¿Desvirge a mi madre?

Historia de amor entre madre e hijo.

¿DESVIRGE A MI MADRE?

Este relato ya lo había publicado. Quizás cambie en algo pero la idea es la misma.

1980 – en un pueblo de la huasteca veracruzana, Adelita era el orgullo de su padre, propietario de varias farmacias en diferentes poblaciones de la región, para el su hija era su tesoro. Bonita, inteligente y buena niña, todo le sonreía y tenía todas sus esperanzas en ella. La vida les había dado todo lo que podían esperar de ella hasta que se atravesó en su camino Genaro Martínez, hijo del cacique del pueblo, al que le estaban permitidos todos sus desmanes pues las autoridades lo protegían, pues su padre, aparte de terrateniente, era diputado y por lo tanto intocable. Cualquiera que viva en México me entiende.

Cuando Genaro vio a Adelita se le metió en la cabeza que tenia que violarla, y como ya lo había hecho con otras niñas, y no había pasado nada, para el fue pensar y actuar. La espero a la salida de la escuela y con un par de "amigos", la subió por la fuerza a su carro, la llevo a las afueras del pueblo y la violo.

Para Don German, padre de Adelita se le vino el mundo encima y mas cuando después de tres meses se dieron cuenta que la niña estaba embarazada. De pronto tomo una decisión extrema, tomo a su familia y se fue a vivir a Tampico, donde la niña dio a luz y entonces nací yo, sin deberla ni temerla, pero ya marcado por la vida.

A los cinco meses de la violación Genaro apareció muerto en una barranca, y aunque hicieron muchas investigaciones, como era muchas las que debía, no pudieron culpar a nadie. Mis abuelos ya no estaban en el pueblo y nadie se acordó de ellos, pues fueron muy discretos con el embarazo de Adelita y al dar a luz, me regalaron con una prima de mi abuela que vivía en Tuxpan y que nunca pudo tener hijos.

Gloria fue mi verdadera madre y junto con su esposo Julián me criaron con mucho amor, tuve una niñez feliz donde no me falto nada. Mi padre tenía un taller de maquinaria pesada que le daba buenos dividendos y me llenaron de amor, aun ahora con los años les vivo agradecido pues todo lo que soy fue gracias a ellos. De ves en cuando nos visitaban la tía Maty y mi prima Adela las cuales siempre me traían buenos regalos y me llenaban de arrumacos, el que casi nunca iba era el tío German y cuando llegaba a ir, no me demostraba mucho cariño que digamos, aunque para un niño eso no lo toma mucho en cuenta.

Así pasaron los años y fui creciendo sano y fuerte, y a los 15 años media 1.83 y pesaba 74 kgs cuando mi madre entro en crisis de una enfermedad incurable que ya padecía hace tiempo, cuando vio la muerte cerca nos reunimos la tía Maty, Adela, mi padre Julián y yo alrededor de la cama y decidieron decirme la verdad. Ahí me entere de mi origen y de cómo mi abuelo German (que ya había muerto) decidió regalarme.

Por un momento no supe que decir pero de inmediato me eche en brazos de mis padres diciéndoles que ellos serian siempre mis verdaderos padres, cosa que los puso feliz y dos semanas después murió mi madre en total paz. Para mi fue un golpe muy fuerte pero el destino me reservaba otro, pues mi padre no soporto tal perdida y seis meses después, el también se fue.

De pronto me encontraba viviendo en Tampico en casa de mi madre y abuela, estudiando en la preparatoria, con 15 años y una pequeña fortuna que mi padre me había heredado, aparte el taller de Tuxpan que trabajaba bajo la dirección de un administrador y me daba buenos entradas.

Mi madre, de casi 28 años, había terminado la carrera de medicina y tenía tres boticas, aparte el consultorio, que le daban una buena posición. Cuando llegue a vivir con ellas dijeron que era un primo lejano que había quedado huérfano, y nadie pregunto más. Nuestra relación era cordial pero seca, pues no sentía un amor de hijo o nieto por ninguna de las dos, a pesar qué hacían esfuerzos para ganarse mi cariño, hasta que cumplí 18 años en que mi abuela enfermo y quedo desahuciada. Me pidió perdón por todo, por su debilidad para oponerse a su esposo. Yo la perdone y le dije que era mi abuela y que aunque tarde, para mi era importante haberla tenido.

A los dos meses nos quedamos solos Adela y yo, sin ningún pariente mas y poco a poco el trato diario nos volvió mas unidos, nos acostumbramos a soportarnos en los detalles y comenzaron las confidencias.

-Pedro, ¿aun eres casto?

-Si Adela, aun lo soy.

-En estos tiempos es raro.

-Pues ya ves, lo que pasa es que quiero que sea algo especial y para siempre.

-Eso era en mis tiempos.

-¿Y tu? ¿Por que no te has casado, si eres guapa?

-Lo mío va mas por lo mental, después de lo que me paso, aparte hay cosas que tu no sabes.

