Día de Año Nuevo

Lo que ocurrió después de contarle a mi mujer lo que había hecho la noche anterior...

Dia de Año Nuevo.

Bueno como ya les conté anteriormente en mi primer relato, fui corneado por dos desconocidos y mi mujer acabo la noche realmente borracha. Pero lo que paso después de levantarse se lo contaré ahora.

Ella y mi hija se levantaron sobre las tres de la tarde, a las cuatro debíamos dejar la habitación. Mi mujer tenia una resaca de impresión, y se levanto de muy mala uva. Recogimos la ropa y nos dispusimos a partir para casa. En la recepción del hotel, estaban nuestros amigos. Nos despedimos de ellos, pues nosotros no íbamos a comer como querían hacer ellos antes de ir para casa.

En mi cabeza solo pasaban las palabras que el chico de Barcelona me había dicho antes en el bar, como aprovecharme de la situación. Pero tampoco sabía si quería aprovecharme y de que, en todo caso. Fuimos recorriendo el camino de vuelta a casa, con mi mujer medio dormitando y mi hija dormida del todo. Cuando vi que mi mujer estaba mas o menos despierta, la interrogué acerca de lo que había hecho la noche anterior, a ver si recordaba algo, o si omitía cierta información. Pero ella no soltaba prenda, tan solo se dignaba a decirme que no recordaba nada, solo vagos recuerdos y flashes de la noche.

Así recorrimos nuestro viaje de vuelta, y a diez minutos de llegar a nuestro pueblo, la dije que llamase a su madre, para dejar allí a la niña y poder estar nosotros solos, para que ella se recuperase de la resaca. Ella tomo mi ruego con mucho entusiasmo, así no tendríamos que preocuparnos por la pequeña y podríamos descansar a gusto. Dejamos a nuestra pequeña con su abuela, y nos fuimos a casa.

Por el camino vi una farmacia, y me vino una idea, que sin pensar en las consecuencias, realice. Pare, tome nota de la farmacia de guardia, y la busque. En la farmacia de guardia, compre paracetamoles y la pastilla del día después. Pero sin que mi mujer supiera lo que había comprado, ella se quedo en el coche esperando. A ella le conté cuando me puse a buscar la farmacia de guardia, que iba a comprar algún reconstituyente para pasar la resaca mejor. Ella me lo volvió a agradecer efusivamente.

Llegamos a casa y la prepare la ducha, con espuma, mientras me prepare, para ver como afrontaba aquel reto… Le lleve la píldora del día después, y le dije que se la tomase, que era el reconstituyente, pero ella se quedo mirándola y me pregunto que era, a lo que yo la conteste que le respondería cuando se la hubiese tomado. Ella se la tomo a regañadientes. Y cuando la había ingerido, le dije lo que era. Ella empezó a insultarme como si estuviera loca. Que para que le daba aquella píldora, que si habíamos follado sin condón la noche de antes decía. Yo no tuve mas remedió que contarle la verdad, ante la respuesta que obtuve tan desproporcionada e insultante, que ella había follado con otro y que no pensaba ser el padre de un crío que no era mío. Encima que miraba por ella, me decía todos aquellos insultos, no pude retenerme y le conté la verdad. Como había bailado con la pareja de Barcelona, como la había follado el tío cuando fui a acostar a nuestra hija, como la había comido el coño la chica de Barcelona, como la había sobado el culo el mientras charlaban en la barra, como nos había enseñado el coño al no llevar el tanga… Todo se lo conté con pelos y señales. Lo que y vi se lo conté y lo que no vi, se lo conté tal como me lo habían contado a mi.

Ella estuvo todo el rato como en shock, escuchando mis palabras, pero cuando acabe de contárselo, se puso mucho mas histérica de lo que ya estaba antes. Salió de la bañera y se puso a remover la ropa sucia de la noche anterior. Yo no sabía por que hacía aquello hasta que con un grito espectacular, me dijo que buscaba el maldito tanga rojo que yo decía que no llevaba cuando estábamos en la habitación de la pareja de Barcelona. La deje hacer un rato, para que se cerciorara que no estaba en la ropa que traíamos de vuelta a casa y para que se tranquilizase un poco. En ese momento, la dije que nuestra amiga, ya sabía que no llevaba el tanga en cuestión, cuando entro al baño con ella y la otra chica. Me lo había dicho la pareja. Lo hice para que ella pudiera corroborarlo con nuestra amiga y así me dejase en paz un rato. Pues estaba realmente ida.

No se lo pensó y llamo a nuestra amiga, la cual le dijo que era cierto, que no llevaba el tanga, cuando entraron al baño las tres juntas. Nuestra amiga, pensó que lo habría perdido pues iba realmente borracha a esas horas. Y que por eso no la había dicho nada.

