Detenido en la tetera

Un joven de 19 años, es detenido en un baño de una estación por dos policías corruptos y brutales, que lo someten a crueles humillaciones y sexo violento.

DETENIDO EN LA TETERA

El día que confirmé que era mariquita, me hice la paja como cinco veces, y la verga , mi triste pija solitaria , quedó colorada y sentida. ¡¡¡ Ay, como me gustaban los tipos grandes, serios, masculinos. !!! Hombres de fuertes espaldas y piernas gruesas. Machos casados o heterosexuales, de barrigas incipientes o declaradas, que me veían crecer con indiferencia.

La llegada de la adolescencia acentuó los granitos de mi cara, y contribuyó de algún modo a mi gordura actual. Soy lo que podría llamarse un oso: alto, mido 1,87m y gordo, peso unos 119 kilos. Soy bastante velludo, uso barba candado y el pelo muy cortito , casi rapado. Tengo un fìsico corpulento, y un culo demasiado grande como para pasar desapercibido. Es un culo tamaño "king size", familiar, extra extra large, culo especial, gigantesco. Culo para alquilar balcones, para filmar en Cinemascope , culo para pellizcar por dias. Culo para pasar las vacaciones. Culo que serviria de sede para unas Olimpiadas.

En mi infancia y primera adolescencia, yo era medio afeminado: pero eso lo corregí con muchos ejercicios y trabajo . Ahora si me mirás con compasión, parezco bien varonil, o sea que no tengo ni las maneras ni el timbre de voz de un maricón. El volúmen de mi cuerpo me ayuda y lo mismo la voz que podría mejorarse con un profesor de canto. Conocen la canción "Fiesta Fiesta", esa que dice Marica yo, marica tu …pues bien, ni lo uno ni lo otro. A mis 29 años parezco tan masculino como el camionero mas macho de la autopista a Rosario. Pero la historia que voy a contar ocurrió cuando yo tenía 19 años recién cumplidos, este mismo culo enorme de ahora, voz finita y maneras de maricón con muchas plumas.

Vivía caliente y no conseguía coger con regularidad. Me calentaban los viejos del barrio, los maridos aburridos que hacían los mandados, el verdulero italiano con su enorme zucchini entre las piernas, el enfermero del dispensario, el tío de mi vecina con sus enormes muslos gordos y fuertes, el inspector de omnibus que paraba en mi esquina, fumaba en boquilla y se rascaba los huevos con frecuencia.

Cansado de pajearme y muerto por una pija para tragarme hasta el fondo, no tuve mejor idea que ir a la estación del ferrocarril que quedaba a doce cuadras de la casa de mis padres. Había pasado mas de una vez y observado un gran movimiento de hombres en el baño, a toda hora, y tras concurrir al lugar, comprobé que era una tetera, esto es que el baño de esa estación, era un sitio que los gays y no gays utilizaban para tener sexo con otros hombres. Una buena paja en la oscuridad a la vuelta del trabajo, una fellatio (chupada de verga) por lengua desconocida para salir livianito a trabajar y quien te dice una linda cogida entre aquellos olores nauseabundos mezcla de orina , mierda, acaroína o desinfectante.

Preparé largamente mi primera excursión al lugar y me puse una bermudas muy ajustadas que apenas me abrochaban, sandalias de verano del estilo franciscano y una remera con la foto del Che Guevara. Ustedes nunca se hicieron la paja con el Che?. Yo si, confieso que muchas veces: es un guerrillero romántico, tan argentino como universal, moreno y bello como Cristo, pero mas sexy. Aparte ofrendó su vida por sus ideales. Con Fidel nunca me calenté. Será porque se parece tanto a mi viejo, por homofóbico, arrogante, aprovechador, mala persona, lleno de odios y rencores. El tipo ese no me gusta. Le otorgaría la jubilación, pero jamás le tocaría un pelo. Se morirá de viejo, en su cama mullida y echando espuma por la boca.

Entré con mucho miedo al baño de la estación y estaba vacío Era demasiado temprano, y me puse a orinar en un mingitorio y tras terminar de hacerlo, me quedé parado como un tonto y sin abrocharme la bragueta. Unos pocos minutos después entró un tipo parecido al actor Van Damme, mas moreno, mas alto, con rostro mas vulgar fuerte ymuy peludo en el pecho, que dejaba entrever su camisa abierta. Van Damme se puso a orinar en el mingitorio de al lado. Yo volví a sacar mi pija al ver que el me miraba y comencé a masturbarme suavemente. El terminó de orinar y se corrió hacia atrás sin guardarse la verga en el pantalón. Sus miradas sugestivas y hasta el ruido que hacía con la boca me indicaron que el Van Damme ese quería guerra y casi sin poder evitarlo lo miré a los ojos y el con su mirada señaló su pija enorme gorda venosa y erecta y yo la tomé con mi mano y comencé a acariciársela y el se dejó tocar , entrecerrando los ojos con deseo y gimiendo suavemente y por unos pocos instantes me maravillé de mi suerte. Semejante macho en mi primer día de tetera….

El comenzó a tironearme de los pezones, y lo hacía con fuerza , me hacía doler, es medio bruto pensé pero no dije nada, luego levantó la pierna y me acarcició la pija apretándola con fuerza. Yo gemía de pasión y deseo, frente a semejante macho, y no me di cuenta cuando entró un tipo bajo, parecido a Joe Pesci, de espaldas anchas pero tirando a delgado y bajo y traté de disimular en lo posible pero el Van Damme me sostenía la mano en su pija y al ver al otro, le dijo, "Che Correa, aquí cacé un puto". Arrestalo por atentado a la decencia y la moralidad. Si mi Sargento dijo Correa , que tenia la cara picada de viruelas y masticaba un chicle.

