Detectives de medianoche

Alex y Elisabeth disfrutan de una tórrida noche en su jornada libre. Al día siguiente continúan la investigación de su caso. Pero Alex se va a llevar una sorpresa de quien menos se lo imagina.

Compañeros con derecho a roce II: Detectives de medianoche

Nos la habíamos arreglado bastante bien para que nuestros días libres coincidieran. Conseguimos que nuestra solicitud al jefe no llamara la atención. De esta forma en torno a uno de cada seis días teníamos una noche para nosotros. Siempre en mi apartamento. Conociéndola era inútil preparar una cena u ofrecer una bebida. Eli siempre los rechazaba, lanzándome excusas la mar de variopintas.

Aquella noche llego a las 10. Abrí la puerta después de sonar el "ding" del timbre. Cuando venía a visitarme se vestía muy sexy, muy a contario que cuando trabajábamos que con ese traje parecía una marimacho. Venía con un ramón de flores y me dio un beso apasionado.

  • ¿Regalándome flores? Estoy empezando a sospechar quien lleva los pantalones en esta relación.
  • Los pantalones los llevo yo – en realidad hoy llevaba un vestido de una pieza – por supuesto – me dijo riéndose Elisabeth.
  • ¡Flores! Me empiezo a sentir como un marica.
  • Pues me encanta follar con este marica – dándome otro beso intenso con la lengua hasta la campanilla y empujándome contra la pared.
  • Hoy estas más ardiente de lo habitual
  • Porque quiero follarme a mi compañero. Vamos a la ducha. – me dijo mientras me quitaba la corbata a trompicones y volviéndome a meter la lengua muy a dentro.

Con el agua bien caliente era una grata experiencia ducharse con ella. Ya follábamos en todos los sitios de mi apartamento. Aparte de la cama, el sofá, la cocina y por supuesto en la ducha. Mi ducha era bastante grande así que teníamos espacio para maniobrar.

Con risas disfrutamos enjabonándonos el cuerpo el uno al otro. Su cuerpo era divino, unos buenos pechos aunque ella no era muy alta. Al parecer justo el mínimo para entrar en el cuerpo. Lo paradójico es que su aparente baja estatura ocultaba una fortaleza física y mental que me dejaba alucinado cuando estábamos de servicio.

Elisabeth descendió con la esponja a mi trasera y me enjabono el ano con un dedo. Di un respingo de placer.

  • ¡ Joder Eli ¡ ¿ Que pretendes ? ¿ Follarme el culo otra vez ?

Ella cogió mi mano y la dirigió a su ano. Me miro con una sonrisa seductora

  • Límpiame el mío- me ordeno

Al introducirle mi dedo su reacción también fue muy similar a la mía. Un suave gemido que fue correspondido con un beso. Ella cogió mis dos manos y me hizo agarrarle el trasero.

  • Yo sé lo que te pasa. Mi compañero quiere follarle el culo a su compañera. Eso es lo que pasa. Eres un pervertido y quieres rompérmelo. Te imaginas que estamos en una prisión , tú eres el funcionario y yo la presa- cogió un jabón y lo dejo caer al suelo de la ducha.

Ella se giro y fue a recoger el resbaladizo elemento de limpieza. Puso el culo en pompa y me miro hacia atrás. Con sus manos agrio sus nalgas enseñándome su asterisco rosado. Se apoyo con sus manos en la pared.

  • Por favor señor funcionario. No me viole. Le juro que me portare bien- me dijo con un tono sarcástico

Cogí el guante y me agache hacia su trasero. Dirigí mi lengua a su ano. Hoy era el que iba proporcionar ese tratamiento. Al empezar a recorrer su esfínter con mi lengua ella respondió con unos buenos gemidos. Le estaba gustando

  • No señor funcionario, no lo haga. Prometo ser una buena niña.

