Día de colada

Fantasías que surgen al poner la lavadora

Hoy ha sido un día de colada muy especial. Estaba aburrido en casa y me he puesto a hacer cosas, limpiar, etc...y he recordado que tenía que poner la lavadora. No habría sido novedad si no hubiese encontrado ropa que no era mía. Tenía unos boxers y una camiseta de mi mejor amigo. A veces le corto el pelo y se ducha en mi casa, y como hay confianza, pues le lavo la ropa. Yo no soy nada fan de los olores, y menos de los malos olores, pero mi amigo siempre huele muy bien. Huele a hombre limpio, y su olor lo reconocería con lo ojos cerrados. Me ha hecho gracia encontrarme su ropa y sonriendo he olido su camiseta. Olía a él, la verdad olía muy bien, y algo ha palpitado dentro de mi slip. Sin pensarlo, me he bajado mis slips, que escondían mi polla medio dura por la excitación, y me he puesto sus bóxers.

Tenemos la misma talla, y la verdad es que me quedaban bien, he podido pasar mis manos por el tacto suave del algodón ajustado, que ahora marcaba bien mi culo y mi polla ya totalmente dura. Era extraño, como si tocándome con esos calzoncillos estuviera tocándole a él. He dejado la lavadora abierta, y me he ido al sofá. Me he tumbado, poniéndome su camiseta en la cara, tapando completamente mi vista y permitiéndome usar mis otros sentidos, totalmente activos y esperando instrucciones. Oliendo su aroma he bajado mi mano hacia el boxer, húmedo de mi erección, y he empezado a masajear la punta de mi glande por encima de la tela de algodón, mientras con la otra mano me masajeaba los huevos. Mi polla ha reaccionado y ha empezado a palpitar de placer, y he empezado a subir y bajar mi mano, una y otra vez, imaginándome su polla llenando esos boxers, sus huevos rebotando mientras pajeo su miembro duro, el olor de su camiseta me hacía sentir  como si lo tuviera encima de mi, y cada caricia de mi mano, al tener los ojos tapados parecía suya. Quería que fuese real, tenerle allí, poder vaciarle y vaciarme, unir nuestros cuerpos en un extasis...ojalá pudiera hacerlo realidad. Ahora una de mis manos apretaba la camiseta contra mi cara mientras con la otra me pajeaba freneticamente, quería correrme pensando que era mi mano sobre su polla, que podía darle tanto placer como estaba sintiendo yo ahora. Un calor bajaba por mi pecho y mi ritmo se aceleraba, y en unos segundos empecé a gemir en un orgasmo largo y húmedo, dejando empapado el boxer, mi camiseta y la suya que todavía cubría mi rostro.  Me levanté, limpiándome con la ropa, y me dirigí a la lavadora, metiendo mi camiseta, la suya y los bóxers empapados de mi travesura dentro del tambor. Mientras ponía el programa y la ropa empezaba a girar no pude evitar pensar en

las dos

camisas de los protagonistas de Brokeback Mountain, dudando si Ennis del Mar había hecho lo mismo con la camisa de Jack.