Se me heló la sangre : me puse a temblar, el Van Damme y el Pesci eran policías. Agentes de moralidad disfrazados, caza putos, maricones con careta de policías. Y yo el primer marica en caer en su trampa, en aquella mañana.

¡ Qué mala leche Celedonio!

No llorés maricón, me dijo el Van Damme, y agregó: lo hubieras pensado antes de venir a hacer tetera , chupapijas degenerado….. Nos va a tener que acompañar dijo Pesci, con tono grueso de policía en ejercicio del deber. No voy nada, yo no hice nada, esto fue una trampa, grité pero el Van Damme me dió una trompada en el riñón y una patada en el culo y ahí comprendí que eran tipos dispuestos a todo.

Lo llamativo del caso fue que no me subieron a un patrullero de la policía, ni pidieron documentos , ni me esposaron. Me tomó uno de ellos del brazo y con la ayuda del otro me llevaron a un cuarto en la misma estación, cuarto casi sin ventilación, con un olor a pata que mataba, oscuro y deprimente , en uno de cuyos extremos y tapado con una cobija había un colchón viejo y rotoso.

Van Damme sacó la pistola reglamentaria, y me dijo que me desnudara . Le dije que no y entonces me la apuntó a la cara, entre los ojos. Vos hacés lo que yo te mande, trolo de mierda, puto asqueroso, agregó. Ahí comprendí que todo era ilegal: que en realidad no me iban a detener con otro propósito que el de pasar un rato de sexo con un puto.

No se porque me dí cuenta, qué palabra o gesto de Van Damme o qué mirada de Pesci me convencieron que estos policías, pateaban para mi mismo lado o sea que eran homosexuales o por lo menos gustosos de la carne en barra, adoradores de la santa verga, amantes golosos de la polla masculina.

Finalmente me fui desnudando de a poco. Consciente de lo que me esperaba, me propuse gozar de la situación, aunque me costara caro. Me desnudé lentamente, apretando mis tetas gordas, escondiendo y mostrando mi culo y mi pija, subiendo y bajando mi culo en el aire de aquel recinto horrible. Parecía que en lugar de detenido por dos policías corruptos, estuviera haciendo un número de strip tease frente a dos espectadores exaltados. Me saqué primero la camisa y luego el pantalón, y más tarde cuando los ojos de lobo de los agentes del orden, me lo indicaron, me saque el slip , aquel slip verde agua con el que luego me masturbaría tantas veces recordando ese momento.

Los dos estaban al palo, Joe Pesci tenía tambien una buena verga, pero desviada, con aire siniestro como su dueño. Comenzó a tocarme, como si aún no creyera que estaba ahí, con sus manos rugosas y peludas. Recorriió mi culo, mis piernas, mi barriga, mis tetas , gritando palabras obscenas e hirientes (Gorda puta, puta arrastrada, gorda sucia) mientras Van Damme ya en bolas , se pajeaba alevosamente utilizando sus dos manos manchadas de nicotina, grandes y peludas..

Entre los dos me tiraron en el colchón y mientras Joe Pesci me chupaba el culo, el otro me besaba el cuello las orejas, los hombros, el pelo y yo me moría de placer. Movete puta me dijo Pesci y yo le dije Si mi rey, con tono desafiante e irónico, y el tipo molesto por mi voz amariconada y desafiante, me pegó en el culo con fuerza. Callate puto, me dijo y yo me callé mientras Van Damme me chupaba la pija desesperado y yo creía que me iba a venir en cualquier momento. En ese instante ví que los dos se buscaban, y se daban tremendo beso de lengua : no lo podía creer.,,, Aquellos dos policías, no solo eran corruptos y malvados, eran hipócritas. Perseguían a sus iguales y se aprovechaban de ello..Aquel beso se prolongó por varios minutos mientras Pesci ponia dos gordos dedos en mi culo y yo gemía de deseo y placer. Seguí, seguí decía en voz baja por temor a que me escucharan.

Me puse en la posición del perrito y ambos se turnaron en cogerme, con fuerza, haciéndome doler, gritando como salvajes, brutos, con semejantes porongas duras, llenas de leche y sadismo. Bancátela puto decia uno, aguantátela reventado, gorda puta y degenerada, aprendé lo que es un macho de verdad cogiéndote, culo roto, pervertido maricaaaaaaaaaa. Luego acababa una leche espesa , gomosa, leche diabólica que me picó en el culo por días no obstante limpiarme .

Como te gusta perra me dijo el otro , mientrs iba y venía por mi orto dilatado y me pegó con su bastón reglamentario en las piernas. Ahí fue cuando me moví y Pesci cayó al suelo y el otro cayó encima de el y comenzó a cogerlo por el culo, para deleite de Pesci. Van Damme me hizo señas de chuparle la pija a Pesci y así lo hice, era una pija olorosa y sucia, desviada y desagradable y la chupé con desgano, hasta que me vencieron las náuseas y aprovechando que los dos estaban entretenidos en la gran cogida, me levanté con cuidado, sigilosamente, levanté mi ropa como pude, pero no los zapatos, tomé las llaves de la mesa y me escapé de aquel cuarto siniestro, dejándo a los dos policías encerrados por fuera.

Advertidos de la huída, comenzaron a gritar y a golpear la puerta de madera del cuarto, mientras yo me vestía con pantalón y camisa, y aprovechando que venía el tren, me trepé a el, y caminé descalzo hasta el frente de los vagones, y arrojé por la primera ventanilla abierta las llaves de aquel tugurio, con una sensación de libertad que superaba el miedo, el deseo patético y el asco que había sentido antes.

Gracias amigos por tanto afecto. Espero sus comentarios y valoraciones. Abrazo de g.

galansoy