Cogí gel de ducha y me unte los dedos. Penetre suavemente su entrada de atrás. La dilatación resultado de mi lengüetada permitió entrar sin problemas. Su ano pareció abrirse como una flor . Mi dedo alcanzo la entrada del recto. La presión que ejercía era sorprendente. Lo saque y probé con dos. Hice diversos giros para dilatar aún más. Los gemidos de placer de Eli indicaban que esto marchaba sobre ruedas.

  • Señor funcionario. No me meta la polla. Por lo que más quiera no me rompa el ano.

Estaba muy claro lo que me pedía. Retire los dedos y apunte mi erecto y grueso miembro a su culo.

  • ¿ Quien es el marica aquí ? – le pregunte
  • Yo, yo soy el marica. La que va a recibir por el culo.

Con suavidad atravesé los pliegues internos. El grosor de mi glande era considerable y me costó un buen esfuerzo superar esa barrera. Eli se quejaba.

  • Eli, cuando quieras paramos
  • Ni se te ocurra. Sigue. Métemela un poco más. ¡ Ay ¡

Yo estaba tomando lo más sagrado de Eli. Ella me la había regalado. Era la primera vez que lo hacíamos por detrás.

  • Eli, ¿ Es tu primera vez por detrás ?
  • No pero como si lo fuera. Entre que hace mucho que no lo hago y tu enorme pollón. Sigue que todo marcha bien.

Estuvimos casi 5 minutos dilatando con mi pene hasta que hice tope con sus nalgas. Los quejidos de dolor aunque fueron suaves terminaron por desaparecer.

  • Vamos sodomiza a esta prisionera. Soy prisionera de tu polla.
  • Pues mi polla se siente prisionera de tu culo. ¡Joder como aprietas!
  • Gózalo bien. Cabrón. Dame fuerte

Comencé a hacer una penetración acompasado. Mis huevos impactaban con su vulva. La excitación mental era ya prodigiosa. En esa posición la sentía mía.

  • Eres mia. Eli . Te voy a poner el culo del revés.
  • Si follate a tu compañera. Soy toda tuya
  • ¡Toma!¡Toma!¡Toma polla! Te voy a reventar ese culo que tienes. Qué bien.
  • Eso es, follate mi culo. Hoy el que pierde el culo soy yo. Y no te lo vas a follar con dedos, me lo vas a romper con tu gorda polla
  • Que gusto. Que pasada. Como aprietas. Mi polla está en la gloria.
  • Y yo me siento abierta. Llena a tope. Esto sí que es follar. Con mi culo estrecho siento como si me partieran. Que gusto. Me siento sometida a ti, ¡ Soy toda tuya !
  • Si, eres mía.
  • Alex, creo que me voy a correr. Si que bien y lo voy a sentir fuerte, lo noto.
  • El que se va a correr soy yo. Te voy a marcar con mi esencia. Vas a tener mi leche en tus entrañas. Serás mía por siempre.
  • ¡¡¡¡Córrete!!!! ¡¡¡ Lléname con tu lefa ¡!!

Eli se estaba corriendo, lo presentía. Sus gritos de placer eran desgarradores. Hasta note que su vagina estaba rebosante de líquidos. Su orgasmo fue tan intenso que su ano empezó a contraerse y expandirse, esa sensación me provoco una descarga brutal de placer que me hizo correrme. Eyacule abundantemente en el recto de Elisabeth. Ambos nos desmayamos de gusto y a duras penas nos deslizamos al fondo de la ducha. Había sido un polvo brutal.

  • Que pasada Eli. Vaya manera de follar que tenemos. Somos un par de malas bestias.
  • Veo que te ha gustado mi culo.
  • Es la primera vez que me follo uno. Ha sido fantástico. Gracias Elisabeth- le dije besándola
  • Te beso el ano, le meto los deditos, te follas el mío. Eres de la acera de enfrente – me dijo socarronamente mientras me metía dedos entre las costillas para hacerme cosquillas.
  • Joder Eli, no bromees con eso.
  • Tú no tienes nada de marica. ¿Me comprendes? – me dijo mirándome a los ojos seriamente
  • Vale. Lo que tú digas.
  • Por cierto. En plena faena he oído que querías marcarme. Como si fuese propiedad tuya
  • Lo siento Eli. Estaba excitado.
  • No me ha molestado. Me he sentido halagada. ¿Quieres seguir marcándome? Hay otros dos agujeritos a rellenar- me dijo riéndose.

