Detras de la escritura de mi primer relato

Como me divertí al realizar el relato de Descubriendo a mis sobrinos consentidos, fue muy divertido y exitante.

¡Hola! Los saludo nuevamente, con una nueva narrativa la cual se centra en el como me sentí durante los días en que me ocupe escribiendo la memoria de "la tía Consentida". La cual me atrevía a plasmar en esta pagina, como medio para realizar una de mis fantasías, la cual consistía en contar lo que había ocurrido con mis sobrinos y como descubrimos toda una nueva forma de llevar a cabo nuestra sexualidad mi marido y yo.

El relato me decidí a escribirlo el día siguiente al haber encontrado la pagina de "Todos los relatos" la cual me encantó por todas sus historias además de la sencillez de sus categorías. Ya decidida comencé a escribirlo en mi computadora portátil, en mis ratos libres en mi consultorio, poco a poco empecé a recordar todas las situaciones y sensaciones que me habían despertado en ese tiempo, y sinceramente fue muy excitante remembrar el suceso.

Esto ocurrió en una de esas sesiones de escritura de mi relato:

Eran más o menos las 17:00hrs cuando ya había visto a mis pacientes de la lista de agenda, y al parecer no se encontraba nadie en la sala de espera, por lo que me dispuse a continuar con la escritura de mi relato; lo primero que hacia era recargarme cómodamente en la silla de mi escritorio, con el clima funcionando haciendo mas acogedora la habitación, escuchando música suave, me recogía el cabello solo con una pinza, para descubrir mi cuello y refrescarme lo más posible, al igual que me desabotonaba los primeros tres botones de mi blusa blanca, terminando justamente en el inicio de mi sostén, quedando a la vista el contorno mis pechos sujetados por un bra blanco con la orilla de encaje fino, me colocaba mis anteojos redondos con armazón delgado y de color dorado, los cuales me hacen tener un toque muy sofisticado y elegante, (modestia aparte ,claro) Recargando mi cabeza contra la cabecera de la silla y cerrando mis ojos, evocaba en mi mente aquellos días, las emociones y los sentimientos; para posteriormente tratar de dar orden a las imágenes que recordaba, pero mi cuerpo reaccionaba ante ese ejercicio con un acaloramiento, además de cosquilleos discretos e incipientes sobre mi entrepierna, el cual me hacía apretar mis muslos uno contra el otro, de manera inconsciente, solo rompiendo el silencio el desplazamiento de la tela de mis medias negras cuando cruzaba una pierna sobre otra, esa reacción de mi cuerpo me apartaba al mismo tiempo de mi concentración para establecer las palabras correctas y la forma escriturar de mi relato, haciendo una lucha constante dentro de mí. Pero la verdad que el ambiente era muy sexy y erótico, no cabe duda que el mayor afrodisíaco que existe es la mente.

Así comenzaba las ideas para mi relato, tomando una pausa siempre para releer los párrafos que acababa de escribir, producto de mi cerebro alterado por la excitación del recuerdo. Eso me encendía aun más, a cada línea que leía y visualizaba en mi mente, acentuaba esas cosquillas sobre mí, involucrando ahora a mis pezones. Me sentía extraña, era como ser una adolescente principiante en mi descubrimiento por sensaciones y placeres sexuales. Ese comportamiento mío sacaba de vez en cuando una leve sonrisa de mi cara por las ideas y deseos que surgían a cada instante que pasaba, hasta que me rendí a los deseos de tocarme.

