Desvirgando a una cuarentona
Emilia de 44 años es desvirgada por Alejandro un joven de 24 años
Son las 5 de la tarde y como cada miércoles me preparo para ir al Bar Jazmín donde nos juntamos gente de todo el mundo con intención de hacer intercambio de idiomas. Eliges una persona y durante media hora hablas en el idioma nativo de uno y durante la siguiente media hora en el nativo del otro.
No es raro el día en el que hay mas gente española que de fuera por lo tanto no te queda otra que hacer un grupo de la gente y hablar y hablar. Hoy es uno de esos días y nos quedamos sin pareja Emilia y yo, Alejandro.
Primeramente intentamos hablar en inglés, pero tras 5 minutos viendo que la cosa no fluye pasamos a hablar en castellano. En castellano la cosa tampoco mejora. Intento sacar palabras a Emilia pero no consigo tener una conversación fluida con ella.
- ¿Qué hará está chica aquí si es tan tímida?
Emilia tiene 44 años, es alta, muy alta, guapa de cara, con dos enormes tetas y un culo un poco regordete. El pelo le llega hasta los hombros aproximadamente, color muy oscuro.
Yo por mi parte tengo 24 años, soy alto, moreno de piel y de pelo, muy delgado debido a mi exceso de ejercicio con la bici y estoy estudiando un master para la abogacía que espero terminar en breves.
Finalmente consigo a través del tema de los viajes poder sacar un tema de conversación con ella con el que poder estar a gusto. Le cuento como he estado en Argentina y Chile durante 2 meses, en USA, Japón y China. Ella por su parte me cuenta que lo que mas lejos ha ido ha sido a Sevilla, siendo ella de Madrid, con sus padres cuando era una niña. Qué le encantaría viajar y conocer gente, pero que tiene un problema muy grande de autoestima y de timidez.
Parece que finalmente le doy confianza y me confiesa que nunca ha tenido novio y que solo ha besado a un par de chicos en su época de salir de fiesta por los bares. Esta información despierta mi instinto sexual. Hasta ese momento la veía como una persona de bastante mas edad que yo, pero ahora la estaba viendo como una posible candidata para ser la próxima mujer en la cama.
Le pregunto si es verdad eso de que nunca ha tenido novio, si solo ha besado a 2 chicos… a lo que me responde que sí. Que es un problema que lleva tiempo tratando con el psicólogo, pero que no mejora. Me confiesa que el venir al bar al intercambio de idiomas es una prueba mas para superar su extrema timidez. Que no sabe porque pero que conmigo ha cogido una confianza en los 15 minutos que llevamos hablando.
Durante los siguientes 20 minutos le dejo que siga hablándome. En este momento estoy viendo que estoy haciendo un favor a Emilia. No me interesa mucho la verdad lo que me está contando, yo ya estoy pensando en el beso que le voy a robar de un momento a otro, pero la veo feliz por lo que está haciendo y se le ve que está mucho mas relajada.
Llega un momento en el que los 2 apoyados en la barra del bar, paramos la conversación para dar un trago a nuestras sendas cervezas, por lo que aprovecho para darle un beso en la boca.
- ¿Y este beso?
- Quería ser el tercero en besarte. Desde que nos hemos puesto a hablar no he parado de fijarme en ti. Cuando me has contado que solo habías besado a 2 chicos, he pensado que querría ser el tercero. Espero que no te haya molestado.
- Me ha sorprendido. No me lo esperaba, aunque lo estaba deseando. Llevo tiempo fantaseando con que me lío con un chico joven, aunque eso eran, fantasías…
Aprovecho cuando termina de hablar para volverle a besar de nuevo. Un beso largo.
Se nota que no tiene experiencia ni tan siquiera besar así que le saco el tema del sexo.
- ¿ Y sexo hace cuanto tiempo que no has tenido?
- Pues si te he dicho que solo me he besado con 2 chicos en mi vida, todavía no he tenido relaciones sexuales.
- Pero con lo guapa que eres y seguro con lo muy guapa que has sido de joven. La gente estaría encantada de haber estado contigo.
- Posiblemente, pero cualquiera que lo intentaba le daba largas diciendo que ya tenía novio. Y al final ya ves, ha ido pasando el tiempo tengo 44 años y aquí estoy, virgen.
Cada minuto que pasaba mas me estaba sorprendiendo esta mujer y mis ansias por follármela estaban aumentando de manera exponencial. La vuelvo a besar mientras empiezo a acariciar una de sus tetas.
- Vivo a 5 minutos de aquí andando, ¿Quieres que vayamos a mi casa y estemos mas relajados?
- No se si debería. Se lo que quieres y estoy muy nerviosa.
- Tranquila Emilia, no voy a hacer nada que tu no quieras, verás como lo vamos a pasar bien.
- ¡Vamos!
Llegamos a mi casa, saludo a Máximo y a Carla, mis compañeros de piso y nos metemos en la habitación. Nos tumbamos en la cama y empezamos de nuevo a besarnos. Le voy quitando la ropa poco a poco hasta verla totalmente desnuda. Ella por su parte también me la va quitando.
Finalmente nos encontramos los 2 desnudos en la cama.
- ¿Sabes cuanto tiempo llevaba deseando estar así con un chico?
- Me imagino que mucho, no?
- Demasiado. Llevo años viendo películas porno y mientras me toco voy pensando que le voy a hacer a la persona que sea mi primera vez, tú.
Empiezo a lamerle los grandes pezones que tiene. Poco a poco quiero que se vaya relajando mas. De vez en cuando le pego un pequeño mordisco que le hace sobresaltar y a la vez gritar.
Cojo mi mano y le acaricio la tripa y bajando a su coño, se lo empiezo a tocar y en breves empieza a lubricar. Voy besándole desde las tetas hasta su coño y empiezo a lamérselo. Emilia se dobla de placer y le meto un dedito poco a poco. Lo tiene muy cerrado e intento con un segundo. Dice que le duele pero sigo jugando con su coño hasta que ya consigo meterle 2 dedos.
Emilia está relajada y disfrutando mucho de algo que llevaba tiempo soñando hacer. Se levanta de la cama, se pone a cuatro patas y empieza a chuparme la polla. Va cogiendo el ritmo y me está empezando a ponerme a mil. No lo hace mal para ser su primera vez. Me chupa los testículos y con la lengua fuera sube hasta el glande. Eso me vuelve loco.
Cogemos un condón que tengo en el armario, me lo pongo e intento penetrarla. Ella boca arriba en un lateral de la cama, yo de pie e intento metérsela. Cuesta mucho y a ella le duele, pero me dice que siga intentándolo, que tiene que entrar. Vuelvo a chuparle un poco para que lubrique mas y finalmente consigo entrar dentro de ella. Emilia se empieza a tocar mientras yo la estoy follando y pasado 3 minutos ella se corre. Sabía que no iba a durar mucho.
- ¡Quiero que te corras en mi boca! Como en las películas
Me pongo de pie y ella me vuelve a chupar. A veces rápido, a veces despacio. No se si en modo venganza por haberle mordido los pezones o sin querer, me pega pequeñas mordidas en la polla que me encantan. Le cojo de la cabeza y le llevo yo el ritmo, hasta que unos segundos después me corro en su boca.
- ¡Siempre he querido saber como sería mi primera vez y ahora ya se como ha sido!