Devuelta a la normalidad II. Noche de fiesta.
Felipe con su carta blanca tenía libertad de hacer lo que quisiera. Sus amigos Adolfo y Gonzalo deciden ir de fiesta. Por otro lado y a unos cuantos kilómetros está Ángel que también se monta su fiesta personal.
Después de haber follado los tres, Adolfo, Gonzalo y yo nos fuimos a un restaurante a cenar. De camino a él llame a Ángel para ver cómo estaba. Me dijo que había quedado con un chico para follar, él sabía de nuestro trato. Le dije que disfrutase y que me llamara para contármelo que hoy nos íbamos nosotros de fiesta. Nos dijimos que nos queríamos y que se prepara a la vuelta.
Yo: Ángel que os manda recuerdos y que nos lo pasemos en grande que él ha quedado con un chaval.
Gonzalo y Adolfo se miraron y dijeron. Pues vamos a quemar Barcelona entre los tres.
Después de cenar y tomarnos la primera copa en el restaurante nos fuimos a una nueva discoteca en la que habían estado hace poco. Me dijeron que esta era normal que no había nada raro como la anterior en la que estuvimos; pero que si me aburría nos íbamos a la otra.
Pues allí entramos los tres y la verdad que el ambiente merecía la pena, buena música y sobretodo gente guapa. Fui a pagarles la primera copa ya que ellos me habían invitado a la cena; cuando oigo por detrás de mí a un tío que dice que a esta ronda invitaba él y extendiendo la mano con la tarjeta para pagar. Yo amablemente me giré y le di las gracias.
Con lo primero que me tope fueron con dos ojos verdes, una sonrisa de escándalo y una barba morena bien cuidada.
Marcelo: Hola me llamo Marcelo, siento mi atrevimiento. Te he visto entrar con tus dos amigos y la verdad que me has llamado desde el minuto uno.
Yo: Encantado Marcelo y gracias por las copas, la próxima invito a las tuyas. ¿Estas solo?
Marcelo me dijo que había venido con un grupo de amigos pero que cada uno iba a su rollo. Yo amablemente le comenté si quería venir a donde estaban mis amigos.
Entre copas y risas pues le conté que tenía pareja y que él se había quedado allí por trabajo y que a mi me habían destinado este fin de semana para arreglar unos asuntos del mío.
Marcelo me dijo que él trabajaba en lo mismo y que aprovechaba salir los fines cuando el domingo libraba. Me comentó que no le importaba que tuviera pareja, lo único que quería es hacer nuevas amistades y pasarlo bien.
Gonzalo y Adolfo fueron un momento al baño y ahí me quede solo con él. Ahí le conté ya con más libertad el rollo que había entre nosotros y que yo tenía la carta blanca; además que mi chico estaría follando con otro en Sevilla. Parece que con eso le gusto y me robó un primer beso. Yo le correspondí y ahí se abrieron nuestras bocas y nuestras lenguas luchaban entre sí para ver cuál era la primera que se rendía. En ese momento llegaron los chicos.
Gonzalo: Mira cariño, Felipe no pierde el tiempo.
Marcelo sin pensarlo dos veces se abalanzó sobre Gonzalo y le comió los morros. Adolfo le dio la vuelta; yo pensaba que le iba a decir algo cuando le metió la mano en sus pantalones y buscó su boca.
Yo busqué mi móvil para mandarle un mensaje a Ángel: "Cariño disfruta de tu noche, que nosotros vamos a hacer lo mismo. TQM”.
Ya estábamos bien calientes los cuatro. Gonzalo y Adolfo dijeron de irnos a su casa. Pero Marcelo nos dijo que nos fuéramos a su chalet que tenía a la afueras; que nos lo íbamos a pasar bien.
Cuando llegamos a la entrada del chalet nos quedamos flipados. Luego nos contó que era una herencia de sus abuelos. Entramos, lo que más me impresionó fue que desde los grandes ventanales se podía divisar todo Barcelona. En esa estaba cuando Gonzalo se me acerca con una copa.
Gonzalo: ¿En que estás pensando?
Yo: Ehhh, perdona. No en nada, me he quedado pasmado contemplando las vistas.
En ese momento llegaba Marcelo, ya se había quitado la ropa y llevaba un bóxer el cual no dejaba volar nada la imaginación. Se le marcaba un buen paquete y un buen culo.