Nos secamos y fuimos como dos fieras al dormitorio. Allí nos echamos un buen polvo, esta vez en su coño. Gracias a mi reciente corrida estuve dando guerra por casi media hora. De todas formas cuando me acercaba al orgasmo me concentraba y lo detenía. Eli era multiorgásmica así que había que aprovecharlo y darle una buena sesión de agradecimiento. Era digna de ver la expresión que ponía cuando llegaba. Al final conseguí proporcionarle unos 3 buenos orgasmos. Cuando yo ya no podía detener el mío eyacule y ella al notar mi esperma consiguió alcanzar el cuarto. Su vagina estaba absolutamente inundada de líquidos y me pene casi estuvo flotando en ellos.

  • Qué bien follas Alex.
  • Dime. De todos los amantes en que puesto me pones.
  • El mejor
  • No en serio. Para mi has sido la mejor de todas con las que he estado.
  • Alex. Por favor, no te encapriches de mí. No quiero hacerte daño
  • ¿Que eres? ¿Una rompe corazones?
  • Algo así.
  • De acuerdo. Lo que tú quieras. Pero me siento un poco mal que solo me quieras para follar.
  • Te repito que no te convengo. Hablemos de otro tema. Veamos culo, chochete, te falta la boca. Yo también te he marcado tu polla con mi miel. Ahora nos marcamos mutuamente las bocas. ¿Te parece bien?

Nos dispusimos en un 69. Mi lengua busco anhelantemente su clítoris. Ya sexo desbordaban los jugos del deseo que yo recogía con devoción. Mi boca recibía ahora su marca. Su esencia de mujer pasaba entre mis labios. Mientras ella se deleitaba en proporcionarme una de sus maravillosas mamadas. Mí excitado miembro estaba muy sensible y recibía la caricia que volvía a resbalar en su punta líquido pre eyaculatorio. Ella lo sorbió como un helado con su lengua. Mis manos se pusieron a trabajar y con una me dispuse a penetrarle la vagina, allí estaba llena tanto de sus fluidos como de los míos. La entrada fue recibida con presión en mis dedos y un buen gemido. Ahora ella deslizaba su lengua por mi pene, recorriéndolo por toda su longitud. Yo por mi parte busque desde mi posición con la mano derecha uno de sus pechos para apretarlos. Ella volvió a mi glande y volvió lamerme el prepucio. Yo introduje uno de los dedos de la mano izquierda en su ano. Sus gemidos empezaban a ser atronadores y ella cada vez soltaba más miel.

Eli conocía perfectamente mi cuerpo y sabia cuando frenar la caricia para evitar mi corrida. Cada vez que me sentía en el culmen a punto de caer ella lo paraba. Parecía quererme hacerme sufrir un poco para luego sentir un fuerte orgasmo. Yo por mi parte trataba de hacerle acabar como fuese. Entonces lo conseguí, Eli soltó un profundo grito y entonces ocurrió algo único. Soltó tanto líquido que parecía que su vagina eyaculaba. Dejo de acariciar mi miembro mientras su cuerpo temblaba de placer. Se había corrido en mi cara y en mi boca.

Eli entonces se introdujo mi miembro con furia hasta el fondo y realizo un mete saca portentoso. Parecía que se estaba follando ella misma su boca con mi pene. Yo hacía tiempo que no estaba para aguantar y me abandone a las sensaciones. Las corrientes y los espasmos de placer fueron acompañados por unos buenos gemidos por mi parte.

Nos dormimos. Hasta que a eso de las 4 de la mañana sentí que Elisabeth quería que me despertarse.

