Dia de fiesta...
Un Hombre mayor en una fiesta con su joven novia, recuerdos breves y pasajeros
Crees que sea su novia?
Pregunto mi colega por tercera vez, es muy difícil escucharlo debido al ruido de la música en esta fiesta, y entre tanta gente que iba de aquí para allá, era inevitable preguntar – quien?-
Mientras le da un nuevo sorbo a su copa, me señala hacia una pareja que estaba en un rincón, todas mis dudas se disiparon de inmediato al ver al viejo en un rincón, todo desarreglado y malhumorado con esa chaqueta marrón que chocaba enormemente con los trajes que tenían puesto los demás caballeros.
Pero estaba acompañado de una señorita preciosa cuyo elegante vestido daba la apariencia de que aquel viejo era su padre que le prohibía charlar con las demás señoritas, ella permanecía aferrada a su brazo radiante de alegría y susurrando palabras que nadie podría escuchar, el cuadro en si no era tan diferente al que podría presentar una imagen de un padre con su hija cariñosa de no ser por dos aspectos:
Todos conocíamos al viejo, se había divorciado hace muchos años y sus hijos ya tenían vidas propias, la joven que la acompañaba definitivamente no era familia.
Y dos, el viejo descarado le sobaba una pierna descubierta por el vestido, como si fuera lo más normal del mundo.
novia?, deben tener al menos 30 años de diferencia.
si pero es que siempre le veo con ella, en cada fiesta o reunión al que asiste, y obviamente familiares no son…
tal vez sea una dama de compañía con la que tiene antigüedad, porque no le preguntas?.
Luego de lanzar una carcajada y terminar su copa, mi colega se dirige hacia la mesa en la que se encuentran, yo le sigo por aparentar, pero lo cierto es que ya conozco el secreto del viejo…
Hoy mientras estaba en el baño bebiendo la primera meada del día del amo, me comentó que había invitado a un señor a la casa, dijo que era uno de sus exalumnos graduados y que era de confianza, debo confesar que de inmediato creí que entre los dos me follarian, me ruborice y aparté la mirada del amo…, él se dio cuenta de ello, y me advirtió que solo venía a realizar algunos trabajos y que si me excitaba con ello me castigaría severamente…
Cuando el amo me llamó a servir las copas en la mesa, recuerdo que por los nervios me costó caminar con los tacones y casi derramo un poco, era la primera vez que me mostraba con mi traje de sirvienta ante otro hombre, y aunque mi vista no se apartaba de la bandeja, sabía que los dos me observaban porque dejaron de hablar cuando entré.
Mientras me quedaba quieta a la espera de más órdenes, el amo y el señor charlaban con total naturalidad, mi amo levantaba mi faldita enseñándole al extraño mi clítoris aprisionado en una jaula mientras le explicaba mi situación y sus planes futuros.
- y dices que se entregó a ti para complacerte en todo?, vaya viejo suertudo, eres como un niño con una muñeca sabes? – decía mientras se reían, entonces el amo le pregunto si estaba de acuerdo, el señor le dijo que no habría problema, si es que en el futuro le invitaba a jugar con su muñeca… , al escuchar esas palabras no solo me ruboricé sino que aparte la vista del suelo hacia mi amo, el cual miraba mi pequeño clítoris que parecía luchar en su jaula.
- pues tendrás que darte prisa, mi perrita ya está pidiendo a gritos que instales el potro de castigo.
- Que tal profe, como se encuentra esta tarde aquí junto a su… novia?
Dice mi colega, de inmediato noto como “la joven” que hace rato charlaba tan alegremente, se queda quieta y con una leve sonrisa, sus ojos miran al suelo y no se apartan de ahí, resaltando el sombreado en sus parpados.
Mientras el viejo responde con frases vacías y evasivas, mi colega intenta preguntar por medio de indirectas sobre la joven a su lado, al final se aburre y me dice que vayamos a molestar a la secretaria nueva que acaba de llegar a la fiesta, pero yo al despedirme noto que la joven tiene un vestido con cuello largo, y adornándolo lleva un collar dorado y plateado que disimula un poco el aspecto, sutilmente le digo en voz un poco alta – usted se ve más hermosa con un collar puesto –
Y por unos 3 incomodos segundos de silencio espero una reacción del viejo o de mi colega, pero no pasa nada, el viejo hace como que no escucho y mi colega asiente distraído, la joven se pone a mirar su collar pensativa, y nosotros nos vamos – oye creo que es muda, nunca la escucho hablar…, ah no, si hace rato charlaba tanto…, en fin, eh mira, la nueva trajo una amiga… - dice mi colega, mientras tanto doy otra mirada hacia la mesa, la joven sigue pensativa, me pregunto que pensara ahora…
Hoy mi amo me saco de la jaula para darme un baño, a pesar de ser algo mayor puedo sentir con fuerza sus manos mientras me frota con la esponja, con el mismo aprecio y empeño con el cual un joven lavaría su auto propio, al terminar se aleja un poco, me da escalofríos porque se lo que me espera, pero el chorro de agua es inevitable, y mientras siento la presión recorrer todo mi cuerpo, y veo fluir el agua en el suelo, me repito mentalmente “esta vez no” una y otra vez, pero cuando siento la punta de la manguera en el trasero me resigno.
…
Ya llevo treinta minutos esperando su regreso, mientras permanezco con los brazos encadenados al techo, y el vientre no muy abultado pero si muy incómodamente lleno de agua, al principio creí que me azotaría un poco, aunque no hice nada grave, hace una semana que no me azotaba y me parecía un poco raro.
Pero luego entendí que hablaba por teléfono, y me había dejado colgada para que no lo interrumpiera, al regresar me desató y me permitió evacuar, entonces me informo que hoy no serviría de perrita como estaba previsto, en lugar de ello debía ir a mi habitación (la cual casi nunca utilizo desde que tengo jaula propia) para maquillarme y vestirme lo más elegantemente posible, porque esa tarde acompañaría al amo a una fiesta en calidad de novia….
Radiante de alegría en la habitación iba de aquí para allá mostrándole los vestidos, zapatos y accesorios al amo intentando contagiarle mi emoción para que escogiera alguno, el amo se mostraba indiferente como siempre mientras buscaba algunas llaves en los cajones, luego de un momento escuche su señal y me puse de cuclillas con los brazos en la nuca, entonces el amo vino y comenzó a quitarme los brazales y el collar que estaban asegurados con candaditos, pero al quitarme el collar notó que mi cuello tenia algunas marcas muy visibles, el amo me tomaba del cabello para observar mejor las marcas, mientras yo me perdía al recordar los paseos nocturnos que habíamos dado las anteriores noches en la plaza, el creía que con unas rodilleras su perrita estaría suficientemente protegida, pero no tenía mucha paciencia así que tiraba de la cadena a cada rato, y yo me esforzaba para seguirle el paso y aliviar un poco el dolor en el cuello, no creí que sería tan difícil ser perrita…, y mientras seguía pensando en ello, el amo me saco de mis pensamientos con una sonora nalgada, mientras me decía que busque rápidamente un vestido con cuello largo.