Mi mujer entonces perdió el norte, se puso a berrear, a insultarme, me decía que como podía inventarme aquella historia. Como podía pensar yo que ella pudiese hacer eso…. Y cosas por el estilo, mezclado con los mejores y mas selectos insultos que podáis imaginar. Yo aproveche el momento, para ducharme, pues estaba cansado y una ducha siempre repara un poco el cuerpo. Y así le dejaba un poco de tiempo para que se tranquilizase y poder hablar con ella después. Pero cual fue mi sorpresa que cuando salgo de la ducha ella estaba vestida y con las llaves del coche en la mano. Cinco minutos tienes para vestirte y nos vamos a buscar el tanga. Quiero oír de la boca de esos dos lo que acabas de decirme. Me dijo súper seria, como nunca la había visto. No me quedo otra que vestirme y seguirla al coche. No me dejo ni abrir la boca.

Allí estábamos los dos en el coche de vuelta al hotel donde habíamos pasado la Noche Vieja. Yo intenté razonar con ella, pero no me escuchaba, solo tenía en su cabeza el recuperar el tanga y escuchar que lo que yo le había contado, era mentira. Intente tranquilizarla, diciéndole que no me molestaba lo que había pasado, que no me importaba, que no me iba a separar… Pero nada. Ni caso.

En menos de cuarenta minutos llegamos al hotel, conducía como una loca. Y en recepción del hotel nos plantamos. Sabíamos que estaban allí, por que la noche anterior nos habían dicho que pasarían todo el finde en el hotel. Ella pregunto por ellos dando la escusa que habíamos perdido su móvil y pensábamos que lo tenían ellos. En recepción nos dijeron que habían salido y que volverían para la hora de la cena. Entonces les dejamos el recado que les esperábamos en el bar y hacía allí no dirigimos a esperar.

En el bar intente razonar con ella otra vez. Que aun estábamos a tiempo de irnos, que era una tontería lo que estaba haciendo… Pero nada. Ni caso.

A los veinte minutos, llegaron ellos, entraron al bar con cara de circunstancias los dos, parecía que estaban buscando la cámara que les estaba grabando y que en cualquier momento íbamos a decirles que todo aquello era una broma. Venían bastante asustados, la verdad.

Mi mujer se levanto de la mesa y se fue directa a ellos, y en su cara, elevando un poco la voz, les exigió que le devolvieran su tanga, si es que ellos lo tenían. El chico se quedo parado, y nos pidió que les acompañásemos a su habitación que en el bar no era sitio para hablar de aquello. Les seguimos a su habitación y allí mi mujer les pidió explicaciones, a las cuales ellos le respondieron lo mismo que me habían contado a mi por la mañana. Ella no les creía, y les volvió a pedir que le devolvieran el tanga. Ellos se quedaron un momento en silencio mirándose a la cara, y el hizo un movimiento con la cabeza como de asentir. Entonces la chica se quito de dos puntapiés las zapatillas que llevaba y se quito los pantalones, dejándonos ver el tanga de mi mujer. Lo llevaba ella puesto. Nos quedamos de piedra.

Mi mujer se quedo de piedra, por que aquello corroboraba todo lo que le habíamos contado y que ella no se creía.

Yo me quede de piedra, por que aquella mujer de cuarenta años, estaba buenísima, por lo menos las piernas, estaban bien moldeadas, sin un ápice de grasa, morenas… Y lo mejor el tanga, dejaba ver una raja, perfecta, completamente rasurada, sin labios vaginales a la vista. No como la vagina de mi mujer que sin abrir las piernas puedes apreciar sus labios.

Ella se quito el tanga sin rubor y se lo dio a mi mujer. Mi mujer cogio el tanga como con cara de tonta, lo miro, y les miro a ellos, preguntándoles, por que

El estaba de pie a un lado de la cama, detrás de su mujer, que se había sentado al pie de la cama, con las piernas juntas, pero dejándome ver el inicio de su perfecta raja.

Por que surgió le dijeron ellos. Habían bailado, habían disfrutado los tres, y surgió. Nada mas que eso. Solo era sexo. Y los tres lo habían disfrutado. No tenían mas respuestas para mi mujer. Pero ella necesitaba algo mas, como una escusa que la dejara la conciencia tranquila, que no había hecho nada malo.

Yo la tranquilice dijendole que a mi no me molestaba lo que había pasado. Que ya hablaríamos en casa, sin malos rollos.

Ella me miraba con cara de tonta y miraba el tanga. Pero no hacía intención de irse. Estaba en estado de shock. Sin saber que hacer o decir. Cuando el la dijo que las cosas surgían y que había que disfrutarlas. Sin mas. Y que si ella quería, podían volver a surgir. La noche anterior, la dijo, ella estaba borracha, pero en ningún momento tanto como para no saber que hacía. Ahora estaba serena y podía experimentar lo mismo de la noche anterior y así ver si había hecho algo malo, o por el contrario algo bueno. Y además ahora estaba yo también para disfrutar.

