Detalles
Recuerdos de detalles, que se quedan con el tiempo en simples y profundos detalles.
Había algo que me llevaba a ti, a hablar contigo y tenerte cerca. A nuestro alrededor muchas personas que estaban conociéndose y que interrumpían sin darse cuenta nuestras miradas.
Apoyados en la ventana fue cuando los dos nos decidimos a hablar, a llevar esas conversaciones de nosotros mismos, que en contadas ocasiones habíamos tenido en la distancia y que por fin podíamos hacerlas frente a frente.
Cada instante iba siendo un detalle, sin quererlo, o bien como los dos sabemos queriendo, nuestras manos se rozaron y se unieron a escondidas del resto de la gente. Era un roce de cariño, un escalofrío me hizo apartarme enseguida y al mismo tiempo desear tocarte.
La noche iba transcurriendo y tenias que marcharte, era la despedida para mi más sentida, tus ojos decían lo mismo, y sin pensarlo nuestros labios se unieron, ese beso fue distinto a otros, fue dulce, fue un principio que se interrumpe sin que nosotros queramos, los dos pensábamos lo mismo y no había necesidad de decir ni una palabra porque los ojos hablaban por ellos mismos.
Al día siguiente nada más verte solo pude decirte, ven. Todo el día estuve pensado en volver a verte, en sentir tus manos en mi piel y así fue.
Era una búsqueda por parte tuya y mía por estar conectados, tus manos provocaban calor en mi piel, yo buscaba esas manos y las encontraba. Tumbada en el sofá mientras me acariciabas, era impensable que me quisiera mover de tu lado, salimos a la terraza y nos reímos mientras oíamos al resto y nos volvíamos sordos mientras nos besábamos. Era una excitación constante el tenerte cerca, estar en el suelo tumbada y notar tu cercanía.
Ver como tu lengua recorría mi abdomen por un reto que ¿quién no querría para una misma con todo lo que yo estaba sintiendo?
Una vez solos hicimos la cama, uno a cada lado de las sábanas blancas, para volver a deshacerla al segundo, para unir por fin nuestros cuerpos, para ver cómo me mirabas y yo te miraba a ti en plena batalla de estímulos.
Ninguno de los dos iba a dormir, no se podía desperdiciar un segundo de esa noche, no se podía perder el tiempo estando a tu lado. Nuestras miradas y nuestros besos descubrían sentimientos no esperados, palabras que los dos queríamos decir pero no nos atrevíamos porque no nos lo creíamos.
La puerta se cerró al marcharte al trabajo, la habitación se quedó sola, pero el instante que vivimos no creo que se olvide.
Hubo más encuentros, hubo más detalles que se olvidaron, se perdieron con el tiempo, sólo quedó este escrito para el recuerdo.
El tiempo hace que todo vuelva a la normalidad, cada uno a su vida, pero quien sabe si los dos recordaran esos detalles en algún momento.