-¿Algún amante?

-No tonto, es algo que tal ves no comprendas.

-Pues si no me lo dices lo veo difícil.

-Que pensarías si te dijera que soy……virgen.

-Pues que esta medio difícil, se de casos raros de embarazos sin romper el himen, no se si el tuyo fue así.

-No, el mío no fue así.

-¿Entonces?

-Mira Pedro, cualquiera que allá vivido en el sur de Tamaulipas de mediados de los 70s a mediados de los 80s sabe que en Cd Mante existía una doctora que se dedicaba a reconstruir el himen, en su tiempo fue famosa y cuando fui violada y después de que naciste por cesárea, tu abuelo me llevo con esa doctora para que me reconstruyera, pues el quería que alguna día me casase con alguien, como tu ya no estabas en nuestras vidas, el pensó que seria fácil para mi olvidar y rehacer la mía, pero aunque tuve varios novios, nunca pude superar lo que me paso.

En ese momento me despertó una gran ternura y la abrase calidamente, y al notar que escurrían unas lagrimas por su mejillas no pude evitar lamerlas con mi boca, de inmediato sentí como se cimbro bajo mis brazos, pensé que se enojaría, pero al contrario, solo me dijo.

-Me hace mucho bien que seas tierno y cariñoso conmigo.

-No te preocupes MADRE (era la primera ves que la llamaba así) veras como todo se arregla.

-¿Cómo me dijiste?

-MADRE.

De inmediato todo cambio entre los dos, cada día la ternura nos fue acercando más y así pasábamos largas horas platicando y viendo TV los dos juntos. A veces se dormía recargada en mi hombro y yo en sus piernas mientras ella me acariciaba la cabeza, después las cosas avanzaron poco a poco y pasamos a las caricias en la cara. En una ocasión mientras le daba un masaje no pude contenerme y le bese la nuca, pensando que se enojaría, me aparte, cuando escuche su voz.

-Sigue cariño, sigue, que me gustan mucho tus caricias.

-¿No te molestas?

-¿Por qué lo habría de hacer si eres mi hijo no?

Algunas veces le arrimaba el aparato y ella, como que no se daba cuenta, mantenía la reunión y llego a tomar iniciativas, escotes mas pronunciados, pegarme las tetas disimuladamente, o por cualquier motivo echárseme los brazos, al cuello y besarme primero en la comisura de los labios, y después en la boca.

De pronto las cosas sucedieron, en un día caluroso estábamos viendo la TV, ella con una blusa ligera que se le veían las tetas, y yo con un pantaloncillo ajustado, que hacia notar mi erección. Como teníamos costumbre, veíamos la película yo pasándole el brazo por los hombros, y ella acariciando mis piernas mientras recargaba su cabeza en mi pecho. De pronto levanto la cabeza y busco mis labios y en ese momento me decidí, abrí mi boca y le metí la lengua en la suya, de inmediato reacciono y nuestras lenguas se trenzaron en el primer beso erótico que nos dábamos. Comencé a acariciarle lentamente las tetas y ella paso su mano sobre mi verga dándole pequeños agarrones, yo no sabia como continuar y entonces ella puso de su parte.

-Sabes amor, el aire acondicionado de mi recamara esta fallando, por que no me das posada esta noche al fin que tu cama es grande y cabemos los dos.

-Claro mami, esta noche y las que quieras sabes que eres bienvenida.

-Bueno, pues creo que ya es hora de ir a acostarnos.

Nos fuimos cada quien a su recama, rápidamente me bañe y me puse solo un pantaloncillo de dormir, al poco tiempo entro ella con un pequeño camisón que dejaba a mi vista su hermoso culo, y como era algo transparente, se le veían las tetazas que se cargaba.

-Yo acostumbro dormir si camisa, si te molesta me la pongo.

-No hijo, no me molesta al contrario me gusta el contacto de tu piel y para que veas que no me afecta yo me quitare el camisón.

Diciendo y haciendo, se sacó el camisón y quedaron a la vista totalmente libres el par de tetas. Imaginasen ustedes una mujer de casi 31 años que representa 21 que nunca tubo que amamantar, criar o batallar con un hijo, que lo tuvo todo y no sufrió desgaste físico. Realmente parecían tetas de quinceañera con unos pequeños pezones rozados y una tersura de piel que aun a la fecha me enloquece. Entre que me quede mudo y entre que no, nos metimos a la cama y de inmediato nos abrazamos y como cosa natural comenzamos a besarnos y acariciarnos.

-Mamá, ¿Lo deseas?

-Si hijo, lo deseo como nunca lo había deseado, que Dios me perdone pues esto es incesto pero ya bastante sufrí en la vida y no pienso retroceder.

Le bese las tetas, le acaricie la raja y ella me acariciaba el pene. Los dos éramos un par de inexpertos pero, la naturaleza nos guiaba.

-¿Estas lista?

-Si hijo, solo hazlo con cuidado.