Yo no entendía muy bien lo que iba diciendo, no me creía lo que nos estaba proponiendo, vamos. Nos estaba proponiendo follar los cuatro como me imaginaba

Ella se quedó mirándoles a la cara y les dijo que no, que ella no iba a volver a repetir lo de la noche anterior. Pero que si yo quería probar adelante.

Yo la miré y la dije que no se trataba de que ahora follase con la otra chica yo y ella no con el. Que tenia que ser algo entre los dos, o mejor dicho los cuatro.

El me miro, y me dijo que quien había dicho de follar con nuestras respectivas. Que había muchas mas formas de disfrutar del sexo.

Yo no le entendí, ahora si que estaba hecho un lío.

En todo aquel tiempo la chica no había abierto la boca, estaba sentada, sin decir nada como una mera espectadora de lo que iba ocurriendo

Entonces el paso por delante de su mujer y de la mía, que se había sentado en el mismo sofacito, que la noche anterior nos había enseñado el coño al sentarse. Se puso delante mío y se arrodillo.

No entendía nada de lo que estaba pasando. Hasta que vi como alzaba sus manos y adivine que me iba a bajar los pantalones delante de nuestras respectivas. Cosa que hizo, me desnudo, sin palabra alguna ni de mi mujer ni de la suya. Yo la verdad estaba tan atónito que tampoco opuse resistencia alguna. Le deje hacer. El dejo a la luz mi polla, flácida completamente. Acerco su cara a mi rabo y lo empezó a chupar, sin tocarme. Sus manos estaban en sus rodillas. Me comía la polla, me lamia los huevos, sin tocarme. En menos de veinte segundos mi polla estaba morcillota, y al minuto la tenia súper dura.

Yo no hacía nada, y mi mujer no decía nada. Yo no sabía que hacer o que decir. Mi mujer no me salvaba de aquella situación. Esperaba que ella se enfadase y que se fuese para que no se viese lo burro que me había puesto aquel tío. Yo un hombre, hetero sin ninguna tendencia homosexual. Pero ella allí estaba mirando aquella escena con cara impasible.

El no paraba de chuparme la polla. Ya llevaba dos minutos haciéndolo y como no parase me correría enseguida. Lo noto y entonces paró. Fue como una condena que lo hiciese en aquel momento, a quince segundos de correrme. Pero también fue un alivio que lo hiciese, no se por que, pero fue como si me liberase de aquella situación.

El miro a su mujer, y ella se levanto de la cama, sentándose a los pies de mi mujer en el suelo. El se desnudo por completo, mientras yo buscaba como podía mis pantalones para subírmelos y largarme de allí. Pero me cogio una mano y me arrastro a la cama. Mire a mi mujer, pero ella no dijo ni hizo nada. Tan solo me miraba, como si viese una escena que no era real. Al no encontrar ayuda por parte de mi mujer, me deje arrastrar por el a la cama. Aún me pregunto por que no me resistí.

El me tumbo en la cama. Yo pensaba que me la chuparía otra vez. Pero ante mi sorpresa no fue así. Se puso encima mío, dándome la cara, se acluquillo y enderezo mi polla hacia su culo. Dejo que mi polla se fuese metiendo en el, mientras el bajaba muy lentamente. Y de un solo golpe la introdujo en su culo cuando ya había metido mas de la mitad de mi rabo.

No podía creerme que estaba pasando. No me la estaba chupando un tío, sino que me lo estaba follando. Y mi mujer delante, viéndolo todo, sin hacer ni decir nada.

El dejo que mi polla se acostumbrara a aquel agujero, y que su culo se abriese un poco. Entonces empezó a cabalgarme con ritmo, subía y baja, nada brusco. Sabia bien lo que hacia, no era la primera vez que le follaban el culo. Yo estaba tan alucinado y avergonzado que no sabia que hacer, si acompañarle en los movimientos o si dejarle hacer. Hasta que me vino la corrida, no pude contenerme, gemí fuertemente y me corrí dentro del culo de aquel tío… El me cabalgo durante unos treinta segundos mas y entonces se quedo sentado con mi polla dentro de su culo. Yo tome aire, estaba en el séptimo cielo, que orgasmo mas rico acaba de tener. Y con un culo de un tío. Nunca podía haber llegado ni a imaginármelo. Entonces el se giro, miro a su mujer, y a la mía. Ellas no habían dicho ni hecho nada. Yo aproveche y mire hacia mi mujer, pero ella seguía teniendo la misma cara impasible que al principio. El las miro y le dijo a su mujer que vinieran. No podía creer lo que había oído. Que vinieran. Mi mujer no vendrá, pensé yo. Como va ha hacerlo. Pero me equivoque. La chica le cogio de la mano, la levanto suavemente y la llevo a la cama. La puso a un lado nuestro. Y cogiendole la polla a su marido, se la acerco a la boca a mi mujer.

Mi polla se había puesto algo flácida dentro del culo del chico, pero al ver como mi mujer empezaba a tragarse aquel rabo que no era el mío, en dos segundos se me puso otra vez súper dura.

Lo que ocurrió después se lo contare en el siguiente relato.