  • Alex, me he acordado de una cosa.
  • ¿Qué? Elí- le respondí aún somnoliento
  • Queda una zona por marcarme, quiero que cuando salga de aquí huela a hombre. A mi hombre- me dijo mientras magreaba las tetas apretándoselas y soltándoselas.- una cubanita, macho mío.

Así que al final termine la noche con mi polla entre sus tetas y corriéndome en su canalillo. Ella recogió los pocos restos de esperma que le proporcione y se los juntos por sus tetas como si de loción solar se tratase. Mientras se reía. Luego de forma inesperada se vistió, sin ni siquiera lavarse de mi corrida.

  • Ya estoy. Toda marcada. Propiedad de Alex.- se burló - Cariño. Nos vemos mañana en la noche en el curro. Me voy a casa.
  • No Eli. Quédate, quiero sentir tu calor en mi cama.
  • No puedo. Lo siento. Hasta mañana – me despidió con un beso.

Al día siguiente estábamos en la comisaria esperando al jefe en su despacho

  • Ya tenéis aquí el informe del caso de Hielo Negro. Estoy hasta los cojones de los de narcóticos- dijo el Jefe- Y quiero que resolváis este caso. Alex, ¡Nada de cagadas!
  • Si, jefe

Recogí la carpeta y fuimos a nuestras mesas. La abrimos y nos dispusimos a enterarnos de que iba el tema. Al parecer se trataba de un nuevo estupefaciente. Un líquido de color negro que se tiene que mantener frio para que no se estropee. Se trataba de una combinación absolutamente extraña que parecía provenir de ciertas hierbas y hongos alucinógenos provenientes de Rumania. Era extraordinariamente adictiva y desde que hizo aparición en el mercado negro en la ciudad había provocado multitud de muertes. Ya sea resultado de enfrentamientos entre bandas con el objetivo de controlar su venta como el resultado de su consumo por sobredosis o muertes por conducción en estado de alucinación. La alcaldía estaba apretando los huevos a base de bien al jefe de policía para que resolviera este tema y el a nuestro comisario y ahora nos tocaba tragar mierda a nosotros. Esa era la razón principal de que estuviera de ese humor aún peor desde hacía algún tiempo.

Según el informe la banda era especialmente violenta y estaba muy bien armada. No tenía piedad ni compasión. Disciplinada al estilo militar. Hacía uso de las bandas locales como franquicias de distribución pero se llevaba la parte del león en los beneficios. En el informe contenía diversas fotos y nombres de sospechosos. Había uno calvo y con pinta de matón que echaba para atrás, me fijé especialmente en él. Al parecer era un tipo fornido y de más de 2 metros de altura. Tenia de Alias Jack, al parecer en honor al destripador. Una mala bestia.

Adicionalmente se hablaba del cabeza de la banda. En realidad era la cabeza. Tenia de alias La reina. Un nombre muy rimbombante. No había fotos y solo había descripciones vagas. Según los testimonios era alguien de carácter terrible que no dudaba un pelo en mandar a ejecutar a alguien. Por lo que leí era la perfecta descripción de una sociópata. Un tipo ideal para dirigir ese tipo de organizaciones. ¿Que le habría pasado a una mujer para llegar a convertirse en semejante monstruo?

  • Observa compañero tenemos varias direcciones relativas a actividades de la banda. Pensigton Road 14 parece ser una de las más activas. Podemos empezar a establecer un turno de vigilancia allí.- dijo Elisabeth
  • Si, es una opción pero antes deberíamos poner boca abajo a nuestros informadores. A ver que nos dicen.
  • El melenas reside por aquella zona. Vamos a hacerle una visita de cortesía.