Introduje mí mano izquierda al interior de mi blusa deslizándola por encima de la delicada y suave tela de mi sostén, la que se encontraba fresca por el efecto del aire acondicionado, lo hice lentamente, tranquila, poco a poco, disfrutando del momento, continuando el deslizamiento de mi mano hasta toparme con un levantamiento que se sentía debajo de la suave tela blanca, mi pezón, que se encontraba parado; producto tal vez de mi excitación o del ambiente de la habitación u ambos. De inmediato me dedique a rodearlo suavemente con la yema de mi dedo medio, delimitando su circunferencia, bordeándolo, respondiendo mi cuerpo con una sensación cálida por dentro que me atravesaba toda y hacia blanco en mi clítoris. Además de sentir como mi areola se colmaba de pequeños levantamientos que rodeaban a mi pezón, reflejando un incremento en su tensión a causa de mi excitación.

Mi respiración se hizo más pausada y profunda, llenando de gran cantidad de aire mis pulmones, provocando una aumento de volumen en mis pechos, sintiéndolos crecer a cada respiración mía; me agradaba la sensación en mi mano.

Estaba tan metida en mi estado de excitación que de pronto en mi cabeza me cruzó la idea de meterme mano ahí mismo, en mi consultorio, eso me puso algo nerviosa ya que en cualquier momento alguien podría romper mi privacidad, aparte de ser mi lugar de trabajo, imaginen la situación que llegara un paciente o un compañero de trabajo y me encontraran con la mano dentro de mis pantys, eso me hizo reaccionar un poco y concentrarme nuevamente en mis pensamientos y en la escritura de mi relato.

Pero la verdad es que me encontraba muy excitada y en lugar de bajar los ánimos se agitaban más y más, al recordar la calentura que les puse a mis sobrinos y mi excitación por haberlo hecho, que decidí cerrar la puerta con seguro para estar un poco más tranquila, por lo que decido ponerme de píe, y me dirijo lentamente a la puerta para asegurarla recorriendo el largo de la habitación solo escuchándose a mi paso el roce de mis medias, hasta sentarme nuevamente en la silla de mi escritorio, ya con más confianza, con mis piernas un poco más abiertas y estiradas, apreciándolas cual largas son, cubiertas solo por la delicada tela de mis medias, haciéndolas brillar con el reflejo de la luz en ellas; meto una mano por debajo de mi falda negra tipo sastre y bajo de un lado mis pantys los cuales eran de color negro tipo tanga con doble lazo en la parte lateral, ahora continúo con el otro lado para posteriormente quitármelos por completo y ponerla en mi cajón.

Comienzo tocándome lentamente mi pubis pasando mis dedos suavemente por encima de mis vellos, eso me encanta, sentirlos delgados y finos, eso me invita a recorrerme un poco más íntimamente, paso mi la yema de mi dedo índice por mis labios mayores que se encuentran cálidos y húmedos, se puede sentir en la punta de mi dedo como irradia calor además de que poco a poco se va llenando el ambiente con ese olor característico que tenemos, combinado con mi loción, realmente era muy sexy todo lo estaba disfrutando mucho. Para avanzar más allá, mojo la punta de mis dedos, índice y medio con mi boca como si los besara lentamente, y llevo nuevamente mi mano derecha asía mi vulva adentrándome hasta encontrar mi clítoris, que ya estaba esperándome, paradito y esponjado, esa saliva estaba ayudando mucho con el masaje, resbalaba muy bien mis dedos tanto que se metían entre mis labios menores y se llenaban de mis secreciones provenientes del interior de mi vagina, lentamente movía mis dedos intercalándolos con movimientos circulares sobre mi clítoris, en verdad se sentía muy bien, era reconfortante, realmente relajante.

Mi mano izquierda por el momento estaba dedicada a mis senos los que ya había liberado del sujetador gracias al broche frontal que tenía, dejándolos libres dentro de mi blusa, los acariciaba con toda la palma de mi mano también con movimientos circulares y de vez en cuando dándoles un apretón para sentir su firmeza, me detenía en mis pezones para darles un masaje con mis dedos pulgar e índice los cuales me despertaban un especie de cosquillas y comezón que aumentaba mis ganas de seguir tocándolos y aparte de incrementar la intensidad del masaje a mi clítoris. También de vez en cuando mi mano izquierda se apartaba de mi busto para tocar y acariciar mis muslos, recorriéndolos con la palma de mi mano y deslizándolos por encima de mis suaves medias negras que terminaban a mitad de mis muslos resaltando mis carnes al final del elástico, me encantaba apretarme la parte interna de mis muslos como intentando separar mis piernas, que ya las tenía abiertas debajo del escritorio con mi falda arremangada.