Marcelo: podéis poneros cómodos. Si queréis podemos bañarnos en la piscina.
Y allí que nos fuimos los cuatro. Empezamos a jugar a las peleas y a zambullir el uno al otro. En una de estas me coge Marcelo por la espalda y noto ya un buen bulto sobre mi culo.
Gonzalo se acerca con Adolfo por detrás y entre los tres me intentan zambullir. Yo en mi defensa estando debajo del agua tiro de sus boxers, se los quito y los lanzo fuera de la piscina.
Ahora es cuando pudimos apreciar la polla tan perfecta que tenía Marcelo. 20 cm de polla, con unas venas marcadas, que fueron la delicia de Gonzalo y mía. Yo ya quería esa polla en mi boca y que me perforara el culo.
Gonzalo: todo tuyo. Disfrútalo. Adolfo y yo nos vamos al salón.
Marcelo: De eso nada chicos, aquí disfrutamos todos de todos. Que aquí hay polla para todos. Dijo señalándose la entrepierna.
Salimos de la piscina, nos secamos el cuerpo unos a los otros. Nuestras pollas ya miraban al cielo y necesitaban ser atendidas. Marcelo nos llevó a una habitación grande.
Empezamos con los juegos. Besos, caricias, algún mordisco. Nuestras manos jugaban con cada uno de nosotros. Adolfo se puso al lado de Marcelo y cual señal dada. Gonzalo y yo empezamos a jugar con los pezones de los dos. Mientras que nosotros íbamos bajando, oíamos como sus lenguas jugaban en su boca. Gonzalo y yo también nos besábamos y así los hacíamos sufrir un poco.
Marcelo puso una de sus manos sobre mi cabeza y me bajaba para que fuera a comerle la polla, lo mismo hizo Adolfo a Gonzalo. Allí estábamos nosotros dos de rodillas sometidos a aquellos dos machos.
Después de un rato mamando aquel manjar. Marcelo pidió cambio. Quería sentir la boca de Gonzalo en su polla. Así que eso hicimos, pero esta vez fue Adolfo el que se agachó para comerme la polla a mi.
Marcelo y yo jugábamos con nuestras lenguas, nuestros pezones, nuestros cuellos. Mientras abajo Gonzalo y Adolfo se peleaban por mamarnos las pollas.
La situación era muy morbosa. Ahora tenía a Gonzalo y Adolfo comiéndome la polla y por mi espalda tenía a Marcelo que con su lengua y boca iba recorriéndola entera hasta llegar a mi culo. Con sus manos me abrió los cachetes y empezó a comerme el culo; después se le unió Adolfo. Joder menuda comida de culo me estaban dando los dos mientras que Gonzalo seguía comiéndome el rabo.
Yo: Parad, parad tíos o me corro. Entonces Gonzalo aceleró la mamada, sabía lo que quería. Así que me deje llevar y le solté como 6 trallazos que fueron directos al estómago de Gonzalo.
Yo tenía curiosidad de ver y probar la leche de Marcelo así que me puse manos a la obra; o mejor dicho, boca a la polla. Adolfo se puso detrás y empezó a comerle el culo, Gonzalo y yo nos encargamos de la polla. En ello estábamos cuando oímos a Marcelo bufar. Ya venía nuestro manjar y así fue. Marcelo nos regó las bocas e incluso la cara. Allí estábamos Gonzalo y yo peleándonos para ver quien se llevaba más leche a la boca. Al final nos besamos y nos pasábamos el semen de una boca a otra.
Adolfo: Bueno chicos nos toca a nosotros. Así que preparar vuestras bocas.
Y ahora éramos Marcelo y yo los que estábamos de rodillas delante de las pollas de mis amigos. De lo caliente que estaban no tardaron mucho en darnos de beber. Después se agachó Gonzalo e intercambiamos sus corridas con el.
Adolfo: Mira que sois guarros los tres. Tanto que a mí aún no se me ha bajado la hinchazón.
Joder la marcha que tenía Adolfo, aunque Marcelo tampoco se quedó atrás. Allí sabíamos quien eran los machos alfa. Así que nos levantaron por los hombros y nos tiraron a la cama. Marcelo dijo que quería follarme a mi primero, pero que luego quería probar el culo de los demás.