-Si mamá, tú me dices si te duele.

Le abrí las piernas, puse la punta de mi glande en su entrad y apoye poco a poco. Ella estaba demasiado tensa por lo que no podía entrar así que le dije.

-Relájate mami, esto es por amor y tendré todo el cuidado del mundo, nunca voy a acerté daño solo quiero que disfrutes lo que nunca has disfrutado.

No se si fueron mis palabras, el caso es que se relajo y poco a poco mi verga comenzó a entrar en su vagina, tope con algo y apoye mas fuerte, se sintió como si algo reventara por dentro y al instante ella aflojo más el cuerpo. Entre todo en ella y empezamos a disfrutar los dos. Era demasiado estrecha y aunque estaba bien húmeda sentía que me aprisionaba con fuego el pene, después de unos minutos de tomar un ritmo los dos estallamos en un orgasmo tremendo que nos dejo agotados y dejamos pasar un tiempo para empezar a hablar.

-¿Disfrutaste madre?

-Fue la gloria hijo

-Para mi fue el cielo.

-Y ahora hijo, ¿Qué pasara?

-¿Cómo que que?

-Si hijo, que pasara entre nosotros.

-Yo lo tengo claro, me pienso casar contigo.

-Pero somos madre e hijo.

-Y eso ¿Quién lo sabe? ¿Acaso no llevamos apellidos diferentes? Quizás no te das cuenta que tenemos una oportunidad única, te amo, me amas, eres mi madre ¿y que?

  • Mi amor, será como tú quieras.

A partir de entonces la vida se nos volvió un paraíso, en cualquier parte hacíamos el amor y pasábamos de ser madre e hijo a amantes en un minuto, era maravilloso como ella tenia la ternura de una madre y la pasión de una amante, a veces en un mismo momento. Lo que mas nos excitaba era decirnos palabras tiernas como hijo y madre en el momento de hacer el amor.

-Bebito ¿gozas metiéndosela a tu mamaíta?

-Si mamita, me gusta mucho venirme en tu boquita.

-Hay mijito, mami se va a venir como loca.

-Disfruta mamita, que tu hijito te goza mucho.

No habían pasado ni dos semanas cuando le pedí el culo.

-Mami.

-Si mi amor, dime.

-No se mami, me da pena.

-Pues que se te quite, ¿acaso no somos uno solo?

-Si, pero esto tal ves te parezca muy grueso.

-Ya se lo que quieres.

-¿A si?

-Quieres darme por el culo

-¿Y te enojas?

-Me enoja que no me lo pidas, para eso soy tu madre y tu amante, y de ahora en adelante quiero que cualquier cosa, por degenerada que te parezca, me la pidas.

-¿Y tu no tienes deseos?

-Claro que si, pero ya iremos poco a poco.

Esa noche se consumo el kaquisidio y como todo entre nosotros, fue maravilloso, fue extraordinario ver como ese culo exquisito, rozadito y calido cedía ante la presión de mi verga. Ella ya había aprendido a relajar su cuerpo, por lo que la introducción no fue muy dolorosa y de inmediato empezamos a disfrutar. Tuvimos un mega orgasmo y a partir de entonces incluimos la enculada en nuestra rutinas diaria, pues mi madre poco a poco se aficiono al sexo anal cosa que a mi me dio mucho gusto.

-¿Te gusta mamita que tu hijo te la meta por el culo?

-Me fascina mi amor, lo disfruto mucho, más cuando pienso que esa verga que me hace tan feliz es la de mi bebito que salio de mí. Ahora hasta perdono al desgraciado que me violo, pues sino no, no existirías y no disfrutaría tanto.

Era la primera vez que mi madre se refería a su violación sin dolor y vergüenza. Era completamente feliz.

Lógicamente que tanto amor y pasión trajo consecuencia y a los tres meses de iniciar nuestra vida sexual llegaron las consecuencias. Adela quedo embarazada, cosa que nos puso muy felices, pues al fin tendríamos una familia. Nos esperamos a que diera a luz y después de tres meses de haber nacido nuestra primera hija, como yo ya tenia mas de 19 años, fuimos y nos casamos en el registro civil. Llevamos nuestros papeles y como nuestros apellidos eran completamente diferentes, no hubo ningún problema, la recepcionista de su consultorio y el administrador de mi taller fueron nuestros testigos, lo mismo para la boda religiosa y para el registro de nuestra hija.

Han pasado los años, me recibí de ing. Industrial y ahora vivimos en Tuxpan donde tengo mi taller. Ella cambio su consultorio y las farmacias crecieron, ahora tiene 7 en toda la región. Tenemos 3 hijos, dos niñas y un niño a los que educamos en total normalidad y a mis 27 años y ella casi 40 somos una pareja respetada y con un lugar en la sociedad. A veces se nos olvida quienes somos y nos tratamos como madre e hijo delante de los niños o de la sirvienta, pero les decimos que así nos decimos de cariño.

Simplemente, somos felices.

Francisco