Así continuaba con mi deleite brindado por el masaje de mis dedos a mi clítoris el cual ya encaminado pedía cada vez más rapidez y presión sobre él, además de invitarme a adentrarme más a mí misma, llegando en ocasiones a tocar la puerta de mi vagina, pero sin animarme a entrar completamente ya que rápidamente mi clítoris reclamaba mis dedos. Ya me estaba tensando las piernas ese masaje, las estiraba y apretaba dejando prisionera de ellas a mi mano, pero sin cesar en sus movimientos. Me disponía a alcanzar mi tan ansiado orgasmo, por el que había estado trabajando; cuando de pronto interrumpen unos golpes en mi puerta seguidos de una suave voz diciendo: Dra. Puedo pasar?, quedándome muda por la sorpresa no contesto de inmediato, volviendo a tocar a la puerta, Dra. Está ahí? Respondiendo de manera entrecortada Si...si ya voy , incorporándome inmediatamente de la silla, y de manera torpe tratando de abrocharme el bra y bajando mi falda, caminando asía la puerta aun agitada por mi excitación, la abro y me encuentro a la recepcionista que me informa que un paciente a llegado y que si lo podía atender, claro que sí, hágalo pasar , conteste de manera rápida para tratar de fingir que no pasaba nada. Pues la muy eficiente lo hizo de inmediato, sin darme tiempo a arreglar nada , ni siquiera me coloque la bata blanca encima, solo cerré el archivo de mi relato y cambié la pantalla al formato de mis archivos médicos, cuando ya estaba dentro de la habitación, él ya saludando muy cortésmente, lo invito a sentarse y me doy cuenta de que es un hombre de mediana edad, el cual no es muy mal parecido además de tener unos ojos hermosos de color entre verde y amielados los que me detuve a observar escasos segundos para no mostrarme muy coqueta. Pero sin embargo suficientes para observar que se clavo su mirada sobre mi pecho, cosa que me incomodo de inmediato y me hizo pensar que era un fresco. Así transcurrió todo y me informó que venía para un certificado medico solamente y no traía ningún mal. Por lo que se lo hice como de rutina pero hasta el final él seguía cautivo de mis pechos, y hasta que me levante para despedirlo y saludarlo de mano me di cuenta de que el motivo por el que me veía tanto era porque mis botones de la blusa no los había cerrado y dejaban ver todo mi sostén durante toda la consulta demás de que por el clima fresco de la habitación mis pezones estaban parados como un par de rocas. Casi me da un infarto de la pena y después me suelto riendo sola como loca.

Cabe mencionar que después de eso me dirigí a mi casa, ya por la tarde, con toda la intensión de que mi esposo me terminara lo que yo había comenzado en mi consultorio, encontrándolo en la parte de atrás de la casa metido en la alberca, y sin dejar las cosas en su lugar de inmediato me voy despejando de mis ropas y me presento ante él desnuda y sumergiéndome en el agua dispuesta a dejarme ser amada y cogida por el.

Bueno espero que hayan disfrutado de este relato como yo disfrute de él (como ya se habrán dado cuenta) Y aprovecho para agradecer todas las felicitaciones y comentarios que recibí por mi primer relato, muchas gracias. En verdad no esperaba esa reacción de parte de ustedes los lectores. Me hicieron sentir muy bien, prueba de ello es que aquí estoy escribiendo otra vez.

Se despide de ustedes Tania

J

Agradeciendo de antemano sus comentarios.

Besos...