Gonzalo y yo nos pusimos de frente mirándonos uno al otro para vernos las caras de placer y así podernos besar mientras que estos dos nos follaban. Parece que Adolfo y Marcelo iban al mismo compás. Porque a cada embestida que nos daban, Gonzalo y yo podíamos comernos bien las bocas. Después de un rato cambiaron y ahora era Adolfo el que me follaba a mi y Marcelo a Gonzalo.
No sé el tiempo que estuvimos en esa postura, a mi ya me dolía el culo de tanta embestida.
Yo: Gonzalo o se corren estos tíos ya o no voy a poderme sentar en varios días. Adolfo me está metiendo cada embestida. Como sigan así voy a acabar muerto de placer.
Gonzalo: Venga dile a Adolfo que venga a terminar conmigo y Marcelo contigo. Yo tampoco puedo más. Este tío me está matando a mí de placer. Pero quiero sentir la leche de mi macho dentro.
Marcelo volvió a follarme a mi. El seguía con fuerza dándome caña cuando sentimos como Adolfo y Gonzalo habían llegado al orgasmo. Vi como se convulsionaba Adolfo detrás de Gonzalo y este se corría el solo sin tocarse.
Yo estaba en el séptimo cielo cuando noto como la polla de Marcelo se iba ensanchando en mi interior. El cabron me ha rellenado bien; sentí como siete u ocho trallazos llenaban mi interior.
Marcelo de hecho a un lado. Yo y Gonzalo nos fuimos al baño mientras que dejábamos a estos dos en la cama cogiendo aire.
Gonzalo: Espera un momento. Me metió dos dedos y con ellos saco un poco de semen de Marcelo y se lo llevo a la boca.
Eso me había puesto muy cerdo, así que lo mismo hice con el semen de Adolfo. Después nos besamos.
Yo: estamos hechos unos verdaderos cerros. Mira solo con meterme los dedos y ver como saboreas la leche de Marcelo otra vez estoy a full.
Gonzalo miró hacia la habitación, vio que Marcelo y Adolfo ya estaban roncando. Cerró la puerta del cuarto de baño, se agachó y de una se metió mi polla en la boca.
Después lo levante, lo apoye contra el lavabo, me agache y empecé a comerle el culo. Gonzalo chillaba de placer y lo tenía que callar para que no nos escuchasen estos dos. Busque por el cuarto de baño y encontré unos bóxer de Marcelo; se los metí en la boca y así pude callarlo. Después de una empece a follarmelo, sentía como mi polla entraba de una y como le estaba batiendo la leche de su novio en su interior.
Le quite el bóxer y empece a comerle la boca, aquella boca que volvía a saber a la polla de Marcelo. Ya no aguante mucho. Me iba a correr. Entonces Gonzalo se zafó de mí y se puso de rodillas; quería que le llenase la boca. Y así hice.
Me di cuenta que Gonzalo se había corrido en el lavabo. Así que lo recogí con mis dedos y me la lleve a la boca. Después volvimos a besarnos y a mezclar en nuestras bocas nuestros fluidos.
Yo: vamos a ducharnos y a intentar dormir algo.
A la mañana siguiente nos despertamos en casa de Marcelo. Gonzalo estaba abrazado a mi y Adolfo junto a Marcelo. Veo como mi móvil empieza a soñar. Echo a un lado a Gonzalo para no despertarlo; era Ángel quien me llamaba.
Yo: Hola amor que tal, buenos días. Que tal tu noche ayer. Porque la nuestra fue increíble. Le resumí en 5 minutos la fiesta que nos habíamos pegado los cuatro.
Ángel: Buenos días? Serán buenas tardes que ya son las 2. Pues mi noche bien, el chico se llama Javier y tiene ganas de conocerte a ti también. Vamos que quiere nos lo montemos juntos además que su polla te va a gustar.
Joder entre lo que yo le contaba recordando nuestra noche y lo que me decía el mi polla ya volvía a estar dura como una roca. Yo empecé a masturbarme porque estaba demasiado caliente.
Gonzalo: ¿Molesto? O si lo prefieres te puedo ayudar con eso.
Yo: Estoy hablando con Ángel que nos estábamos contando lo que habíamos hecho y en fin una cosa ha llevado a la otra. Pero si quieres ayudarme.