Yo cogí mi chaqueta y salimos de la comisaria en dirección a los suburbios de la ciudad. Aquel barrio era típico controlado por gansters. El desempleo y la pobreza reinante convirtieron aquello prácticamente en un gueto de personas de color. Estaba atestado de armas de contrabando y el trapicheo de droga estaba a la orden del día. El alcalde cada vez que quería desviar la atención de sus casos de corrupción nos ordenaba a toda la policía a realizar redadas a diestro y siniestro llamando a los de la prensa. El se hacía fotos con nosotros y los de la televisión ya tenían su ración de telediario que rellenar. "No sé cuantos negros detenidos por tráfico de estupefacientes. El alcalde impone la ley." Claro está, la imponía a aquellos pobres desgraciados pero no dudaba en poner la mano en recibir sobornos en procesos de recalificación de terrenos. Era vox populi pero la fiscalía estaba atada de pies y manos. Tucker y Smith eran felices con las redadas. Así hacían muchos meritos para ascender mientras eran entrevistados con sus sonrisas por la reportera de SouthWest Network.

El melenas era un carterista de poca monta con un historial de detecciones que precisaba toda la selva del amazonas en papel. En realidad la calvicie ya lo hacía ridículo con ese mote. Evidentemente se le puso cuando era más joven. Yo y mi compañera nos dirigimos a su habitual zona de actuación. Allí estaba en mitad de la calle con su habitual pose de despistado. Se choco con un hombre blanco muy trajeado, por la pinta un tipo de negocios. Se disculpo y continúo su ruta. No hacía falta ser muy listo para saber que había ocurrido. Pusimos la sirena y salimos del coche disparados para detenerle. El muy cabrón era rápido pero podemos cerrarle el paso antes de introducirse en un estrecho callejón. Salí de la puerta pero fui mi compañera la que se lanzo sobre el derribándole al suelo. Rápidamente saque las esposas mientras con su habitual fuerza Elisabeth le dio la vuelta poniéndolo boca abajo en la acera.

  • Quieto Melenas , pórtate bien y no causes problemas.- dijo Eli
  • Mira que tenemos aquí- le saque la cartera del bolsillo.
  • Eso es mío. Esta detección es irregular. Sois unos racistas porque yo soy negro.
  • Pues según la foto de identificación que hay dentro debes ser Michael Jackson. Estas perdiendo pigmentación a pasos agigantados. Anda a dentro- le empuje la cabeza hacia abajo como reglamentariamente estamos obligados para prevenir acusaciones de maltrato por que los detenidos se autolesionan.

Ya dentro del coche nos dispusimos a hablar con él.

  • Melenas estas de suerte. Estamos dispuestos a hacer la vista gorda esta vez.
  • Vale y ¿Cual es el precio? - dijo con su habitual tono de chulería
  • El precio ya lo sabes. Información
  • ¿Qué coño queréis saber? Estoy hasta los cojones de que la gente me vea contigo. Un día de estos me van a matar por tu culpa. Van a creer que somos maricones tu y yo, Alex.
  • No eres mi tipo- le dije sonriendo a mi compañera- ¿Ves esta foto del calvorotas este? ¿ Lo has visto ?
  • No , no lo he visto.
  • Melenas como no colabores vamos a pasear por tu barrio con las ventanas bajadas. Seguro que tus amigos les gustara verte haciéndonos compañía.
  • No me jodas. Eres un puto cabrón.
  • Melenas- repetí con la foto
  • Vale. Vale. Tú ganas. Si que he visto a ese cacho animal.
  • Pues venga, melenas que empiece el concierto. Y no desafines.
  • Lo llaman Jack.
  • Eso ya la sé.
  • Dicen que trabaja para una zorra muy cabrona. La llaman la reina. Tú deberías saber toda esta mierda. Es la banda del Hielo Negro. Han atestado a todo el barrio con su mierda. La pasma debería hacer algo.
  • En eso estamos. Así que se buen ciudadano y colabora con las fuerzas del orden
  • De todas formas paso de hablar de esa gente. Esos tíos están chalados. Por lo que oído se cargan a la gente ¡Bang! Por nimiedades. Parece que la vida humana se las suda. Deberías buscar otro caso.
  • Si le decimos eso a nuestro jefe, nos pondrá de patitas en la calle. Y nosotros trabajamos, no como tú.
  • Si estuvieras en mi negra piel no harías esos chistes.
  • Melenas, suelta o vas comisaria.
  • Creo que prefiero la comisaria
  • Melenas no me seas gilipollas. Qué sino el fiscal se pondrá muy cabrón contigo. La próxima cárcel que visites quizás no te guste.
  • Menuda mierda es todo esto. ¿Por qué me teníais que haber fastidiado el día?
  • Suelta prenda ya
  • De acuerdo. Toda esa panda de majaderos tiene un almacén en el polígono industrial abandonado. Al parecer allí fabrican el hielo negro ese. También hacen la función de centro de distribución mayorista.
  • ¿ Dónde has aprendido a hablar así melenas ?
  • Viendo el canal de noticias económicas.
  • Te has portado bien. Pero la cartera nos la quedamos. Trae las manos que te voy a quitar las esposas. Venga baja
  • Pero si me habéis dejado en la otra punta de la ciudad
  • Mira por el medio ambiente. Usa el transporte público- le grite cuando bajo del coche y nos fuimos

