presionarlo con sus dedos y a comerme el coño, yo gemía y retorcía de placer pero Jorge solo aumentaba la velocidad de sus lengüetazos ayudado por sus dedos hasta que ya no pude más y exploté en su cara.

Ya me tenía súper mojada, volvió lamiéndome el abdomen, besando mis bubis, cuello y boca, sentía su pene completamente parado presionando mi vientre y tratando de acomodarse entre mis piernas. Lo voltee y me puse sobre él, agachándome para chuparle otra vez su pene; se lo tomé con una mano mientras me fui incorporando y al verlo con los ojos cerrados, lo fui guiando hasta la entrada de mi vagina, dejándole caer poco a poco mi peso y sintiendo como iba penetrándome, al sentirlo hacer presión con mi himen, no lo pensé más y me dejé caer sobre su pene, pegué un grito que creo sonó por toda la casa; nos quedamos sin movernos hasta que Jorge empezó a moverse hacia abajo y arriba mientras apoyaba mis manos en su abdomen, él apretaba mis pechos jugando con mis pezones apretándolos, me tomo tiempo acomodarme a su ritmo moviendo la cadera en círculos, para después cambiar de posición poniéndome en cuatro sobre la cama, por lo que mientras me penetraba sentía chocar sus testículos calientes con mis nalgas, situación que me ponía más y más caliente me tenía loca gimiendo y toda sudada yo me mordía los labios tratando de no gritar pero era imposible con lo fuerte de sus embestidas que me hacían enterrar las uñas en las sábanas provocándome uno de los mejores orgasmos que he tenido. Mientras él me tenía agarrada de las caderas y pasaba su mano para apretarme el pecho recargando su cuerpo en mis nalgas; había momentos en que bajaba una mano para masturbarme cuando estaba por volver a venirme me dijo que iba a sacarla porque ya no podía y estaba por acabar, le pedí que no lo hiciera y terminara dentro de mi, así volvió a bombear mas rápido y fuerte que antes hasta que terminamos juntos, al tiempo que Jorge pegaba un grito sentí los chorros de semen invadir mi vagina y poco a poco la salida de su pene flácido.

Relajé las piernas y brazos para quedar boca abajo mientras Jorge hacía lo mismo, me abrazó, nos besamos y quedamos así durante un buen rato; me levanté para ir al baño a limpiarme y secarme el sudor, al volver Jorge estaba sentado en la cama me acercó a él, me pidió quedarme de pie para verme completa, me hizo darme vueltas mientras él se fue recostando y se masturbaba, yo fui a una silla que estaba en un esquina, para acomodarme y masturbarme con las piernas abiertas hacia él, Jorge no duró mucho antes de venirse pero yo seguía tocándome porque me excitaba sentirme observada, tenía una pierna en el piso y la otra levantada sobre un brazo de la silla, presionando mi clítoris con mis dedos, masajeándome el pecho jalando un pezón que los tenía paraditos y duros con las aureolas bastante enrojecidas y súper sensibles, cuando sentí una punzada en el vientre que me llevó a un rico orgasmo, torciéndome toda en la silla. Llegué rendida a la cama, Jorge me paso un pañuelo para limpiarme y poder ponerme la tanga y el su boxer; nos quedamos semidesnudos viendo la tele en su cama poco más de una hora, cuando vimos que era casi la hora de salida de clases, mientras nos vestíamos no dejaba de acariciarme y besarme, para después acompañarme a casa.