Deje el teléfono en la mesa con Ángel al otro lado de la línea. Para que se enterase que Gonzalo y yo nos lo íbamos a montar.
Gonzalo se agachó enfrente mía y de una se metió mi polla. Joder que boca más caliente tenía el cabrón y que lengua más juguetona. Mientras que me comía la polla con sus dedos iba jugando con mi culo.
Yo: Gonzalo como sigas así vas a hacer que me corra y aún quiero seguir disfrutando.
Me apoye sobre la mesa, porque quería que Ángel me escuchara gemir. Después fue mi turno. Empecé comiéndole la boca y mordiéndole el labio, después baje a su cuello. Creo que era la debilidad de Gonzalo porque lo veía hacer aspavientos y chillar de placer, poco a poco fui bajando por sus pezones y hay me recreé bastante tiempo, mientras le hacía una suave paja que con lo que estaba lubricando el cabrón me facilitaba las cosas. De vez en cuando cambiaba la mano y la que estaba llena de su precum se la llevaba a la boca y nos volvíamos a besar saboreando aquel manjar.
Después baje a su polla y de una también me la metí.
Una de las veces sin querer pulse el altavoz del móvil y ahora éramos nosotros dos quienes oíamos los gemidos de Ángel. Y por lo que pudimos comprobar más tarde estaba Javier aún con el. Intente cortar la llamada pero fue Marcelo quien sin darnos cuenta lo cogió de la mesa.
Marcelo: Vosotros seguid que seguro que a Ángel no le importa que folleis. Por los gemidos que está pegando seguro que el también lo está haciendo.
Gonzalo y yo nos pusimos a follar, Marcelo por su lado se estaba pajeando aquella maravillosa polla y por el teléfono teníamos a Ángel gritando de placer que no parásemos de follar y le estaba pidiendo a Javier que le diera el culo que se lo quería follar.
Pues ahí nos encontrábamos los cinco. Ángel y Javier follando a través del teléfono, Marcelo masturbandose y nosotros dos follando. Bueno para ser más precisos Gonzalo era el que me estaba follando; ya que él se había puesto encima y me estaba cabalgando como un poseso.
Al poco rato apareció Adolfo por una de las puertas y se quedó con los ojos como platos al ver la escena.
Adolfo: Anda panda de cabrones que os despertáis os montáis la fiesta y no avisáis.
Yo le indique que se pusiera detrás de Gonzalo que lo íbamos a follar entre los dos. El me obedeció, pero antes me la metió en la boca para que se la lubricara y fuera más sencillo de follarse a su chico.
Gonzalo por su lado se recostó sobre mí para facilitarle a su chico que lo penetrara y alargó la mano y atrajo hacia nosotros a Marcelo que seguía con el teléfono encima y masturbandose.
Pusimos a Marcelo a un lado para que pudiéramos saborear entre los dos su polla. Mientras que Adolfo y yo follabamos a Gonzalo. Al otro lado del teléfono sentíamos como Ángel pegaba cada vez más gritos y sentimos el bufido de los dos; señal que se habían corrido a la vez.
Nosotros seguíamos a lo nuestro cuando vimos cómo Marcelo se tensionaba y se corría en mi cara y en la de Gonzalo. Con su polla fue recogiendo el semen derramado y nos lo fue acercando a nuestra boca. Por otro lado Gonzalo se derramaba encima de mí y nosotros lo hacíamos en su interior.
Menuda orgía habíamos montado entre los 6, aunque dos de ellos estaban al otro lado de la línea. Recupere algo de fuerzas y cogí el teléfono.
Yo: ¿Cariño estás ahí? Sentía a otro lado los gemidos suaves de estos dos. Menuda fantasía. Dile a Javier que me encantará conocerlo y creo que estos tres por la cara que están poniendo también tienen gana de conocerlo. Y Marcelo me ha dicho que cuando quieras estás invitado a hacerle una visita.
Adolfo, Gonzalo y yo nos fuimos a la ducha. Allí dentro Adolfo me comentó que estaba bien que disfrutáramos con más gente pero quería que nosotros fuéramos de ellos. ¿Empezaban a florecer algo de celos? Yo creo que no. Porque los cuatro disfrutábamos tanto juntos como por separados. ¿Se habrá creado una relación poliamorosa entre nosotros cuatro?