Nos dirigimos a la dirección determinada por el melenas. Aparcamos el coche en una esquina alejada pero que nos permitía una visibilidad bastante buena de la entrada a aquel almacén. Eran casi la 1 de la madrugada y no se veía ni un alma entrar allí

  • Como coja al melenas se va a cagar. Ese cabrón no has soltado una trola- dije
  • Bueno. Nos pagan para esto. Haremos vigilancia hasta las 5.
  • Qué remedio
  • Por cierto. ¿ Te gustó lo de ayer ?

La mirada y mi sonrisa fue suficiente respuesta

  • Estoy segura que se te ha puesto dura

Eli me palpo en el pantalón. Evidentemente recordaba lo acontecido y se encontró mi polla con ganas de guerra.

  • Eres un salido. Mira que se te ponga tiesa en una vigilancia. Bueno. Si quieres te lo remedio y te la chupo. – me dijo abriéndome la bragueta
  • ¡Joder Elí¡ ¿Y el salido soy yo?. Tu pensando en mamármela.

Me saco la lengua haciendo movimientos circulares.

  • ¡Tengo sed!
  • Oye mira. ¿Ese no es Jack?
  • Pues claro que es él.
  • Vamos
  • Alex, no seas gilipollas. Tenemos que llamar a los refuerzos
  • ¿Y que se nos vaya?. Ni de coña. A por él.

Salí del coche desenfundando mi arma. Un revólver del calibre 45. Elisabeth me decía que veía demasiadas películas de Clint Eastwood. Mi compañera me siguió.

  • Yo entro por la puerta principal. Encárgate de la trasera.
  • Estas como una puta chota Alex.

Entre con mi arma apuntando al frente. El melenas tenía razón. Aquello estaba atestado de probetas, vasos de precipitado, aparatos de destilación, crisoles, embudos, matraces. Era la cocina de un traficante. Eso estaba claro. Oí un ruido a mi espalda y me gire. Era Jack. Disparo con una escopeta recortada y me impacto de lleno. Afortunadamente llevaba el chaquetón anti balas pero el impacto me dejo inconsciente por unos instantes. Al despertarme sentía un fuerte dolor en las costillas. Vi que Elisabeth había derribado a tiros a Jack pero a su espalda había alguien armado con AK-47 le lanzo una ráfaga y la alcanzo. Pude ver que le salió sangre. Habían matado a mi compañera. Pero no, entonces ocurrió algo que no puedo explicar. Ella en vez de caer al suelo levito por el suelo como flotando y su cara se había transformado. Unos prominentes colmillos le salieron de la boca, y su rosto se desfiguró levemente de forma que parecía que la estructura facial de su mandíbula hubiese cambiado. Parecía monstruosa. Se movió a todos lados en el aire esquivando las balas de aquel tío que tenía cara de a ver visto al demonio. El fusil se encasquillo y mi compañera fue desde el aire hacia él y le aplico una llave en el cuello que le partió. Otra vez caí inconsciente.

Continuara